Objetivo: Agradecer a Dios porque su palabra nos ha regalado la esperanza de un mundo mejor, el sueño de vivir en la tierra renovada, lejos del dolor, en un mundo de eterna paz. Texto: “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal (Apocalipsis 21:10-11). I. INTRODUCCIÓN. La Santa Biblia inicia relatándonos como inició nuestro mundo y termina hablándonos de algo que aconteció antes de nuestro mundo, la caída de Lucifer, (Apocalipsis 12: 7-12), y como terminará. Gracias a sus revelaciones podemos tener acceso a una esperanza viva que nos alienta para saber que hay un mundo mejor. Y hoy vamos a analizar algunas descripciones que la Palabra divina hace del mundo venidero y que llenan nuestro corazón de un verdadero deseo de decir como el profeta, “Amén.
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.