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Mostrando las entradas de febrero, 2021

Lograr lo Imposible - El Señor Salva

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). Lough Fook, un cristiano chino, tuvo compasión de sus compatriotas que se habían vuelto esclavos en las minas africanas. Quería darles la esperanza del evangelio, pero ¿cómo podría tener acceso a ellos? Su solución fue venderse por un período de cinco años como esclavo. Fue transportado a Demerara, donde trabajó en las minas y les habló a sus compañeros de trabajo acerca de Jesús. Lough Fook murió, pero no antes de que doscientas personas fueran liberadas de la desesperanza al aceptar a Jesús como su Salvador. ¡Qué increíble sacrificio personal por el bien de los demás! ¡Qué ejemplo! Al hacer lo impensable, es decir, humildemente “toma[r] forma de siervo” (Filipenses 2:7), Jesús también logró lo inalcanzable: a ti, a mí y a todo el mundo sumido y perdido en el abismo del pecado. Esta semana veremos este increíble acontec

Libres para enfrentar la muerte

 ¿Cuántos años quiere vivir usted?  ¿Qué ha hecho usted para tener una vida larga y de calidad?  INTRODUCCIÓN  El ser humano experimenta un dolor profundo cuando pierde un ser querido, un amigo o un conocido. Ese sentimiento de dolor y pérdida, inunda el corazón, pues el hombre fue creado para vivir eternamente. La primera muerte ocurrió en el inicio de la historia de Adán y Eva. Desde entonces, existe la duda sobre ¿hacia dónde va la humanidad? La primera familia de la tierra experimentó el dolor de la separación. Solamente quien pasó por eso, entiende lo difícil que es deshacerse o guardar la ropa, después de enterrar un pariente. Vamos a conversar sobre ese tema con la Biblia en la mano.  TEXTO PARA ESTUDIO: Romanos 5:12 y 19  I. CONOCIENDO EL TEXTO  ¿Cómo entró la muerte en el mundo?  ¿Cuál fue la solución para la muerte? “Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de Él y cayeron de su elevada posición abajo de Dios. La imagen

Salvación y Servicio - El Señor Salva

“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones” (Isaías 42:1). “Muchos sienten que sería un gran privilegio visitar los escenarios de la vida de Cristo en la Tierra, caminar por donde él anduvo, mirar el lago en cuya orilla se deleitaba en enseñar, y las colinas y los valles en los cuales sus ojos tan a menudo reposaron. Pero, no necesitamos ir a Nazaret, Capernaum o Betania para andar en las pisadas de Jesús. Hallaremos sus huellas al lado del lecho del enfermo, en los tugurios de los pobres, en las atestadas callejuelas de la gran ciudad, y en todo lugar donde haya corazones humanos que necesiten consuelo. Al hacer como Jesús hizo cuando estaba en la Tierra, andaremos en sus pisadas” (DTG 595). Isaías habló de un siervo del Señor con una misión similar de misericordia: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. [...]

Consolaos Pueblo Mío - El Señor Salva

“Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!” (Isaías 40:9). ¡Ha terminado! La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, después de años de sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor, el ministerio de Información de Gran Bretaña anunció que el día siguiente, martes 8 de Mayo, sería un día festivo, llamado el día de la Victoria. Mientras tanto un soldado japonés llamado Shoichi Yokoi se escondía en la jungla de la isla de Guam. Los folletos lanzados desde los aviones estadounidenses proclamaban la paz, pero Yokoi pensó que era un truco. Al ser un soldado leal y patriótico del emperador, había prometido no rendirse nunca. Como no tenía contacto con la civilización, vivía de lo que podía encontrar en la jungla, y pasaba miseria y dificultades.  En 1972, 27 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, unos cazadores se encontraron con Yokoi mientras estaba pesca

Fallar no significa fracasar - Restaurados

¿Cómo debe reaccionar un cristiano ante las fallas y errores? ¿Cuántos de ustedes recuerdan la primera vez que intentaron andar en bicicleta? ¿Quiénes de ustedes saltaron de la bicicleta y aterrizaron sin caerse o sin rasparse las rodillas? Probablemente nadie. Probablemente, se hayan caído de la bicicleta muchas y muchas veces antes de lograr hacerlo bien. E imagino que sus padres los ayudaron, corriendo a su lado, sosteniendo el asiento y apoyándolos. O tal vez sus madres, o un abuelo, hermano, tío o tía… Alguien los estaba apoyando. ¿Han pensado que, aunque haya ganadores en los juegos olímpicos cada cuatro años, el 90% de los mejores atletas del mundo no ganaron una medalla? Como ellos, nosotros intentamos, pero no siempre ganamos.  Muchas veces, nuestro empleo no es lo que esperábamos. Nuestra vida termina siendo algo completamente diferente a lo que imaginábamos. Matrimonios iniciados con esperanza terminan en lágrimas. Nuestros hijos se vuelven una preocupación constante, tenemo

Cómo se logra la Victoria - Restaurados

Este mensaje considera la ansiedad que Jesús sentía y cómo él enfrentó sus miedos en el camino hacia la cruz.  INTRODUCCIÓN   Imaginen a un niño y su padre visitando una pequeña tienda en el interior. Al salir de la tienda, el dueño le ofrece al niño algunos dulces gratis. “Toma un puñado de dulces”, le dice el comerciante al muchachito. El niño permanece parado, mirando a su padre. El propietario repite: “Hijo, toma un puñado de dulces. Es gratis”. El muchachito sigue parado, mirando a su padre. Finalmente, el padre coloca la mano en el tarro, y toma un puñado de caramelos y se los da a su hijo. Mientras volvían a la casa, el padre le preguntó al hijo por qué no había tomado los dulces. El muchachito, con una sonrisa en el rostro, miró a su padre y le dijo: “porque sé que tu mano es más grande que la mía”.  En tiempos de angustia y tristeza, aprenda a colocar todo en las manos del Padre, porque sus manos son mucho más grandes que las nuestras.  Cuando miramos hacia los últimos días de