Objetivo: Que los oyentes puedan reconocer la fuente de fuerza espiritual que se encuentra en la Palabra de Dios y echen mano de ella para enfrentar las pruebas.
Texto: “Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca”. (Mateo 7:24-25. DHH).
I. INTRODUCCIÓN.
Bryan Ball, en su libro “¿Se puede confiar en al Biblia?” considera que la Biblia ha llegado a ser, en la vida de millones de creyentes, un glorioso baluarte que les ha traído ánimo en tiempos de enfermedad y muerte, esperanza en tiempos de perplejidad, fuerzas en tiempos de prueba o tentación, y luz en la oscuridad, hablándoles como personas reales, en situaciones reales, en un mundo real.
Esta noche enfatizaremos lo que la Biblia hace para darnos fuerza y
valor ante las pruebas de la vida cristiana.
II. CÓMO LA BIBLIA NOS AYUDA ANTE LA PRUEBA.
a. Alienta el corazón- Romanos 6:4.
Romanos 15:4, sostiene que las cosas que se escribieron fueron para
nuestra enseñanza… y para darnos “consolación y esperanza”. Ciertamente sus promesas dan aliento al corazón. ¿Quién no se ha fortalecido al leer algunos pasajes bíblicos como estos? “Jehová es mi pastor nada me faltará” (Salmos 23:1), o “No temas porque Yo estoy contigo” (Isaías 41:10), o “No me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).
La Palabra divina está llena de promesas para el que se aferra a ella en momentos de desesperación, temor o dolor.
Por eso Elena G. White escribió: “Si cada cual proclamara un ayuno para su propia alma, para estudiar la Palabra de Dios con ferviente oración…el pueblo de Dios tendría más salud y fortaleza espiritual, más conocimiento y comprensión espiritual de lo que ahora manifiesta”. (CCD, 148).
b. Ayuda a obtener la victoria.
Los autores evangélicos resaltan el valor de las Escrituras como una
parte vital para el fortalecimiento espiritual de los creyentes, y nos
animan a echar mano de Ella, pues sostienen que su estudio repercutirá en nuestro crecimiento de forma muy notable. McArthur, por ejemplo, hace notar un panfleto en la cartelera de anuncios en una iglesia de en Quincy, Massachusetts, que tenía este mensaje: “Una Biblia que está maltrecha y acabada por el uso, casi siempre pertenece a una persona que no está en esa condición”.
Lutero, uno de los precursores de las traducciones bíblicas, enfrentó y triunfó sobre el enemigo, por sostenerse en la Palabra divina. Jesús mismo hizo frente a Satanás con un “escrito está” (Mateo 4). Y Pablo os llama a estar firmes, a tomar la armadura y entre ella, la espada del espíritu con la cual hacer frente a las fuerzas del mal (Efesios 6:17).
c. Sirve como un arma para defenderse.
La convicción de White acerca de importancia de la lectura de la Biblia para que el creyente pueda resistir la tentación es bien definida.
Ella sostiene, que el estudio de la Biblia y la comunión diaria con Jesús “le dará nociones bien definidas de responsabilidad personal y fuerza para subsistir el día de prueba y tentación” (2JT, 101).
Pablo llama a la Palabra “la espada del Espíritu”. Y el autor de Hebreos la describe como una “espada de dos filos”. Para su tiempo, una espada era la mejor arma para defenderse. Hoy podría ser otra, pero el creyente debe echar mano de ella porque es su arma para su guerra espiritual.
Cada creyente debería conocer su Biblia y proponerse cada día llenar su corazón de sus palabras para estar fortalecido y equipado para enfrentar la tentación y la prueba.
III. CONCLUSIÓN.
Jesús nos enseñó: Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las
pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los
vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca”. (Mateo 7:24-25. DHH).
Las tormentas vienen y los problemas no paran. Pero para el que hace de su palabra su ancla y su roca firme, soportará los embates de la tormenta.
Demos gracias a Dios por su Palabra que nos fortalece ante la prueba,
y gracias a su fuerza, seguimos caminando hacia la tierra gloriosa que Dios nos ha prometido.
Ven este sábado agradecido con tu ofrenda ofrenda al Señor, porque,
aunque seguramente has pasado por problemas y circunstancias difíciles, año con año has podido venir a su altar trayéndole una ofrenda de
agradecimiento. Ven esta vez también con un corazón más rebosante de gratitud.
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