A Jesús le gustaba entrar a la casa de las personas. Un día, Zaqueo se sentía despreciado y rechazado. Era un ladrón, y su conciencia le decía que no merecía acercarse a Jesús. Subió a un árbol y desde allí miraba al Maestro y cuando Jesús lo vio le dijo: "Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose y o en tu casa". Lucas 19:5. Jesús siempre quiere entrar en las casas. En el pasaje bíblico, vemos a Jesús entrando en la casa de Pedro. Como tú puedes ver, a Jesús le gustaba visitar la casa de las personas. Pero este pensamiento va más lejos, San Pablo dice que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Nuestro corazón es un templo, nuestro cuerpo es la casa de Dios. Jesús quiere vivir en nosotros a través de su Santo Espíritu. Jesús siempre quiere entrar en las casas. A veces, no puede entrar porque la casa está llena de basura por todos lados: debajo de la alfombra, en los cajones, polvo en los muebles; las paredes toda
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.