INTRODUCCIÓN ¡Un día de esos sucedió algo inusitado! Una mujer estaba conduciendo su auto por el centro de la ciudad cuando fue asaltada y le robaron el vehículo. Para su sorpresa, horas más tarde ella logró recuperar el vehículo gracias a una llamada telefónica hecha por el ladrón a la policía, donde pedía disculpas e informaba la localización del automóvil. Este no es el primero ni el último caso que narra la historia de ladrones arrepentidos. Tan solo, usted investigue un poco en Internet y encontrará muchas historias que son como mínimo curiosas. Tal vez el caso más conocido de todos sea el ladrón en la cruz, uno de aquellos que fue crucificado con Jesús. Si por un lado se acostumbra decir que “bandido bueno es el bandido muerto”, ese sujeto es conocido por muchos de nosotros como el “ladrón bueno”, en vista de lo que hizo cuando aún estaba vivo. Él tuvo una actitud de fe y confesión, mientras que el otro ladrón, que también estaba siendo crucificado, además de no arrepentirs
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.