By Javier Mejía Desde que nacemos, empezamos a morir. El proceso de envejecimiento es tan rápido, que es increíble cómo la tersa y estirada piel del bebé luce arrugada y sin vida a la vuelta de unos pocos años. Esta es la experiencia de todos los seres humanos. Es resultado del nacimiento físico, del nacimiento de la carne. Todos los que así nacen irremediablemente han de morir. ¿Hay alguna posibilidad de escape? Y si la hay ¿Cómo puedo hacerla efectiva en mi vida? Venir al mundo es traumático desde el mismo acto de nacer hasta el acto de morir. ¿Cómo sobrevivir a esta realidad? ¿Cómo hacer que lo viejo que somos desde que nacemos quede en el pasado? El nacimiento bíblico De acuerdo a la Biblia, cuando la persona entrega su vida al Señor, ocurre tal transformación, que el individuo que “Está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). El cambio es espectacular. De lo viejo a lo nuevo, en
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.