YO TE ELEGÍ, ¡PARA SIEMPRE Y SIEMPRE! ¿Cuándo fue la última vez que oraste? ¿La oración fortalece tu corazón o te deja con un sentimiento de vacío? ¿Tú sigues orando porque te eleva a la presencia de Dios o simplemente porque sabes que es una buena práctica, aunque no necesariamente impacte tu vida? ¿Será que la oración es un ejercicio de rutina, en el cual tú siempre repites las mismas palabras? ¿Será que tu oración, en verdad, no es solo una lista de compras y cuando llega el momento de mencionar las oraciones respondidas, tú simplemente esperas que termine rápido, porque ya hace mucho tiempo que tuviste alguna experiencia con Dios? Si te sientes así, entonces veamos cómo Martín Lutero aprendió en la Biblia a enriquecer su vida de oración. Cuando él estaba en el monasterio, los monjes tenían momentos fijos de oración juntos; aunque algo así fácilmente se puede tornar una tradición vacía, ejerció una impresión duradera para toda su vida. CONTEXTO HIST
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.