By Adolfo Suárez INTRODUCCIÓN Imagínese una “máquina perfecta”, compuesta por seiscientos cuarenta músculos. Tres mil millones de fibras nerviosas. Treinta mil millones de glóbulos rojos. Un esqueleto liviano como el aluminio, pero resistente como el acero, y cuatro veces más fuerte que el concreto. Un producto espectacular de la ingeniería. Por dentro y por fuera. En el interior de esa joya de la ingeniería, bien en el centro, está la sala de máquinas. Bombea sangre a través de 96 mil kilómetros de venas y repite la operación 40 millones de veces al año. Y lo más sorprendente: hay poco más de siete mil millones de ejemplares esparcidos por el planeta Tierra. Únicos: ninguno igual a otro. La “máquina perfecta” dispara por las calles de las pe- queñas y grandes ciudades. ¿Y quién podría detenerla? ¡Es impresionante! Claro, esa “máquina perfecta” es el ser humano. ¡¿No es maravilloso?! Pero, nosotros los seres humanos somos más que solo una máquina. Somos seres
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.