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Enseñanza y Formación - ICOR

La palabra «educar» proviene del latín educāre, que significa ‘criar, nutrir y alimentar’, y ducere, ‘guiar o conducir’. Resulta curioso que el primero requiera una acción desde el exterior hacia el interior, mientras que el segundo implique la transmisión de dentro hacia fuera. Sin embargo, aunque parezcan conceptos opuestos, son complementarios. Una persona se educa en el momento en que recibe del exterior la información adecuada, la interioriza, convirtiéndola en conocimientos y la asimila para usarla en las circunstancias oportunas en su vida. Sin la integración del conocimiento en la mente será difícil su explicación y la utilización en situaciones prácticas. Hablamos de educación como un proceso que se extiende a lo largo de toda nuestra vida. Tanto de manera consciente y voluntaria como de manera espontánea e involuntaria, el ser humano transmite y recibe información del exterior, tanto en el colegio, en la universidad, en el trabajo o en la iglesia como a través de amigos, con

La conexion segura - ICOR

Aquella pregunta… «Uno de ellos». Así nos presenta Mateo al personaje que se acercó a Jesús con una de las preguntas más importantes de los Evangelios. Un experto en la ley que sabe lo que quiere: escucha a los saduceos formular su pregunta y permanece atento a la respuesta de Jesús. Coincide con él y da el paso porque cree haber encontrado la clave para hacerle caer: «¿Cuál es el mandamiento más importante de la ley?» (Mateo 22:36). ¿Alguna vez te has planteado algo semejante? Después de todo, es necesario que el ser humano se cuestione la esencia de la experiencia cristiana. Es alentador que este tipo de respuestas se encuentren en la Biblia. También es cierto que en la Escritura encontramos otro tipo de preguntas que Jesús simplemente prefirió no contestar. En una de las ocasiones fueron los sacerdotes y los ancianos del pueblo los que le preguntaron por la autoridad con la que actuaba. En ese momento, Jesús se limitó a decirles: «Pues yo tampoco os voy a decir con qué autoridad hag

El Fruto del Espíritu - El Fruto del Espíritu

La visión desde lo alto de la montaña era espectacular. La inmensa llanura verde y los bosques se extendían majestuosos bajo nuestra mirada. La fuerza de la primavera y una agradable sensación de libertad nos inundó a los jóvenes que estábamos en la cumbre de la montaña y, con un poderoso impulso, nuestras gargantas empezaron a entonar el himno Más cerca, oh Dios, de ti. Contemplar sus obras maravillosas fue, de verdad, una forma de estar más cerca de él. Creación y alabanza son conceptos estrechamente relacionados. Esta relación no es un producto natural del ser humano sino de la acción del Espíritu de Dios en la vida del creyente. «Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios» (Salmo 103:2) es la expresión de una relación íntima con Dios. Aquella realidad de paz y tranquilidad vivida en lo alto de la montaña tal vez sea un pálido reflejo de lo que cada creyente puede experimentar, a pesar de que su rutina diaria se desarrolle entre enormes

Bajo el gobierno de la Templanza - El Fruto del Espíritu

Uno de los componentes del fruto del Espíritu es el agente vinculante de todas las demás virtudes que se mencionan en Gálatas 5: 22, 23. Puesto que la carrera de la fe es un proceso que se extiende a lo largo de toda la vida, el dominio propio es imprescindible para no perder de vista los hitos del plan de Dios. Es un importante ingrediente de la fe, sin el cual perderíamos el norte con facilidad. Poseerlo brinda equilibrio a nuestras vidas. En nuestro propósito de alcanzar la salvación personal y la de nuestras familias, no hemos de quedarnos solamente en el deseo, pues «muchos se perderán esperando y deseando ser cristianos. No llegan al punto de entregar su voluntad a Dios. No deciden ser cristianos ahora».1 Es únicamente por medio del ejercicio de la voluntad como puede obrarse un cambio completo en la vida. Y ese ejercicio debe hacerse en cada momento, con cada decisión. Si no hay dominio propio, no hay constancia, porque podemos vencer hoy, pero fracasar mañana. Para al

La Mansedumbre y la Familia - El Fruto del Espíritu

La MANSEDUMBRE y la familia En un seminario sobre el fruto del Espíritu, el predicador preguntó a los presentes: «¿Es necesario que todos cultivemos la mansedumbre?». Las respuestas fueron muy variadas y algo confusas. El auditorio no se ponía de acuerdo sobre cuál era la respuesta acertada, debido a que la mayoría de los allí presentes tenían la percepción de que la mansedumbre no debe ser parte de todos, sino que es una virtud manifestada solo en algunas personas. Al escuchar las respuestas, el predicador preguntó: «¿Cuáles son algunos sinónimos de mansedumbre?» Las respuestas más destacadas fueron humildad, sumisión y cobardía. En el intento de definir a un tipo de persona o un temperamento, existe una inclinación errónea a asociar la mansedumbre con la falta de carácter y motivación, así como con la cobardía. El Diccionario Merriam-Webster define a la persona «mansa» como «deficiente en espíritu y valentía».1 ¿Qué es la mansedumbre? Es la apacibilidad de cara

La Realidad de la fe - El Fruto del Espíritu

Debo haber tenido unos cinco años el día que mi padre me llevó con él a la ciudad para comprar algo que no se encontraba en el pueblo donde vivíamos. Ir a la ciudad era un deleite para mis sentidos. Todo lo que contemplaba me encantaba. Era muy diferente a lo que yo estaba acostumbrado a ver en mi pueblo. Pasamos la mañana comprando y después nos dirigimos a la estación de autobuses para volver a casa. Mientras esperábamos que llegara nuestro autobús, yo me distraje mirando los coches que pasaban por la calle, sin percatarme de que mi padre se había levantado para ir a preguntar algo a la ventanilla de información. Pasados unos segundos, cuando me di la vuelta, comprobé asustado que mi padre ya no estaba sentado a mi lado. Me vi rodeado de mucha gente desconocida y, después de mirar para todas partes, entré en pánico, mientras me preguntaba dónde se había metido mi padre. ¿Se habría marchado a casa sin mí? ¿Había sido capaz de dejarme solo en la ciudad? Imposible,

Paciencia Sobrenatural - El Fruto del Espíritu

La paciencia ha sido uno de los principales ingredientes en los éxitos de grandes inventores e investigadores. Les ha permitido triunfar a base de repetir los ensayos, corrigiendo y volviendo a empezar tantas veces como sea necesario hasta con- seguir los objetivos. En ocasiones, es un factor más importante que el talento. ¿Qué es la paciencia? El término griego que Pablo emplea para referirse a la paciencia como fruto del Espíritu es makrothumia. Se traduce como ‘paciencia’, ‘longanimidad’, ‘perseverancia’, ‘tolerancia’, ‘clemencia’. Es una palabra compuesta por makros, ‘largo o grande’ y thumia, ‘temperamento’. Aunque en el griego no bíblico expresa la idea de pasividad o resignación delante de dificultades o problemas abrumadores que no pueden ser cambiados, el concepto bíblico tiene un matiz diferente. No es solo un asunto de apretar los dientes y soportar estoicamente algún dolor. Barclay afirma que la paciencia es la gracia de una persona que puede vengarse de un mal, pe