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Hemerson Prado
TEXTO BÍBLICO: Abra su Biblia en Lucas 15:11-32 (Leer. Luego de la lectura, seguir con la introducción).
INTRODUCCIÓN
Hemerson Prado
TEXTO BÍBLICO: Abra su Biblia en Lucas 15:11-32 (Leer. Luego de la lectura, seguir con la introducción).
INTRODUCCIÓN
Ciertamente en alguna fase de la vida, usted ha armado un rompecabezas. Leí hace
poco la historia de una mujer llamada Eleusa Perna, de 39 años, brasileña, residente de Descalvado,
una pequeña ciudad en el interior de Sao Paulo, con poco más de 30 mil habitantes.
Eleusa hizo
historia al armar el mayor rompecabezas del mundo, con exactamente 33.600 mil piezas, con
dimensiones de 5,70 m de longitud por 1,57 m de ancho, y con un peso de 17 kilos. A la autora de
la hazaña le llevó 11 meses terminar de armarlo. Ella comenzó un 14 de abril de 2014 y terminó el
9 de marzo de 2015. Fueron 672 horas de trabajo, lo que equivale a 28 días de corrido solo armando
un rompecabezas. El récord fue homologado por Ranking Brasil, entidad que lleva el registro oficial
de los records de diversas modalidades en el país.
Al estudiar la parábola registrada en Lucas 15:11, la primera imagen que viene a mi mente es que la
humanidad está fragmentada como un rompecabezas. Vidas desconectadas, relaciones rotas con
Dios y relaciones rotas con nuestros semejantes.
Cuando veo esta historia, no veo solamente un
jovencito que se apartó del Padre (Dios), sino que también veo un hijo mayor que rompió la relación
con su hermano. Pero lo que más se destaca en esta parábola ciertamente es el Padre, que
representa a Dios. Un Dios amoroso que trata incesantemente de restaurar las relaciones. Nuestro
Dios, es el Dios de las relaciones restauradas. Un Dios que desea traer de vuelta a aquellos que se
apartaron de él, y que también trata de restaurar las relaciones humanas. Los invito a que juntos
conozcamos un poco más: El Dios de las relaciones.
I. RELACIONES ROTAS CON DIOS
A) EL HIJO MENOR
Este hijo es una descripción de la humanidad que se apartó de Dios. Es un
recordatorio de lo que ocurrió en el Jardín del Edén, cuando Adán intentó vivir
independiente de Dios. El texto bíblico comienza diciendo “[…] juntándolo todo, el hijo
menor se fue lejos a una provincia apartada, y allí desperdició sus bienes viviendo
perdidamente” (Luc. 15:13). La actitud del hermano menor es un grito de independencia.
Desde el inicio del pecado ha sido así. El ser humano se volvió un “experto” en vivir distante
de Dios. Queremos ser nuestros propios dueños. Queremos vivir satisfaciendo los deseos
de nuestro corazón. Este joven es un símbolo de toda la humanidad. Una humanidad
fragmentada.
B) FALSA SENSACIÓN
Son varios los motivos por los que las personas se apartan de Dios. Lo
que llevó al joven de la parábola lejos de Dios fue la avaricia y el amor por los placeres
mundanos. Pero existen muchos otros factores que nos apartan de Dios y nos llevan a una
vida sin conexión con él.
Usted, que asiste hace mucho tiempo a la iglesia, y
que también es líder de iglesia, que está involucrado con actividades religiosas, etc., debe saber que aun siendo un líder de Grupos Pequeños, o un coordinador de Grupos Pequeños,
o cualquier otra función en la iglesia, podemos estar viviendo distantes de Dios. Fue
exactamente eso lo que ocurrió con los religiosos de la época de Jesús. Ellos estaban en los
templos, celebraban las fiestas, recogían las ofrendas, realizaban los sacrificios, pero
estaban lejos de Dios. Dios había sido sustituido por rituales, y el amor por la religiosidad.
Las palabras de Cristo eran reales: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está
lejos de mí” (Mat. 15:8).
Las actividades religiosas nos dan una falsa sensación de estar cerca
de Dios, sin realmente estarlo.
La gran verdad es que muchos cristianos dejaron de SER,
pero siguen HACIENDO.
El HACER logra perdurar por un poco más de tiempo, ante la
muerte del SER.
Mis queridos líderes y hermanos, no se engañen.
Nuestro mayor desafío
será el dejar de ser, ante el mucho hacer.
Dios está más interesado en quienes somos, que
en lo que hacemos. Las actividades religiosas no pueden sustituir una vida de oración y de
estudio de la Palabra.
C) MUY OCUPADOS
Las muchas ocupaciones, ya sean religiosas o seculares, han llevado a
millares de personas lejos de Dios. Las personas están demasiado ocupadas.
Constantemente hablan de eso, están siempre corriendo. Incluso parece que el día ya no
tiene 24 horas. El mundo del mercado de trabajo nos ha enseñado que el tiempo es dinero.
El lema es sobrecárguense. Comience más temprano y trabaje hasta más tarde. Lleve trabajo
a su casa. Use su laptop en el metro, llame a sus clientes mientras conduce. Chequee el
correo electrónico en el avión. Si es necesario, coma en el tránsito. Resultados, resultados y más resultados. Ese es el pasaporte para la promoción, para el aumento del sueldo y para
el poder y el estatus.
En términos automovilísticos, un auto normal realiza 4 mil rotaciones
por minuto; un auto de carrera puede llegar a las 10 mil rotaciones. La mentalidad
contemporánea es: aumente las rotaciones del motor a 10 mil ni bien se levanta, y
manténgalas así hasta que se desmorone en la cama por la noche. Muchos permiten que las
ocupaciones gobiernen su día a día, y esa realidad tiene un impacto tremendo sobre nuestra
vida espiritual.
El psiquiatra Carl Jung cierta vez observó: “La prisa no es del diablo; es el propio diablo”.
Bill
Hybels, cierta vez escribió: “El exceso de actividades es semejante a algo que la Biblia llama
‘mundanalidad’. El archienemigo de la autenticidad espiritual es el exceso de ocupación”.
Queridos hermanos y líderes, no podemos permitir que algo o alguien nos aparte de Dios.
Los invito a que renueven su vida con Dios. Que se vuelvan a Dios.
Antes de salir a
encontrarse con las personas, encuéntrese primero con Dios;
Antes de relacionarse con las
personas, relaciónese primero con Dios;
Antes de salir como misioneros para conquistar
personas, permitan primero que Dios lo conquiste a ustedes.
La relación con Dios es la más
importante de todas las relaciones.
EL PADRE SALE DE LA CASA POR PRIMERA VEZ
Observe el texto bíblico, versículo 20:
“Entonces se levantó y fue a su padre. Cuando aún
estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello
y lo besó”.
Lo interesante de la parábola es que el Padre sale de la casa dos veces. En este
versículo, el padre sale de la casa por primera vez con la misión de restaurar la relación de
aquel hijo pródigo con el cielo.
Y hoy, en este día memorable, en que Dios permite que abramos su Palabra, él continúa a la espera del pecador arrepentido, continúa corriendo en
dirección a aquellos que se encuentran distantes. Hoy, Dios desea restaurar la relación con
usted. Abra su corazón.
II. RELACIONES ROTAS CON EL PRÓJIMO
A) EL HIJO MAYOR
Después que nos relacionamos con Dios, él nos invita a relacionarnos con
nuestros semejantes. Este hijo mayor es descripto como alguien que obedecía todas las
reglas del Padre. El versículo 29 dice: “[…]"Tantos años hace que te sirvo, no habiéndote
desobedecido jamás […]”. De hecho, él obedecía las reglas, y creía que eso era suficiente,
sin embargo, no lo era. Él tenía una vida individualista, vuelta solo hacia sus intereses, su
atención se centraba en los beneficios que el Padre podía darle. Quería los regalos del Padre,
no su compañía. A pesar de obedecer todas las reglas, no aprendió a amar a su hermano.
Este hijo es una evidencia de que hay una posibilidad de estar cumpliendo todas las reglas,
asistiendo a los cultos, participando de las alabanzas, pero seguir siendo personas
individualistas y meros espectadores, que aún no aprendieron a amar a sus semejantes, ni
a los que se equivocan; así como Jonás, que se indignó cuando Dios perdonó a Nínive, así
como los escribas y fariseos, que no aceptaban que Jesús se relacionara con los pecadores,
así como ese hermano mayor que solo cumplía las reglas, pero no estaba dispuesto a
acercarse a su hermano. De esta misma forma, muchos cristianos de nuestros días no están
dispuestos a salir de su comodidad para aproximarse a aquellos por quienes Jesús murió.
No solo cumpla las reglas o sea un mero espectador. Relaciónese con las personas y
presénteles a Jesús. Observe un detalle muy importante en esta historia que tiene que ver
con la CASA.
B) LA CASA
Si usted lee atentamente el capítulo 15 verá que la CASA es un ambiente central
en todo el capítulo. La oveja es encontrada y llevada a la CASA (versículo 6);
La moneda es
encontrada dentro de la CASA (versículo 8);
El hijo menor es recibido con una fiesta dentro
de la CASA (versículo 24).
Pero observe lo que se le dice al hermano mayor: “[…] cerca ya de
la casa […]” (versículo 25).
De todos los personajes del capítulo 15, el único que no estaba
dentro de la CASA era el hijo mayor. Él incluso se acercó a la CASA, pero no entró.
Dios
quiere enseñarnos algo aquí.
La primera lección es que a Dios le gustan las CASAS. La CASA
es símbolo de familia, unidad, amistad, confraternización y alegría. Cuando usted invita a
alguien a su casa, usted está trayendo a alguien a su intimidad. Es en la intimidad de la CASA
que muchas personas encuentran a Dios.
Vivimos en un mundo individualista donde las personas no se interesan las unas por las
otras. No queremos llevar a las personas a nuestra casa. Cuando encontramos a alguien en
el ascensor, la conversación se limita a “hace calor hoy, o hace frío”; tuvimos la inteligencia
de crear el avión que nos lleva hasta los lugares más distantes de la Tierra, pero tenemos
dificultades de cruzar la calle y conocer a un nuevo vecino.
Leí en un libro que un pastor
estaba cenando en la casa de una familia, que le preparó una deliciosa pizza y le regalaron
una barra de queso y un pote de dulce de leche; en cierto momento de la cena, el anfitrión
comentó: “Pastor, invito a mi vecino todos los días para ir a la iglesia, y él nunca va. Creo
que no voy a invitarlo más”. En ese momento, el pastor miró a aquel hermano y dijo: “No invite más a su vecino a la iglesia”. El anfitrión abrió los ojos, y el pastor continuó: “invite a
su vecino a comer una pizza en su casa; otro día vaya a su casa y regálele un pote de dulce
de leche, otro día, una barra de queso. Hágase amigo de su vecino e invítelo a su casa”.
En
esa historia aprendí que es mucho más fácil invitar a alguien a la iglesia que a nuestra casa.
Pero necesitamos aprender a abrir las puertas de nuestra casa para que a través de la
amistad podamos conquistar a las personas para Dios.
Tenemos una gran razón para eso:
Dios abrió las puertas de su casa para usted, esperando que usted abra la puerta de su
casa para otros. Quiero incentivarlos a comenzar nuevas amistades. Amistades con
personas que no conocen al Dios que usted conoce. Acérquese más a sus vecinos. Ámelos.
Conviva con ellos, para que a través de esa amistad usted viva el discipulado. Necesitamos
de la intencionalidad relacional.
El sistema elegido por Dios para entregar el evangelio al
mundo y para discipular personas son las relaciones. Pues el pecado es enemistad contra
Dios y sus semejantes, y nada es mejor para destruir la enemistad que la amistad.
EL PADRE SALE DE LA CASA POR SEGUNDA VEZ
“[…] Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrara” (Luc. 15:28).
Que Dios maravilloso
que tenemos. El Dios que sale de la casa por segunda vez. En su segunda misión. Conciliar
un hermano con el otro hermano. Cuando el padre sale por primera vez fue a traer al
pecador cerca de él. Esta es la primera misión de Dios. Ahora, al salir la segunda vez, Dios lo
hace para restaurar relaciones.
Nuestro Dios, de hecho, es el Dios de las relaciones. En una
sociedad tan individualista, Dios lo llama a usted y a mí para transformar vidas a través de
las relaciones.
PARÁBOLA VIVA (Llamado y conclusión)
La historia descrita en las próximas líneas impactó mi vida profundamente.
La señora
Augusta Duarte Martinho, natural de Portugal, vivía hacía 30 años en un edificio de cinco
pisos, con tres apartamentos en cada piso, todos habitados. En 2002 nadie más oyó hablar
de ella. Nadie se interesó por ella y todos continuaron viviendo su vida. Si no fuese por las
finanzas, probablemente aún no se sabría donde estaba doña Augusta Duarte. Debido a sus
muchas deudas y cuentas que no se habían pagado, sus bienes fueron empeñados y una
señora de 58 años compró su apartamento. En 2011, nueve años después de la desaparición
de doña Augusta, un martes por la tarde, la señora que compró el departamento,
acompañada por la policía y un cerrajero con la intención de abrir la puerta, fue por primera
vez a visitar el departamento. Al entrar, para sorpresa de todos, en el suelo de la cocina del
apartamento encontraron el cuerpo de doña Augusta Duarte en estado avanzado de
descomposición, así como también a sus mascotas, un perro y dos pájaros, que estaban
muertos en el balcón.
Doña Augusta murió en el 2002 y fue encontrada en 2011, su cuerpo
estuvo en el suelo de la cocina por nueve años. Pasaron nueve años. En el suelo de la cocina.
Nadie se interesó. Nadie investigó. Nadie sintió su falta. Nadie.
Una vecina llamada Aida
Martins comentó: “Ella vivía sola, no se le conocía familia, y no se relacionaba fácilmente”.
Al ver el tumulto y movimiento de tantos periodistas que rodeaban el edificio, otro de los
vecinos comentó:
“Alguien que vivó tan sola, nunca debe haber imaginado una muerte tan
pública”.
Esta es una verdadera parábola viva y macabra, que revela una sociedad enferma y extremadamente individualista. Cada uno vive su vida, y nadie se interesa por sus
semejantes.
¿Quién se levantará para cambiar esa realidad?
¿Quién se interesará por sus
vecinos?
¿Quién tendrá la valentía de abandonar una vida individualista?
Levántese e
interésese por alguien.
Levántese y haga nuevas amistades.
Levántese y cuide de alguien.
El
llamado de Dios es para usted y para mí. Jesús dice a sus discípulos: “En esto conocerán
todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros” (Juan 13:35).
Es a través
de las relaciones que Dios transformará muchas vidas. Por lo tanto, tengo dos llamados para
ustedes:
Primero, vuelva a Dios y renueve su vida de oración, no permita que nada ni nadie
le quite su tiempo con Dios. Sea un discípulo de Jesús.
Segundo, vuélvase hacia sus
semejantes, cuídelos, ámelos, interésese por ellos, y hágase amigo. Dios usará esa amistad
para transformar la vida de muchas personas. Haga discípulos para Jesús.
Querida iglesia y
queridos líderes, Dios nos eligió para contarle al mundo a través de nuestras vidas que
existen personas que sí se interesan, que sí existen personas que cuidan, que sí existen
personas que aman. Esa también debe ser la razón de la existencia de cada Grupo Pequeño.
En esta celebración de hoy, el Dios de las relaciones transformadoras quiere usarlo a usted
y a su comunidad relacional para hacer la diferencia en la vida de aquellos que necesitan
conocer el evangelio de salvación.
Vamos juntos a cuidar, capacitar y multiplicar discípulos
a través de las relaciones.
Vamos a multiplicar esperanza en los corazones.
Decida ahora
seguir el ejemplo de ese Dios relacional y usar su vida para transformar otras vidas.
Decida
transformar su GP en una comunidad relacional que multiplica la salvación en Cristo Jesús.
¿Cuántos están dispuestos?
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