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Victoria para siempre - Jesús venció

Ted Williams fue una leyenda del béisbol. Es considerado el mayor bateador de la historia de ese deporte, y se lo coloca al lado de los mayores atletas de todos los tiempos, en la galería de  la fama. Williams falleció en el año 2002, a los 83 años. Dos de los tres hijos del jugador gastaron en esa época 100 mil dólares para enviar el cuerpo a un laboratorio en el estado de Arizona, a fin de que pasara por un proceso de criogenia, o sea, de enfriamiento a temperaturas extremas. La hija mayor fue a la justicia en contra de la decisión de los dos mediohermanos menores, insistiendo que el último deseo del padre era ser cremado y que sus cenizas fueran esparcidas en el mar. Bajo duras críticas, Claudia Williams, la hija menor, alegó en su libro Ted Williams, My Father que “nuestro padre sabía que que- ríamos algo a qué aferrarnos y tener esperanza y consuelo, porque sentíamos mucho su ausencia, y si la criogenia era la respuesta, la solución era sencilla”. La criogenia es u

Consolados por la palabra - Jesús venció

El corazón de millones de aficionados de todo el mundo chocó a 216 km por hora contra el muro de la curva Tamburello, en el Gran Premio de San Marino de la Fórmula 1, el 1o de mayo de 1994. Interminables dos minutos y medio después llegaban los paramédicos para atender al tricampeón Ayrton Senna. Las imágenes aéreas no podían expresar la gravedad de las lesiones. Después de algunos momentos críticos de atención en la pista, un helicóptero lo llevó todavía con vida al Hospital Maggiore, a 15 minutos de allí, en Bolonia. Senna fue atendido en coma profundo, con múltiples facturas en el cráneo y una perforación gravísima en el temporal. Treinta y siete minutos después, la carrera recomenzó, y los autos pasaron 54 veces al lado de la enorme mancha de sangre, en un evento infame que, por varios motivos legales no debería haber continuado. El viernes, Rubens Barrichello voló a 300 km por hora hacia la muerte, pero sobrevivió. Al día siguiente, el piloto austríaco R

Victoria en la Cruz - Jesús venció

La imagen de la cruz despierta las más diversas reacciones. Las cruces están estampadas en la bandera de algunos países y en camisetas. Las cruces abundan en los paisajes tristes de los cementerios y nos recuerdan las peores persecuciones religiosas. Las cruces se destacan en obras de arte y figuran en las marcas de automóviles. Al pensar en Jesús y su muerte, surge la imagen tan común de la cruz, pero nunca transmitió un mensaje entendido de la misma manera por todos, por lo menos, por la mayoría. Todavía hoy es así. En la cultura popular, la cruz se transformó en un símbolo de muerte y terror. Si se piensa solo en el símbolo, la cruz siempre despertó acusaciones filosóficas de locura y escándalo, aclamaciones religiosas de gratitud y alabanza. Y finalmente, ¿cómo un instrumento de tortura puede transformarse en victoria y salvación? La cruz fue el punto culminante y decisivo del gran conflicto entre el bien y el mal. Fue la prueba definitiva por la cual Jesús tendr

Un nuevo comienzo - Jesús venció

Volver a empezar exige valentía. El comienzo lleva en sí un entusiasmo por lo que sucederá, tiene el brillo y la frescura de la mañana, mientras que el recomienzo ocurre a partir de algo que se perdió. Exige volver a creer, levantarse del suelo cuando ya no es tan joven. No es natural recomenzar. Se necesita buscar fuerzas para seguir de nuevo adelante. ¿Usted está intentando recomenzar en alguna área de su vida? Tal vez necesite recomenzar ante el final de una relación, de un cambio de carrera, de la lucha por la supervivencia, de una caída espiritual, de la pérdida de un ser querido, de un diagnóstico médico. Todos necesitamos recomen- zar espiritualmente. Recomenzar exige coraje. La palabra “coraje” viene del latín coraticum. Coraticum es la unión de dos palabras: cor, que en ese caso significa “corazón” y actium, “acción”. Es la acción que viene a partir del corazón, la capacidad de enfrentar un desafío externo con una motivación interna. Y eso es más hermoso c

Libres por la sangre - Jesús venció

La joven Edith Eva Eger, conocida como “Eddie”, nació en Hungría, donde vivía con su familia. En mayo de 1944, recién había cumplido dieciséis años cuando fue enviada al campo de exterminio nazi de Auschwitz, en Polonia, junto con sus padres y su hermana Magda. Al llegar al campo, separaron a quienes tenían hasta quince años o más de cuarenta y cinco al “baño”, a las cámaras de gas, y después eran incinerados. Los que tenían de dieciséis a cuarenta y cuatro años debían trabajar hasta morir de inanición en semanas o meses. En aquel infierno de nieve, sin ninguna esperanza, los soldados nazis descubrieron que Eddie bailaba ballet, y la llevaron para entretener a Yosef Mengele, conocido como el Ángel de la Muerte, por sus crueles experimentos científicos con los prisioneros. A los ojos de ese monstruo, Eddie comenzó a bailar. Como premio, Eddie recibió un pedazo de pan y algún tiempo más de vida. Finalmente, los aliados estadounidenses y rusos se acercaban para lib

¿Dónde está el cordero? - Jesús venció

Mientras algunas personas abandonan a sus hijos y otros los crían con indiferencia, miles sueñan con ser padres. Tal vez por haber vivido en familias grandes, quién sabe, por haber convivido con un hermano o hermana, o por tener buenos recuerdos. Quien sabe, quizás por haber tenido una infancia desagradable, sueñan con hacer algo diferente. Muchos sienten luto por un hijo que no tuvieron o se lanzan en una batalla ardua en las clínicas. Otros también intentan encontrar un lugar en las largas filas de adopción. Para los hombres y mujeres antiguos de la Biblia, tener un hijo era una de las mayores realizaciones de la vida. Era una forma de mantener la memoria de la familia, de transferir la propiedad que los padres dejaban como herencia. Sobre todo, los hijos eran la mayor herencia (Salmos 127:3). En la larga trayectoria de los descendientes de Eva, las madres esperaban que sus hijos fueran bendecidos por Dios para realizar algo especial. El nombre de los hijos generalmente revel

Una cruz en el paraíso - Jesús venció

Cierto día, el dueño de una chatarrería recibió piezas de plomo de un aparato diferente. Al desarmarlo, encontró un polvo blanco, parecido a sal, pero que brillaba en la oscuridad con un color azul. Encantado con el brillo, decidió mostrárselo a familiares, amigos y vecinos. Algunos hasta llevaron muestras a su casa. Pronto comenzaron los primeros síntomas. Las personas fueron derivadas al hospital. Solo 13 días después, el 29 de setiembre de 1987, se descubrió que estaban tratando con 19 gramos de material radioactivo, el césio-137. El dueño de la chatarrería, su esposa, dos empleados, una niña y su padre fallecieron trágicamente. Entonces, se inició un enorme proceso de descontaminación. Como resultado, se retiraron seis mil toneladas de residuos y materiales de construcción confinados en 1.200 cajas, 2.900 tambores y 14 contenedores revestidos de concreto y acero, guardados en la ciudad de Abadía de Goiás, para que queden por 600 años. Cientos de sobrevivientes