“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5). Cuando estamos en la iglesia rodeados de gente que sonríe, qué fácil es hablar y cantar de la esperanza. Pero, cuando estamos en el crisol, la esperanza no siempre parece ser tan fácil. Cuando las circunstancias nos oprimen, comenzamos a cuestionar todo, especialmente la sabiduría de Dios. En uno de sus libros, C. S. Lewis escribe sobre un león imaginario. Alguien que quiere conocer a este león pregunta si el león es fiable. Se le dice que no es fiable, “pero es bueno”. Aunque no siempre entendemos a Dios y aparentemente él hace cosas impredecibles, eso no significa que Dios esté en contra de nosotros. Simplemente, significa que todavía no tenemos el panorama completo. Pero luchamos con la idea de que, para tener paz, confianza y esperanza, Dios debe ser comprensible y predecible. Según nuestra forma de pensar, él necesita ser “fiable”. Po
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.