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Los Ritmos del descanso - El descanso

Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3).

¿Quién se puede imaginar cómo habrán sido las obras de la Creación: la luz en medio de la oscuridad, los océanos rebosantes de vida, las aves que de repente levantan vuelo? ¿Y la creación sobrenatural de Adán y de Eva? Ni siquiera podemos empezar a comprender cómo lo hizo Dios. Sin embargo, después de todo este proceso de creación activa, Dios centró su atención en algo más. A primera vista, no parecía tan espectacular como las ballenas saltarinas ni las deslumbrantes exhibiciones de plumas de las aves. La creación fue buena en gran manera. Dios simplemente creó un día, el séptimo día, y luego lo hizo especial. Aun antes de que la humanidad se auto impusiera una vida estresante, Dios estableció un mojón como una ayuda memoria vívida. Dios deseaba que este día fuera una ocasión para que nos detuviéramos deliberadamente a disfrutar de la vida; un día para ser, no para hacer; para celebrar el regalo de la hierba, el aire, la vida silvestre, el agua, la gente; y, sobre todo, al Creador de todo lo bueno. Esta invitación continuó aun después de que la primera pareja fuera desterrada del Edén. Dios quería asegurarse de que la invitación pudiera resistir la prueba del tiempo y, por eso, desde el principio la tejió en la misma urdimbre del tiempo. El sábado es la culminación máxima de la creación, ya que provee tiempo y espacio para la comunidad y la santidad. El reposo de Dios se convierte en el paradigma de nuestro reposo sabático. Como toda la creación, el sábado le pertenece a él y, cuando descansamos, también confirmamos nuestro compromiso de pertenecer a él.

Hoy, estudiaremos la maravillosa invitación de Dios a entrar en un reposo dinámico, una y otra vez, cada séptimo día.

I. PRELUDIO DEL DESCANSO 

Dios estuvo allí en el principio. El Señor Dios habló, y existió. La luz divide el día de la noche; el firmamento, el cielo y los mares llegaron a la existencia en el segundo día; la tierra seca y la vegetación llegan al tercer día. Dios forma el contexto básico del tiempo y la geografía, y luego lo completa durante los tres días siguientes. Las lumbreras gobiernan el cielo de día y de noche. A diferencia de las historias de la mayoría de las culturas antiguas, el relato bíblico de la Creación deja muy en claro que ni el Sol, ni la Luna ni las estrellas son deidades. Entran en escena recién al cuarto día y están sujetos a la palabra del Creador. La descripción que Moisés hace del quinto y el sexto días (Génesis 1:20-31) está llena de vida y belleza. Aves, peces, animales terrestres, todos ocupan el espacio preparado por Dios. 

¿Qué indica la evaluación de Dios sobre la Creación? Lee Génesis 1:1 al 31. 

Este no es simplemente un espacio cualquiera que Dios ha creado; es un lugar perfecto. Numerosas criaturas llenan la Tierra. Como el estribillo de una melodía pegadiza, Dios sigue diciendo que fue “bueno” después de cada día. 

La creación de la humanidad ¿en qué se diferencia del resto del mundo creado? Lee Génesis 1:26, 27; 2:7, 21–24. 

Dios se inclina y comienza a dar forma al barro. La creación de la humanidad a imagen y semejanza de Dios es una lección objetiva de intimidad y cercanía. Dios se inclina y sopla vida en la nariz de Adán, y este se convierte en un ser viviente. La creación especial de Eva de la costilla de Adán agrega otro elemento importante a la semana de la Creación. El matrimonio es parte del diseño de Dios para la humanidad: una sociedad sagrada de compañerismo entre ’ish e ’ishshah, “hombre” y “mujer”. En esta ocasión, cuando Dios contempla todo lo que hizo en el sexto día, el estribillo suena diferente: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31, énfasis añadido). 

Plantéate cuán radicalmente diferente es la historia bíblica de la Creación de lo que enseña la humanidad sin la orientación de la Palabra de Dios. 
Algunos cristianos, incluso algunos adventistas, consideran que la Evolución Teísta es una explicación viable de la Creación. ¿Cómo muestra el sábado que la Evolución Teísta y el adventismo del séptimo día son incompatibles? ¿Cuál es el propósito de santificar el sábado en conmemoración de miles de millones de años, especialmente cuando la Palabra de Dios es explícita acerca de su santificación después de los primeros seis días de la Creación? 
En la actualidad, el concepto de evolución teísta es uno de esos intentos de unir lo que parece diametralmente opuesto. La evolución teísta sugiere que Dios creó los componentes básicos de la vida, pero luego se retiró y permitió que la naturaleza siguiera su curso y progresara de manera evolutiva. La evolución teísta plantea más problemas de los que resuelve. Claramente socava la cosmovisión bíblica de Dios como Creador. Creer en la evolución teísta socava nuestra fe en un Dios personal y amoroso que está comprometido con la historia en general y también con nuestra historia personal.
La evolución teísta, con sus largos periodos, también genera preocupaciones sobre la muerte. La Biblia describe la muerte como resultado de la entrada del pecado. La evolución teísta afirma que Dios permitió la muerte durante millones de años, donde especies enteras evolucionaron y se extinguieron antes de la evolución del hombre. En efecto esta teoría considera que Dios utilizó la muerte como parte del proceso de la creación; algo que es contradictorio con todo le registro bíblico, donde la muerte se describe como enemigo y la consecuencia de la entrada del pecado. Si la muerte forma parte del plan creador de Dios ¿Por qué tendría que venir Jesús a salvarnos del pecado que lleva a la muerte?
¿Qué respondes al argumento de que el día no importa, siempre y cuando tengamos un día de descanso en la semana? O, por otro lado, ¿cómo respondemos a la afirmación de que Jesús es nuestro descanso sabático y, por lo tanto, no hay necesidad de guardar ningún día como día de descanso? 
Alejarse de la lectura original de nuestros orígenes lleva también a cuestionar otras verdades bíblicas. Si se puede pensar en una Creación espiritual y no literal; de igual modo, es posible pensar en una Segunda venida no literal, sino espiritual; en una resurrección no literal, sino espiritual. La celebración semanal del sábado es un recordatorio de que "Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado." Salmos 100:3.

¿Qué debería decirnos esto acerca de cuánto necesitamos depender de la Palabra de Dios para comprender la verdad?

II. EL MANDATO DE DESCANSAR 

La Creación puede ser “muy buena”, pero aún no está completa. La Creación termina con el descanso de Dios y una bendición especial sobre el séptimo día, el sábado. “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3). El sábado es parte integral de la Creación de Dios; por cierto, es la culminación de la Creación. Dios hace el descanso y crea un espacio para la comunidad donde la humanidad (en ese entonces, el núcleo familiar de Adán y Eva) podía detener sus actividades diarias y descansar junto con su Creador. 

Lamentablemente, el pecado entró en este mundo y lo cambió todo. Se acabó la comunión directa con Dios. En cambio, hubo partos dolorosos, afán, relaciones frágiles y disfuncionales, y demás; la letanía de infortunios que todos conocemos tan bien como la vida en este mundo caído. Y, aun así, en medio de todo esto, el sábado de Dios continúa siendo un símbolo perdurable de nuestra creación, y también la esperanza y promesa de nuestra recreación. Si el descanso sabático era necesario antes del pecado, ¿cuánto más después? Muchos años después, cuando Dios libera a sus hijos de la esclavitud en Egipto, les vuelve a recordar este día especial. 

Lee Éxodo 20:8 al 11. ¿Qué nos enseña esto sobre la importancia del día de reposo en relación con la Creación? 

Con este mandamiento, Dios nos llama a recordar nuestros orígenes. Contrariamente a lo que muchos creen, no somos productos casuales de fuerzas frías, indiferentes y ciegas; al contrario, somos seres creados a imagen de Dios. Fuimos creados para confraternizar con Dios. No importa que los israelitas hayan sido tratados como esclavos de escaso valor. Cada sábado, de una manera especial eran llamados a recordar quiénes eran en realidad, seres creados a imagen de Dios mismo. La esclavitud era difícil. Cada día era igual al anterior y estaba saturado de trabajo físico tedioso. Los israelitas necesitaban descanso con urgencia. Dios salvó a su pueblo de la esclavitud de Egipto y le volvió a enseñar acerca de su maravillosos don del descanso. Una de las primeras lecciones que aprendieron los ex esclavos fue que el reposo de Dios es el gran nivelador y restaurador de las relaciones. La libertad de Dios no significa simplemente una inversión del statu quo, donde los ex esclavos se convierten en los nuevos amos. Ahora que habían sido liberados, no eran libres de ejercer su libertad a expensas de otros. El descanso sabático que Dios tenía en mente era un tiempo para dejar dormir al burro hasta tarde. Mientras el buey rumiaba contento, habría tiempo para observar las formas de las nubes abrazados a los niños. Los siervos amodorrados podían sentarse a la sombra. E incluso el extranjero podía estar seguro que no estaba excluido por su procedencia ni su apariencia. También tenía derecho al descanso de Dios. Los israelitas eran invitados cada siete días a una fiesta de libertad. Cada sábado, debían recordar quiénes habían sido; y quienes eran ahora: hijos de Dios, parte de la creación y parte de una nueva nación que Dios estaba llevando a casa. (Deuteronomio 5:15).

“Y puesto que el sábado es un monumento recordativo de la obra de la Creación, es una señal del amor y el poder de Cristo” (DTG, 248). 

La creación es uno de los temas teológicos esenciales que se encuentran en la Biblia. Ambos testamentos contienen cientos de conexiones intertextuales directas. Dios como Creador es el fundamento de toda la Teología del Antiguo Testamento. "Los autores de la Biblia hebrea entendieron la creación no como un tema entre otros o incluso como uno de menor importancia. Para ellos, la creación era el punto de partida, porque todo lo que los seres humanos pueden pensar y decir sobre Dios y su relación con el mundo y con la humanidad depende del hecho que él creo todo esto" - Rolf Rendtorff.
Luego de las historia esenciales de la Creación y la caída en Génesis 1 al 3, la referencias al sábado en el pentateuco aparecen tanto en contextos narrativos como legales. Los profetas posteriores hicieron referencia a la creación y la vincularon con la nueva creación de Dios.

Reflexiona en la importancia de la doctrina de una Creación de seis días. En definitiva, ¿qué otra enseñanza es tan importante que Dios nos ordena que dediquemos una séptima parte de nuestra vida, cada semana, y sin excepción, a recordarla? 
¿Qué debería enseñarnos este solo hecho acerca de la importancia de recordar nuestros verdaderos orígenes, como se describe en el libro de Génesis?

III. CIRCUNSTANCIAS NUEVAS 

Después de cuarenta años de vagar por el desierto, había una nueva generación con recuerdos vagos (por no decir ninguno) de Egipto. Tuvieron una experiencia de vida muy diferente de la de sus padres. Esta nueva generación había sido testigo de la repetida falta de fe de sus padres y, como consecuencia, ellos también tuvieron que vagar por el desierto mientras la generación de sus padres iba muriendo. Tuvieron el privilegio de tener el Santuario en el centro del campamento y pudieron ver la nube que indicaba la presencia de Dios sobre el Tabernáculo. Cuando se movía, sabían que era hora de hacer las maletas y seguir. Esta nube que brindaba sombra durante el día y la columna de fuego que proporcionaba luz y calor durante la noche eran recordatorios constantes del amor y el cuidado de Dios por ellos. 

¿Qué recordatorio personalizado del reposo sabático tenían? Lee Éxodo 16:14 al 31. 

A diferencia de la teología popular, estos versículos prueban que el día de reposo sabático es anterior a la promulgación de la Ley en el Sinaí. El alimento especial que Dios proveyó era un recordatorio diario del hecho de que el Creador sustentaba su Creación. De una manera muy tangible, Dios suplía sus necesidades. Cada día era un milagro cuando la comida aparecía y desaparecía con el sol. Cada vez que alguien intentaba acumular para el día siguiente, se pudría y apestaba; y sin embargo, todos los viernes había suficiente para una ración doble, y lo que sobraba para comer el sábado se mantenía milagrosamente fresco. El Creador los sostendría todos los sábados. 

En Números 15:32 al 36 se encuentra a un israelita anónimo recogiendo leña. La naturaleza exacta de la actividad del hombre se describe mediante una forma del verbo qashash. El uso anterior del verbo en Éxodo 5:7, 12 es de particular interés ya que describe la recolección de paja por parte de los israelitas para la producción de ladrillos en respuesta a la creciente opresión egipcia. El uso de este verbo, según Mathilde Erey, sugiere que el hombre israelita, aunque liberado de la esclavitud, eligió actuar conscientemente  en contra de la ley de la libertad y, por lo tanto, se colocó nuevamente en la posición de un esclavo. El descanso de la liberación y la creación deben considerarse juntos.
Israel ahora tenía el servicio del Santuario y todas las leyes y los estatutos registrados en Levítico y Números. Aun así, el anciano Moisés convoca a todos, les repite su historia y repasa las leyes que Dios les ha dado (ver Deuteronomio 5:6-22). 

Esta nueva generación finalmente estaba preparada para ingresar en la Tierra Prometida. Israel estaba a punto de sufrir un cambio de liderazgo, y un Moisés anciano quería asegurarse de que esta generación recordara quiénes eran y cuál era su misión. No quería que repitieran los errores de sus padres. Y entonces repasa las leyes de Dios. Los Diez Mandamientos se repiten para que esta generación, a punto de conquistar Canaán, no se olvide de ellos. 

En nuestra experiencia personal, la segunda venida de Jesús podría nunca ser más que unos instantes después de nuestra muerte. Por lo tanto, su regreso está siempre cerca; quizá más de lo que imaginamos. La observancia del sábado ¿en qué medida nos recuerda no solo lo que Dios ha hecho por nosotros, sino también lo que hará por nosotros cuando regrese?

IV. OTRA RAZÓN PARA DESCANSAR 

Israel está acampado del lado oriental del Jordán. Ya habían tomado posesión de las tierras del rey de Basán y de dos reyes de los amorreos. Una vez más, en este momento crucial, Moisés reúne a Israel y les recuerda que el pacto hecho en el Sinaí no fue solo para sus padres, sino también para ellos. Luego continúa repitiendo los Diez Mandamientos, nuevamente para su beneficio. Compara Éxodo 20:8 al 11 con Deuteronomio 5:12 al 15. 

¿Cuál es la diferencia en la forma en que se expresa el mandamiento del sábado en estos pasajes? 

En Éxodo 20:8, el Mandamiento comienza con la palabra “Acuérdate”. Deuteronomio 5:12 comienza con la palabra “Guardarás”. La palabra “acuérdate” aparece un poco más adelante en el mismo Mandamiento (Deuteronomio 5:15). En este versículo, se les dice que recuerden que fueron esclavos. Aunque las personas de esta generación crecieron siendo libres, todos habrían nacido en la esclavitud si no fuera por el rescate milagroso. 

La alusión inicial a acordarse al comienzo del mandamiento del sábado en Éxodo 20:8 ya nos remonta a la creación. El mandamiento del sábado era para recordarles que el mismo Dios que estuvo activo en la historia de la Creación también estuvo activo en su liberación: “Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido” (Deuteronomio 5:15). El sábado no era una institución nueva establecida en el monte Sinaí. El texto bíblico se remonta a un tiempo antes de que la miseria de la esclavitud se convirtiera en la realidad de Israel. El sábado de Dios formaba parte de esa historia. De hecho, esta historia se remontaba al principio. El mandamiento del sábado ancla a Israel en la Creación.

La observancia del sábado ¿cómo puede ser un recordatorio de libertad y liberación? ¿Cómo podemos evitar que sea restrictivo y legalista? 
Encontramos aquí un fundamento diferente. Se insta a guardar y proteger los límites del tiempo del sábado. el versículo 15 ofrece una razón diferente. "Acuérdate que fuiste siervo". Dios no solo era el Creador, sino también el Libertador de Israel, su Salvador. Esta verdad se ajusta a las circunstancias de los israelitas de ese entonces, que se encontraban por segunda vez en la frontera de la Tierra Prometida, unos cuarenta años después de que la primera generación fracasara tan miserablemente. Eran tan impotentes para conquistar esta tierra como sus antepasados lo fueron para escapar de Egipto. Necesitaban a este Dios que actúa con “mano fuerte” y “brazo extendido”. 

Necesitaban recordar los hechos de salvación de Dios. Un Dios todopoderoso que los sostendría mientras se enfrentaban a desafíos aparentemente sin fin. Cada sábado les recordaba a su Creador y Redentor. El ritmo de descanso semanal de Dios es un recordatorio de nuestro origen y nuestro estado. Fuimos creados con amor y liberados de la esclavitud del pecado.

El sábado está a punto de adquirir una dimensión adicional. Debido a que Dios es el Dios de la liberación, Israel debe guardar el día de reposo (Deuteronomio 5:15). Por supuesto, la Creación no está lejos del mandamiento del sábado, incluso en Deuteronomio 5, a pesar de que la motivación sea diferente. En cierto sentido, la liberación de Israel de la tierra de Egipto es el punto de partida de una nueva Creación, similar a la historia de la Creación en Génesis. Israel, como pueblo liberado, es la nueva Creación de Dios (ver también, p. ej., Isa. 43:15). Y debido a que el Éxodo se considera un símbolo de la libertad del pecado, es decir, la redención, podemos encontrar en el sábado un símbolo tanto de la Creación como de la Redención. Por tanto, de una manera muy real, el sábado nos señala a Jesús, nuestro Creador y Redentor. 

Para el profeta Jeremías la Creación se convierte en el paradigma de la destrucción y sirve como punto de partida para la contextualización inspirada del juicio venidero.

Lee Juan 1:1 al 13. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre Jesús como nuestro Creador y Redentor?

V. LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO 

Dios ordena a su pueblo que guarde el día de reposo. Junto con los mandamientos de no matar y no robar está el de recordar el sábado, aunque la Biblia no nos da detalles sobre cómo debemos guardarlo exactamente. ¿Qué atmósfera deberíamos crear y promover el sábado? Ver el Salmo 92 e Isaías 58:13. Debido a que guardar el sábado significa celebrar la Creación y la Redención, su atmósfera debe ser de gozo y deleite en el Señor, y no de tristeza. La observancia del sábado no comienza el séptimo día. Como el primer sábado fue la culminación de la semana de la Creación, deberíamos acordarnos del día de reposo toda la semana, y planificar con anticipación para poder dejar a un lado nuestro trabajo semanal y, cuando llegue el sábado, “santificarlo”. Es clave prepararse intencionalmente durante la semana y especialmente en el día de preparación (Marcos 15:42), o viernes, y esto contribuye al deleite a medida que aumenta la expectativa para este día tan especial. 

¿Qué aspecto importante de la observancia del sábado se destaca en Levítico 19:3? 

La observancia del sábado también significa fomentar nuestra relación con familiares y amigos. Dios provee tiempo para el compañerismo familiar, y esto abarca el descanso incluso para los sirvientes y los animales de la familia (ver Éxodo 20:8-11). El sábado y la familia van juntos. Si bien el descanso y el tiempo en familia son principios importantes, la observancia del sábado también significa participar con nuestra familia de la iglesia de la adoración colectiva dedicada a Dios. Jesús asistió a los cultos de adoración y hasta se registra su participación en la predicación allí mientras estuvo en la Tierra. (Ver Levítico 23:3; Lucas 4:16; Hebreos 10:25). Aunque nuestras rutinas y nuestros ritmos semanales estén acelerados, en lo profundo de nuestro corazón hay un anhelo por el verdadero descanso del sábado, la verdadera comunión con nuestro Hacedor. 

"Aquel que declara que las debilidades de los padres serán castigadas en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que le aborrecen, y que manifestará misericordia en millares de generaciones a aquellos que le aman y guardan sus mandamientos no aceptará ninguna obediencia parcial, ni ningún interés dividido. No es asunto sin importancia robar a un vecino, y grande es el estigma impuesto al culpable de semejante acto; sin embargo, el que nunca defraudaría a sus semejantes, roba sin vergüenza alguna a su Padre celestial el tiempo que ha bendecido y apartado con un propósito especial". 4TI, 247. 

"Estimado hermano, sus obras difieren de la fe que profesa, y su único argumento es la miserable excusa de la conveniencia. En tiempos pasados, los siervos de Dios fueron llamados a dar su vida para vindicar su fe. La conducta que lleva no armoniza con la de los mártires cristianos, que sufrieron hambre y sed, tortura y muerte, antes que renunciar a su religión o a los principios de la verdad". 4TI, 247.

"Escrito está: "¿Qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" Santiago 2:14. Cada vez que dedica sus manos a trabajar en sábado niega virtualmente su fe" 4TI, 246.

"Su conducta rebaja la ley de Dios en la estima de sus amigos mundanos. Con ella les dice: “Podéis obedecer los mandamientos o no obedecerlos. Yo creo que la ley de Dios es, en cierto modo, obligatoria para los hombres; pero al fin y al cabo, el Señor no es tan escrupuloso como para exigir una observancia estricta de sus preceptos, y una transgresion ocasional no es castigada con severidad de su parte... Arguyen que si un hombre tan bueno, que cree que el séptimo día es el día de reposo, puede dedicarse a empleos mundanos en ese día cuando las circunstancias parecen requerirlo, seguramente ellos pueden hacer lo mismo sin ser condenados. Muchas almas lo enfrentarán en el día del juicio, y presentarán su influencia como argumento para explicar su desobediencia a la ley de Dios. Aunque esto no los disculpará de su pecado, será un terrible cargo en su contra". 4TI, 246.

"Dios ha hablado, y quiere que el hombre obedezca. No pregunta si le es conveniente hacerlo. El Señor de la vida y la gloria no tuvo en cuenta su conveniencia o placer cuando dejó su puesto y elevada jerarquía para venir a ser varón de dolores y experimentado en quebranto, para aceptar la ignominia y la muerte a fin de librar al hombre de las consecuencias de su desobediencia. Jesús murió, no para salvar al hombre en sus pecados, sino de sus pecados. El hombre ha de abandonar el error de sus caminos, seguir el ejemplo de Cristo, tomar su cruz y seguirlo, negándose a sí mismo y obedeciendo a Dios a toda costa". 4TI, 247.

Si nos acordamos de hacer un alto en todas nuestras actividades y hacemos planes de pasar tiempo con Dios y fomentar nuestras relaciones, podremos entrar en el ritmo y el descanso sabáticos. 
¿Cuál ha sido tu experiencia con el sábado y las bendiciones que se pueden obtener al guardarlo? 
¿Qué más podrías hacer para santificar este tiempo santo?

CONCLUSIÓN

“Dios dio a los hombres el recordativo de su poder creador con el fin de que pudieran discernirlo en las obras de sus manos. El sábado nos invita a contemplar la gloria del Creador [...]. En el santo día de descanso, más especialmente que en todos los demás días, debemos estudiar los mensajes que Dios ha escrito para nosotros en la naturaleza. [...] Cuando nos acercamos íntimamente al corazón de la naturaleza, Cristo hace que su presencia sea real para nosotros, y habla a nuestro corazón de su paz y su amor” (PVGM, 14, 15). 

“Una de las razones importantes por las que el Señor liberó a Israel de la esclavitud de Egipto fue para que pudieran guardar su santo sábado. [...] Evidentemente, Moisés y Aarón renovaron la enseñanza acerca de la santidad del sábado, porque Faraón se quejó con ellos: ‘Vosotros les hacéis cesar [al pueblo] de sus tareas’ (Éxodo 5:5). Esto indicaría que Moisés y Aarón comenzaron una reforma sabática en Egipto. “No obstante, la observancia del sábado no debía ser una conmemoración de su esclavitud en Egipto. La observancia como recuerdo de la Creación debía incluir un recuerdo gozoso de la liberación de la opresión religiosa en Egipto, que dificultaba la observancia del sábado. De la misma manera, la liberación de la esclavitud encendería para siempre en su corazón un tierno respeto por los pobres y los oprimidos, los huérfanos y las viudas” (EP, 549, nota del apéndice).

"En una vida completamente dedicada al beneficio ajeno, el Salvador hallaba necesario retirarse de los caminos muy transitados y de las muchedumbres que lo seguían día tras día. Debía apartarse de una vida de incesante actividad y contacto con las necesidades humanas, para buscar recogimiento y comunión ininterrumpida con su Padre. Como uno de nosotros, participante de nuestras necesidades y debilidades dependía enteramente de Dios, y en el lugar secreto de oración buscaba fuerza divina con el fin de salir fortalecido para enfrentar los deberes y las pruebas. En un mundo de pecado, Jesús soportó luchas y torturas del alma. En la comunión con Dios podía descargarse de los pesares que lo abrumaban. Allí encontraba bienestar y gozo" DTG, 330.

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