“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Salmos 84:2).
Tic-tac; tic-tac; tic-tac. El reloj hacía tic-tac constantemente y sin piedad. Solo faltaban dos horas para que comenzara el sábado. María suspiró mientras inspeccionaba el pequeño departamento. Los juguetes de los niños seguían tirados por toda la sala de estar; la cocina estaba hecha un desastre; Sara, la hija menor, estaba en cama con fiebre; y ella había aceptado colaborar como recepcionista en la iglesia al día siguiente, lo que significaba que tenían que salir de casa treinta minutos antes de lo normal.
- Ojalá pueda tener algo de tranquilidad mañana- pensó María con nostalgia.
Al mismo tiempo, al otro lado de la ciudad, José, el esposo de María, hacía fila para pagar las compras semanales. El tráfico nuevamente se había vuelto una pesadilla. Las filas de las cajas eran largas. Parecía que a todos se les había ocurrido hacer las compras en ese momento. Necesito descansar, no puedo seguir así, refunfuñó José por dentro. Tiene que haber algo más en esta vida.
¿Cómo podemos hallar descanso en medio de tanto ajetreo?
I. CANSADOS Y AGOTADOS
Veamos en Génesis 2:1 al 3. ¿Por qué Dios crearía un día de descanso antes de que alguien estuviera cansado?
Incluso antes de que la humanidad se lanzara a una estresante vida autoimpuesta, Dios estableció un marcador, una forma vívida de refrescar
nuestra memoria. Este día sería un momento para detenerse y disfrutar deliberadamente de la vida; un día para ser y no para hacer; un día para celebrar especialmente el don de la hierba, el aire, la vida silvestre, el agua, la gente, y sobre todo, del Creador de todo buen don.
Esta no era una invitación única que expiró con el exilio del Edén. Dios quería asegurarse de que la invitación pudiera resistir la prueba del tiempo, y por eso, desde el principio, entrelazó el descanso sabático en la estructura misma del tiempo. Siempre estaría la invitación, una y otra vez, a una reparadora celebración de la Creación cada séptimo día.
Cabría esperar que, con todos los dispositivos que nos ahorran trabajo,
estuviésemos menos cansados físicamente que la gente de hace doscientos años. Pero, en realidad, el descanso parece escasear en la actualidad. Incluso los momentos fuera del horario de trabajo se dedican a una actividad frenética. Siempre parece que de alguna manera estamos atrasados; no importa cuánto logremos hacer, siempre hay más por hacer.
Las investigaciones también muestran que dormimos menos y que muchos dependen mayormente de la cafeína para continuar. Aunque tenemos teléfonos móviles más rápidos, computadoras más rápidas, conexiones a Internet más rápidas, parece que nunca tenemos suficiente tiempo.
En este tiempo de Pandemia el grupo Barna de investigación, realizó un estudio con pastores en EEUU. Descubrieron que dos palabras los caracterizaban: Abrumados y exhaustos.
¿Qué enseñan los siguientes pasajes sobre por qué es importante descansar? Marcos 6:31; Salmo 4:8; Éxodo 23:12; Deuteronomio 5:14; Mateo 11:28.
El Dios que nos creó sabía que necesitaríamos descanso físico. Incorporó ciclos en el tiempo (la noche y el sábado) para ofrecernos una oportunidad de descanso físico. Reconocer a Jesús como el Señor de nuestra vida también implica tomarnos en serio la responsabilidad de dedicar tiempo a descansar.
Al fin y al cabo, el mandamiento del sábado no es simplemente una sugerencia. ¡Es un mandamiento!
El imperio de la velocidad
En 1899 se batió un récord de velocidad. En realidad, alguien había recorrido 63,15 kilómetros en una hora en un automóvil, ¡y vivió para contarlo! Hoy, por supuesto, los automóviles van mucho más rápido que eso. Y la velocidad de los procesadores de nuestros teléfonos móviles es mucho más rápida que la de las grandes computadoras más rápidas de hace una generación. Y los viajes aéreos
son más rápidos de lo que solían ser, y cada vez son más rápidos. La cuestión es que casi todo lo que hacemos hoy se hace más rápido que en el pasado. Y, sin embargo, ¿qué? Todavía andamos apurados y sin descanso suficiente. ¿Qué debería decirnos eso sobre la naturaleza humana básica y por qué Dios le dio tanta importancia al descanso, que es uno de sus Mandamientos?
¿Qué puedes contar de tu ajetreada existencia? ¿Qué puedes hacer para enriquecer tu experiencia con el descanso que Dios quiere que tengamos, tanto física como espiritualmente?
La presión constante de estar pendiente de las cosas, estar disponible (física o virtualmente) todo el tiempo y tratar de vivir de acuerdo con ideales que no son realistas ni dados por Dios puede enfermar a las personas emocional, física y espiritualmente. Tu iglesia, ¿cómo puede convertirse en un lugar acogedor para personas agotadas y cansadas que anhelan descansar en un mundo que parece una olla de presión?
II. ANDAR CON EL TANQUE VACÍO
La falta de sueño y el agotamiento por sobre esfuerzo físico son problemas reales. Sin embargo, lo más preocupante es cuando sentimos que andamos con el “tanque emocional vacío”. Y, por supuesto, cuando la falta de sueño se suma a las pruebas emocionales podemos desanimarnos terriblemente.
Baruc, el escriba de Jeremías, debió haberse sentido así a menudo durante los últimos años turbulentos de Jerusalén, antes del caos, el sufrimiento y los estragos que seguirían a la destrucción de la ciudad por parte de los babilonios.
Miremos un diagnóstico rápido de la salud emocional de Baruc. Jeremías 45:1-5
¿Puedes imaginarte cómo te sentirías si Dios te enviara un mensaje personalizado? Baruc recibió un mensaje directamente desde el Trono de Dios (Jeremías 45:2).
Se nos dice que esto sucedió “en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá”, alrededor de 605 o 604 a.C.
Jeremías 45:3 constituye un buen resumen de cómo se siente la gente cuando se queda sin nada.
Por todo lo que leemos en las Escrituras sobre este período, es evidente que las quejas de Baruc no eran lamentos superficiales. Tenía buenas razones para sentirse desanimado y emocionalmente agotado. Estaban ocurriendo muchas cosas malas, y vendrían más.
¿Cómo responde Dios a los dolores y las molestias de Baruc? Jeremías 45:4 y 5.
La respuesta de Dios al dolor real de Baruc nos recuerda el hecho de que la desesperación y el dolor de Dios debieron haber sido exponencialmente mucho más grandes que los de Baruc. Él había construido Jerusalén; estaba a punto de destruirla. Había plantado a Israel como una viña (Isaías 5:1-7); estaba a punto de arrancarla y llevarla al exilio. Esto no era lo que el Señor hubiese querido para su pueblo, pero tenía que suceder debido a su rebelión contra él.
Pero, había luz al final del túnel de Baruc. Dios preservaría la vida de Baruc, incluso en medio de la destrucción, el exilio y la pérdida.
¿Qué mensaje general podemos extraer para nosotros? Es decir, ¿qué dicen acerca de que Dios finalmente está allí para nosotros, sin importar nuestra situación?
III. CÓMO DEFINE EL DESCANSO EL ANTIGUO TESTAMENTO
Aunque Dios nos creó para la actividad, esa actividad debe estar equilibrada por el descanso.
El Antiguo Testamento en hebreo, por ejemplo, incluye una serie de términos que denotan reposo. La descripción del reposo de Dios en el séptimo día recién creado, en Génesis 2:2 y 3, utiliza el verbo shabat: “cesar la obra, descansar, tomar vacaciones”, que es la forma verbal del sustantivo “sábado”.
El mismo verbo se utiliza en Éxodo 5:5 en una forma causativa y se traduce como “hacer descansar a alguien” de su trabajo.
Incluso en el Edén, antes del pecado, se había instituido el reposo sabático. Además de la interesante implicación teológica de esta verdad, ¿qué debería decirnos acerca de cuán necesario era el descanso incluso en un mundo perfecto?
La referencia a la actividad de reposo de Dios en el séptimo día del cuarto Mandamiento se expresa mediante la forma verbal hebrea nuakh (Éxodo 20:11; Deuteronomio 5:14). El verbo se traduce como“descanso” en Job 3:13 o, más figuradamente, “detenerse”, haciendo referencia al Arca del Pacto en Números 10:36.
2 Reyes 2:15 señala que el espíritu de Elías “reposó” sobre Eliseo.
Otra forma verbal importante es shaqat: “estar quieto, otorgar alivio, estar tranquilo”. Se utiliza en Josué 11:23, donde se describe cómo la tierra descansa de la guerra después de la conquista inicial de Josué. El término a menudo parece indicar “paz” en los libros de Josué y Jueces.
El verbo 'raga' también se usa para indicar descanso. En las advertencias contra la desobediencia en Deuteronomio, Dios dice a Israel que no encontrará descanso en el exilio (Deuteronomio 28:65). El mismo verbo aparece también en forma causativa en Jeremías 50:34, al describir la incapacidad de brindar descanso.
En Deuteronomio 31:16 y 2 Samuel 7:12. ¿De qué tipo de descanso se habla?
Ambos versículos utilizan una expresión idiomática del verbo shakab,que literalmente significa “acostarse, dormir”. En el pacto de Dios con David, Dios promete al futuro rey de Israel que, “cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje” (2 Samuel 7:12).
Esta larga (aunque incompleta) lista de diferentes verbos en hebreo que denotan descanso nos ayuda a entender que el concepto teológico de reposo no está ligado a una o dos palabras en particular. Nosotros descansamos en forma individual y colectiva. El descanso nos afecta física, social y emocionalmente, y no se limita al sábado solamente.
La muerte es sin duda una enemiga, y algún día será abolida. Y, por más que lloremos y extrañemos a nuestros muertos, ¿por qué es reconfortante saber que, al menos por ahora, ellos descansan?
IV. EL DESCANSO EN EL NUEVO TESTAMENTO
Una forma verbal para descanso que se encuentra a menudo en el Nuevo Testamento es anapauō: “descansar, relajarse, renovarse”. Se usa en una de las declaraciones más famosas de Jesús sobre el descanso, Mateo 11:28:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Puede referirse al descanso físico (Mateo 26:45). En el saludo final a los corintios, Pablo expresa su gozo por la llegada de amigos que confortaron su espíritu (1 Corintios 16:18).
Otro verbo que se utiliza para indicar reposo es hēsychazō. Describe el descanso sabático de los discípulos mientras Jesús reposaba en la tumba (Lucas 23:56). Pero también se utiliza para describir una vida serena (1 Tesalonicenses 4:11) y puede indicar que alguien no tiene objeciones y, por lo tanto, se queda callado (Hechos 11:18).
Cuando la Epístola a los Hebreos, en Hebreos 4:4, describe el descanso de la Creación de Dios en el séptimo día, utiliza el verbo griego katapauō, “hacer cesar, brindar descanso, descansar”, haciéndose eco del uso que le da la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento. Curiosamente, la mayoría de los usos de este verbo en el Nuevo Testamento aparecen en Hebreos 4.
En Marcos 6:30 al 32. ¿Por qué Jesús dijo a sus discípulos que se apartaran a descansar, considerando las muchas oportunidades misioneras que tenían en ese momento?
“Venid vosotros aparte [...] y descansad un poco” (Marcos 6:31) no está formulado como una invitación. Se expresa en forma de imperativo, que es una orden o un mandato. Jesús estaba preocupado por sus discípulos, y su bienestar físico y emocional. Acababan de regresar de un extenso viaje misionero, al que Jesús los había enviado de dos en dos (Marcos 6:7). Marcos 6:30 describe su entusiasmo al regresar. Debieron haber tenido el corazón rebosante. Querían compartir sus victorias y sus fracasos con Jesús; sin embargo, Jesús detiene todo llamándolos primero a descansar. Marcos incluye una nota explicativa: “Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer” (Marcos 6:31).
¿Es posible que estemos demasiado ocupados, incluso haciendo cosas buenas para Dios?
Estar abrumados y demasiado ocupados en los asuntos de Dios también es un verdadero desafío para los discípulos. Jesús nos recuerda que debemos proteger nuestra salud y nuestro bienestar emocional planificando períodos de descanso.
¿Cuáles son las formas de ayudar y aliviar al pastor o al anciano de tu iglesia local, o a cualquiera que conozcas que podría estar agotado por hacer la obra del Señor?
¿Qué podrías hacer para expresar tu agradecimiento y ayudar a esta persona a descansar?
V. “ERRANTE Y EXTRANJERO”
¿Qué hizo de Caín un “errante y extranjero” (Génesis 4:12) en la Tierra?
El texto bíblico no indica explícitamente por qué Dios aceptó a Abel y su ofrenda pero no “miró con agrado” a Caín ni su ofrenda (Génesis 4:4, 5). Pero nosotros sabemos por qué.
“Caín se presentó a Dios con murmuración y escepticismo en el corazón tocante al sacrificio prometido y a la necesidad de ofrendas expiatorias. Su ofrenda no expresó arrepentimiento por el pecado. Sentía, como muchos sienten hoy, que seguir exactamente el plan indicado por Dios y confiar plenamente en la Expiación del Salvador prometido para su salvación sería reconocer su debilidad. Prefirió depender de sí mismo. Se presentaría confiando en sus propios méritos” (PP, 59).
Cuando Dios dijo que Caín sería “errante y extranjero” en la Tierra, no es que Dios lo haya decidido así; más bien, eso sucedió como resultado de sus actos pecaminosos y su desobediencia. Al no encontrar descanso en Dios, Caín descubrió que no podía hallar verdadero descanso de ninguna otra forma.
La palabra hebrea traducida como “mirar con agrado” (Génesis 4:4) también podría traducirse como “mirar de cerca, considerar cuidadosamente”. El énfasis de la mirada cuidadosa y cercana de Dios no está tanto en la ofrenda sino, más bien, en la actitud del oferente. El rechazo de Dios a la ofrenda del fruto de Caín no es una reacción arbitraria de un Dios caprichoso. Más bien, describe el proceso de considerar y sopesar cuidadosamente el carácter, las actitudes y las motivaciones de quien trae la ofrenda. Este es un buen ejemplo de Juicio Investigador.
Génesis 4:13 al 17 describe la reacción de Caín al juicio de Dios.
Cuando tratamos de huir de la presencia de Dios, nos inquietamos. Tratamos de llenar el anhelo de la gracia divina con cosas, relaciones humanas o una vida demasiado ocupada. Caín comenzó a construir una dinastía y una ciudad. Ambos son grandes logros, y hablan de determinación y energía; pero, si se trata de una dinastía impía y una ciudad rebelde, en última instancia no llegarán a nada.
Incluso si terminamos sufriendo las consecuencias de nuestros pecados, como suele pasar, ¿cómo podemos aprender a aceptar el perdón que se nos ofrece mediante la Cruz?
CONCLUSIÓN
“En la estima de los rabinos, el summum de la religión era estar siempre en bulliciosa actividad. Ellos dependían de alguna realización externa para manifestar su piedad superior. Así separaban sus almas de Dios y se encerraban en la suficiencia propia. Todavía existen los mismos peligros. Al aumentar la actividad, si los hombres llegan a tener éxito en ejecutar algún trabajo para Dios, existe el peligro de que confíen en los planes y los métodos humanos. Tienden a orar menos y a tener menos fe. Como los discípulos, corremos el peligro de perder de vista nuestra dependencia de Dios y tratar de hacer de nuestra actividad un salvador. Necesitamos mirar constantemente a Jesús comprendiendo que es su poder el que realiza la obra. Aunque debemos trabajar fervientemente para la salvación de los perdidos, también debemos dedicar tiempo a la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios. Es únicamente la obra realizada con mucha oración y santificada por el mérito de Cristo la que al fin habrá resultado eficaz para el bien” (DTG, 329).
La crisis se está acercando gradual y furtivamente a nosotros. El sol brilla en los cielos y recorre su órbita acostumbrada, y los cielos continúan declarando la gloria de Dios. Los hombres siguen comiendo y bebiendo, plantando y edificando, casándose y dándose en casamiento… Satanás ve que su tiempo es corto. Ha puesto todos sus agentes a trabajar a fin de que los hombres sean engañados, seducidos, ocupados y hechizados hasta que haya terminado el tiempo de gracia, y se haya cerrado para siempre la puerta de la misericordia (DTG, 590).
El hecho de que un hombre no sea hipócrita, no amengua en absoluto su condición de pecador. Cuando las exhortaciones del Espíritu Santo llegan al corazón, nuestra única seguridad reside en responder a ellas sin demora. Cuando llega el llamamiento: “Ve hoy a trabajar en mi viña”, no rechacéis la invitación. “Si oyereis su voz hoy, no endurezcáis vuestros corazones”. Hebreos 4:7. Es peligroso demorar la obediencia. Quizá no oigamos otra vez la invitación…
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