“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo” (Éxodo 31:16).
El día de reposo sabático es como un clavo que (¡toc!) con una regularidad inquebrantable nos devuelve cada semana al fundamento de todo lo que somos o podríamos ser. Estamos tan ocupados, corriendo de un lado a otro, gastando dinero, ganando dinero, yendo de aquí para allá, a todas partes; y luego, ¡toc!, llega el sábado y nos reconecta con nuestro fundamento, el punto de partida de todo lo demás, porque algo que no significa nada para nosotros llega a ser fundamental solo porque Dios lo creó.
Con una regularidad incesante y sin excepciones, el sábado aparece silenciosamente en el horizonte y en cada grieta y recodo de nuestra vida. La celebración del sábado produce regeneración física, mental y espiritual, nos trae descanso y renovación. Los que guardan el sábado reconocen a Dios como el señor del Pacto, el Señor de su vida. El sábado es una señal del pacto en tres dimensiones: Tiene un significado para el aquí y el ahora, reflexiona sobre el pasado, y alcanza hasta el futuro cuando finalmente experimentaremos la libertad absoluta e ilimitada que supondrá la redención final. Es un día en que dejamos todo de lado en nuestra vida excepto a Dios, y nos tomamos el tiempo para fortalecer nuestra relación con él. Nos recuerda que cada grieta y recodo pertenece a nuestro Hacedor, aquel que nos puso aquí, aquel que “en el principio” creó los cielos y la Tierra. Un acto que continúa siendo el fundamento irrefutable de toda creencia cristiana, y del que el sábado (¡toc!) es la señal irrefutable, modesta e inconmovible.
Esta semana veremos esta señal en el contexto del pacto del Sinaí.
¿Dónde tiene su origen el sábado?
¿Qué evidencia prueba que el sábado existió antes del Sinaí?
¿Qué hace que el sábado sea una señal del Pacto tan apropiada?
I. LOS ORÍGENES
Muy a menudo escuchamos la expresión: el “antiguo sábado judío”. Sin embargo, la Escritura es clara en cuanto a que el sábado existía mucho antes de que existiera el pueblo judío. Su origen se remonta a la semana misma de la Creación.
Leamos:
"Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación." Génesis 2:2, 3;
"Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo[ y lo santificó." Éxodo 20:11.
Por medio del día de reposo, el Señor transmite la bendición divina a la persona que lo guarda, uniéndose así al Señor por medio del pacto. A cualquiera que entable una relación de compañerismo y comunión con Dios por medio del sábado, será bendecido con vida plena en los ámbitos físico, mental y espiritual.
¿Dónde ubican, clara e inequívocamente, el origen del sábado?
Aunque Génesis 2:2 y 3 no identifica el “séptimo día” como el sábado (esta identificación aparece por primera vez en Éxodo 16:26, 29), se sugiere claramente en la frase “reposó el día séptimo” (Génesis 2:2). La palabra reposó (hebreo, shabat) se relaciona con el sustantivo sábado (hebreo, shabbat).
El término reposo deriva de la forma verbal hebrea shabath (reposar, celebrar, cesar, desistir del trabajo, poner fin, descansar, completar, guardar el sábado, observar) Curiosamente este verbo está relacionado con la observancia del shabath.
"Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová." Levítico 25:2.
“No se emplea la palabra ‘sábado’ [en Génesis 2:2, 3], pero es cierto que el autor quiso afirmar que Dios bendijo y santificó el séptimo día como día de reposo sabático” (G. F. Waterman, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, t. 5, p. 183). Evidentemente, Génesis 2:2 y 3 enseña el origen divino y la institución del sábado como día de bendición para toda la humanidad. El shabath cumple una función cosmológica, mas que simplemente teológica. Sirve para explicar qué opinaba Yahveh de su creación. Básicamente, Yahveh imprimió su sello divino en este día como un testamento inmutable de su majestuosa función como Artífice cósmico. Por lo tanto, cuando Yahveh descansó el séptimo día, lo reservó divinamente para el cosmos.
"El sábado es la pausa que refresca. El patrón es de seis días y un día. Seid días de trabajo y un día de descanso...Yahveh, el director de la sinfónica cósmica, ordena su composición en un compás de 6/7. ¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, descanso!" (Sabbath Roots: The African Connection, 58) "El día de reposo del cuarto mandamiento fue instituido en el Edén" (HR, 145).
Lee Marcos 2:27. Jesús dice que el sábado fue hecho literalmente para el “hombre”, término genérico que abarca a la humanidad en su conjunto, en contraposición a los judíos solamente.
¿Por qué Dios descansó el séptimo día? ¿Lo necesitaba? ¿Qué otro propósito podría haber tenido su descanso?
Aunque algunos comentaristas han sugerido que Dios necesitaba descanso físico después de la Creación, el verdadero propósito del descanso de Dios era brindar un ejemplo divino para la humanidad. La humanidad también debe trabajar durante seis días y luego descansar el sábado. El teólogo Karl Barth sugirió que el reposo de Dios al final de la Creación era parte del “pacto de gracia”, en el que se invitaba a la humanidad ‘a descansar con él [...] participar en el reposo [de Dios]’ ” (Church Dogmatics, t. 3, parte 1, p. 98).
Al día siguiente de la creación del hombre y la mujer, Dios, en su amor, los llamó a descansar en camaradería, a establecer una comunión íntima con él, a cuya imagen habían sido creados. Ese compañerismo y esa comunión durarían para siempre. Desde la caída de la humanidad, el sábado ha ofrecido un punto culminante semanal en nuestra vida con el Salvador.
¿Cómo responderías si alguien te preguntara cómo ha beneficiado la observancia del sábado tu relación con el Señor?
II. EL SÁBADO ANTES DEL SINAÍ
"Los misiólogos reconocen una conciencia hebraica entre los pueblos africanos...W.W.Oliphant, un líder de la iglesia africana en los primeros años del siglo XX, dice que "el sábado en Etiopía se ha guardado desde los días de Nimrod, alrededor de 2140 AC, es decir, 700 años antes del nacimiento de Moisés... Los africanos o etíopes, habían observado el sábado antes de los días de nimrod, el hijo de Cus" (Sabbath Roots: The African Connection, 26).
“Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana” (Éxodo 16:23).
Observa lo que revela este relato:
1. Solo se podía usar una porción regular de maná por día, pero al sexto día se debía recolectar doble porción.
2. No se encontraba maná en sábado.
3. La porción extra necesaria para el sábado se conservaba intacta desde el sexto día, pero el maná no se conservaba intacto ningún otro día.
¿Qué revela esta historia sobre la santidad del sábado antes de la promulgación de la Ley en el Sinaí? (Ver Éxodo 16:23-28.)
Dios les enseña a los israelitas, antes de la experiencia en el Sinaí, la importancia de guardar el sábado. Dios elige el regalo milagroso del maná como una oportunidad para enseñarles sobre el regalo más grande y perpetuo del sábado. Por lo menos de tres maneras, el regalo del maná servía para identificar el sábado y resaltar su carácter santo:
1. Cada día caía una porción regular de maná, pero al sexto día les daba una porción doble.
2. No caía maná el sábado.
3. La porción que se guardaba desde el sexto día de reposo se conservaba intacta, mientras que cualquier remanente de otros días terminaba dañándose.
“De hecho, la ecuación del sábado con el séptimo día; la declaración de que el Señor les dio a los israelitas el sábado y el registro de que el pueblo, por orden de Dios, descansó el séptimo día; inequívocamente, todo apunta a la institución primigenia [en la Creación] del sábado” (G. F. Waterman, The Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible, t. 5, 184).
1. ¿Cuál es el día de preparación para el sábado?
2. ¿Qué día de la semana es sábado?
3. ¿Qué clase de día debía ser el sábado?
4. El sábado ¿es un día de ayuno?
5. El sábado ¿es una prueba de lealtad a Dios?
Tu conocimiento del sábado en la actualidad ¿en qué medida coincide con lo que enseña Éxodo 16 sobre el sábado?
III. LA SEÑAL DEL PACTO
“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó” (Éxodo 31:16, 17).
No hay duda de que los diez mandamientos no solo constituyen el corazón de los cinco libros de Moisés, sino de toda la Escritura. En ellos yace el fundamento de Dios para nuestra vida, ya que definen la relación del hombre con sus semejantes y con Dios. El decálogo como ley es legalmente vinculante, aunque no en un sentido restrictivo. Sus términos representan el amor de Dios por los seres humanos, así como la naturaleza y el carácter de Dios. Los diez mandamientos eran representativos del amor de Dios, en el sentido que sus mandatos, tanto negativos como positivos, no conducían a una restricción de la vida, sino a la plenitud de ella. Exigían una respuesta de amor, no porque la obediencia de alguna manera acumularía crédito ante los ojos de Dios, sino porque la gracia de Dios, experimentada ya durante la liberación de Egipto y en la iniciativa divina de la promesa del pacto, provocaría tal respuesta del hombre en gratitud.
Cuatro veces las Escrituras designan el sábado como una “señal” (Éxodo 31:13, 17; Ezequiel 20:12, 20). Una “señal” no es un “símbolo” en el sentido de que sea algo que tipifique, represente o recuerde otra cosa naturalmente, porque ambos comparten cualidades similares (p. ej., un símbolo de un puño a menudo denota “poder”). En la Biblia, el sábado como “señal” funcionaba como una marca, un objeto o condición exterior, destinado a transmitir un mensaje distintivo. Nada de la señal en sí la vinculaba especialmente con el Pacto. El sábado era una señal de pacto “entre mí y vosotros por vuestras generaciones” (Éxodo 31:13) solo porque Dios dijo que así era.
¿Por qué el Señor usaría el día de reposo como una señal del Pacto? ¿Qué tiene el sábado que lo hace un símbolo tan apropiado de la relación salvífica con Dios? Si recordamos que un aspecto esencial del Pacto es que somos salvos por gracia, que las obras no pueden salvarnos, ¿qué tiene el sábado en sí que lo convierte en un símbolo tan bueno de esa relación? (Ver Génesis 2:3; Hebreos 4:1-4.)
Que una persona guarde el día de reposo con el espíritu correcto significa que está en na relación salvífica con Dios. El nuevo Pacto es un acuerdo entre tú y Dios basado en una relación íntima. El sábado es un tiempo de calidad que pasas con Dios. Entonces, obviamente, la observancia del sábado es importante para la relación de pacto. ¿Cómo podemos restaurar la santidad y el gozo del sábado en el estilo de vida individual y colectivo?
Lo fascinante del sábado como señal del Pacto de gracia es que durante siglos los judíos han entendido que el sábado es la señal de la redención mesiánica. Veían en el sábado un anticipo de la salvación en el Mesías.
Debido a que entendemos que la Redención proviene solo de la gracia, y porque entendemos que el Pacto es una alianza de gracia, el vínculo entre el sábado, la Redención y el Pacto se hace evidente (ver Deuteronomio 5:13-15). Por lo tanto, contrariamente a la opinión común, el sábado es una señal de la gracia salvífica de Dios; no es una señal de salvación por obras.
¿Cómo entiendes lo que significa “descansar” en sábado? ¿Cómo descansas el sábado? ¿Qué haces diferente ese día que lo convierte en una “señal”? Alguien que te conoce ¿podría observar tu vida y ver que el sábado es realmente un día especial para ti?
Dios quería que el hombre hiciera todo su trabajo en los primeros seis días de la semana porque el séptimo día es el sábado del Señor, vinculando la prohibición de hacer cualquier trabajo en sábado con el hecho de que el Señor mismo creó todo en seis días y descansó el séptimo día.
Hazte esta pregunta: Guardar el sábado ¿me ha ayudado a fortalecer mi experiencia con el Señor? Si no es así, ¿qué cambios puedes hacer?
Se ha dicho que la enseñanza es falsa si produce una religión que consiste únicamente en la observancia de lo externo. ¿Cuán fácil es confundir la espiritualidad, nuestra relación con Cristo, con las prácticas religiosas? ¿Cuáles son sus peligros? ¿Podría existir el peligro de que la iglesia caiga en esa trampa?
¿Cuál es el peligro de ser legalista con restricciones tan estrictas que nos hunden en debates abismales y no dejan espacio para pensar en el prójimo? ¿En qué medida podemos estar atrapados en baches legalistas? ¿Significa esto que debemos descartar las normas de la iglesia que no sean puramente bíblicas?
¿Crees que la gente te considera un observador de la ley o un amante de Dios? Tus prácticas de observancia del sábado ¿se centran en lo que puedes y no puedes hacer? ¿O se orientan en fortalecer tu relación con tu Salvador?
IV. SEÑAL DE SANTIFICACIÓN
“En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico” (Éxodo 31:13).
Un pasaje referente al sábado excepcionalmente rico es Éxodo 31:12 al 17, que esboza las instrucciones del Señor para la construcción del Santuario y el establecimiento de sus servicios (Éxodo 25:1-31:11).
El concepto del sábado como “señal”, una señal visible, externa y eterna entre Dios y su pueblo, se expresa aquí de esta manera por primera vez.
El texto en sí contiene algunos conceptos fascinantes dignos de nuestro estudio. En este texto se unen dos nuevas ideas:
1. El sábado como señal de conocimiento.
2. El sábado como señal de santificación. Indica que el Señor "santifica" a su pueblo.
Considera el aspecto de la señal relacionada con el conocimiento. La interpretación hebrea del conocimiento incluye aspectos intelectuales, relacionales y emocionales. En este sentido, “saber” no significaba simplemente conocer un hecho, especialmente cuando este involucraba a una persona.
También implicaba mantener una relación significativa con aquel a quien se conoce. Por lo tanto, conocer al Señor significaba tener una buena relación con él: servirlo (1 Crónicas 28:9); temerlo (Isa. 11:2); creerle (Isa. 43:10); confiar en él y buscarlo (Sal. 9:10); e invocar su Nombre (Jeremías 10:25).
Busca cada uno de los versículos del párrafo anterior. ¿De qué manera estos textos nos ayudan a comprender lo que significa “conocer” al Señor?
Además, el sábado tiene un significado como señal de santificación. Implica que Jehová “santifica” a su pueblo (comparar con Levítico 20:8) al hacerlo “santo” (Deuteronomio 7:6).
"Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jehová." Levítico 19:30.
Observa cómo se vinculan el Santuario y el sábado. En vista de lo que hemos aprendido hasta ahora, ¿de qué es señal el sábado? ¿Por qué tiene tanto sentido ese vínculo?
El proceso de santificación es tanto la obra del amor redentor de Dios como la obra salvífica y redentora de Dios. La justificación y la santificación son actividades de Dios: “Yo Jehová [...] os santifico” (Lev. 20:8). Por lo tanto, el sábado es una señal que imparte el conocimiento de Dios como Santificador.
“El sábado, que fue dado al mundo como señal de que Dios es el Creador, es también la señal de que es el Santificador” (6TI, 352).
La persona que guarda el sábado con el espíritu correcto manifiesta, por lo tanto, que está en una relación de salvación con Dios. El sábado como señal imparte al creyente primeramente el conocimiento de que el Señor es el Dios del pacto. También indica de que el Señor "santifica" a su pueblo al convertirlos en una "nación santa". El sábado es una señal que nos indica que Dios es el Santificador. El sábado es una señal de conocimiento.
En Deuteronomio 5:12-15 Podemos encontrar dos motivaciones:
1. Al igual que Éxodo 20: "El séptimo día es reposo para el Señor tu Dios"+
2. Es significativamente diferente. "Porque fuiste siervo en tierra de Egipto, y Jehová, tu Dios, te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido".
Así que Éxodo 20 se refiere a la creación del mundo y Deuteronomio 5 se refiere a otro comienzo, el comienzo del pueblo de Dios. Así, la Creación es el tema común: El poder creativo de Dios. Conocer al Dios de los nuevos comienzos.
"Yahveh, después de haber puesto lo mejor en su creación, declara que es muy buena. Entonces, como artista consumado que es, Dios toma de la tela del tiempo, esculpida a partir de horas y minutos y hecha de la sustancia de la eternidad. Un regalo de su mismo corazón." "Debe tenerse en cuanta que Dios no hace el sábado y lleva a la humanidad hacia este. Él crea a Adán y Eva y les trae el sábado" (Sabbath Roots: The African Connection, 51).
Reflexiona sobre el día de reposo y el proceso de santificación, y el hecho de ser santificados. ¿Qué función cumple la observancia del sábado en este proceso? ¿Cómo puede el Señor valerse de nuestra experiencia de observancia del sábado para santificarnos?
V. ACUÉRDATE DEL SÁBADO
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).
El sábado fue y es una señal para que el hombre se acuerde, o recuerde.
El uso de la palabra acordarse puede tener varias funciones. En primer lugar, acordarse de algo implica mirar hacia atrás, mirar hacia el pasado. En este caso, el sábado nos señala la Creación por mandato divino, que culminó con la institución del sábado como día de descanso semanal y de comunión especial con Dios.
El mandato de recordar tiene implicaciones también para el presente.
No solo debemos “recordar” el sábado (Éxodo 20:8), debemos “guardarlo” y “santificarlo” (ver Deuteronomio 5:12). Por lo tanto, el sábado tiene importantes implicaciones para nosotros ahora, en el presente.
Finalmente, recordar el sábado también nos señala hacia adelante. Quien se acuerda de guardar el sábado tiene un futuro prometedor, rico y significativo con el Señor del sábado; su relación de pacto permanece porque persevera en el Señor. Nuevamente, cuando entendemos que el Pacto es una relación entre Dios y la humanidad, el sábado, que puede ser de gran ayuda para fortalecer esa relación, adquiere una importancia específica.
El conocimiento del sábado solo puede olvidarse en rebelión contra el Dios que creó todas las cosas. "Por eso, el mandamiento del sábado comienza con acuérdate. El sábado siempre se remonta al eventos de la creación." "Si Jehová nos ordena hoy que recordemos el sábado, debió haber habido un tiempo en que él ordenó su observancia por primera vez. De hecho, este es el mensaje de la experiencia de Israel con el maná, que Jehová enviaba durante seis días pero lo discontinuaba el séptimo. En este caso, no repite el mandato porque, incluso antes del monte Sinaí, lo conocían. El hecho de que la palabra "acuérdate se inserte en el mandamiento indica que se ha dado antes, y no necesita reiterarse constantemente." /Sabbath Roots:The african Connection, 79, 80).
De hecho, al recordar la Creación y a su Creador, el pueblo de Dios también recuerda los misericordiosos actos de salvación por parte de Dios (ver Deuteronomio 5:14, donde el sábado se considera, en este contexto, una señal de la liberación de Egipto, y un símbolo de la salvación definitiva que se encuentra en Dios). La Creación y la Re-Creación van juntas. La primera hace posible la segunda. El sábado es una señal que comunica que Dios es el Creador del mundo y el Creador de nuestra salvación.
La palabra acuérdate se incluyó porque necesitamos decir "Sí" al Señor del sábado poniéndonos a su disposición. Significa, en vez de confiar en nuestras propias realizaciones, reconocer lo que Dios ha hecho por nosotros. Significa dejar de preocuparnos por las cosas que deseamos y empezar a ocuparnos de las necesidades de los otros... Significa olvidar nuestros intereses egoístas para, como María, honrar a Cristo como nuestro huésped de honor" (Reposo divino para la inquietud humana, 96).
“Mediante la santificación del sábado debemos demostrar que somos su pueblo. Su Palabra declara que el sábado ha de ser la señal que distinguirá al pueblo que guarda los mandamientos. [...] Los que guardan la Ley de Dios serán uno con él en la gran controversia comenzada en el cielo entre Satanás y Dios” (2MS, 196).
Analiza esta declaración de la sierva del Señor. ¿Qué tiene el sábado que lo convierte en algo que nos puede distinguir como “el pueblo que guarda los mandamientos” quizá más que cualquiera de los otros mandamientos?
Como una señal de reconocimiento, el sábado separa al pueblo de Dios del resto de la humanidad. El pueblo de Dios es reconocido por el sábado. Dios los mantiene separados para servir al mundo.
"Mediante la santificación del sábado debemos demostrar que somos su pueblo. Su Palabra declara que el sábado ha de ser la señal que distinguirá al pueblo que guarda los mandamientos. De este modo ha de mantener un conocimiento de aquel que es su Creador. Los que guardan la ley de Dios serán uno con él en la gran controversia comenzada en el cielo entre Satanás y Dios". 2MS, 196.
El sábado es una señal de separación y una marca distintiva del pueblo de Dios, haciéndolo visible dentro de la esfera del gran conflicto entre los poderes del bien y los poderes del mal.
"Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico." Éxodo 31:13.
"El sábado, que fue dado al mundo como señal de que Dios es el Creador, es también la señal de que él es el Santificador" 6TI, 352.
CONCLUSIÓN
El creyente que verdaderamente entiende el significado del sábado y de su observancia sabe que el Señor del sábado también es su Señor. Su Señor es el Creador. Su Señor es el Redentor. Su Señor es también el Santificador. El sábado es el sello de la relación entre Dios y su pueblo. Al guardar el sábado, como lo hizo nuestro Señor al final de la semana de la Creación, el creyente lo reconoce como Creador y Recreador (Redentor y Santificador). También reconoce la propiedad y la autoridad de Dios sobre toda la creación, incluso sobre sí mismo. Hace que el creyente sea parte de la comunidad de verdaderos adoradores del pacto.
El sábado es sin duda un regalo de Dios para los seres humanos. este proporciona un tiempo divinamente diseñado para el descanso humano en medio de la inquietud de la humanidad.
Los Diez Mandamientos definen en forma integral y fundamental las relaciones humanas y divino-humanas. El mandamiento que está en el centro del Decálogo es el del sábado. Este identifica al Señor del sábado de una manera especial e indica su esfera de autoridad y propiedad. Toma nota de estos dos aspectos: (1) la identidad de la Deidad: Yahvéh (Señor), que es el Creador (Éxodo 20:11; 31:17) y, por lo tanto, quien ocupa un lugar único; (2) la esfera de su propiedad y autoridad: “los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay” (Éxodo 20:11; comparar con 31:17). En estos dos aspectos, el mandamiento del sábado tiene las características típicas de los sellos de los documentos de tratados internacionales del antiguo Cercano Oriente.
Estos sellos generalmente se encuentran en el centro de los documentos de un tratado y también contienen (1) la identidad de la deidad (generalmente, un dios pagano) y (2) la esfera de propiedad y autoridad (generalmente, un área geográfica delimitada).
“La santificación del Espíritu destaca la diferencia entre aquellos que tienen el sello de Dios y los que guardan un día falso de reposo.
“Cuando llegue la prueba, se manifestará claramente qué es la marca de la bestia: es la observancia del domingo. [...]
“Dios ha establecido el séptimo día como su día de reposo. [Éxodo 31:13, 17, 16.] De este modo, se traza la distinción entre los leales y los desleales. Los que desean tener el sello de Dios en su frente deben guardar el día de reposo del cuarto Mandamiento” (“Comentarios de Elena de White”, en 7CBA, 991, 992).
El día de reposo es una señal del Pacto que se extiende hasta el momento de la consumación del Plan de Salvación. Este rememora la Creación y, como señal del Pacto de gracia, nos indica la Re-Creación final, cuando definitivamente Dios haga nuevas todas las cosas.
Usando el sábado como un barómetro, verifica si basas tus creencias religiosas o rituales en una relación con Jesús. Las actividades sabáticas de Jesús ¿Cómo reflejaban su relación con el Padre? ¿Qué cambios específicos crees que necesitas hacer en tus prácticas de observancia del sábado?
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