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Una Cosa he demandado a Jehová - Paz para tu vida

BASE BÍBLICA: 

“Una cosa he demandado a Jehová”, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” Salmos 27:4. 
INTRODUCCIÓN. 

Años atrás conocí un hermano que gozaba de buena posición económica, era un buen cristiano, fiel a sus principios. Un día lamentablemente se le diagnosticó cáncer en el estómago, enfermedad de la que murió. Un día cuando ya su enfermedad había avanzado, platiqué con él, durante la platica me dijo: 

- Yo he prometido a Dios que si el me levanta de esta enfermedad voy a dedicar toda mi vida a predicar el evangelio a otros, dedicaré mis bienes que he adquirido para la obra misionera. 

Creo que el hermano tenía buenas intenciones, con el deseo que su salud sea devuelta los bienes materiales era lo de menos. El demandó al Señor un deseo. Deseo que a la vista del hombre no se cumplió. 

Primero dejemos en claro todos los sinónimos de la palabra demandar, significa: suplicar, pedir, rogar, solicitar, implorar, exigir, emplazar, reclamar. 

En la Biblia encontramos varios personajes que hicieron su demanda. 

Agur, nombre Alegórico de Salomón, presenta a Dios dos demandas que desea que se cumplan durante su vida. 

La primera demanda. Que Dios lo aparte de la mentira. 

La segunda demanda. Que no le de pobreza, ni riqueza, es decir que mantenga en un término medio. Proverbios 30:7-9. 

En nuestro tiempo, Demandar algo a alguien se escucha como una exigencia absoluta. Pero como dijimos antes; demandar es sinónimo de; pedir, solicitar, implorar, exigir o reclamar. Son términos más entendibles. 

Notemos estas palabras en Esther 5:6-8: “Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida. Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi demanda es esta: Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado."

Que privilegio es hallar gracia ante los ojos de una persona o de Dios. Esta expresión se usaba con frecuencia para hablar con alguien que se deseaba honrar particularmente.

El apostol Pablo nos invita a que "lleguemos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y “hallar gracia para el oportuno socorro” Hebreos 4:16. 

Volvamos a la palabra demandar, que es la que nos interesa. Daniel dijo: "Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne" Daniel 2:11. 

Jesús dijo: "Porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá." Lucas 12:48. 

UNA COSA HE DEMANDADO A JEHOVÁ, PARA ESTAR EN PAZ CON ÉL. 

David después de pasar por unos momentos muy difíciles dijo: “Una cosa he demandado a Jehová”. Cuando era joven mostró gran fortaleza. Controlándose ante el acoso constante del rey Saúl. Cuando él llegó a ser rey demostró mucha paciencia con la gente, en particular con Is-boset hijo de Saúl que se quiso revelar contra él (2 Samuel 2:8). 

David, siempre busco la dirección de Dios. Siempre trató de cumplir sus votos que prometió a Dios, en gratitud a su amabilidad recibida. Mostró su carácter firme hacia la preocupación de sus padres. Tuvo mucha habilidad para transformar un grupo de afligidos, endeudados y amargados en una gran nación. 1 Samuel 22:2. 

Lamentablemente en su vida adulta cometió adulterio con Betsabé. (2 Sam. 11). Práctico el engañó. Trato de engañar a Urías para para ocultar su pecado, lo incitó hasta embriagarlo para que fuera a dormir con su mujer a su casa, pero al fracasar fue responsable del asesinato. Trató de ocultar su pecado, pero cada día que pasaba no encontraba la paz interior hasta que Dios provocó en él, un deseo de buscar arrepentimiento y una plegaria pidiendo perdón.

Con el corazón quebrantado al comprender su gran pecado contra Urías. Abrumado por el peso de su culpa, David clama a Dios implorando misericordia. 

En este ruego no hay ninguna excusa, ningún intento de justificarse, ninguna queja contra la justicia de la ley que lo condenaba. Con verdadera humildad, David sólo se culpa a sí mismo. Allí está la diferencia David no le echó la culpa a otro, reconoció que él era el único responsable. Una vez que David dio una mirada hacia su interior pudo decir: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado" Salmos 51:1-4.

"Hazme oír gozo" Salmos 52:8. David anhelaba escuchar las dulces palabras del perdón divino. 

El apostol Pablo dice lo mismo, cuando miró dentro de sí mismo. 

"Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?" Romanos 7:18-24.

Una vez que David confesó su pecado dijo: 
"Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras callé, se envejecieron mis huesos. En mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado." Salmos 32:1-5. 

Una vez que David acepto su pecado, y lo confesó a Dios. Entonces escribió el Salmo 51 (Leer). 

Una vez que quedo en paz con Dios y con él mismo. Ahora escribe el Salmo 32 (Leer), que se considera un Salmo penitencial o de arrepentimiento, donde muestra cuánta bendición trae el perdón de los pecados. 

También David escribe el Salmo 27 base de nuestro estudio de este día. Inicia dando las razones por las cuales no necesita temer, y presenta tres escudos para defenderse: “Luz, Salvación, Fortaleza”. El salmo comienza con una expresión de absoluto no tengo temor, porque el temor ha desaparecido por la confianza que tiene en Dios. 

1) Jehová es mi luz. Dios es luz, y desde el principio no permitió que este mundo permaneciera en tinieblas; por eso dijo “Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas." Génesis 1:3, 4. 

“Otra vez les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Juan 8:12. 

El ser humano le tiene mucho miedo a la oscuridad y se siente impotente cuando en la oscuridad no puede ver nada de lo que está a su alrededor. El salmista no necesita temer porque Dios es su luz. 

En el Antiguo Testamento cuando se habla de la luz, se hace en relación a Dios mismo, quién ilumina las tinieblas y alumbra el camino del cristiano. “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti” Números 6:25.

La palabra luz, es muy frecuente en el Nuevo Testamento. 

“Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz”...... aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo." Juan 1:7-9. 

"Dios es luz y no hay ninguna tiniebla en él." 1 Juan 1:5. 

David sabía que el Señor iba adelante de los israelitas mientras viajaban a la tierra prometida. “Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche” Éxodo 13:21. 

En Salmos 36:9 David reconoce a Dios como la fuente de toda luz verdadera: “En tu luz veremos la luz”.

Años más tarde el profeta Isaías dijo: “Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová” Isaías 2:5. 

“No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados." Isaías 60:20. 

Jesús estando en esta tierra anunció: 

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida." Juan 8:12. 

“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ninguna tiniebla en él. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” 1 Juan 1:5,7. 

Como cristianos tenemos el privilegio de caminar en la luz. 

Entonces: 

¿Entendemos de dónde venimos?
¿Por qué estamos aquí? 
¿Hacia donde nos dirigimos? 

Cuando conocemos esta verdad, la verdad nos libertará. 

2) Jehová es mi Salvación. David estaba en territorio enemigo, pero el reconoce que Jehová ha hecho provisión para su liberación. 

“Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará; Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían” Salmos 44:6,7. 

David sabía que no era su valentía, ni su habilidad las que lo salvarían de sus enemigos; era el Señor mismo. Dios nos salvará de nuestras dificultades cuando pongamos nuestra confianza en él. 

Sólo entonces podremos decir: “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador." Salmos 18:2. 

“Él solamente es mi roca y mi salvación.” Salmos 62:2. 

Entonces, nada puede hacernos temer. 

3) Jehová es mi fortaleza. La palabra fortaleza viene del hebreo “Tsur” que significa “roca grande”. (Deuteronomio 32:4, 15, 18, 30, 31) en Deuteronomio se usa cinco veces la palabra fortaleza para describir directamente a Dios. 

Para David, Dios, es una fortaleza para su vida, y esa es una razón para no temer. 

En el Nuevo Testamento encontramos el antídoto del temor. 

Jesús dijo: "No temáis manada pequeña." Lucas 12:32.

"En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor hecha fuera el temor." 1 Juan 4:18.

David dijo: Jehová es mi luz, mi salvación, y mi fortaleza; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí mis enemigos muchas veces tropezaron y cayeron. Fracasaron en lo que se proponían. Entonces, aunque un ejército acampe contra mí, yo estaré confiado. David ya no está preocupado. No tiene miedo. Está confiado porque Dios está allí dispuesto a darle toda la protección que necesita.

David, después de mencionar las palabras de reconocimiento, ahora presenta las palabras de promesa: “Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.” Salmos 27:4. 

Con estas palabras convincentes, David expresa su anhelo de participar continuamente en el servicio de Dios y de ser huésped perpetuo y Anfitrión celestial (Salmos 15, 23 y 65). Expresa: “Una cosa le pido a Jehová”, es uno de unidad, no uno de cantidad y está dispuesto a buscar a cualquier precio. 

1. Que esté en la casa de Dios por el resto de mi vida. 
2. Para disfrutar del placer de estar cerca de Dios.
3. Y gozar a Dios diariamente en su templo. 

El no desea ser grande, ni hacer grandes cosas. Sólo quiere permanecer siempre en la presencia de Dios, para hacer las cosas que son agradables para Dios. 

Hay otro personaje llamado Agur, que demanda dos cosas a Dios y pide que no se le niegue antes que muera. Él desea que se cumplan durante su vida. 

Primera demanda. Señor aparta de mí la vanidad y la palabra mentirosa. 

Segunda demanda. No me des pobreza, ni riqueza. Mantenme del pan necesario (Proverbios 30:7,8). 

Porque el que es pobre se siente muy inclinado a pensar que Dios no se preocupa de él, y su escasez económica puede impulsarlo a emplear medios pecaminosos para suplir sus necesidades (Isaías 8: 21).

No me des riquezas porque el mayor peligro de las riquezas es que tienden a hacer creer al rico que no necesita de la bondad de Dios, lo cual lo induce a separarse de la única Fuente de la verdadera riqueza (Job 21:13-15; Salmos 73:12). 

Entonces Agur hace una plegaria a Dios para que lo mantenga en un término medio. Mantenme con el pan necesario, no sea que me sacie y te niegue. Solamente así, tanto pobres y ricos, deben mantener la convicción de que dependen del Padre celestial. 

Apreciado hermano, este reconocimiento y promesas pueden ser para nosotros hoy. La respuesta depende de nosotros y de nuestras decisiones. 

Jesús dijo: "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta." Juan 7:17. 

En otras palabras, Dios no nos deja en la oscuridad en relación con lo que deberíamos hacer. Él nos muestra el camino con claridad, y está en nosotros seguir sus indicaciones. Nuestras vidas pueden ser cortas, pero el propósito de Dios es que disfrutemos las bendiciones por la eternidad. Pero mientras estemos en esta tierra el Señor te dice: 

1. Cuando estés en peligro, Yo te protegeré en tu casa. 
2. Yo te esconderé bajo mi techo.
3. Yo te llevaré a un lugar seguro.
4. Yo te ayudaré a derrotar a tus enemigos. 


Ahora David, presenta su petición con cuatro No. 

1. Señor, No escondas tu rostro de mí. (Salmos 27:9). David ora para que su relación con Dios continúe siempre. 

2. Señor, No apartes con ira a tu siervo (Salmos 27:9). David cree que las bendiciones recibidas en lo pasado siempre son una razón para esperar bendiciones futuras. 

3. Señor, No me dejes, ni me desampares (Salmos 27:9) Ahora David introduce una especie de proverbio. Hay padres que abandonan a sus hijos, pero Dios nunca desampara a los suyos (Isaias 49:14, 15; 63:16). 

4. Señor, No me entregues a la voluntad de mis enemigos (Salmos 27:12). Con frecuencia David había sido objeto de falsas acusaciones (Salmos 7:3; 1 Samuel 24:12; 26:18). 

Sus enemigos regularmente respiran crueldad que eran amenazas de muerte. 

LLAMADO 

Apreciado hermano ¿Qué demandas?, ¿Qué pides?, ¿Qué suplicas, en este día al Señor? Recuerda esta suplica es personal.
El apóstol Juan dijo: "Si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos" 1 Juan 5:14, 15. 

Cuando Jehová se le apareció a Salomón en Gabaón una noche ensueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo: Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo. Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio (1 Reyes 3:5-11).

Cuando Eliseo acompañaba al profeta Elías en Gilgal, Betel y Jericó. En estos tres lugares, el profeta lo invitó a que se volviera atrás, Pero Eliseo no iba a dejarse desviar de su propósito. Y Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieres que haga por ti, antes que sea quitado de contigo. Eliseo dijo: te ruego que se me dé una doble porción de tu espíritu (2 Reyes 2:7-9). 

Cuando Artajerjes le preguntó a Nehemías ¿Qué cosa pides? Este espontáneamente pensó en ayudar a otros. Nehemías le pidió al rey que le permitiera ir a su tierra, que le proporcionara madera para construir y que le diera cartas para que se los mostrara a los funcionarios de los lugares que visitaría para que le dejaran pasar libremente. Todo le fue otorgado, porque su corazón se aferró a aquel que puede ayudar. 

¿Qué pides tú hermano en esta hora? ¿Cuál es el deseo de tu corazón? Allí en silencio abre tu corazón al Señor. Piensa en tu vida personal, ¿cómo está tu salud?, ¿cómo está tu economía?, ¿cómo está tu vida espiritual? Piensa en tu matrimonio, tu hogar, tu familia. Recuerda, Jesús dijo: Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses (Mateo 5:42). Dediquemos unos minutos para pensar ¿Cuál es tu necesidad en este momento? 

No hay nada que le Padre Celestial no pueda hacer por ti.
Él puede darte claridad en un mundo oscuro de confusión,
Él puede darte salvación en medio de un mundo perdido,
Él puede fortalecerte aún en la hora del quebrantamiento.
Ampárate en Cristo, busca con todas tus fuerzas refugiarte en Cristo y traer tus pedidos a su casa de Oración, a su trono de gracia y hallarás el oportuno socorro para tu vida.
Este es el momento
¿Quieres confiar tu vida en oración y entregar los pedidos de tu alma a Jesús?

Comentarios

  1. Buenos dias hermano.Dios le bendiga.Es una bendicion para mi este estudio.En verdad ministro mucho a mi vida.Adelante y continue con la buena obra hasta el dia del senor.Quela paz,gracia,y favor DE Dios,y padre eterno y la compania DE su Santo Espiritu sea con todos.muy agradecida,hna.sonia

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  2. En esta noche señor demandó, ruego y suplico doble porción de tu espirito en mi vida, ruego que perdones mis pecados y que direcciones mi camino hacia ti, ruego que mi boca no hable más mentiras y ruego señor fortaleza para no pecar más por qué eso me a traído intranquilidad
    Señor Jesús te suplico que se haga tu obra en mi por qué ya no quiero sentir remos y angustia, ruego que llenes este corazón vacío completamente de ti y que pueda ser bendición para los que me rodean y no perdición como lo eh hecho hasta hoy en día
    Demandó pido y suplico que perdones mi pecado y mi maldad por qué no me a traído mas que temor
    Ayúdame señor a vivir conforme a la luz que eres tú por qué solo eh caminado en tinieblas
    Suplico de tu perdón desde lo más profundo de mi corazón confiando que tú me escuchas y que estás con tu brazo extendido para que yo valla hacia ti
    Perdóname señor Jesús
    En el nombre de tu hijo amado que murió en la cruz del calvario por mi...
    no quiero riqueza ni pobreza
    Necesito estabilidad en mi corazón
    Amén.

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