Dios entregó a los hombres dones, talentos, habilidades y destrezas para su bendición. Sus beneficios se verán en gran escala si son dedicados a Dios y a su causa. Las personas crecen si usan sus talentos para servir a los demás.
1. ¿Qué confió Dios a cada persona?
"Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos." Mateo 25:14, 15.
“Aun el único talento que nos confió el Maestro debe ser empleado fielmente también para ganar otros talentos… ´A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad” (SSJ, 88).
Dios confió a cada persona talentos
2. ¿Qué tipo de talentos Dios nos ha confiado?
“El Señor ha confiado a los hombres la vida, la salud y las facultades del raciocinio; les ha dado fuerza física y mental para que la ejerciten” (CSMC, 120).
Dios nos confió salud, raciocinio, fuerza física y mental
3. ¿Qué otros talentos nos han confiado Dios?
“Dios ha confiado a los hombres talentos: un intelecto donde se originan las ideas, un corazón para que sea el asiento de su trono, los afectos para que fluyan como bendiciones para otros, una conciencia para que convenza de pecado” (CMC, 120).
Dios también nos confió intelecto, corazón, afectos y conciencia.
4. ¿Cómo debemos usar los talentos?
"Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses." Mateo 25:24-27.
“Los talentos que ha confiado a nuestra custodia deben ser aprovechados hasta lo sumo. Los ha puesto en nuestras manos a fin de que los usemos para honra y gloria de su nombre, y para el bien de nuestros semejantes...” (CM, 61).
Debemos usar los talentos multiplicándolos.
5. ¿Qué sucede cuando usamos bien los dones de Dios?
"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo." Efesios 4:11, 12.
“El hombre ha de colaborar con Dios. Cada obrero ha de llegar a ser precisamente lo que Dios quiere que sea, construyendo su vida con acciones puras y nobles, para que al fin su carácter sea una estructura simétrica, un hermoso templo, honrado por Dios y el hombre” (PP, 106).
Cuando usamos bien los dones que Dios nos dio somos perfeccionados en la fe y edificamos a la iglesia.
6. ¿Cuál es el objetivo final de los dones?
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." Mateo 28:19, 20.
“Vuestra voz, vuestra influencia, vuestro tiempo, todos son dones de Dios y se han de emplear en la ganancia de almas para Cristo. Visitad a vuestros vecinos y mostrad interés en la salvación de sus almas” (CI, 110).
El objetivo final de los dones es la ganancia de almas
7. ¿Cuál es la paga del buen o mal uso de los dones?
"Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." Mateo 25:23
"Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes." Mateo 25:30.
“Los del primer grupo tenían a Cristo entretejido en su carácter” (MM, 174). El segundo grupo, “se habían educado y se habían preparado en la escuela de la complacencia del yo, y el resultado fue que perdieron el cielo…” (MM, 175).
La paga será la aprobación o desaprobación de Dios
MI DECISIÓN
Decido usar mis dones, talentos, habilidades y destrezas a favor de la causa de Dios y de la salvación de las personas.
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