“Como lo había dicho, el Señor visitó a Sara, e hizo por ella como había hablado” Génesis 21:1.
Un viejo dicho popular asegura que, un niño olvida el castigo, pero nunca olvida una promesa.
Siendo niño ¿alguna vez alguien le hizo una promesa y no la cumplió? ¿Qué tipo de promesa le hicieron? ¿Cómo se sintió?
INTRODUCCIÓN
"Sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." (Romanos 8: 28).
La esperanza del cristiano no está basada en el arenoso fundamento de los sentimientos. Los que obran por principio contemplarán la gloria de Dios más allá de las sombras, y confiarán en la segura palabra de su promesa.
No se les disuadirá de honrar a Dios, no importa cuán tenebroso parezca el camino. La adversidad y las pruebas solamente les proporcionarán la oportunidad de mostrar la sinceridad de su fe y amor. (AFC, 260).
Para Pensar:
El texto nos quiere enseñar que al igual que Abraham en las revelaciones previas, Sara no podría creer ahora que la promesa formulada jamás pudiera convertirse en realidad. Había oído su reiteración durante veinticinco años, pero para ella los días se habían prolongado más allá de toda posibilidad de cumplimiento, y una tras otra cada una de las visiones de Abraham aparentemente habían fracasado. Como resultado de la revelación previa (cap. 17), la duda de Abraham se había convertido en fe, y en esta ocasión no hay ninguna evidencia de duda de su parte, según lo señala Pablo categóricamente (Romanos 4:19, 20).
TEXTO PARA ESTUDIO:
Génesis 18:10-15; 21:1-7
¿Qué es lo que más le llama la atención del texto?
¿Es válido hacer promesas según la Biblia?
En su opinión ¿Por qué cree que Sara dudó de la promesa de Dios?
II. INTERPRETANDO EL TEXTO
1. En ocasión de las revelaciones divinas previas, Abraham se había reído.
2. Ahora se rio Sara, probablemente expresando amargura por su suerte e incredulidad de que las circunstancias cambiaran alguna vez.
3. Mediante una risa medio sarcástica y medio anhelante, dio expresión al pensamiento: “¡Esto es demasiado bueno para ser verdad!” (Ver Ezequiel 12:22-28).
4. ¿Por qué a veces resulta tan difícil creer en las promesas de Dios?
5. ¿Qué relación hay entre conocer a Dios y creer en sus promesas?
III. APLICANDO EL TEXTO
Un maestro cristiano quiso enseñar de manera más viva y práctica la verdad referida, y saber que la salvación es un don divino que se recibe por la fe. Para este fin sacó de su bolsillo el reloj y lo ofreció “sin dinero y sin precio” al mayor de sus discípulos, diciéndole: “El reloj será tuyo si lo quieres aceptar.” Mas el jovencito no pudo creer que fuese verdad ese ofrecimiento. Se quedó sentado sonriendo, sin alargar la mano para recibir el reloj. Vista la incredulidad de éste, el maestro ofreció el reloj al discípulo inmediato, diciéndole: “El reloj es tuyo si lo aceptas.” Este pensaba que el maestro se burlaba de él y que los compañeros se reirían si alargaba la mano. Así es que, por no tener confianza en las palabras del maestro, se quedó sentado y también se quedó sin el reloj. Y así continuó el maestro ofreciendo su reloj a casi todos los alumnos; pero ninguno tenía fe en su promesa para recibirlo. Pero al fin, lo ofreció al más pequeño de la clase. Este, sí, extendió la mano, tomó el reloj, dio gracias al maestro y se lo metió en el bolsillo. Todos se rieron de la sencillez del pequeño pensando que el maestro sólo lo había engañado. Pero dijo el maestro:
“Me alegro mucho porque tú, a lo menos, tuviste fe en mis palabras. El reloj es realmente tuyo para siempre. Cuídalo y dale cuerda cada noche.”
Cuando los otros comprendieron que mediante esa fe sencilla el pequeño compañero había recibido de veras el reloj, sintieron pena, mucha pena por no haber creído ellos también. Pues pensaba cada cual: ¡Si yo hubiese tenido fe en el maestro, sería dueño hoy de un bonito reloj de plata; pero por mi incredulidad perdí la oportunidad!
1. ¿Por qué Sara tenía dificultades para creer en la promesa de Dios?
2. ¿Cómo cree que Sara se sentiría después de ver el cumplimiento de esta extraordinaria promesa? ¿Cómo se sentiría usted?
3. ¿Qué seguridad le da el cumplimiento de esta promesa en su vida?
4. ¿Cree en la promesa de que Cristo vendrá por segunda vez?
Discusión en grupo:
¿Cuál es la promesa más extraordinaria de la Palabra de Dios para usted?
¿Cuán dispuestas están las personas a creer en esta promesa?
¿Cuán dispuesto está usted para creer en esta promesa?
Para Pensar:
“Con tan preciosas promesas bíblicas delante de vosotros, ¿podéis dar lugar a la duda? ¿Podéis creer que cuando el pobre pecador desea volver, desea abandonar sus pecados, el Señor le impide decididamente que venga arrepentido a sus pies? ¡Fuera con tales pensamientos! Nada puede destruir más vuestra propia alma que tener tal concepto de vuestro Padre celestial. El aborrece el pecado, pero ama al pecador... Cuando leáis las promesas, recordad que son la expresión de un amor y una piedad inefables. El gran corazón de amor infinito se siente atraído hacia el pecador por una compasión ilimitada... Él quiere restituir su imagen moral en el hombre. Acercaos a él con confesión y arrepentimiento y él se acercará a vosotros con misericordia y perdón”. (CC, 55-58).
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