Supongamos que usted está acampando en lo alto de una montaña, lejos de cualquier ciudad, en una oscura noche sin luna.
Usted mira el cielo resplandeciendo con luces brillantes extendiéndose de horizonte a horizonte. Las estrellas se esparcen en número incalculable. Usted es poseído por un sentimiento de espanto por su pequeñez al percibir cuán basto es el Universo.
A través de todos los tiempos, los seres humanos han mirado al cielo y se han preguntado:
¿De dónde vinimos nosotros?
¿Cómo aparecimos aquí?
¿Qué propósito tiene el universo?
De alguna forma, y casi instintivamente si encontramos la respuesta a la primera pregunta: “¿De dónde vinimos?”
Entonces, también tendremos las respuestas para las otras dos.
Cuando el hombre inventó el telescopio, el cielo quedó más cerca de nosotros. Fue en los años 60, que partimos del planeta tierra, aventurándonos a explorar el espacio.
En 1969, pisamos la superficie de la luna. Ahora, el sueño es viajar a Marte y hasta incluso más allá de nuestro sistema solar. ¿Por qué?
Esperamos encontrar alguna cosa que nos diga cómo aparecimos aquí, cómo es que la vida comenzó.
Eso es urgente, una prioridad para los científicos. Examinan las rocas de la luna en procura de señales de vida.
Recibimos con detalle toda información enviada de Marte y de otros planetas, a través de sondas programadas, en procura de señales de vida.
Enviamos espías por el vasto espacio del universo a través del Hubble y otros telescopios, procurando explicaciones sobre cómo el universo comenzó.
¿Cómo aparecimos aquí?
Bien, amigos, perciben
¿Cuál es la tragedia en esto?
¿Cuán infelices somos en procura de nuestras raíces?
La respuesta se encuentra exactamente en las primeras palabras de la Palabra de Dios en Génesis 1:1:
“En el principio, creó Dios los cielos y la Tierra.”
Sin embargo, casi toda la raza humana, incluyendo los mejores científicos, ignoran estas palabras. Las tratan como si fueran parte de un cuento de niños.
¿Por qué hay un lapsus de memoria en relación a nuestras raíces?
¿Por qué preferimos creer en la “historia del mono” en la evolución, que enseña que todos venimos del mono en vez de Dios?
Hay una razón para haberlo olvidado, ¡Faltó algo que nos recordase constantemente de ese hecho!
Dios creó un día entero para que cada semana ese día fuese puesto a parte, por nosotros, para tener un encuentro con el Creador y recordar su poder creador. En el último día de la creación, Dios nos dio el Sábado.
¿Ya vieron la manera cómo algunas personas intentan recordar las cosas?
¡Amarrando un hilo alrededor de un dedo!
Tal vez, un aniversario o un encuentro.
El Sábado es como ese hilo que dice, “No te olvides que Yo soy tu Creador.”
Esta noche, venga conmigo a la Palabra de Dios para ver como el sábado nos fue dado en la creación.
Vamos a viajar a la primera semana, Dios nos dio el memorial de su poder como Creador de todas las cosas.
Un día para recordar, de descanso, de reencuentro con nuestro Creador. El día que responde a todas las cuestiones cruciales de nuestra existencia.
Note que la Biblia dice que Dios “santificó” el séptimo día.
Eso quiere decir que Él lo hizo santo.
Él lo separó para un propósito santo.
Él “reservó” el Sábado para recordarnos su poder como Creador. Y también, reservó tiempo para pasar con nosotros.
Pero, con el pasar del tiempo, los hombres y mujeres se olvidaron del Sábado.
Y al olvidarse de aquello que les recordaba de Dios, se olvidaron del propio Dios.
2.500 años más tarde, Dios dio los Diez Mandamientos que recordaban el sábado al ser humano.
El 4to. mandamiento en Éxodo 20:8-11 dice:
"Acuérdate del día sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día es el Sábado del Señor tu Dios. No harás en él obra alguna ni tú ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el extranjero que está dentro de tus puertas.”
¿Por qué adorarlo ese día?
“Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay y el séptimo día descansó. Por eso bendijo el Señor el día Sábado y lo santificó.”
Recuerde lo que dice Apocalipsis 14:7: “...Temed a Dios y dadle gloria porque la hora de su juicio ha llegado y adorad a aquel que HIZO el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
Juan, en Apocalipsis, está parafraseando el cuarto mandamiento.
Juan dice que en los últimos días habrá una hora de juicio, habrá un llamado para adorar al Creador.
Cuando Dios dice, “Acuérdate del día Sábado para santificarlo”. Está hablando a toda la humanidad.
Fue lo que Jesús dijo en Marcos 2:27:
“El Sábado fue hecho por causa del hombre.”
Tanto judíos como gentiles.
El Sábado es un regalo de amor de Dios para toda a raza humana.
El Sábado fue dado en Génesis 2300 años antes que existieran los judíos.
En la creación,
Dios dijo: haya luz; y hubo luz.
La Biblia dice que Dios separó las aguas y la tierra seca apareció.
Dios hizo el firmamento. Envolvió la tierra con aire fresco y puro para respirar.
Dios dijo: aparezcan las aguas y mares.
Dios dijo: produzca la tierra flores, frutos en abundancia, sea cubierta con verde vivo.
Dios dijo: produzcan las aguas seres vivientes. ¡Qué Dios maravilloso! Podía haber hecho todos los peces de un solo color. Los hizo coloridos para que disfrutemos de ellos.
Dios dijo: que las aves vuelen en el aire.
Dios dijo: produzca la tierra seres vivos. Seres vivos poblaron el paisaje terrestre.
En Génesis 1:26, 27 Dios dijo:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Finalmente, después de seis días de creación, Dios dijo: “Voy a crear un santuario, un refugio. Voy a darles un símbolo, un recuerdo de que Yo los hice para que nunca olviden que Yo soy su Creador.”
Génesis 2:1 dice
“Así, los cielos, y la tierra y todo su ejército fueron acabados.”
Génesis 2:2 continúa:
“Habiendo Dios acabado en el séptimo día la obra que hizo, reposó ese día de toda la obra que había hecho.”
¿En qué día reposó Dios?
En el séptimo.
Génesis 2:3 dice:
"Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en el descansó de toda la obra de su creación.”
La Biblia dice que Dios hizo tres cosas en el séptimo día:
- Primera, Dios reposó el Séptimo día.
- Segunda, Dios bendijo el Séptimo día.
- Tercera, Dios santificó el Séptimo día. Santificar significa: “Separar para un propósito santo”.
Supongamos que el día de mi boda, yo estoy en el altar. Veo a mi linda novia aproximarse. El corazón bate más deprisa, manos que tiemblan y el predicador dice que estamos casados. Me despido de todos y ahora estoy listo para la luna de miel.
Una de las seis damas de honra salta dentro del carro y dice:
- “¡Vámonos!” –
- “No. No me casé contigo, tu hermana es mi esposa.”- Le respondo. Más, ella dice:
- “Ella es una aburrida. ¿Qué diferencia hace?”
- ¡Hace mucho para mí, es mi propia esposa!
¿Qué diferencia hace un día u otro?
¿Hará diferencia para Dios si los seres humanos intentan santificar un día que Dios nunca santificó?
Él nos llama para que adoraremos en un día que él santificó.
En todo el Antiguo Testamento el sábado fue una señal entre Dios y su pueblo.
Cuando Moisés conducía a Israel, de la esclavitud egipcia hacia el desierto; Dios alimentó su pueblo con maná del cielo.
El maná caía durante seis días, mas el séptimo día no caía.
Dios hizo un doble milagro. No había maná el sábado. Una porción doble caía el día viernes.
Éxodo 16:26 dice: “Seis días lo recogeréis, mas el séptimo día es sábado, en él no se hallará.”
Cuando Israel fue a juntar maná el sábado no lo halló.
Dios dijo en Éxodo 16:28:
“¿...Hasta cuándo os recusaréis guardar mis mandamientos y mis leyes?”
Los Diez Mandamientos fueron dados por Dios para todos los pueblos, de todos los tiempos y todos los lugares.
La Bíblia dice en Éxodo 20:10:
“...El séptimo día es el Sábado del Señor tu Dios...”
En el Antiguo Testamento, el sábado era una señal de fidelidad, de lealtad y de obediencia. Una señal de que estoy ligado a mi Creador:
Ezequiel 20:12 dice:
“También les dí mis Sábados, para que fuesen una señal entre mi y ellos, para que sepan que Yo soy el Señor que los santifica.”
Algunos cristianos están confundidos. Piensan que Jesús vino a anular o abolir la ley, abolir el Sábado bíblico.
Al contrario, Jesús dice en Mateo 5:17:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido a abrogar, sino a cumplir.
¿Jesús guardó el Sábado o lo destruyó?
Lucas 4:16 dice:
“Llegando a Nazaret, donde fue criado; entró un día Sábado en la sinagoga. Conforme a su costumbre, y se levantó a leer.”
¿No habría, Jesús, destruido el Sábado mientras vivía se hubiese tenido planes de destruir la ley o de introducir un nuevo día de adoración?
El propio Jesús guardó el Sábado bíblico. Adán y Eva (que no eran judíos) eran guardadores del Sábado.
Abraham fue guardador del Sábado, tal como fueron Moisés, Isaías, Jeremías y Daniel.
Jesús dijo a sus discípulos que guardaran el Sábado bíblico incluso después de su muerte.
Él dijo en Juan 14:15: "Se me amáis, guardad mis mandamientos.”
Cuando Jesús reunió sus discípulos, habló sobre la destrucción de Jerusalén y la venida de los ejércitos romanos que destruirían el templo.
Entonces, Jesús advirtió a sus discípulos en Mateo 24:20:
“Orad para que a vuestra huída no sea en Invierno, ni en Sábado.”
¿Cuándo Jerusalén fue destruída? Jerusalén fue cercada por los ejércitos romanos y destruída por Tito en el año 70 de nuestra era.
¿Por qué razón Jesús animaría a sus discípulos a orar para que su fuga no fuese en Sábado si ellos no estuviesen guardando ese día?
Oren para que el ataque de Tito no sea en Sábado. Porque los cristianos adoran a Dios en sábado. Él destruiría a todos los que estuviesen reunidos.
En el Nuevo Testamento, los discípulos guardaron el Sábado bíblico. Las referencias aparecen cerca de 84 veces. Los discípulos amaban a Jesús lo suficiente para obedecerle.
Hechos 13:14 habla de los discípulos. “...Ellos... entraron en la sinagoga en un día Sábado y se sentaron.”
Para algunos Pablo fue a la sinagoga porque buscaba convertir a los Judíos.
Pero Hechos 13:42, 44 aclara eso:
"El pueblo (no los judíos) rogó que el Sábado siguiente les dijesen las mismas cosas. Los gentiles dijeron: también queremos adorar a Jesús.
“El Sábado siguiente se reunió casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.”
Si los discípulos estuviesen guardando o primer día de la semana y los gentiles hubiesen dicho, “También queremos oír ese mensaje,” simplemente, los discípulos hubieran dicho vuelvan mañana, domingo. Más la Biblia, dice que el Sábado siguiente toda la ciudad vino a oír la palabra de Dios.
Esa experiencia sucedió en Antioquía.
En Antioquía existen ruinas de dos iglesias:
La primera iglesia cristiana primitiva donde el Sábado era exaltado.
En otra parte de la ciudad, ruinas de otro templo construído en los días de Roma, dedicado al dios sol romano.
Vean el contraste en Antioquía: el templo al sol para adorar al dios pagano el primer día de la semana; y la Iglesia cristiana para adorar a Dios en el Sábado bíblico.
En algunos lugares no había lugar para adorar en Sábado; entonces, Pablo iba al campo donde se reunía un pequeño grupo de creyentes.
Hechos 16:13 dice:
“El día Sábado, salimos fuera de las puertas, hacia las riberas del río, donde juzgábamos haber un lugar para la oración...”
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos, el pueblo de Dios adoró en el Sábado bíblico.
Hechos 18:4 dice:
“Todos os Sábados él (Paulo) discutia en la sinagoga, y convencía a judíos y a griegos.”
Algunos dicen:
¿Podemos tener realmente a certeza de que el día de la semana es el ‘séptimo’ día?
¿No fue el calendario mudado?
¿Daría Dios una orden tan complicada que nadie la pudiese cumplir?
La Biblia nos dice cuál es el séptimo día.
La Astronomía nos dice cuál es el séptimo día.
La Lengua nos dice cuál es el séptimo día.
La Historia nos dice cuál es el séptimo día.
No hay duda sobre cuál es el séptimo día.
El relato de la crucifixión de Lucas 23:54-56 dice que día era ese.
“Era el día (el día en que Cristo fue crucificado) de preparación, e iba a comenzar el Sábado.” Cristo fue crucificado el día que la Biblia llama de día de preparación.
La Biblia dice: “Las mujeres que habían venido con él de Galilea, siguieron a José, y vieron el sepulcro, y cómo el cuerpo fuera allí depositado. Entonces, volvieron y prepararon especias y ungüentos.”
La Biblia continúa, “Y el Sábado descansaron conforme al mandamiento.”
El día de preparación era el día en que Cristo murió. El día siguiente era Sábado cuando descansaron."
Ahora reparen, sabemos que día Jesús murió. Le llamamos "Viernes Santo” día de preparación.
El día siguiente era el día de Reposo, o sea Sábado. Las mujeres reposaron y Cristo reposó.
El primer día era Domingo. Cristo resucitó de los muertos. Tenemos los tres días seguidos.
Mis amigos,
No sé en qué iglesia fueron educados. No sé lo que dice su predicador.
Muchos van a intentar convencerles de no seguir a Jesús.
Solo les puedo aconsejar que sigan la Biblia, que sigan a Jesús.
¿Hay alguien este día que quiere hacer la voluntad de Dios y guardar sus mandamientos?
Me gustaría pedirles para inclinen sus cabezas mientras cantamos el himno, "He decidido seguir a Cristo"
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