El limpiador de vagones de una empresa ferroviaria, por descuido, quedo preso dentro de un vagón frigorífico. Después de un corto viaje de aproximadamente 30 Km, fue encontrado muerto. Poco antes de morir escribió la siguiente nota:
“El frío aumenta, temo que nadie vendrá a socorrerme. Me estoy congelando lentamente. Siento que no tendré más fuerzas para escribir”
Lo cierto es que el no murió por la acción del frío, pues el motor estaba apagado. El estrés del miedo lo mató.
Para que tengamos salud mental y alegría en el ambiente de la familia es necesario saber cómo enfrentar victoriosamente las preocupaciones.
Elena White dice:
“El estado de la mente actúa en la salud más de lo que muchos piensan. Muchas enfermedades sufridas por los hombres son el resultado de la depresión mental. Disgusto, ansiedad, descontentamiento, remordimiento, culpa, desconfianza, todos tienden a consumir fuerzas vitales e invitan a la decadencia y a la muerte” CBV, 241.
“El estado de la mente actúa en la salud más de lo que muchos piensan. Muchas enfermedades sufridas por los hombres son el resultado de la depresión mental. Disgusto, ansiedad, descontentamiento, remordimiento, culpa, desconfianza, todos tienden a consumir fuerzas vitales e invitan a la decadencia y a la muerte” CBV, 241.
Un estudio de 15000 pacientes tratados de desórdenes digestivos en la clínica Mayo (Buenos Aires) permitió descubrir que 4 de cada 5 pacientes, no tenían una causa física para sus enfermedades de estómago. El miedo, la preocupación, el odio, un egoísmo supremo y la incapacidad para ajustarse al mundo de la realidad eran en buena parte las causas de sus enfermedades y úlceras de estómago.
Por su parte el Dr. Montagne afirma que las úlceras del estómago no vienen de lo que se come. Vienen de aquello “que está comiendo a la gente”
El Dr. Haward, psiquiatra de West Sussex, descubrió que de 69 operados de apendicitis ¡16 eran ansiosos! La ansiedad y la angustia mental de los pacientes habían provocado síntomas semejantes a los que la enfermedad provoca realmente.
La científica sueca Ulia H. Olin especialista en demografía da las naciones unidas dice: “La tensión nerviosa causada en las grandes ciudades disminuye la fertilidad humana precisamente como sucede con los animales”.
Es interesante conocer la influencia que ejercen las emociones en los casos de asma. Marcelo I. Fayard cita en su libro “La llave de la felicidad y la salud mental” varios casos interesantes.
Un hombre tenía ataques invariablemente a las 5 de la tarde. Un día el trabajo lo absorbió tanto que no se dio cuenta hasta las 7 de la noche. No tuvo su ataque diario a las 5, pero cuando miró la hora sufrió un ataque.
Un hombre tenía ataques invariablemente a las 5 de la tarde. Un día el trabajo lo absorbió tanto que no se dio cuenta hasta las 7 de la noche. No tuvo su ataque diario a las 5, pero cuando miró la hora sufrió un ataque.
Probablemente el caso más extremo es el de una señora, a quien el polen de las rosas producía ataques alérgicos. Cierto día, al hacer una visita, observó que en la sala había un grande ramillete de rosas, naturalmente le vino un violento desmayo.
Luego mientras explicaba el efecto tremendo que le producía el polen de las flores, se aproximó a ellas y sorprendida, descubrió que eran artificiales.
El Cr. Carnegie cita un informe del Dr. William I. L. Mogonigle presentado ante la Asociación dental Norte Americana. Con las siguientes palabras: “La emociones desagradables causadas por las preocupaciones, el miedo o el enfado…pueden transformar el equilibrio del calcio en el organismo y originar caries.”. Refiriéndose a un paciente que tuvo una dentadura perfecta, hasta que se comenzó a preocupar con la repentina enfermedad de su esposa. Durante las 3 semanas que ella estuvo hospitalizada, él tuvo nueve caries. Esas caries eran causadas por la preocupación.
En cuanto no sepamos qué hacer con nuestras preocupaciones, no importa el ramo de actividades que estemos desempeñando, estaremos acortando nuestra vida o en el mejor de los casos, amargándola sin necesidad alguna.
La acción ayuda
Para vencer las preocupaciones, tenemos que poner un plan en acción. La actividad hace bien. Nos puede ayudar a reflexionar lo que pasó con cierto agricultor.
Había un caballo viejo que cayó en un pozo. Como el animal no le servía más, y viendo que tenía el agua hasta las rodillas y no disponía de medios para sacarlo, se le ocurrió que lo usaría como relleno para tapar el pozo.
Había un caballo viejo que cayó en un pozo. Como el animal no le servía más, y viendo que tenía el agua hasta las rodillas y no disponía de medios para sacarlo, se le ocurrió que lo usaría como relleno para tapar el pozo.
De manera que se arremangó las mangas, tomó su pala y comenzó a echar la tierra. La idea no causo gracia para el caballo. El animal no quería morir, así que, a medida que la tierra iba cubriendo sus patas, iba pisando los terrones que caían. Así fue llenando el pozo hasta que el caballo pudo salir y marchar para el rincón de su preferencia.
Usted y yo creemos ser más inteligentes que un caballo, y sin duda es así. Pero en este caso tenemos que admitir la sabiduría instintiva con la cual actuó aquel animal. No permitió que las contingencias poco gratas de la vida no lo desanimasen. Se puso en acción para resolver sus dificultades y salió bien.
“Debemos ser amos de las circunstancias y no esclavos de ellas”
Yo estoy de acuerdo con ese pensamiento. No permitamos que las dificultades se nos vayan acumulando, seamos nosotros que orientemos las cosas, tomemos las riendas y avancemos. Colocarse en acción es bueno, alivia, pero no es todo.
Si hasta aquí, estando activo, no obtuvo el éxito razonable al que puede aspirar, es porque no apuntó en la dirección correcta. Es necesario descubrir un plan que funcione.
Yo podría citar psicólogos, ateos y otras corrientes de pensamientos. Mas el mejor método para vencer las preocupaciones viene del mayor de todos los profesores. Este método es encontrado en San Mateo 6:25 – 34
“Por eso les digo: no se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni almacenan en graneros; sin embargo, el padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe pueda añadir una sola hora al curso de la vida? ¿y Por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan, ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno ¿No hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que, no se preocupen diciendo: ¿Qué comeremos? O ¿Qué beberemos? O ¿Con qué nos vestiremos? Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Basta a cada día sus propios problemas.”
Yo podría citar psicólogos, ateos y otras corrientes de pensamientos. Mas el mejor método para vencer las preocupaciones viene del mayor de todos los profesores. Este método es encontrado en San Mateo 6:25 – 34
“Por eso les digo: no se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni almacenan en graneros; sin embargo, el padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe pueda añadir una sola hora al curso de la vida? ¿y Por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan, ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno ¿No hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que, no se preocupen diciendo: ¿Qué comeremos? O ¿Qué beberemos? O ¿Con qué nos vestiremos? Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Basta a cada día sus propios problemas.”
Vivamos un día a la vez, no queremos decir con esto que tenemos que ser desagradecidos con el pasado, ni tampoco prever para el futuro.
Deseo resaltar el hecho de que el ayer es una flor marchita que ya cumplió su deber y el futuro es una flor en botón sin abrir que no podremos todavía disfrutar y cuya belleza y hermosura debemos cuidar.
Todos estamos de acuerdo que no es posible cosechar el trigo antes de que haya sido sembrado; que sería ilógico pensar en bajar del ómnibus sin antes haber subido a él; que no tendría sentido dar vuelta a la esquina sin antes encontrarla.
¿Por qué entonces querer resolver hoy los problemas que nos corresponderá resolver mañana o cargar en el presente las dificultades que pertenecen al futuro?
¿Por qué entonces querer resolver hoy los problemas que nos corresponderá resolver mañana o cargar en el presente las dificultades que pertenecen al futuro?
Imagínese ¿si la novia escuchara de labios de su pretendiente la propuesta de matrimonio y pensara en cuantos platos tendría que lavar hasta cumplir 40 años de casada?
Pero no es problema si cada día lava los platos correspondientes a ese día; eso sí puede hacerlo.
Así también, Dios, nuestro Señor, nos da la vida en fracciones; una fracción para cada día, para que en cada jornada podamos enfrentar lo que ella nos trae. Querer vivir el futuro sería como querer robar a Dios una vida que todavía no nos pertenece.
Pero no es problema si cada día lava los platos correspondientes a ese día; eso sí puede hacerlo.
Así también, Dios, nuestro Señor, nos da la vida en fracciones; una fracción para cada día, para que en cada jornada podamos enfrentar lo que ella nos trae. Querer vivir el futuro sería como querer robar a Dios una vida que todavía no nos pertenece.
Un estudio cuidadoso nos permitirá descubrir que de cada 10 problemas que se aproximan en el horizonte de nuestra vida:
- 7 desaparecerán antes que lleguemos a ellos.
- 1 será resuelto solamente mañana.
- 1 no tiene solución.
- 1 y solamente 1 nos compete resolver hoy y dedicarnos a ese.
Cuando nuestro Señor dice: “Por tanto no se preocupen por el día de mañana porque el día de mañana traerá su propio afán” quería sacar de nuestros hombros ese 90% de carga ficticia que llevamos y que agotan nuestras energías al punto de hacer defectuosa la solución de nuestras dificultades reales o por lo menos mucho más difícil.
- 7 desaparecerán antes que lleguemos a ellos.
- 1 será resuelto solamente mañana.
- 1 no tiene solución.
- 1 y solamente 1 nos compete resolver hoy y dedicarnos a ese.
Cuando nuestro Señor dice: “Por tanto no se preocupen por el día de mañana porque el día de mañana traerá su propio afán” quería sacar de nuestros hombros ese 90% de carga ficticia que llevamos y que agotan nuestras energías al punto de hacer defectuosa la solución de nuestras dificultades reales o por lo menos mucho más difícil.
Colaboremos con lo inevitable
Cierta joven se sentía infeliz por las continuas discordias que había en su hogar. Cuando no es posible cambiar las cosas, recordemos que por lo menos podemos cambiar nuestra actitud con respecto a ellas.
Un día ella fue vista muy contenta, reflejando paz interior. Alguien le preguntó:
- ¿Cómo van las cosas en su hogar?
- Como siempre - respondió la joven - mas ahora yo soy diferente.
Con respecto a los problemas sin solución o situaciones inevitables, debemos ser diferentes de las personas normales, y hasta tal vez, de la manera como fuimos hasta aquí. Milton decía que:
“No es una desdicha ser ciego, pero si, ser incapaz de soportar la ceguera”
¿Para qué llorar de angustias y luchar por algo inevitable? ¿Por qué no tomar pacientemente la cruz que te fue destinada, y ser feliz con esa cruz?
El grande Psicólogo práctico William james nos dice:
“Acepta que sea así. La aceptación de lo que ha sucedido es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia”
Elsie MacCromik opinaba que:
“Cuando dejamos de luchar por lo inevitable dejamos en libertad una energía que nos permite crear una nueva vida más rica”
Los psicólogos tienen mucha fe en este principio. Es maravilloso el saber que, Jesús ya había expuesto este tema en las palabras del sermón del monte que ya citamos anteriormente.
Después de hablar de la confianza con la cual deberíamos afrontar la vida, Jesús dice: ¿Quién de vosotros, por ansioso que esté, podrá aumentar un codo a su estatura?
Después de hablar de la confianza con la cual deberíamos afrontar la vida, Jesús dice: ¿Quién de vosotros, por ansioso que esté, podrá aumentar un codo a su estatura?
Si con preocuparse una persona pudiese crecer algunos centímetros, muchos vivirían con un complejo más ¿no es verdad?
Mas también es verdad que aquel complejo desaparecería si estuvieran dispuestos a aceptar lo inevitable.
El secretario de Oliver Cromwell
El secretario de Oliver Cromwell tuvo que aprender esta lección. Fue enviado a Europa para una misión importante. Debería pasar una noche en un poblado cerca de la costa, para dormir. La preocupación lo corroía y lo empujaba a dar vueltas repetidas veces en su cama. De acuerdo con una vieja costumbre, un sirviente dormía en su cuarto y la verdad es que lo hacía profundamente. Este hecho lo dejo todavía más nervioso de manera que acabo despertándolo. El siervo entonces preguntó por qué su amo no podía descansar.
-Tengo miedo que mi embajada no salga bien-respondió. Creando un poco más de confianza el siervo volvió a hablar:
-¿Señor, puedo tomarme la libertad de hacerle una pregunta?
-Claro que sí - Respondió el embajador
-¿Gobernaba Dios el mundo antes que nosotros hubiésemos nacido?-preguntó tímidamente el siervo.
-Naturalmente.
-Y lo continuará haciendo, ¿después de nosotros morir, señor?
-Sin duda que sí.
-Entonces mi amo - hablando con más seguridad- ¿Por qué no dejar que él gobierne ahora también?
Pocos minutos después ambos dormían profundamente.
¿Y usted de que se preocupa?
- El estudiante se preocupa con su carrera y profesión.
- La madre se preocupa con el futuro de sus hijos.
- El padre se preocupa con su matrimonio y la formación de su hogar
- Un anciano se preocupa con su salud
- El estudiante se preocupa con su carrera y profesión.
- La madre se preocupa con el futuro de sus hijos.
- El padre se preocupa con su matrimonio y la formación de su hogar
- Un anciano se preocupa con su salud
El apóstol Pedro, que sin duda habrá estado entre los que escucharon las enseñanzas, que en aquel día, el maestro compartió en la montaña, nos aconseja:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” 1 Pedro 5:7
Amigo:
¿Por qué no haces la prueba?
¿Por qué no haces la prueba?
Tu verás cómo los problemas que te preocupan en este momento, disminuirán instantáneamente desde el momento en que usted enfoque su fe, sin importar si es pequeña y flaca, en aquel que es el Todopoderoso de este universo.
Una palabra antes de acabar
Y Ahora cerraremos este tema con la lección que nos cuenta un relato oriental.
Aconteció en uno de esos reinos antiguos. Cierto rey aborrecía a uno de sus súbditos y deseaba eliminarlo. Pero este cumplía con tanta fidelidad y eficiencia sus responsabilidades que el monarca no encontraba ninguna forma para terminar con el y al mismo tiempo mantener las apariencias.
Un día se le presentó la oportunidad esperada. Otro rey le dio un presente: una corona magnífica con la parte de la frente preparada para colocar allí la inscripción que quisiera. Llamó al súbdito, le mostró la corona y le ordenó:
-Tú tendrás que encontrar una palabra especial que grabaré en la corona. Pero tiene que ser una Palabra especial. Una palabra que cuando me encuentre deprimido, preocupado y hundido en la angustia, levante mis ánimos y me lleve al plano de la norma lidad y que cuando me encuentre demasiado eufórico, me llame a la reflexión y me coloque nuevamente en el plano de la normalidad.
-Tendrás tiempo hasta mañana para eso. Si hasta entonces no encuentras esa palabra, imperdonablemente morirás.
Aquella tarde regresó a su casa un poco más temprano que de costumbre. La esposa notó la preocupación angustiosa que estaba pasando y se interesó en saber que estaba pasando. Pero, ¿Por qué preocuparla con algo que no tenía solución? Se negó a hablar varias veces, pero delante de cada negativa su esposa redoblaba más y más los esfuerzos en saber que estaba pasando.
- Lo que pasa es que tú ya no me quieres más, por eso no me cuentas tus problemas.
- Querida, ¿Cómo quieres que te cuente mis problemas, si no los tengo? Decía el esposo.
- ¿Cómo que no los tiene, si ni siquiera quisiste cenar? Es lo que yo digo ¡ya no me quieres más!
- Lo que pasa es que tú ya no me quieres más, por eso no me cuentas tus problemas.
- Querida, ¿Cómo quieres que te cuente mis problemas, si no los tengo? Decía el esposo.
- ¿Cómo que no los tiene, si ni siquiera quisiste cenar? Es lo que yo digo ¡ya no me quieres más!
Amigos queridos ustedes saben cómo son las esposas, cuando se quieren enterar de alguna cosa ¿No es verdad? Pues finalmente logró lo que se había propuesto. Fue poco después de echarse a dormir. El atribulado esposo dio tantas vueltas en la cama que no pudo dormir y acabo contando a su compañera lo que había pasado.
- Por eso es que estoy preocupado mi amor. Mañana a primera hora del día, el rey me pedirá que le diga cuál es esa palabra capaz de levantarlo del pozo de sus preocupaciones y hacerlo sentir tranquilo y al mismo tiempo con el poder para hacerlo bajar de las cumbres de su euforia. Yo no sé cuál es la palabra.
- ¿Es por eso que estás preocupado? Replicó la esposa. Pero, ¡eso es muy simple! ¡Yo sé cuál es la palabra!
- ¡Entonces dime! Así podré dormir en paz
- ¡Ah, No! Para que aprendas la lección por no haberme dicho las cosas, solamente te lo diré mañana bien temprano.
De nada valieron las peticiones y hasta incluso las amenazas del esposo. La esposa se volcó para el otro lado y, luego, dormía tranquilamente.
Los primeros rayos de sol encontraron al súbdito de aquel rey sin haber conciliado el sueño. Apenas despertó su esposa, quiso conocer la palabra exigida por el rey, pero ella le dijo, después del desayuno.
Ese fue el desayuno más amargo que había tomado en toda su vida, en cambio su esposa lo tomó llena de optimismo.
Finalmente, cuando se estaba despidiendo para ir rumbo al palacio, la esposa consintió en decirle cual era esa palabra tan especial. El súbdito sintió que el alma se le volvía al cuerpo. Respiró como si todo el aire del mundo no fuese suficiente para llenar sus pulmones y soltó un grande suspiro de alivio. Entonces exclamó:
- ¡Claro! ¡Cómo no se me había ocurrido antes!
Y se fue satisfecho rumbo al palacio.
Sentado en el trono el monarca saboreaba con anticipación lo que creía sería su triunfo. Cuando vio aparecer al súbdito, le preguntó maliciosamente:
- ¿Recuerdas mi encargo? ¿Ya tienes esa palabra que cuando me encuentre hundido en el desánimo, en las preocupaciones y tal vez en la desesperación me levante el ánimo como para estar en un nivel normal otra vez y que cuando me encuentre exageradamente optimista, eufórico, pensando en tocar las nubes con mis manos, me haga bajar otra vez a mi realidad?
- Si su majestad - respondió serenamente el siervo.
- Pues bien díme.
- Majestad la palabra capaz de producir los efectos que usted desea es: Pasará.
En resumen, sugerimos 4 principios básicos para lidiar con el estrés:
1. Vivamos con plena confianza y fe en Dios.
2. Vivamos un día a la vez.
3. Aceptemos lo inevitable.
4. Recordemos que todo problema por más angustioso que sea, pasará.
1. Vivamos con plena confianza y fe en Dios.
2. Vivamos un día a la vez.
3. Aceptemos lo inevitable.
4. Recordemos que todo problema por más angustioso que sea, pasará.
¿Te gustaría aplicar estos principios en tu vida y aprender a confiar en Dios cada día?
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