INTRODUCCIÓN Por casi 1500 años, Dios se comunicó con Israel por medio de profetas. La iglesia de Dios del siglo V a.c se había apartado de Él, viviendo de modo equivocado en muchas áreas de la vida. En su misericordia, Dios envió el profeta Malaquías, que significa “Mi mensajero”. Malaquías siendo el último mensajero del Antiguo Testamento, tenía un mensaje especial para su iglesia, pues, a través de su intermedio Dios hace la última invitación y ofrece la última oportunidad para volver de sus caminos equivocados antes que lleguen sus “juicios” (3:5). Dice Elena G. de White que “nadie era dejado sin esperanza; las profecías de juicio que emitía Malaquías iban acompañadas de invitaciones a los impenitentes para que hicieran la paz con Dios” (PR, 521). Nuestro deseo en este día es descubrir lo que Dios espera de nosotros en relación al cumplimiento de sus Estatutos, como la fidelidad que le debemos en los diezmos y ofrendas, pues solo así podremos reclamar sus bendicione
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.