“El asunto de la dadivosidad no ha sido librado al impulso. Dios nos ha dado instrucciones definidas concernientes a él. Ha especificado que los diezmos y las ofrendas constituyen nuestra obligación, y desea que demos en forma regular y sistemática” (CMC, 86).
1. ¿Según Jesús, de qué debemos guardarnos?
"Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee." Lucas 12:15.
“La práctica constante del plan divino de la benevolencia sistemática debilita la codicia y fortalece la benevolencia. Cuando aumentan las riquezas…, aferran su corazón a ellas; y cuanto más tienen, menos dan a la tesorería del Señor” (HC, 335).
Debemos guardarnos de todo tipo de avaricia
2. ¿Por qué debemos ser generosos?
"Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna" 1 Timoteo 6:18, 19.
“El plan de que hubiese sistema en la benevolencia fue ideado por Dios para beneficio del hombre, quien se inclina a ser egoísta y a cerrar su corazón a las acciones generosas” (3TS, 175).
Debemos ser dadivosos porque la generosidad prepara el carácter para la vida eterna.
3. ¿Por qué es importante la dadivosidad sistemática?
“Las ofrendas lleguen a constituir un hábito y la benevolencia… un deber cristiano. El corazón, abierto por un donativo, no debe tener tiempo de enfriarse egoístamente y cerrarse antes que se otorgue el próximo” (3TS, 175).
Porque la dadivosidad combate el egoísmo.
4. Cuál es la regla de Jesús para la generosidad?
"Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir." Lucas 6:38.
“Aquellas iglesias que son más sistemáticas y generosas en sostener la causa de Dios, son las más prósperas espiritualmente. La verdadera generosidad del que sigue a Cristo identifica su interés con el Maestro” (CPI, 505).
En la medida que recibimos debemos dar, y al mismo tiempo en la medida que damos, recibimos.
5. ¿Qué sucede con la iglesia cuando no practicamos la dadivosidad sistemática?
"Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad. Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos. Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes." Nehemías 13:10-12.
“Ha habido un descuido en las iglesias de mantener el plan de benevolencia sistemática, y el resultado ha sido una tesorería empobrecida y una iglesia apóstata” (3TI, 449).
La causa de Dios queda abandonada y su nombre es vituperado.
6. ¿Qué instrucciones debía seguir Israel en las tres convocaciones anuales?
"Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado." Deuteronomio 16:16,17.
“Se me llamó la atención a los hijos de Israel de la antigüedad. Dios requería de todos ellos, tanto de los pobres como de los ricos, un sacrificio que estuviera de acuerdo con la forma como él los había prosperado” (1TPI, 201).
No debían presentarse a adorar con las manos vacías.
7. ¿Qué se aprende con la generosidad?
"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde." Malaquías 3:10.
“La Providencia, aunque invisible, siempre interviene en los asuntos de los hombres. La mano de Dios puede prosperar o retener, y él frecuentemente le retiene a uno mientras parece prosperar a otro” (3TI, 599).
Se aprende a ver la mano de Dios bendiciéndonos
MI DECISIÓN
Decido, mediante la gracia de Dios, separar sistemáticamente mis diezmos y ofrendas como adoración y agradecimiento por sus bendiciones.
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