Cierto rico escocés había prestado en vida mucho dinero a varias personas.
Dado que era muy considerado, trataba con cariño a sus deudores y, cuando se
daba cuenta de que era imposible que le pagaran, ponía debajo de la cuenta su
firma junto con la palabra: “Perdonado”.
Después de su muerte, su esposa se dio cuenta que era mucho el dinero que
sumaban las deudas perdonadas y se dio a la tarea de cobrarlas. Tuvo que iniciar
juicios hasta que el juez, al examinar uno de estos casos, le preguntó:
–Señora, ¿es esta la firma de su esposo?
–Sí –contestó ella–, de eso no hay duda.
–Entonces –dijo el Juez– no hay nada que obligue a estas personas a pagar
cuando su esposo ha escrito la palabra “Perdonado”.
En la Biblia, Jesús nos invita a perdonarnos los unos a los otros. Pero ¿eso es
fácil? De ninguna manera. “En las relaciones con los hijos, con los padres, con la
pareja y con los amigos, el perdón tiene un poder curativo”. Y vamos a repasar
en la Biblia algunos ejemplos de perdón para ver cómo el perdón nos puede
hacer invencibles en Dios.
EL PODER DEL PERDÓN
1. Perdonar te conduce a recibir y a ser bendición. “Yo soy vuestro hermano José, a quien vosotros vendisteis a Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas
me envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:4-5).
Estas fueron las palabras de José a sus hermanos. Son palabras sorprendentes llenas de perdón. Sus hermanos lo habían traicionado, golpeado
y acordado matarlo; lo echaron en una cisterna para dejarlo morir, luego,
al ver una caravana lo, vendieron por algunas monedas. Ellos no se imaginaban lo que sucedería con José.
6
SEMANA DE LA FAMILIA | 21
El tiempo pasó y José, después de muchas pruebas y sufrimiento, fue
hecho gobernador de Egipto, el segundo después de Faraón. Por esa
época, hubo años de hambruna en la tierra y muchos venían a buscar
alimento en Egipto. Fue así como llegaron sus hermanos. Ellos no
sabían que su hermano despreciado y vendido se había convertido
en gobernador.
Fue en ese contexto en el que José expresó esas palabras. Con voz
entrecortada por la emoción, se presentó como su hermano. Al presentarse se identificó como aquel que había sufrido a causa de ellos. Pero
enseguida intento calmarlos diciendo “no se entristezcan”. Y añadió una
frase impactante: “Dios me envió delante de vosotros”.
¿Cómo puede decir José “Dios me envió”? ¿No fueron sus hermanos
los que lo vendieron? Esto nos muestra que José por su cercana relación con Dios tenía otra visión de la realidad. Para José, Dios siempre
estuvo con él. Para José, el que moldeó la historia de su vida fue Dios.
Para José, el que transformó su sufrimiento en gozo fue Dios. Y, por lo
tanto, él no tenía por qué estar enfadado con sus hermanos. Sus hermanos se equivocaron, él los perdonó, y Dios convirtió la tragedia en
algo glorioso. El pasó por esas situaciones dolorosas para llegar a ser
bendición para otros. Si estás viviendo momentos difíciles como los que
vivió José, ¿te has puesto a pensar en que Dios puede hacerte bendición
para otros? José colocó su dolor, su herida en las manos de Dios y eso lo
condujo al perdón y a ser una bendición.
2. El perdón restaura y redime. Inclusive, años después, cuando su padre murió, sus hermanos estaban temerosos de que José se vengara
de ellos. Pero José los consoló y calmo diciendo: “No temáis, ¿acaso
estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios
lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la
vida de mucha gente. Ahora pues, no temáis; yo proveeré para vosotros
y para vuestros hijos” (Génesis 50:19-21)
José tenía bien claro que el que hace justicia es Dios y él no podía estar
en el lugar del Creador. Y que, en lugar de pensar en la tragedia o el mal
que le hicieron, el prefería enaltecer lo que Dios hizo a su favor.
A veces nos enfocamos en todo lo malo que nos han hecho. Centramos
nuestros pensamientos en la parte negativa de lo que nos ha sucedido y
no paramos un momento para observar lo bueno que Dios está haciendo. El perdón nos permite enfocarnos en la obra de Dios en nuestras vidas. El perdón nos permite ser sanados y observar las obras maravillosas
que Dios está haciendo en nosotros.
22 | INVENCIBLES CON DIOS
3. Perdonar como Cristo nos perdonó. El apóstol Pablo en Colosenses 3:13 afirmó: “Soportándoos unos a otros; y perdonándoos unos a
otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros”.
“Perdonamos a otros cuando dejamos de guardar resentimiento y no
insistimos en pedir una compensación por el daño que nos hayan hecho
o por la pérdida que hayamos podido sufrir. El perdón restaura el corazón de la persona herida”. El apóstol pidió que miráramos a Jesús como
nuestro ejemplo de perdón. Ya que él nos perdonó mucho, nosotros
también podemos perdonar.
Ahora debemos tener en cuenta que “tanto pedir perdón como aceptar
las disculpas de otro nos puede ayudar no solo a sanar heridas sino también a dejar ir, a aliviarnos de rencores, culpas, sentimientos negativos
y poner la mirada hacia adelante. Dejar que el perdón se lleve el odio y el
resentimiento puede abrirnos paso al alivio emocional”.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
A veces el dolor y la vergüenza son mayores que nuestra capacidad de resistencia. Pero podemos depositar esos sentimientos a los pies de Jesús. Aquel
que perdonó nuestras ofensas, aquel que cargó todos nuestros pecados, puede
ayudarnos a perdonar a aquellos que nos hayan causado mucho daño.
Quizá aquellas personas que te han causado ese daño están en tu familia.
Quizá no puedes hablarles como antes, probablemente ni quieras encontrarte
con ellos, pero recuerda que perdonar no es volver a cero o volver a como las
cosas estaban antes. “Perdonar no significa olvidar lo que pasó, sino desprenderse de los sentimientos que nos apagan y nos llenan de ira. Es, en definitiva,
reconocer que hay más de una forma de ver; es pararse desde otro ángulo y ponerse en los zapatos del otro”.
Pon tu mirada en Jesús y permite que él te ayude a perdonar, para que el
resentimiento o rencor desaparezca de tu corazón. Recuerda que el perdón te
hará invencible. Si deseas perdonar y recibir perdón, levántate y oremos juntos.Cierto rico escocés había prestado en vida mucho dinero a varias personas.
Dado que era muy considerado, trataba con cariño a sus deudores y, cuando se
daba cuenta de que era imposible que le pagaran, ponía debajo de la cuenta su
firma junto con la palabra: “Perdonado”.
Después de su muerte, su esposa se dio cuenta que era mucho el dinero que
sumaban las deudas perdonadas y se dio a la tarea de cobrarlas. Tuvo que iniciar
juicios hasta que el juez, al examinar uno de estos casos, le preguntó:
–Señora, ¿es esta la firma de su esposo?
–Sí –contestó ella–, de eso no hay duda.
–Entonces –dijo el Juez– no hay nada que obligue a estas personas a pagar
cuando su esposo ha escrito la palabra “Perdonado”.
En la Biblia, Jesús nos invita a perdonarnos los unos a los otros. Pero ¿eso es
fácil? De ninguna manera. “En las relaciones con los hijos, con los padres, con la
pareja y con los amigos, el perdón tiene un poder curativo”. Y vamos a repasar
en la Biblia algunos ejemplos de perdón para ver cómo el perdón nos puede
hacer invencibles en Dios.
EL PODER DEL PERDÓN
1. Perdonar te conduce a recibir y a ser bendición. “Yo soy vuestro hermano José, a quien vosotros vendisteis a Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis ni os pese el haberme vendido aquí; pues para preservar vidas
me envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:4-5).
Estas fueron las palabras de José a sus hermanos. Son palabras sorprendentes llenas de perdón. Sus hermanos lo habían traicionado, golpeado
y acordado matarlo; lo echaron en una cisterna para dejarlo morir, luego,
al ver una caravana lo, vendieron por algunas monedas. Ellos no se imaginaban lo que sucedería con José.
6
SEMANA DE LA FAMILIA | 21
El tiempo pasó y José, después de muchas pruebas y sufrimiento, fue
hecho gobernador de Egipto, el segundo después de Faraón. Por esa
época, hubo años de hambruna en la tierra y muchos venían a buscar
alimento en Egipto. Fue así como llegaron sus hermanos. Ellos no
sabían que su hermano despreciado y vendido se había convertido
en gobernador.
Fue en ese contexto en el que José expresó esas palabras. Con voz
entrecortada por la emoción, se presentó como su hermano. Al presentarse se identificó como aquel que había sufrido a causa de ellos. Pero
enseguida intento calmarlos diciendo “no se entristezcan”. Y añadió una
frase impactante: “Dios me envió delante de vosotros”.
¿Cómo puede decir José “Dios me envió”? ¿No fueron sus hermanos
los que lo vendieron? Esto nos muestra que José por su cercana relación con Dios tenía otra visión de la realidad. Para José, Dios siempre
estuvo con él. Para José, el que moldeó la historia de su vida fue Dios.
Para José, el que transformó su sufrimiento en gozo fue Dios. Y, por lo
tanto, él no tenía por qué estar enfadado con sus hermanos. Sus hermanos se equivocaron, él los perdonó, y Dios convirtió la tragedia en
algo glorioso. El pasó por esas situaciones dolorosas para llegar a ser
bendición para otros. Si estás viviendo momentos difíciles como los que
vivió José, ¿te has puesto a pensar en que Dios puede hacerte bendición
para otros? José colocó su dolor, su herida en las manos de Dios y eso lo
condujo al perdón y a ser una bendición.
2. El perdón restaura y redime. Inclusive, años después, cuando su padre murió, sus hermanos estaban temerosos de que José se vengara
de ellos. Pero José los consoló y calmo diciendo: “No temáis, ¿acaso
estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios
lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la
vida de mucha gente. Ahora pues, no temáis; yo proveeré para vosotros
y para vuestros hijos” (Génesis 50:19-21)
José tenía bien claro que el que hace justicia es Dios y él no podía estar
en el lugar del Creador. Y que, en lugar de pensar en la tragedia o el mal
que le hicieron, el prefería enaltecer lo que Dios hizo a su favor.
A veces nos enfocamos en todo lo malo que nos han hecho. Centramos
nuestros pensamientos en la parte negativa de lo que nos ha sucedido y
no paramos un momento para observar lo bueno que Dios está haciendo. El perdón nos permite enfocarnos en la obra de Dios en nuestras vidas. El perdón nos permite ser sanados y observar las obras maravillosas
que Dios está haciendo en nosotros.
22 | INVENCIBLES CON DIOS
3. Perdonar como Cristo nos perdonó. El apóstol Pablo en Colosenses 3:13 afirmó: “Soportándoos unos a otros; y perdonándoos unos a
otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros”.
“Perdonamos a otros cuando dejamos de guardar resentimiento y no
insistimos en pedir una compensación por el daño que nos hayan hecho
o por la pérdida que hayamos podido sufrir. El perdón restaura el corazón de la persona herida”. El apóstol pidió que miráramos a Jesús como
nuestro ejemplo de perdón. Ya que él nos perdonó mucho, nosotros
también podemos perdonar.
Ahora debemos tener en cuenta que “tanto pedir perdón como aceptar
las disculpas de otro nos puede ayudar no solo a sanar heridas sino también a dejar ir, a aliviarnos de rencores, culpas, sentimientos negativos
y poner la mirada hacia adelante. Dejar que el perdón se lleve el odio y el
resentimiento puede abrirnos paso al alivio emocional”.
CONCLUSIÓN Y LLAMADO
A veces el dolor y la vergüenza son mayores que nuestra capacidad de resistencia. Pero podemos depositar esos sentimientos a los pies de Jesús. Aquel
que perdonó nuestras ofensas, aquel que cargó todos nuestros pecados, puede
ayudarnos a perdonar a aquellos que nos hayan causado mucho daño.
Quizá aquellas personas que te han causado ese daño están en tu familia.
Quizá no puedes hablarles como antes, probablemente ni quieras encontrarte
con ellos, pero recuerda que perdonar no es volver a cero o volver a como las
cosas estaban antes. “Perdonar no significa olvidar lo que pasó, sino desprenderse de los sentimientos que nos apagan y nos llenan de ira. Es, en definitiva,
reconocer que hay más de una forma de ver; es pararse desde otro ángulo y ponerse en los zapatos del otro”.
Pon tu mirada en Jesús y permite que él te ayude a perdonar, para que el
resentimiento o rencor desaparezca de tu corazón. Recuerda que el perdón te
hará invencible. Si deseas perdonar y recibir perdón, levántate y oremos juntos.
En este momento de dolor y tristeza para las familias _(nombre de las dos familias principales del fallecido)______, saquemos un momento para reflexionar sobre lo que nos dice la palabra de Dios en el libro de Eclesiastés 7: Vs. 1 Vale más el buen nombre que el buen perfume. Vale más el día en que se muere que el día en que se nace. Vs. 2 Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre y los que viven debieran tenerlo presente. (NVI) La muerte es el fin de todo hombre y los que viven debieran tenerlo presente. La muerte irrumpe en nuestras vidas en un instante. ¿Cómo estás viviendo? Vs. 3 Vale más llorar que reír; pues entristece el rostro, pero le hace bien al corazón Vs. 4 El sabio tiene presente la muerte; El necio sólo piensa en la diversión. (NVI) ¿Tienes presente que algún día también vas a morir? ¿O solo estas pensando de forma egoísta en como divertirte y disfrutar de la vida? Job 14:5 Ciertamente sus días está
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