Ir al contenido principal

Restaurando la Compasión - Restaurando el Altar


TEXTO BASE: “Dios les tendrá compasión y los volverá a bendecir. Los hará volver de los países a los cuales los envió” (Deuteronomio 30:3 TLA). 

INTRODUCCIÓN 

El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra compasión como un “Sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias”. Es interesante notar que San Agustín en “Confesiones” retrata la compasión como “rematada locura […] si esta no induce al espectador a prestar ayuda”. Pero, ¿cómo define la Biblia a la compasión? ¿Puede el ser humano ejercer compasión verdadera? ¿Puede la compasión dejar de ser un sentimiento y ser una acción? Es lo que estudiaremos a continuación. 

I. LA COMPASIÓN DIVINA 

1. EL DIOS COMPASIVO 
En general, la Biblia presenta la compasión como un atributo divino en su sentido pleno y está ligado directamente a lo que Dios es. Entre sus muchos atributos invisibles (Romanos 1:20) encontramos su compasión, que desde los tiempos remotos se la presenta en el contexto de la misericordia, gracia y benevolencia, o sea, no pertenece al hombre por derecho sino por voluntad de Dios (Efesios 2:13), quién se acercó a nosotros, nos miró y nos amó primero (1 Juan 4:19). 

Como lo describe el diccionario, la compasión es un sentimiento, es un afecto que resulta de una inquietud interior ante algo sucedido en el exterior. Sin embargo, al analizar la compasión divina vemos que lejos de ser un sentimiento, un mero afecto por la humanidad que sufre, su compasión se revela en sus actos de liberación hacia el pueblo del pacto, quien aunque dejó su amor a Dios y fue tras otros dioses sin misericordia y compasión, el Padre celestial los alcanzó con su amor infinito. Sin embargo, la compasión de Dios también es el resultado de un retorno abnegado a la perfecta obediencia a sus estatutos y ordenanzas; como vemos en Jueces 10:16 (TLA) “Quitaron entonces los dioses falsos que tenían, y volvieron a adorar a Dios. Y él se puso triste al ver cómo sufría su pueblo”. 

Qué maravillosa compasión. El gran Dios ya no puede retener más su compasión. Su corazón se conmueve al percibir la intención de un corazón arrepentido que busca salvación. 

2. EL DIOS QUE NOS MUEVE A LA COMPASIÓN 

No obstante, al ser Dios un ser de compasión pura y plena, también mueve a su pueblo a la compasión, o sea, su compasión nos impulsa, nos motiva a una acción compasiva y esto es el reflejo de su gloria brillando en nosotros. Veamos, por ejemplo, lo que nos dice Salomón en su oración de consagración del templo, cuando llega el arca de la alianza de Dios. Él reitera la fidelidad y la misericordia de Dios (1 Reyes 8:23) y la contrasta con el pecado e infidelidad de su pueblo (v. 46) y dice en el vers. 50: “Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos”. O sea, Dios mueve a los enemigos de Israel a misericordia (compasión), de modo que su sufrimiento sea aliviado y el pueblo reciba complacencia por parte de sus opresores. Así, Dios restaura a su pueblo pues todo está sobre su dominio y su compasión se renueva cada mañana “Sé que no hemos sido destruidos porque Dios nos tiene compasión. Sé que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad”. (Lamentaciones 3:22, 23 TLA). 

II. LA COMPASIÓN HUMANA 

A diferencia de la compasión divina, el sentimiento humano de compasión se limita a un rechazo de la situación de otros, generalmente alguien conocido, cercano, alguien por quien ya se tiene sentimientos de amistad y compañerismo. Casi nunca ese sentimiento se presenta ante alguien inmerecido o desconocido, lo que hace que la compasión humana no sea lo que debería ser. Del mismo modo, la compasión humana no se presenta como un elemento de gracia, en lo que la palabra significa, siendo solo un reflejo de lo determinante. Como Dios es la fuente de todas las cosas buenas (Proverbios 14:27), si el hombre se aparta del Señor jamás conseguirá actuar de manera compasiva, porque el designio de su corazón es solamente el mal (Salmo 40:12; Génesis 6:5). Esto lo vemos en la parábola del buen samaritano en Lucas 10, los dos primeros hombres alegaban conocer a Dios, pero no tenían compasión en su corazón, pues “pasaron de largo” dejaron al hombre moribundo a su propia suerte, confirmaron las palabras, aunque posteriores, de san Agustín: 

“¿Qué compasión es esa […] si no induce al espectador a prestar ayuda, sino solo lo invita a la angustia y a compadecerse […] en la proporción del dolor que experimenta?” 

CONCLUSIÓN 

La Compasión abre el camino para la Misión
Afortunadamente, la parábola presenta que todavía hay un remanente que, aunque sigue su camino, se compadece de los que sufren y no se limita al sentimiento, sino que sigue el principio divino de la compasión: “he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos […]” (Éxodo 3:7, 8). 

Y a este remanente se lo presenta en la figura del samaritano que se compadece del hombre que estaba al margen del camino, herido, lastimado y robado de lo que tenía. Debemos observar que los dos primeros que pasaron cerca de ese hombre tenían conocimiento de la compasión divina, tal vez hasta habían experimentado tal compasión, pero nunca llegaron a vivirla realmente. Del mismo modo, muchos de nosotros en los días de hoy oímos hablar de la compasión divina, experimentamos porciones, pero no la vivimos en su plenitud. Muchas veces somos como el sacerdote o el levita, vemos sufrir a nuestro prójimo pero pasamos de largo, sí, todos tenemos algo que debe ser restaurado, una compasión que debemos llevar a la acción, un samaritano renacido o nacido por primera vez. Anhelamos ser el hombre rescatado, pero también fuimos llamados a rescatar, a buscar a los que padecen a la orilla del camino esperando que alguien tenga compasión verdadera, a inspirarnos en el ejemplo máximo de compasión: Cristo Jesús, “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8). 

LLAMADO 

¿Cuántos de los que están aquí esta noche necesitan de la compasión divina en sus vidas? Más que eso, ¿desea experimentar esa compasión?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Sermón para Funeral

En este momento de dolor y tristeza para las familias _(nombre de las dos familias principales del fallecido)______, saquemos un momento para reflexionar sobre lo que nos dice la palabra de Dios en el libro de Eclesiastés 7: Vs. 1 Vale más el buen nombre que el buen perfume. Vale más el día en que se muere que el día en que se nace. Vs. 2 Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre y los que viven debieran tenerlo presente. (NVI) La muerte es el fin de todo hombre y los que viven debieran tenerlo presente. La muerte irrumpe en nuestras vidas en un instante. ¿Cómo estás viviendo? Vs. 3 Vale más llorar que reír; pues entristece el rostro, pero le hace bien al corazón Vs. 4 El sabio tiene presente la muerte; El necio sólo piensa en la diversión. (NVI) ¿Tienes presente que algún día también vas a morir? ¿O solo estas pensando de forma egoísta en como divertirte y disfrutar de la vida? Job 14:5 Ciertamente sus días está

Juventud al Borde del Fracaso - Jóvenes

JUVENTUD AL BORDE DEL FRACASO "Te lo advertí cuando eras próspero pero respondiste: “¡No me fastidies!” (Déjame en paz). Has sido así desde tu juventud, ¡nunca me obedeces!" Jeremías 22:21. Introducción   1. En la actualidad al joven le toca atravesar muchos desafíos, es más, ser joven se ha convertido en un desafío muy difícil. 2. La juventud se encuentra rodeada de muchos atractivos que como espejismos se desvanecen dejando muchos vacíos. 3. El alcohol el tabaco, la droga, las pandillas, todo eso es fruto de una sociedad que lo único que ha hecho es envenenar el alma y los sueños juveniles. 4. Pero ¿sufrirán menos los jóvenes cristianos? No, de seguro que no, porque a la juventud cristiana le persigue la moda, la televisión y el atractivo sexual. 5. Dios tiene un plan para salvar a la juventud del fracaso y ese plan consiste en identificar las estrategias del enemigo.   I. LA CULTURA - UN POTENTE DESTRUCTOR DEL CRISTIANISMO   1. El estado

El llamado a levantarse y resplandecer

By Raquel Arrais El texto bíblico de esta mañana está en Isaías 60:1 “¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!” (RVR1995). Isaías nos anima a levantarnos y brillar porque ha llegado su “luz”. Elena de White define ese llamado al usar la imagen de “levantarse y resplandecer” en un mensaje poderoso. “Si alguna vez hubo un tiempo en la historia de los adventistas cuando deberían levantarse y brillar, ese tiempo es ahora. A ninguna voz se le debiera impedir proclamar el mensaje del tercer ángel. Que nadie, por temor de perder prestigio en el mundo, oscurezca un solo rayo de luz que proviene de la Fuente de toda luz. Se requiere valor moral para hacer la obra de Dios en estos días, pero que nadie sea conducido por el espíritu de la sabiduría humana. La verdad debiera ser todo para nosotros. Que los que quieren hacerse de renombre en el mundo se vayan con el mundo”.1 Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz, dice el profeta Isaías. La

Deja tu Cántaro

1. Idea Central: Enseñar que la vida sin Cristo no tiene sentido, se vuelve monótona, cansada; y que con Cristo, la fuente de agua viva, hay frescura de alma, tranquilidad de espíritu, seguridad y confianza, y un deseo inmediato de testificación. 2. Propósito: Llegar al corazón de las personas y demostrarles que con Cristo y en Cristo las cosas son diferentes, y que no importa quién seas, puedes y tienes derecho a ser feliz y testificar. 3. Texto: San Juan 4:7-30.  Dios puede hacer muchas cosas, pero a veces no logramos entender y sólo lo resumimos en una palabra: “Milagro”. Y milagro es lo que realmente sucedió en el corazón de una mujer de quien vamos a hablar esta mañana. 4. Proposición: Lograr que las personas se acerquen a Cristo y su palabra. Sólo el encuentro con Cristo puede cambiar la dinámica de la vida de una persona moviéndolo a testificar. INTRODUCCIÓN 1. En la vida de cada ser humano existen algunas cosas en común. Vivimos en tiempo

Herencia de Jehová son los Hijos - Herencia de Jehová

VERSÍCULO CLAVE “Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa” Salmo 127:3 NVI. INTRODUCCIÓN 1. La tendencia de la mayoría de los lectores de la Biblia es a interpretar los conceptos de acuerdo a lo que se entiende hoy. 2. Eso es un error con consecuencias impredecibles. 3. Dos conceptos fundamentales: a. La Biblia no fue escrita para nosotros hoy en primer lugar, sino para personajes de otro contexto cultural. b. Por lo tanto, somos los actores secundarios, que debemos extraer los principios aplicables hoy. 4. Cuando se lee la Biblia hay que hacerse dos preguntas básicas: a. ¿Qué significó para los lectores primarios el concepto que se está planteando? b. ¿Cómo se puede aplicar hoy dicho concepto? 5. En otras palabras debemos extraer el principio aplicable hoy. 6. Cuando este ejercicio no se hace, cometemos el error de hacer decir a la Biblia lo que no dice. DESARROLLO A. EL CONCEPTO HERENCIA 1. El