“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (Lucas 24:32).
INTRODUCCIÓN
Nick Vujicic nació sin los miembros superiores e inferiores (debido a un raro síndrome conocido como tetra-amelia) y, durante muchos años, buscaba incesantemente obtener una simple respuesta: “¿Por qué, Dios?”.
Luego de intentar suicidarse con solo 8 años de edad¡Nick percibió que con su fe lograría superar todos los problemas que enfrentase en su vida!
Con 17 años de edad, fundó Life Without Limbs [Vida sin miembros], una institución sin fines de lucro que busca ayudar a personas con deficiencias físicas a enfrentar sus limitaciones.
Hoy en día, Nick viaja por el mundo dando charlas motivacionales sobre cuán es importante mantener la esperanza y tener un “sentido mayor” para la vida. De acuerdo con Nick, todos nacen con un propósito, y tenemos que saber reconocer nuestra tarea en la vida para ser personas plenamente felices.
Él dice: “Tengo la oportunidad de elegir.
Usted tiene la oportunidad de elegir. Podemos elegir ser individuos que solo dan importancia a las decepciones e insisten en enfatizar las fallas y las deficiencias. Podemos decidir ser personas amargas, airadas o tristes. O, por el contrario, cuando tengamos que encarar periodos difíciles y lidiar con personas dañinas, podemos optar por aprender con la experiencia y seguir adelante, asumiendo la responsabilidad por nuestra propia felicidad”.
Nick es uno de los renacidos por la Palabra; fue el contacto con la Palabra de Dios lo que cambió el rumbo de su vida.
En el relato encontrado en el evangelio escrito por Lucas, en el capítulo 24, del versículo 13 al 35, encontramos la historia de dos discípulos que vuelven desalentados de Jerusalén luego de la muerte y entierro de Jesús.
Desconsolados y tristes, vuelven para dar continuidad a sus vidas, sin saber que un encuentro cambiará todo. El texto elegido para el tema de hoy puede dividirse en tres partes:
I. HABLANDO SOBRE LA PALABRA (Lucas 24:13-24).
“E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido” (v. 14).
a. Aquellos fueron días difíciles para los hombres simples que aceptaron la invitación y seguían al Maestro. A pesar de los sermones, milagros, oraciones y una relación íntima con Jesús y con los demás discípulos, ellos estaban tristes y perdidos en sus pensamientos. Todo como resultado de una mala comprensión de los hechos. Seguían sin comprender el plan divino o, en el mejor de los casos, habían olvidado las palabras de Jesús. Lo más probable es que no tuvieran una concepción clara de ese propósito.
Como dijo Dorneles, 2013: “Ellos estaban tristes porque no entendían. Muchas veces la tristeza y desánimo resultan de la incomprensión acerca de Dios u otras personas” (pág. 974).
• Así, muchas veces nos encontramos llenos de expectativas rotas por las frustraciones de la vida: un sueño que no se realizó, un hijo que no vuelve, un empleo que no llega, el cuerpo que no sana o la fe que vacila.
b. Fue una jornada difícil, por un camino pedregoso, dirigidos por una mente confundida y guiados por un corazón lacerado.
"Razonando sobre la base de la profecía, Cristo dio a sus discípulos una idea correcta de lo que había de ser en la humanidad. Su expectativa de un Mesías que había de asumir el trono y el poder real de acuerdo con los deseos de los hombres, había sido engañosa. Les había impedido comprender correctamente su descenso de la posición más sublime a la más humilde que pudiese ocupar. Cristo deseaba que las ideas de sus discípulos fuesen puras y veraces en toda especificación". DTG, 740.
“Es probable que Emaús corresponda a la villa El-Qubeibeh, cerca de 12 km al noroeste de Jerusalén, por la entrada a Lida. Otro lugar identificado como Emaús es la villa Qaloniyeh, a 4,8 km al sur de El-Qubeibeh” (Dorneles 2013, pág. 973).
• En el camino, hablaban sobre los acontecimientos recientes sin relacionarlos con las profecías. Una escena muy parecida con la que vivimos en nuestros días, cuando nos encontramos varias veces tratando asuntos bíblicos como si fuesen descubrimientos científicos o ideas humanas.
¿Qué quieren decir los discípulos con la expresión 'redimir a Israel'?
La palabra griega traducida como 'redimir' es Lytroō, cuyo significado básico es 'liberar de una situación opresiva' (Danker y otros, A Greek-English lexicon of the New Testament and other early Christian Literature, 606). Por ello, la muerte de Jesús significó para los discípulos la muerte a sus aspiraciones terrenales, pues concebían la redención como la liberación de la opresión romana.
c. Ellos estaban sin un norte y su jornada no tendría fin si Jesús no se hubiese aproximado a ellos para ayudarlos:
“Así discurrió Cristo con sus discípulos, abriendo su entendimiento para que comprendiesen las Escrituras. Los discípulos estaban cansados, pero la conversación no decaía. De los labios del Salvador brotaban palabras de vida y seguridad. Pero los ojos de ellos estaban velados” (DTG, 741).
Jesús, en su infinita compasión, los acompaña en su camino para ampliarles los horizontes espirituales, llevándolos de nuevo a la seguridad de la Palabra de Dios.
II. RECIBIENDO LA PALABRA EN EL CORAZÓN (Lucas 24:25-30).
“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían” (v.27).
a. En su gran misericordia el Señor se acerca a los viajeros y antes de comenzar a hablar se dedica a escuchar sus lamentos y frustraciones. Aquí se nos demuestra la preocupación que el Señor tiene con los anhelos humanos. Él se interesa por nosotros y por nuestros conflictos. Solo después de oír con paciencia y atención su versión de la historia, pasa a confrontarlos con las profecías bíblicas.
• Según Wiersbe (2006): “¡Fue una conferencia bíblica Gigante! Imagine al Maestro supremo explicando las cuestiones más importantes del mayor de todos los libros.
• De igual manera, no quedarán sin ayuda aquellos que buscan refugio en la Palabra de Dios. Todos los que con sinceridad buscan en las Sagradas Escrituras la dirección a seguir, serán amparados por su autor y conducidos de nuevo a Cristo en seguridad, hasta que completen el viaje hacia una vida plena.
"Antes de dejar a sus discípulos, Cristo presentó claramente la naturaleza de su reino. Les recordó lo que les había dicho antes acerca de ello. Declaró que no era su propósito establecer en este mundo un reino temporal, sino un reino espiritual. No iba a reinar como rey terrenal en el trono de David. Volvió a explicarles las Escrituras, demostrando que todo lo que había sufrido había sido ordenado en el cielo, en los concilios celebrados entre el Padre y él mismo. Todo había sido predicho por hombres inspirados del Espíritu Santo. Dijo: Veis que todo lo que os he revelado acerca de mi rechazamiento como Mesías se ha cumplido. Todo lo que os he dicho acerca de la humillación que iba a soportar y la muerte que iba a sufrir, se ha verificado. El tercer día resucité. Escudriñad más diligentemente las Escrituras y veréis que en todas estas cosas se ha cumplido lo que especificaba la profecía acerca de mí". DTG, 759.
III. RENACIDOS POR LA PALABRA (Lucas 24:31-35).
“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos” (vs. 32-33).
Tras el encuentro de los discípulos con su Señor resucitado, su experiencia de incredulidad se transformó en una fe activa.
a. La larga jornada parece terminar cuando entran a la casa y, con hospitalidad, invitan al compañero de viaje a pernoctar con ellos. Jesús (el viajero) había hecho mención de seguir de largo (v. 28), pero ellos se aferraron de este aparente hilo de esperanza que acababa de surgir. Las cosas parecían todavía no estar tan claras. Durante todo su ministerio, Jesús buscó presentar la Palabra revelada por Dios en las Escrituras como fuente segura para las preguntas humanas. Él dijo que:
• Su cumplimiento es cierto (Marcos 14:49).
• Ellas apuntan a mí (Juan 5:39).
• Quien cree se vuelve una fuente (Juan 7:38).
b. Todos los esfuerzos parecían haber sido en vano y a pesar de tantas evidencias, los discípulos fueron atrapados por la ignorancia con respecto al ministerio de Cristo.
“Jesús había intentado varias veces descorrer el velo del futuro ante sus discípulos, pero ellos no se habían interesado en pensar en las cosas que él decía. Por causa de esto, su muerte los había sorprendido; y ellos, al recapitular el pasado y ver el resultado de su incredulidad, se llenaron de tristeza”. (HAp, 21)
Pero, fue en la cena, cuando entraron en comunión con el Señor, repartiendo con Él el pan, cuando lo reconocieron.
• No podemos seguirlo de lejos, es necesario entrar en comunión con Él en la mesa. Allí podemos contemplar las marcas dejadas por el sacrificio en nuestro favor.
Fue al partir el pan que reconocieron a su Maestro (vs. 30 y 31). Todo empieza a tener sentido, sus corazones son restaurados y el vigor renovado.
“La noche es obscura, pero el Sol de justicia resplandece sobre ellos. Su corazón salta de gozo. Parecen estar en un nuevo mundo. Cristo es un Salvador vivo. Ya no le lloran como muerto. Cristo ha resucitado, repiten vez tras vez” (DTG, 742).
c. Lo que parecía ser el fin del viaje, se volvió su comienzo. Ahora ellos encontraron un motivo para vivir y una misión a completar. Cuando sus ojos fueron abiertos de la incredulidad y decepción “se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (Lucas 24:32).
A partir de aquel momento, esos hombres ya no eran los mismos. Olvidaron todo el cansancio y en ese mismo momento se levantaron y volvieron a Jerusalén, a fin de anunciar a los apóstoles lo que les había ocurrido en el camino.
• Esos discípulos habían renacido por la Palabra. El contacto con el Maestro y el estudio de las Escrituras habían calentado sus corazones nuevamente. La Palabra les ardió en el alma y eso fue suficiente para que recobrasen el propósito de ser discípulos de Jesús.
• Es posible que haya alguien tan abatido y angustiado por las decepciones de la vida que solo tenga tristeza en su corazón. A pesar de todo eso, vuelva a Cristo y su Palabra, y su corazón tendrá motivos para reavivar la esperanza. Cuando permitimos que Cristo se revele a nosotros a través de las Escrituras, somos renovados y resurgimos con una nueva perspectiva para caminar por el camino de la vida.
CONCLUSIÓN
Aquellos hombres comenzaron su jornada a Emaús en un camino de decepción, pues, decían que “El sol de la esperanza de los discípulos se había puesto, y la noche había descendido sobre sus corazones” A menudo repetían las palabras: ‘Nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel’. Lucas 24:21. Solitarios y con el corazón quebrantado, recordaron sus palabras: ‘Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?’ Lucas 23:31” (HAp, 21).
Pero su deseo de oír más de las Sagradas Escrituras posibilitó un encuentro poderoso con Cristo que regeneró sus vidas dándoles un nuevo sentido a su existencia.
LLAMADO
¿Qué habría ocurrido con aquellos dos hombres si Jesús no los hubiese acompañado, si ellos no lo hubiesen invitado a entrar, si no hubiesen oído las Escrituras?
La Palabra hizo arder el corazón de aquellos hombres y puede hacer arder su corazón hoy.
Ahora es el momento en el que debemos tomar la decisión de permitir que el Señor nos haga renacer por su Palabra y eso solo es posible mediante una entrega total, le invito a hacerla ahora.
Venga al frente y vamos a orar juntos.
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