INTRODUCCIÓN
Eclesiastes 3:1
No podemos ser todos iguales o tener las mismas habilidades, pero, hay un
don de Dios que todos recibimos en igual medida: el tiempo
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su
hora”. Eclesiastés 3:1.
“Puedo perder batallas, pero nadie me verá jamás perder minutos, ni por
presunción ni por pereza” Napoleón Bonaparte .
“El ayer es un cheque cancelado, el mañana es un pagaré, pero el hoy es el
único dinero que usted tiene.”
“El tiempo pasado, no existe; no se puede recuperar. El tiempo futuro,
tampoco existe; no lo podemos traer a nosotros. El tiempo presente, ese tu y
yo lo tenemos. Hemos de utilizarlo al máximo."
“De ninguna otro talento que él nos haya dado requerirá más estricta cuenta
que de nuestro tiempo.” Palabras de Vida del Gran Maestro, Pág. 240.
I. Principios básicos de administración del tiempo.
El tiempo es un recurso único. Todos nosotros disponemos de la misma
cantidad de tiempo: no se puede guardar o acumular para cuando se necesite,
no lo podemos ordenar a nuestro antojo, no podemos decidir cuándo debe
fluir o cuándo debe detenerse. Es, además, irrecuperable. Estamos obligados
a gastarlo a un ritmo de 60 segundos por minuto.
Obtendremos mayores beneficios de la gestión de nuestro tiempo, como de
cualquier otro tipo de gestión, si llevamos a cabo un análisis y una planificación
previos. Para comprender y aplicar los principios de administración del
tiempo usted debe saber no sólo emplear su tiempo, sino también evaluar
qué circunstancias “le hacen perder el tiempo” y cuáles son las causas de las
mismas. Partiendo de esto, usted puede aprender a ser más efectivo y eficiente
en su trabajo, y en sus ratos libres mediante una mejor administración de su
tiempo.
La administración del tiempo es un proceso personal que se debe adaptar
a su estilo de vida. Se necesita una buena dosis de compromiso para, de ser
necesario, cambiar hábitos que están muy arraigados en nuestra personalidad,
pero sólo depende de usted escoger este camino y llegar hasta el final.
Con mucha facilidad se desperdicia el tiempo: con una vida desorganizada,
en conversaciones inútiles, frente a un televisor, en lecturas sin provecho o
sencillamente haciendo pereza en la cama.
Los momentos libres son peligrosos si no se emplean bien:
1. Satanás usó su rebelión para planificar.
2. Eva se apartó de Adán para traer el pecado y la muerte.
3. El origen de los grandes crímenes y de los actos inmorales se conciben
en los momentos de ocio.
II. El uso provechoso del tiempo.
“Cuando hay abundancia de ociosidad, Satanás trabaja con sus tentaciones
para arruinar la vida y el carácter. Si no se enseña a los jóvenes que realicen
trabajo útil, sean ricos o pobres, están en peligro; porque Satanás encontrará
empleo para ellos según sus propias maquinaciones. Los jóvenes que no
son protegidos mediante los principios, no consideran el tiempo como un
tesoro precioso, un legado de Dios, por el cual cada ser humano debe rendir
cuentas”. (Manuscrito 43, 1900).
“Los niños deberían ser educados para emplear su tiempo de la mejor
manera, para ser útiles a sus padres, para tener confianza en sí mismos. No
debería permitírselas que se consideren superiores como para no realizar
ninguna clase de trabajo que sea necesario”. (Carta 11, 1888).
“El valor del tiempo escapa a todo cómputo. El tiempo desperdiciado nunca
puede recuperarse ... El aprovechamiento de los momentos perdidos es
un tesoro” (Manuscrito 117,1899).
Las Escrituras nos exhortan: “Aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos ... “ Efesios 5: 16
III. Una parte del tiempo pertenece a Dios
En el contexto del tiempo encontramos el ‘’Tiempo santo”. Son veinticuatro
horas separadas por Dios para Él, y que llama: “Mi Santo Día:” Éxodo 20:10 Es
el Sábado. El séptimo día de la semana.
• Este principio nunca cambió - aunque haya sido
desobedecido, negado y
abusado. Dios jamás ha anulado este requisito.
• Cuando alguien toma ese día para sí, viola ese
principio eterno. Abusa de
quien nos creo, redimió y sostiene.
• Desafía el Poder de Dios que sostiene todas las
cosas.
• Isaías 58: 13 advierte de no profanarlo usándolo para
cosas seculares.
“Dios nos ha dado el conjunto de los seis días para hacer nuestro trabajo y
se ha reservado únicamente uno. Este debiera ser un día de bendición para
nosotros: un día cuando debiéramos poner de lado todos nuestros asuntos seculares y centralizar nuestros pensamientos en Dios y el cielo”.
(Manuscrito 3, 1879).
Cuando el sábado comienza debemos ponemos en guardia, velar sobre
nuestros actos y palabras, no sea que robemos a Dios, dedicando a nuestro
uso el tiempo que pertenece estrictamente al Señor. No debemos hacer ni
permitir que nuestros hijos hagan trabajo alguno para qanarse la vida, ni cosa
alguna que podría haberse hecho durante los seis días hábiles.
El viernes es el día de preparación. Se ha de dedicar tiempo a los preparativos
necesarios para el sábado, y a pensar y conversar acerca de la santidad del
sábado que está por llegar. Nada de lo que a los ojos del cielo es considerado
como violación del santo sábado debe dejarse para ser dicho o hecho en
sábado. Dios requiere no sólo que evitemos el trabajo físico en sábado, sino
que disciplinemos nuestra mente para que se espacie en el gran amor de
nuestro Padre celestial.
Se infringe el cuarto mandamiento en las conversaciones de cosas
mundanales, livianas o triviales.
“El hablar de cualquier cosa o de todo lo que
acude a la mente, es pronunciar nuestras propias palabras. Toda desviación de
lo recto nos pone en servidumbre y condenación. (Joyas de los Testimonios,
tomo 1, Pág. 287).
Cada día hemos de dedicar una parte del tiempo al culto familiar. Esto es
como levantar un muro protector de fuego alrededor del hogar. Zacarías 2:5.
“Si hubiese una genuina religión doméstica, habría más poder en la iglesia.
Cuando tuviésemos un buen hogar religioso, tendremos buenas reuniones
religiosas”.
IV. Dedicar tiempo para consagrarnos
Reavivamiento y reforma:
“La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es de un
reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera
ser nuestra primera obra.” (Mensajes Selectos, Pág. 141)
“Deben realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del
Espíritu Santo”. (Ídem, Pág. 149.)
V. Debe haber una consagración total:
“Vuestro tiempo, vuestros talentos, vuestros recursos: todo debe derramarse
hacia el mundo, para salvar a los que están perdidos” (Testimonios Selectos,
tomo V, Pág. 165.)
“Cada hora cada minuto es precioso. No tenemos tiempo para buscar
nuestra propia satisfacción. En todo nuestro derredor hay almas que están
pereciendo en el pecado. Cada día hay algo que hacer para nuestro Señor y
Maestro. Cada día debemos conducir a las almas al Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo.” Joyas de los Testimonios, tomo 3, Pág. 310.
CONCLUSIÓN
Jesús aprovechó bien el tiempo y cumplió su misión en la tierra. En Juan 9:4 se registran las palabras del Señor: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura ... “ Si comprendiésemos bien el significado del tiempo, notaríamos que mucho trabajo existe por hacer, es preciso no perder el tiempo. “Sólo quien administra bien el tiempo está preparado para recibir al Salvador”
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