INTRODUCCIÓN
Mientras los cristianos se ocupan en luchar por vanidades intelectuales, ventajas o supremacías, la obra queda impedida hasta incluso de comenzar. Cuando no hay unidad, la iglesia queda irrelevante. Queda destituida de pasión por la misión y termina reducida a un evangelio que no alcanza a la comunidad. La desunión hace que la competición por el poder, la envidia, los celos ocupen el lugar que debería ser llenado por el Espíritu Santo. Es imposible crear un ambiente propicio para el reavivamiento donde existen divisiones, malentendidos y controversias.
Cuando la iglesia de Cristo esté unida, enfocada en el mensaje y apasionada por la misión;entonces, vendrá el reavivamiento; porque la unión trae consigo el reavivamiento.
Un alfiler y una aguja encontrándose en una cesta de labores y no teniendo nada qué hacer, empezaron a reñir, como suele suceder entre gentes ociosas, entablándose la siguiente disputa:
—¿De qué utilidad eres tú? —dijo el alfiler a la aguja—; y ¿cómo piensas pasar la vida sin cabeza?
—Y a ti —respondió la aguja en tono agudo—, ¿de qué te sirve la cabeza si no tienes ojo?
—¿Y de qué te sirve un ojo si siempre tienes algo en él?
—Pues yo, con algo en mi ojo, puedo hacer mucho más que tú.
—Sí; pero tu vida será muy corta, pues depende de tu hilo.
Mientras hablaban así el alfiler y la aguja, entró una niña deseando coser, tomó la aguja y echó mano a la obra por algunos momentos; pero tuvo la mala suerte de que se rompiera el ojo de la aguja. Después cogió el alfiler, y atándole el hilo a la cabeza procuró acabar su labor; pero tal fue la fuerza empleada que le arrancó la cabeza y disgustada lo echó con la aguja en la cesta y se fue.
—Con que aquí estamos de nuevo —se dijeron—, parece que el infortunio nos ha hecho comprender nuestra pequeñez; no tenemos ya motivo para reñir.
¡Cómo nos asemejamos a los seres humanos que disputan acerca de sus dones y aptitudes hasta que los pierden, y luego ... echados en el polvo, como nosotros, descubren que son hermanos!
La preocupación manifestada por nuestro Salvador en su última oración antes de ser crucificado era que la unión y el amor existiesen entre sus discípulos. Satanás lo comprende bien, es especialista en crear discusiones teológicas, filosóficas, epistemológicas, politiquerias pragmáticas, e incluso bíblicas, a fin de comprometer el discipulado y, como nunca, está más resuelto a anular la verdad de Dios causando amargura y disensión entre el pueblo del Señor. Pues la desunión perjudica a la misión. El conflicto genera caos, y Cristo no reina supremo en medio del caos. El mundo está contra nosotros, y también las iglesias populares; las leyes del país pronto estarán contra nosotros. Si hubo alguna vez un tiempo en que el pueblo de Dios debe unirse, es ahora.
“Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.” 1 Corintios 1:10
"Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía" Salmos 133:1.
I. LA DIVISIÓN SIGNIFICA DEBILIDAD
"El hermano ofendido {es más difícil de ganar} que una ciudad fortificada, y las contiendas son como cerrojos de fortaleza." Proverbios 18:19 LBA
1. La unión hace la fuerza; la división significa debilidad. Cuando los que creen la verdad presente están unidos, ejercerán una influencia poderosa. El enemigo está empeñado en causar división, confusión y nublar el mensaje de esperanza en aquellos que están apasionados por preparar al pueblo para el pronto regreso de nuestro Señor Jesucristo.
“Esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. (2 Corintios 4:4)
2. Existe entre el pueblo de Dios hombres cuya obra se opone a la unidad que nuestro Dios estableció en la iglesia. Estos hombres supuestamente “tienen planes y métodos de trabajo originales. Desean introducir en la iglesia cambios de acuerdo con sus ideas de progreso, y se imaginan que así se obtendrían grandes resultados. Están siempre inquietos, aspirando a hacer alguna gran obra, realizar algo que les reporte honra”. 2JT, 74.
3. Estos supuestos progresistas, reformadores, no conocen la humildad ni la fe de Jesús. Solamente están prestos para señalar los errores del otro. ¿Cómo se ha oscurecido la verdad? Lamentaciones 4:1.
4. El apóstol Pablo menciona que: el que no tiene al Espíritu Santo no entenderá la verdad presente. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. (1 Corintios 2:14)
5. Por el orgullo espiritual de estos hombres, “el deseo de dominar, el anhelo ambicioso de honores o puestos, la falta de dominio propio, por satisfacer una pasión o el prejuicio, por la inestabilidad o falta de juicio, la iglesia puede ser perturbada”. 2JT, 83.
6. El orgullo, la estima propia, las contenciones, disensiones y pleitos entre hermanos deshonran la causa de la verdad. Los que siguen tal conducta exponen a la iglesia al ridículo de sus enemigos. Quienquiera que por engaño voluntario o por su mal ejemplo extravía a un discípulo de Cristo, es culpable de un grave pecado. Quienquiera que haga objeto de calumnia o ridículo, insulta a Jesús. 2JT, 85.
Mientras los cristianos se ocupan en luchar por vanidades intelectuales, ventajas o supremacías, la obra queda impedida hasta incluso de comenzar. Cuando no hay unidad, la iglesia queda irrelevante. Queda destituida de pasión por la misión y termina reducida a un evangelio que no alcanza a la comunidad. La desunión hace que la competición por el poder, la envidia, los celos ocupen el lugar que debería ser llenado por el Espíritu Santo. Es imposible crear un ambiente propicio para el reavivamiento donde existen divisiones, malentendidos y controversias.
7. ¿Qué estamos haciendo para conservar la unidad en los vínculos de la paz?
II. LA UNIDAD EN CRISTO
1. La preocupación de nuestro Señor Jesucristo manifestada en su última oración antes de ser crucificado era que la unión y el amor existiesen entre sus discípulos.
2. Jesús vio que el mayor peligro que vendría era de un espíritu de amargura y división. Para él sería muy importante que la relación entre sus seguidores demostrara la autenticidad de la fe cristiana. De allí su oración: “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en verdad. Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:17-21.
3. El sacrificio de Cristo en la cruz del calvario nos une en la verdad a través del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre la iglesia primitiva, los hermanos se amaban unos a otros. “Comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Hechos 2:46, 47.
4. Cristo compara a la luz brillante, a la sal salvadora y a la levadura transformadora, con el fervor del conocimiento de la verdad. El equilibrio de la verdad es la ley y el evangelio. La ley y el evangelio, la justicia y la gracia se unieron en la cruz del calvario. “La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron”. (Salmos 85:10).
5. Este es el mensaje que Dios ordenó que fuera dado al mundo. Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz y acompañado por el abundante derramamiento de su Espíritu. Testimonios para los Ministros, 91-92. La verdad presente es anunciar la muerte y la resurrección de Jesucristo.
6. “Varios me han escrito preguntándome si el mensaje de la justificación por la fe es el mensaje del tercer ángel, y he contestado: “Es el mensaje del tercer ángel en verdad”. Manuscrito 437, 1890”.
7. El último mensaje de clemencia que ha de darse al mundo, es una revelación de su carácter de amor. Porque Dios nos ama con un amor inconmensurable.
8. El Salvador les ordena: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.” Mateo 11:29.
El Señor nos ha dado a conocer su voluntad, a fin de que seamos conductos de luz para otros. No era necesaria la uniformidad; bastaba con tener unidad. Si Cristo mora en nosotros, no podemos menos que trabajar para Él.
III. PRESENTAD A CRISTO
1. ¡Cuán cuidadosos debemos ser en toda palabra y acto para seguir de cerca al desechado, a fin de que nuestro ejemplo conduzca a los hombres a Cristo!
2. El apóstol exhortó a sus hermanos a manifestar en su vida el poder de la verdad que les había presentado. Con mansedumbre y bondad, tolerancia y amor, debemos contemplar el carácter de Cristo, “Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos trasformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor”. 2 Corintios 3:18.
3. Necesitamos aprender la más provechosa de todas las lecciones: La humildad y la fe de Jesús. Debemos buscar la verdadera bondad más que la grandeza. “Los que poseen el ánimo de Cristo tendrán humilde opinión de sí mismos. Trabajarán por la pureza y prosperidad de la iglesia, y estarán listos para sacrificar sus propios intereses y deseos antes que causar disensión entre sus hermanos.” 2JT, 83.
4. Presentad a Cristo, solamente en Él podremos mantenernos en unidad. Solo Cristo será la solución para los problemas difíciles que nuestra iglesia atravesará.
La obra de los siervos de Cristo no consiste simplemente en predicar la verdad de la salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Timoteo 3:15,16), sino que también han de velar por las almas, como quienes han de dar cuenta a Dios. Deben reprender, corregir, exhortar con paciencia y doctrina. 2 JT, 79.
5. Al aceptarlo todos los días como nuestro Salvador y Señor, su voluntad (viendo y creyendo cada segundo, cada minuto a Cristo Jesús) no desaparece sino que recupera su verdadero lugar, que es el corazón. Así se realiza el propósito más elevado de Dios para el hombre: “Dame, hijo mío, tu corazón y miren tus ojos por mis caminos” Proverbios 23:26. La búsqueda espiritual promueve la unidad entre los miembros y permiten que el Espíritu Santo actúe. Como consecuencia, las actitudes de esas personas para con sus hermanos en la fe cambia drasticamente.
6. El nuevo pacto permite vivir en armonía con la Ley, la ley que es Cristo Jesús, a través del amor generado por el Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23). Es difícil cumplir carnalmente la ley de Dios, gracias a Jesús él fue quien cumplió la ley por nosotros, Él fue nuestro salvador. Ahora debemos vivir esa obediencia de Él.
CONCLUSIÓN
En su oración final Jesús oró cinco veces por el principio de la unidad, en su última oración Jesús deseaba que su iglesia se mantuviera unida. Debemos recordar que cuando ellos abandonaron sus diferencias, el amor prevaleció y la contienda fue eliminada; entonces, la plenitud del Espíritu Santo fue derramada sobre ellos. Los que enseñan la verdad, los misioneros y dirigentes de la iglesia, pueden hacer una gran obra por el Maestro, si tan sólo decidieran purificar sus almas obedeciendo la verdad. Cada cristiano vivo trabajaría desinteresadamente por Dios.
Tal vez como hombres no seamos capaz de amarnos, tal vez tú como humano no seas capaz de amarte, pero Jesús dejó todo porque nos amó primero (1 Juan 4:19), murió por ti, sufrió por ti, hizo todo por ti. Por eso en esa última oración de Jesús dice: “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo este, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria”. Juan 17:24.
Cuando la iglesia de Cristo esté unida, enfocada en el mensaje y apasionada por la misión;entonces, vendrá el reavivamiento; porque la unión trae consigo el reavivamiento.
Debemos recordar que nuestros hermanos son como nosotros, débiles mortales que yerran, muchos hombres que Dios usó en el pasado cometieron graves errores, Dios no los desecho. Cuando se arrepintieron, Él los perdonó, les reveló su presencia y obró por medio de ellos grandes milagros.
LLAMADO
¿Qué estamos haciendo para conservar la unidad en los vínculos de paz?
¿Dónde está el Espíritu Santo y el poder de Dios que acompañan la predicación del evangelio?
“Porque aun un poco y el que ha de venir vendrá, y no tardara. Más el justo vivirá por la fe... Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. (Hebreos 10:37-39).
El cumplimiento de la misión no se hará realidad hasta que haya una perfecta unidad en las filas de la iglesia cristiana.
¿Permites que el Espíritu Santo nos mantenga en unidad con Cristo para tener un mensaje, una doctrina, un evangelio por toda la eternidad? ¿Predicaremos en unidad para alcanzar un mundo para Cristo?
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