El Diablo usa distintas estrategias para destruir la vida de los hijos de Dios. Él usa:
1. Las tentaciones
2. La verguenza
3. La decepción
¿Por cuál de estas tres, el enemigo lo ha estado alejando del Salvador?
En Romanos 9:13 dice: "Como está escrito a Jacob a mé y a Esaú aborrecí."
Aunque Jacob era el menor y tenia más defectos que su hermano mayor, ambos tuvieron las mismas oportunidades de decidir y escoger hacia dónde inclinarían sus vidas y cuál destino tendrían.
Jacob con todos sus defectos decidió aferrarse a Dios y su diciplina tranformadora, nunca más fue el mismo, dejo de ser Jacob y llegó a convertirse en Israel: El que pelea junto a Dios y se torna vencedor.
Sin embargo, Esaú fue en esa escala descendente: grada tras grada.
Primero cedió a las tentaciones sensuales de la juventud y tomó mujeres que cuyo corazón estaba lejos de los propositos de Dios; abandonó su liderazgo espiritual y lo tomó como una cosa vana y sin beneficio, entregando su primogenitura a su hermano menor.
Luego quedó tan avergonzado por o que habia hecho que prometio que mataria a su hermano. No queria que nadie le hablase, ni queria hablar con nadie al respecto. No busco corrección ni permitió que se le corrigiese. Su verguenza lo aisló; al final de cuentas yo no necesito de otros para vivir; tengo fuerzas para mantenerme y nunca me va a faltar de comer.
Sin embargo, Esaú, tuvo una ultima oportunidad de echar todas sus suerte del lado del proposito divino, de apostar su fe en las promesas que Dios había hecho para él. Cuando luego de 2 decadas sin ver a su hermano Jacob, fue a su encuentro, sus familias presenciaron el grande milagro de la reconciliación. Su hermano, Jacob, le recordó las promesas hechas a Abraham, su abuelo, que esa tierra donde estaban sería para ellos. Mas, Esaú, no quisó.
Esta quizá es la estocada final que da el enemigo en una persona. Cuando han pasado los años, s han perdido grandes oportunidades de salvación y testificación, el diablo hace que la persona mire atrás y piense ¿Qué he hecho todo este tiempo, todos estos años? entonces, los embarga de decepción y prefirien salir definitivamente del plan divino. Así, Esaú se fue a vivir a la región de Edom, cuyos habitantes serían enemigos acérrimos del pueblo de Israel.
Tentaciones, Verguenza y Decepción, sin duda, son armas letales del enemigo.
Mas permitame decirle: Aunque no sea fácil, vuelva a Cristo. Renuncie a todo, menos a las preciosas promesas que Dios le ha hecho. Abandone casas, trabajos, posición, riquezas, bienes, amistades someta su vida a la poderosa transofrmación del Señor.
"En el reino de Dios no se obtiene un puesto por medio del favoritismo. No se gana, ni es otorgado por medio de una gracia arbitraria. Es el resultado del carácter. La cruz y el trono son los símbolos de una condición alcanzada, los símbolos de la conquista propia por medio de la gracia de nuestro Señor Jesucristo." Hechos de los Apostoles, 433.
En el Nuevo Testamento hubo un hombre que tuvo cientos y miles de defectos. Era impaciente, furtivo, orgulloso, pretencioso, arrogante, sin piedad mas llegó a ser un seguidor de Cristo excepcional. La Biblia lo presenta como el discipulo amado. Su nombre: Juan, el discípulo amado.
Su vida fue una constante transformación: Su secreto fue aferrarse a Cristo.
"Al afecto del Salvador correspondió el discípulo amado con toda la fuerza de una ardiente devoción. Juan se apoyó en Cristo como la parra se sostiene sobre una majestuosa columna. Por amor a su Maestro desafió los peligros de la sala del juicio y permaneció junto a la cruz; y al oír que Cristo había resucitado, se apresuró para ir al sepulcro y en su celo dejó atrás aun al impetuoso Pedro." Hechos de los apostoles, 430.
Ciertamente no era para nada perfecto; pero Juan tenia algo especial:
A causa de su profundo amor hacia Cristo, Juan deseaba siempre estar cerca de él. El Salvador amaba a los doce, pero el espíritu de Juan era el más receptivo. Era más joven que los demás y con mayor confianza infantil, abrió su corazón a Jesús. Así llegó a simpatizar más con Cristo, y mediante él, las más profundas lecciones espirituales de Cristo fueron comunicadas al pueblo. Hechos de los Apostoles, 434.
El hijo del trueno se tranformó en el discipulo del amor:
En la vida del discípulo Juan se ejemplifica la verdadera santificación. Durante los años de su íntima asociación con Cristo, a menudo fué amonestado y prevenido por el Salvador, y aceptó sus reprensiones. A medida que el carácter del divino Maestro se le manifestaba, Juan vió sus propias deficiencias, y esta revelación le humilló. Día tras día, en contraste con su propio espíritu violento, contemplaba la ternura y la tolerancia de Jesús y oía sus lecciones de humildad y paciencia. Día tras día su corazón fué atraído a Cristo hasta que se perdió de vista a sí mismo por amor a su Maestro. El poder y la ternura, la majestad y la mansedumbre, la fuerza y la paciencia, que vió en la vida diaria del Hijo de Dios llenaron su alma de admiración. Sometió su temperamento resentido y ambicioso al poder modelador de Cristo, y el amor divino realizó en él una transformación de carácter. Hechos de los Apostoles, 445.
"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
1. Las tentaciones
2. La verguenza
3. La decepción
¿Por cuál de estas tres, el enemigo lo ha estado alejando del Salvador?
En Romanos 9:13 dice: "Como está escrito a Jacob a mé y a Esaú aborrecí."
Aunque Jacob era el menor y tenia más defectos que su hermano mayor, ambos tuvieron las mismas oportunidades de decidir y escoger hacia dónde inclinarían sus vidas y cuál destino tendrían.
Jacob con todos sus defectos decidió aferrarse a Dios y su diciplina tranformadora, nunca más fue el mismo, dejo de ser Jacob y llegó a convertirse en Israel: El que pelea junto a Dios y se torna vencedor.
Sin embargo, Esaú fue en esa escala descendente: grada tras grada.
Primero cedió a las tentaciones sensuales de la juventud y tomó mujeres que cuyo corazón estaba lejos de los propositos de Dios; abandonó su liderazgo espiritual y lo tomó como una cosa vana y sin beneficio, entregando su primogenitura a su hermano menor.
Luego quedó tan avergonzado por o que habia hecho que prometio que mataria a su hermano. No queria que nadie le hablase, ni queria hablar con nadie al respecto. No busco corrección ni permitió que se le corrigiese. Su verguenza lo aisló; al final de cuentas yo no necesito de otros para vivir; tengo fuerzas para mantenerme y nunca me va a faltar de comer.
Sin embargo, Esaú, tuvo una ultima oportunidad de echar todas sus suerte del lado del proposito divino, de apostar su fe en las promesas que Dios había hecho para él. Cuando luego de 2 decadas sin ver a su hermano Jacob, fue a su encuentro, sus familias presenciaron el grande milagro de la reconciliación. Su hermano, Jacob, le recordó las promesas hechas a Abraham, su abuelo, que esa tierra donde estaban sería para ellos. Mas, Esaú, no quisó.
Esta quizá es la estocada final que da el enemigo en una persona. Cuando han pasado los años, s han perdido grandes oportunidades de salvación y testificación, el diablo hace que la persona mire atrás y piense ¿Qué he hecho todo este tiempo, todos estos años? entonces, los embarga de decepción y prefirien salir definitivamente del plan divino. Así, Esaú se fue a vivir a la región de Edom, cuyos habitantes serían enemigos acérrimos del pueblo de Israel.
Tentaciones, Verguenza y Decepción, sin duda, son armas letales del enemigo.
Mas permitame decirle: Aunque no sea fácil, vuelva a Cristo. Renuncie a todo, menos a las preciosas promesas que Dios le ha hecho. Abandone casas, trabajos, posición, riquezas, bienes, amistades someta su vida a la poderosa transofrmación del Señor.
"En el reino de Dios no se obtiene un puesto por medio del favoritismo. No se gana, ni es otorgado por medio de una gracia arbitraria. Es el resultado del carácter. La cruz y el trono son los símbolos de una condición alcanzada, los símbolos de la conquista propia por medio de la gracia de nuestro Señor Jesucristo." Hechos de los Apostoles, 433.
En el Nuevo Testamento hubo un hombre que tuvo cientos y miles de defectos. Era impaciente, furtivo, orgulloso, pretencioso, arrogante, sin piedad mas llegó a ser un seguidor de Cristo excepcional. La Biblia lo presenta como el discipulo amado. Su nombre: Juan, el discípulo amado.
Su vida fue una constante transformación: Su secreto fue aferrarse a Cristo.
"Al afecto del Salvador correspondió el discípulo amado con toda la fuerza de una ardiente devoción. Juan se apoyó en Cristo como la parra se sostiene sobre una majestuosa columna. Por amor a su Maestro desafió los peligros de la sala del juicio y permaneció junto a la cruz; y al oír que Cristo había resucitado, se apresuró para ir al sepulcro y en su celo dejó atrás aun al impetuoso Pedro." Hechos de los apostoles, 430.
Ciertamente no era para nada perfecto; pero Juan tenia algo especial:
A causa de su profundo amor hacia Cristo, Juan deseaba siempre estar cerca de él. El Salvador amaba a los doce, pero el espíritu de Juan era el más receptivo. Era más joven que los demás y con mayor confianza infantil, abrió su corazón a Jesús. Así llegó a simpatizar más con Cristo, y mediante él, las más profundas lecciones espirituales de Cristo fueron comunicadas al pueblo. Hechos de los Apostoles, 434.
El hijo del trueno se tranformó en el discipulo del amor:
En la vida del discípulo Juan se ejemplifica la verdadera santificación. Durante los años de su íntima asociación con Cristo, a menudo fué amonestado y prevenido por el Salvador, y aceptó sus reprensiones. A medida que el carácter del divino Maestro se le manifestaba, Juan vió sus propias deficiencias, y esta revelación le humilló. Día tras día, en contraste con su propio espíritu violento, contemplaba la ternura y la tolerancia de Jesús y oía sus lecciones de humildad y paciencia. Día tras día su corazón fué atraído a Cristo hasta que se perdió de vista a sí mismo por amor a su Maestro. El poder y la ternura, la majestad y la mansedumbre, la fuerza y la paciencia, que vió en la vida diaria del Hijo de Dios llenaron su alma de admiración. Sometió su temperamento resentido y ambicioso al poder modelador de Cristo, y el amor divino realizó en él una transformación de carácter. Hechos de los Apostoles, 445.
No hay estrategia del enemigo que pueda ser mayor que el amor del Salvador. Como dice el Aposotol Pablo:
"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 8:35-39
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 8:35-39
Si ni la muerte nos podrá separar de Cristo; entonces menos aún lo serán las tentaciones, la verguenza o la decepción.
Cristo quiere tranformarnos. Corre a Cristo y ríndele tu vida; el te hará un verdadero vencedor para su honra y para su gloria.
Bendiciones!
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