Sí, pero …
Kigundu Ndwiga, Stewardship Director East Central Africa Division
Summary: In contemplating this sermon, we are reminded that trusting and obeying our eternal Father is the real secret of contentment. Peace that passes understanding is found when we put Him first.
Introducción
Había sido un largo y sangriento día para el diplomático amante de la paz, Abram. Un día que amaneció como cualquier otro, pero las noticias de un prisionero de guerra que había escapado, cambiaron todo.
El fugitivo vino con la alarmante noticia de la derrota y el saqueo de Sodoma y Gomorra y la toma del sobrino de Abram, Lot, y sus posesiones (Génesis 14:12) Abram con sus 318 sirvientes, persiguió a su poderoso enemigo y triunfaron, rescatando a los prisioneros y sus posesiones.
Cuando ellos retornaron de la batalla, Melquisedec, el rey de Salem, encontró a Abram y sus hombres. Melquisedec dio de beber a sus hombres y bendijo a Abram. Con un corazón desbordante de gratitud por la milagrosa salvación de Dios en la batalla, Abram adoró al Señor devolviendo el diezmo de todo.
Como siempre, como Elías después de la Victoria en el monte Carmelo, cuando la adrenalina había caído, su mente se detuvo a reflexionar acerca de la batalla y su futuro, y comenzó a preguntarse: ¿Qué habría sucedido si..?
La Visión
Dios, quien entiende nuestra debilidades humanas y nuestra montaña rusa emocional, decidió revelarse a Abram en visión, y cuando Dios nos habla, Él siempre se dirige a las preocupaciones pertinentes que dominan nuestras almas. En respuesta a la angustia de Abram, Dios pronuncia tres maravillosas y alentadoras promesas. En Génesis 15: 1, en visión Dios dijo a Abram:
1. No Temas. Abram estaba con temor respecto al futuro. La palabra que creo el mundo de la nada tiene poder para derretir el miedo de nuestro corazón. La palabra de Dios no regresa vacía, como dice Isaías 55:10,11:
"Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié."
2. Yo soy tu Protector. Abram, parece Dios decir, no temas, porque yo soy tu protector. Todas las lanzas y flechas del enemigo, no te tocarán. Nada que él arroje podrá herirte. Es un eco de las palabras del salmista:
"El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro. Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará."
3. Tu Galardón será muy grande. Qué abrumadora promesa para Abram! Abram yo soy TODO lo que tu necesitas, porque yo tengo todos los tesoros del universo. Poseerme es el secreto del contentamiento en vida! Cuando tú me tengas -Riqueza, Posición o fama- todo lo que es muy estimado entre los hombres, pierde su valor comparado conmigo. Yo soy suficiente para ti ".
Sí, pero...
Abram responde: Si, pero...¡Qué anticlímax a la asombrosa revelación de Dios! En lugar de regocijarse y declarar: Sí Señor tú eres todo lo que yo necesito, en esta vida y en la vida venidera; él responde, recordándole a Dios que no tiene hijos. En otras palabras, "Dios, has sido tan bueno conmigo, pero si quieres que realmente me sienta satisfecho, ¡tienes que darme un hijo!"
Dios no reprende a Abram por esto que suena a ingratitud! Parece entender que el roce de Abram con la muerte en el campo de batalla ha despertado en su conciencia el tema de su propia mortalidad. Inmediatamente, él desafía a Abram a confiar en él, porque el puede concederle el deseo más profundo de su corazón: un hijo. Así lo vemos en Salmos 37:4:
"Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón."
Con Dios, las inquietudes de Abram están seguras. Dios está tan complacido con su fe infantil que le es contada por justicia. Una vez más, el Padre amoroso y comprensivo alivia sus ansiedades.
La Obsesión de Abram
Esperar es una prueba en la que muchas personas fracasan, y Abram no era la excepción. Con el pasar del tiempo, su deseo de tener un hijo eclipsó su confianza en la promesa de Dios. Su deseo llegó a ser una obsesión o un ídolo. De acuerdo con el autor Ken Sande: "Un ídolo es cualquier cosa aparte de Dios de la que dependemos para ser felices, sentirnos seguros o realizados. El problema no es lo que queremos; sino, que lo queremos demasiado" (The Peacemaker books, 104)
Dónde hay un ídolo, "nosotros continuamos luchando para lograr nuestro deseo, viviendo en nuestra desilusión y permitiendo que nuestro deseo y desilusión controlen nuestras vidas...Tal actitud, destruye por completo las relaciones importantes y nos aleja de Dios. (Ibid, 103)
En su obsesión, Abram no se da cuenta del dolor en el corazón de Sarah, cuando le da a su sirvienta, Agar. Además, ¡Ni siquiera consulta a Dios! La obsesión de Abram lo lleva a usar a Agar como un objeto y lo separa de Dios.
Todo el infierno se desata en la casa de Abram con el embarazo de Agar. Incluso en el nacimiento de Ismael no alcanza la alegría anticipada de Abram, ya que se da cuenta de lo bajo que se ha hundido en la búsqueda de su obsesión. Su ídolo no trae satisfacción. Misericordiosamente, Dios lo perdona en arrepentimiento, incluso prometiendo bendiciones sobre Ismael.
Confiar y Obedecer
A su tiempo, Dios le dio a Abraham el hijo prometido quien crecía siendo obendiente, un obediente hijo. Cómo Abraham amaba a Isaac! Sin embargo, para llevar a Abraham a un punto de confianza incuestionable, Dios le pide que haga lo impensable: sacrificar a su único hijo.
Sin excitación, Abraham obedece a Dios. Mientras levanta su temblorosa mano en el Monte Moria, él revela su fe y confianza en Dios.
Abraham cree que Dios puede resucitar a Isaac deentre los muertos! Mas Dios proveyó el sacrificio y la prueba fue completada. Una vez más, Dios llamó a Abraham:
Abraham cree que Dios puede resucitar a Isaac deentre los muertos! Mas Dios proveyó el sacrificio y la prueba fue completada. Una vez más, Dios llamó a Abraham:
"Luego el ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo. El Señor dice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos; y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido." Génesis 22:15-18
Conclusion
Confiar y obedecer a nuestro Padre eterno con todo nuestro corazón es el verdadero secreto del contentamiento. Aprender a esperar en él y colocarlo en primer lugar no da la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Posesiones y status, son temporales, no pueden llevarnos al contentamiento de nuestro corazón.Que podamos perseguir y abrazar lo que es eterno.
Comentarios
Publicar un comentario