El mensajero del Apocalipsis
INTRODUCCIÓN
Estamos iniciando una jornada profética en la Biblia que culminará con algunos descubrimientos maravillosos.
Comenzaremos estudiando un texto de la Biblia que creemos que es la espina dorsal del adventismo: Apocalipsis 14:6, 7.
Con este texto trataremos de responder a las siguientes preguntas:
1.¿Cuál es el significado del ángel?
2. ¿Cuáles son las características del mensaje que proclama?
3. ¿A quién representa el ángel?
I. ¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE ÁNGEL?
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a Aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc. 14:6, 7).
Ángel es una palabra procedente del griego (NT) "angelos" que signica “mensajero” . En la Biblia ángel puede referirse tanto a seres celestiales como al ser humano, cuando este actúa como un mensajero de Dios (Luc. 7:24; 9:52; Sant. 2:25).
El ángel de Apocalipsis 14:6, 7 tiene un mensaje de advertencia para presentar a todos los habitantes de la Tierra.
El hecho de que el mensajero esté volando en medio del cielo y proclamando su mensaje en voz alta nos hace entender que ese es un mensaje urgente y que no hay tiempo que perder.
II. CARACTERÍSTICAS DEL MENSAJE DEL PRIMER ÁNGEL
Encontramos cuatro características distintivas en el mensaje del primer ángel:
(1) predica el evangelio eterno
(2) proclama que todos teman a Dios y le den gloria
(3) presenta que llegó la hora del juicio
(4) llama a todos a adorar a quien hizo el cielo, la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
La palabra evangelio viene del griego euangelion, que significa “buenas nuevas”. En la Biblia el evangelio está relacionado a las buenas nuevas de salvación.
Sin embargo, el mensajero de Apocalipsis no anuncia un evangelio cualquiera. No es simplemente un evangelio o algún evangelio, sino el evangelio eterno.
El hecho de ser eterno significa que nunca tuvo inicio y jamás tendrá fin.
Es el mismo evangelio desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura.
Eso significa también que no hay un evangelio según el Antiguo Testamento y otro de acuerdo con el Nuevo Testamento.
1. El Evangelio Eterno
¿Qué grupo religioso tendría las características para presentar ese evangelio eterno?
Podemos dividir el mundo religioso cristiano en prácticamente tres vertientes bien distintas. Ellas son:
a) Evangélicos protestantes: este grupo se caracteriza por todos los que no son católicos o que surgieron después de la reforma de la iglesia en la Edad Media.
Entre las iglesias de ese grupo están todos los evangélicos tradicionales, conservadores o liberales, pentecostales, etc. Para los evangélicos protestantes, el evangelio o las buenas nuevas de salvación se dividen en dos fases:
(1) para los que vivieron en el AT quienes, según los evangélicos, alcanzaban la salvación a través de las obras de la ley, y
(2) para quienes vivieron o viven en el período del NT, donde la salvación se alcanza a través de la gracia mediante la fe.
¿Ese sería el grupo que representa el ángel de Apocalipsis 14? Por supuesto que no.
Vimos con claridad que no presentan un evangelio eterno, sino dos evangelios, uno de acuerdo con el AT y otro de acuerdo con el NT.
b) Católicos: El segundo grupo de cristianos está representado por la Iglesia Católica. Para os católicos, la salvación no se alcanza por las obras de la ley, ni por la gracia mediante la fe, sino a través de los sacramentos de la iglesia.
Ellos son: el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la penitencia, la unción de los enfermos, orden sacerdotal y el matrimonio.
Según la teología católica, los sacramentos comunican la gracia que salva. De esa forma, la iglesia llega a ser el propio instrumento de salvación. Sin embargo, no es posible encontrar en la Biblia ese modelo de salvación a través de la iglesia.
c) Adventistas del Séptimo Dia: Los adventistas del séptimo día comprenden por evangelio eterno el mensaje de Apocalipsis 13:8, que habla de “el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (ver también: Gén. 3:15, 21; 1Ped. 1:18-21; Heb. 13:20).
O sea, la salvación es la misma para todos, tanto para los que vivieron antes de la cruz como para los que vivieron y viven después de la cruz. Ese es el evangelio eterno.
El modelo de ese evangelio es el cordero que fue muerto (Gén. 3:21) y la gracia comunicada a nuestros primeros padres inmediatamente después de la caída.
La única diferencia es que los del AT eran salvos por la gracia mediante la fe en el Cordero que vendría, y nosotros, del NT, por la gracia mediante la fe en el Cordero que ya vino (Juan 3:16).
Nadie jamás fue salvo por alguna cosa que haya hecho (obras), sino por lo que Cristo hizo por nosotros.
Solo tenemos que aceptar por la fe esa gracia disponible desde la fundación del mundo. Ese asunto se verá más claro en otro tema que estudiaremos todavía en esta semana.
Podemos notar que el mensaje del evangelio eterno está presentado por el remanente de la profecía bíblica, un pueblo que surgió especialmente para restaurar esa y otras verdades (Apoc. 12:17; 14:12).
2. Temed a Dios y dadle gloria
a) Temer a Dios significa obedecerlo en guardar sus mandamientos. El temor al Señor y la observancia de los mandamientos siempre aparecen juntos (Deut. 5:29; 6:2; 8:6; Sal. 111:10; 112:1).
De acuerdo con Salomón, ese es el deber de todo hombre (Ecl. 12:13).
Al pueblo del tiempo del fin se lo conoce como aquellos que temen a Dios (Apoc. 12:17; 14:12).
La segunda característica del mensaje del ángel se divide en dos aspectos:
b) Dar gloria a Dios tiene que ver con el cuidado de nuestro cuerpo como el templo del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19, 20; 10:31).
Veremos más sobre esa característica en otro estudio más adelante.
Comprenderemos entonces que el mensajero de Apocalipsis 14:6, 7 tiene un mensaje especial relacionado con la observancia de los mandamientos de Dios y con el cuidado del cuerpo (salud). Esas características también señalan a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
3. Llegó la hora de su juicio
Entendemos que la hora del juicio presentada en Apocalipsis 14:7 está íntimamente ligada a la purificación del santuario de Daniel 8:14. Esos textos presentan como telón de fondo toda la historia del movimiento millerita y el gran chasco del 22 de octubre de 1844 (Apoc. 10:10).
En ese tiempo comenzó en el cielo el juicio investigador de la profecía bíblica.
Ese día no solo comienza el cumplimiento de las profecías de Daniel 8:14 y Apocalipsis 14:7, sino también es la fecha de nacimiento del movimiento profético que se llamaría Iglesia Adventista del Séptimo Día, pueblo caracterizado por el ángel como el que anuncia que el juicio investigador pre advenimiento comenzó el 22 de octubre de 1844.
4. Adorad a aquel que hizo
¿Qué significa el llamado a adorar a “aquel que hizo el cielo, la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”? En la Biblia aparecen varias veces juntas o cercanas las palabras cielo, tierra y mar. Cuando eso sucede, la Palabra de Dios nos está remitiendo al relato de la Creación, donde tenemos una clara referencia al Dios que hizo, al Dios Creador (Sal. 146:5, 6; Éxo. 20:11).
En el relato de la Creación, de acuerdo a lo descrito en Génesis 1 y 2, descubrimos el significado y el porqué de adorar “a Aquel que hizo”.
La creación comienza en Génesis 1:1 con las siguientes palabras:
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, y sigue por todos los días de la creación hasta llegar a Génesis 1:31 y 2:1, que dice:
“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos”.
Aunque Dios terminó su obra de la Creación el día sexto, la Biblia nos revela que Dios solo la terminó en el séptimo día.
En Génesis 2:2, 3, encontramos lo siguiente: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.
O sea, la Creación fue concluida el séptimo día.
A pesar de que Dios no hizo ninguna obra ese día, creó el séptimo día. Y además de crear, Dios descansó ese día, lo bendijo y lo santificó.
En otras palabras, ese día fue reservado por Dios para ser un día exclusivo para adorar a Aquel que hizo todas las cosas.
En Éxodo 20:8-11 donde encontramos el cuarto mandamiento de la Ley de Dios, dice: “Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas”.
El último versículo, el 11, concluye mostrando el motivo por el cual el séptimo día es un día santo: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó”.
El sábado es santo, porque Dios hizo de ese día un día santo. Nuevamente tenemos la misma mención: cielos, tierra y mar, refiriéndose a la creación en su totalidad, y el séptimo día como un día especial, pues Dios descansó, lo bendijo y lo santificó.
El sábado fue instituido por Dios como un recuerdo constante de la Creación. Adorar a Dios en el sábado significa reconocerlo como nuestro Dios Creador y Sustentador. Eso hace del sábado, además de un día singular, una señal entre Dios y su pueblo.
¿Por qué ese llamado a "adorar a Aquel que hizo"?
En verdad, el gran conflicto entre el bien y el mal tiene como base la elección de quien adoraremos.
Adoraremos al Señor, nuestro Creador y Redentor, o inevitablemente estaremos adorando a la bestia y su imagen (Apoc. 13:4, 8, 12, 15).
Aquellos que adoran a la bestia y su imagen reciben la señal, o la marca de la bestia (Apoc. 13:16, 17; 14:9, 11).
Sin embargo los que adoran a Dios reciben la señal o el sello e Dios (Apoc.7:3; Eze. 20:12, 20).
Una vez más vemos que las características del ángel señalan a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, inclusive en lo referente a la observancia del sábado.
CONCLUSIÓN
Concluimos que el mensajero de Apocalipsis 14:6, 7 tiene su cumplimiento profético con el surgimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día después del 22 de octubre de 1844.
El movimiento adventista es el único que cumple todas las características del mensaje proclamado por el ángel, por los siguientes motivos:
(1) predica el evangelio eterno;
(2) proclama que todo el mundo tema a Dios y guarde sus mandamientos;
(3) posee un mensaje y un estilo de vida especial de salud;
(4) anuncia que el juicio investigador pre advenimiento comenzó el 22 de octubre de 1844;
(5) presenta el sábado como un día especial de adoración al Dios Creador y lo caracteriza como una señal distintiva de su pueblo en todas las eras.
Vemos también que el mensajero (ángel) de Apocalipsis está ligado a un personaje bíblico, y ese personaje está presentado como un profeta.
¿Quién es ese personaje y por qué es un profeta?
Esta y otras preguntas las responderemos en los próximos estudios de nuestra serie.
LLAMADO
Después de conocer el mensaje de hoy,
¿A cuántos les gustaría vivir y predicar el mensaje del ángel de Apocalipsis 14:6 y 7?
¡Alabado sea Dios por su decisión!
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