Introducción
En la Biblia encontramos la experiencia de los patriarcas que, por su ejemplo y enseñanza, tenían como hábito instruir a su casa diariamente en los principios morales y religiosos. El conocimiento de Dios era la base de las relaciones y la conducta.
Vemos por ejemplo, a Abrahán. Donde llegaba, levantaba un altar a Dios. El conocimiento de la verdad y del plan de redención era transmitido oralmente de padre a hijo. Su testimonio atraía a vecinos y extranjeros al verdadero Dios.
Después vemos en la Biblia que Dios hace un pacto con su pueblo. Los Diez Mandamientos son una transcripción de su carácter, que ya existía mucho antes de escribirlos, pero se hizo necesario hacerlo en tablas de piedra para la restauración del conocimiento relacional con Dios, que había sido perjudicado durante el período de esclavitud sufrido en Egipto.
La conducta humana, las leyes humanas, son un reflejo de la Ley Moral que continúa teniendo valor. La Ley Moral es eterna, santa, justa y buena. Es como un muro de protección contra el pecado en todas sus formas.
I. LOS DIEZ MANDAMIENTOS – ESCRITOS EN TABLAS DE PIEDRA
Representan el carácter de Dios:
Los cuatro primeros mandamientos indican el amor a Dios por encima de cualquier otra cosa.
Los últimos seis apuntan al amor al prójimo como a nosotros mismos.
Otros aspectos interesantes de la Ley Moral:
Escrita en tablas de piedra por el dedo de Dios. El Señor tuvo especial cuidado al revelar su ley, en un ambiente de Pacto.
Él sabía que los hombres, bajo la influencia de Satanás, intentarían cambiar los tiempos y la Ley. Por eso, él mismo se reveló a sí mismo a la humanidad.
Los Diez Mandamientos fueron dados a Moisés en un ambiente de solemnidad y santidad. La teofanía: manifestación extraordinaria de Dios. Buscaba así impresionar a su pueblo sobre la santidad y la importancia de los mandamientos.
II. OBEDIENCIA Y SALVACIÓN
La obediencia a la Ley no salva, sino que resulta de la salvación. Nuestra unión a Cristo resulta en obediencia a su Palabra. La gracia de Dios restaura las relaciones rotas por el pecado y amplía la comprensión de la verdad.
Veamos algunos aspectos que ayudan a aclarar el tema de la obediencia y la salvación:
¿Quién fue el el autor de los Diez Mandamientos?
"Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios." (Éxodo 31:18). Fue Dios Mismo.
Jesús los dividió en dos partes
"Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mateo 22:36-40).
Los Primeros 4 Mandamientos tienen que ver con nuestra relación con Dios y los últimos 6 con nuestra relación con nuestro prójimo.
¿Cuál fue la actitud de Jesús en cuanto a la validez de los Diez Mandamientos?
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido." (Mateo 5:17 y 18)
"Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 15:10).
Jesús no dejó de lado los mandamientos; Jesús cumplió la ley y venció el pecado mostrándonos que el camino de la victoria, es la dependencia del Padre Celestial.
¿Dios permite cambios en su Palabra o sus Mandamientos?
"Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos" (Malaquías 3:6)
"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro." (Apocalipsis 22:18 y 19).
III – LOS DIEZ MANDAMIENTOS ESCRITOS EN EL CORAZÓN
En el Sinaí, Dios escribió los Diez Mandamientos en tablas de piedra. Él quería que su pueblo comprendiera todo más allá de las tablas. Él quiere escribir sus mandamientos en la mente, en el corazón de sus hijos. Agradecidos
por la vida y la redención, vivimos la experiencia de la fe. Como resultado, obedecemos por amor porque ya somos salvos en Jesucristo. No aceptar esta verdad es rechazar a Cristo y negar la cruz
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra."(Ezequiel 36:26 y 27).
CONCLUSIÓN
La Ley Moral no nos salva, sino que nos muestra nuestra necesidad y nos conduce al Salvador.
Si la rechazamos, diciendo que ya pasó de moda o que no existe, todo sistema de leyes humanas pierde valor y no hay pecado al desobedecer, hacer sufrir a los demás o, incluso, matar.
Quienes dicen que la ley moral ya pasó de moda aún no han entendido la palabra de Dios.
Los Diez Mandamientos apuntan a un Dios Todopoderoso, Justo y Misericordioso, que salva y libera al pecador del terrible pecado y por medio de la sangre de Cristo ofrece perdón, transformación de vida y salvación. Jesucristo es el centro de las Escrituras, es el centro de la esperanza y es el centro de la Ley Moral.
LLAMADO FINAL
Dios tiene un llamado especial para su vida hoy. Jesús dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos.” (Juan 14:15).
Quiero mostrarle los pasos para estar preparado:
Estudiar la Biblia todos los días, en espíritu de oración
"Escudriñad las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí (Juan5:39)
"Lampara es a mis pies tu Palabra y lumbrera mi camino (Salmos119:105).
Aceptar a Jesús como salvador personal
"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, cenaré con él y él conmigo"(Apocalipsis 3:20)
"Por eso, como dice el Espíritu Santo: «Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión, en aquel día de prueba en el desierto. (Hebreos 3:7 y 8).
Guardar los mandamientos de Dios
"He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido. (Deuteronomio 11:26-28).
Bautizarse, nacer de nuevo, de agua y del Espíritu
"Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.(Juan 3:1-5)
"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado." (Marcos 16:15 y 16)
"Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre." (Hechos 22:16).
Permanecer firme en la fe, viviendo como un discípulo y un testigo de Jesús
"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan15:5)
"Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo." (Mateo 24:13).
Si quiere dar estos pasos, le invito a ponerse de pie. Quiero pedir a un amigo aquí de la iglesia que le dé un abrazo y vengan aquí adelante. Oraré por ustedes y por sus familias.
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