Ir al contenido principal

Entradas

Exposición Horizontal y la Iglesia - Efesios

Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Cristo es nuestra paz, que de los dos pueblos hizo uno y derribó el muro divisorio” (Efesios 2:13, 14). Tú eres un gentil, un griego, que ha aprendido a estimar al Dios de los judíos. De hecho, has dejado tu adoración a muchos dioses y has abrazado al único Dios verdadero. Mientras recorres los hermosos atrios y las columnas estriadas del Templo de Jerusalén, los sonidos de la adoración invocan tu alabanza. No obstante, en ese momento te encuentras frente a una barricada de piedra de 120 centímetros de altura. Grabado cada pocos metros en latín y en griego está este mensaje: “Ningún extranjero puede entrar dentro de la barrera que cerca el Templo. Todo el que sea sorprendido será culpable de muerte”. En ese momento te sientes excluido, alienado y separado. En Efesios 2:11 al 22, Pablo ve que la Cruz de Cristo marca una diferencia dramática , ya que destruye esas barreras

Cómo nos rescata Dios - Efesios

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en pecados nos dio vida junto con Cristo. Por gracia ustedes han sido salvados” (Efesios 2:4, 5). El 14 de octubre de 1987, Jessica McClure, de 18 meses de edad, estaba jugando en el patio trasero de la casa de su tía cuando cayó siete metros dentro de un pozo abandonado. Su situación crítica atrajo a medios de todo el mundo a Midland, Texas, EE. UU. Una audiencia global vio a la “bebé Jessica” durmiendo, llorando, cantando y llamando a su madre. Observaba mientras el personal de emergencias entubaba aire fresco a través del pozo. Finalmente, 58 horas después de la caída, la audiencia mundial vio cómo Jessica era liberada del pozo que la había retenido por más de dos días. La foto ganadora del Premio Pulitzer, del fotógrafo Scott Shaw, capturó el momento: un cable de rescate pasa por en medio de los rostros angustiados de los rescatistas de Jessica, que miran el bulto vendado en el c

El poder del Jesús exaltado - Efesios

Mediante el Espíritu Santo, los creyentes pueden conocer “la incomparable grandeza de su poder hacia los que creemos, según la acción de su potencia. Ese poder Dios lo ejerció en Cristo cuando lo resucitó de los muertos, y lo sentó a su diestra en los cielos” (Efe. 1:19, 20). Los seres humanos, al parecer, siempre buscan más poder. El fabricante de automóviles Devel Motors, por ejemplo, mostró el prototipo de su Devel Sixteen, un vehículo con un motor de 16 cilindros y 12,3 litros que produce más de 5.000 caballos de fuerza. O, si eso no es suficiente, considera el semirremolque Peterbilt, que ostenta tres motores a reacción Pratt & Whitney J34–48. Con 36.000 caballos de fuerza, el camión recorre 400 metros en 6,5 segundos y habitualmente alcanza los 600 km/h antes de desplegar sus dos paracaídas. En contraste, Pablo ora para que los creyentes de Éfeso, bajo la tentación de admirar los diversos poderes y deidades de su cultura, experimenten mediante el Espíritu Santo la inmensidad

Facultad de Teología

Érase una vez un maestro... Hechos 1:1-11 Lleno de vida comenzó a dar instrucciones. Su método efectivo y trascendente abordaba: Los mandamientos, pruebas indubitables y el Reino de Dios. No siempre respondía a los alumnos las preguntas del modo en que ellos esperaban: a la pregunta cuándo; el respondía con un cómo; tal vez porque consideraba que los modos y formas eran más importantes que los tiempos. A pesar de que había estado dando una cátedra de 3 años y medio, era consciente de que su permanencia y su oportunidad de instruir se estaban acabando, así que procuró, certeramente, que la competencia primordial se alcanzara. Para él, la aptitud e idoneidad, además de no ser opcionales, debían estar acompañadas de un elemento revolucionario y transformador; de un Espíritu cuyo fuego y encendiese el amor congelado de miles de almas. Finalmente, el día había llegado:el maestro se despidió de sus alumnos.  Más importante que el ser, saber o hacer, para él era el convivir. No era SIN, era C

El gran Plan Cristocéntrico De Dios - Efesios

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos bendijo con toda bendición espiritual en los cielos” (Efesios 1:3). Veinticinco años después de convertirse en la primera persona en caminar sobre la Luna, Neil Armstrong escribió una nota de agradecimiento al equipo creativo que diseñó el traje espacial, la Unidad de Movilidad Extravehicular (EMU, por las siglas en inglés), en el que dio esos pasos históricos. Armstrong lo llamó “el diseño espacial más fotografiado de la historia”, y bromeó con que logró ocultar a “su feo ocupante” , y agradeció al “equipo EMU”, en el Centro Espacial Johnson, por el traje “resistente, confiable, y hasta se podría decir encantador” que le preservó la vida, y les envió “un cuarto de siglo de agradecimientos y felicitaciones”. Pablo comienza su carta a los Efesios con una majestuosa nota de agradecimiento, alabando a Dios por las bendiciones que ha derramado; bendiciones tan esenciales para la vida de los creyentes como lo es un

El Justo por la fe vivirá

“Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová, el Señor, es mi fortaleza; él me da pies como de ciervas y me hace caminar por las alturas” (Habacuc 3:17-19). “El mismo hecho de que tengamos que soportar pruebas muestra que el Señor Jesús ve en nosotros algo muy precioso que desea desarrollar... Cristo no arroja piedras sin valor en su horno. Lo que prueba es el mineral precioso. Hace que el proceso refinador reproduzca su propia imagen” (AFC, 279). INTRODUCCIÓN Una de las mayores mentiras que Satanás dice para debilitar nuestra fe, es que cuando creemos y aceptamos a Jesús estamos libres de todos los problemas. Cuando creemos esto, siempre fallamos y juzgamos mal a Dios. “El mismo hecho de que tengamos que soportar pruebas muestra qu