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El gran Plan Cristocéntrico De Dios - Efesios

“Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos bendijo con toda bendición espiritual en los cielos” (Efesios 1:3).

Veinticinco años después de convertirse en la primera persona en caminar sobre la Luna, Neil Armstrong escribió una nota de agradecimiento al equipo creativo que diseñó el traje espacial, la Unidad de Movilidad Extravehicular (EMU, por las siglas en inglés), en el que dio esos pasos históricos. Armstrong lo llamó “el diseño espacial más fotografiado de la historia”, y bromeó con que logró ocultar a “su feo ocupante”, y agradeció al “equipo EMU”, en el Centro Espacial Johnson, por el traje “resistente, confiable, y hasta se podría decir encantador” que le preservó la vida, y les envió “un cuarto de siglo de agradecimientos y felicitaciones”.

Pablo comienza su carta a los Efesios con una majestuosa nota de agradecimiento, alabando a Dios por las bendiciones que ha derramado; bendiciones tan esenciales para la vida de los creyentes como lo es un traje espacial para alguien que camina sobre la Luna. Pablo argumenta que Dios ha estado obrando en estas bendiciones esenciales desde “antes de la creación del mundo” (Efesios 1:4), y alaba a Dios por obrar a lo largo de los siglos en favor de los creyentes.

Esta introducción de Pablo hace que Efesios sea especialmente valiosa para ilustrar cómo adorar y alabar a Dios por las tantas bendiciones que él ha provisto.

I. ELEGIDOS Y ACEPTADOS EN CRISTO

Una nota de agradecimiento generalmente incluye una descripción del regalo recibido. Pablo incluye una larga lista de regalos en Efesios 1:3 al 14 mientras agradece a Dios por las bendiciones del evangelio.

Pablo alaba a Dios por el hecho de que “en Cristo nos bendijo con toda bendición espiritual en los cielos” (Efesios 1:3). El hecho de que las bendiciones sean espirituales (griego, pneumatikos) sugiere que ocurren mediante el Espíritu (pneuma), lo que apunta al cierre de la bendición de Pablo, que celebra la obra del Espíritu Santo en la vida de los creyentes (Efesios 1:13, 14).

Efesios 1:3 al 6 contiene un lenguaje inspirador sobre cómo nos ve Dios en Cristo. Antes de la creación del mundo, Dios nos escogió en Cristo y determinó que seamos “santos y sin culpa” en su presencia (Efesios 1:4; comparar Efesios 5:27), como hijos e hijas entrañables en virtud de la Creación y la Redención en Cristo (Efesios 1:5). Desde antes de que el sol comenzara a brillar, su estrategia ha sido que seamos “aceptos en el Amado” (Efesios 1:6, RVR 1960). En resumen, la intención de Dios es que seamos salvos. Perdemos la salvación solo por nuestras propias decisiones pecaminosas.

"En los lugares celestiales"

Efesios 1:3 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo".
Efesios 1:20 "La cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales".
Efesios 2:6 "Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús".
Efesios 3:10 "Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales
Efesios 6:12 "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".

“En los cielos”

Efesios 3:15 "De quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra".
Efesios 4:10 "El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo".
Efesios 6:9 "Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas".

En Efesios, las frases “en los lugares celestiales” y “en los cielos” apuntan al Cielo como la morada de Dios (Efesios 1:3; 6:9), a la ubicación de los poderes espirituales (Efesios 1:10, 20, 21; 3:10, 15; 6:12) y al lugar de la exaltación de Cristo a la diestra del Padre (Efesios 1:20). 
Los creyentes tienen acceso a estos “lugares celestiales” en el presente como la esfera donde se ofrecen la bendiciones espirituales por medio de Cristo (Efesios 1:3; 2:6). Aunque “los lugares celestiales” se han convertido en un lugar de bendición para los creyentes, todavía son el lugar de conflicto de los poderes malignos que disputan el señorío de Cristo (Efesios 3:10; 6:12).

"Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él" Efesios 1:4.
¿Qué significa que Dios nos eligió en Cristo “antes de la creación del mundo”? ¿Cómo nos revela esto el amor de Dios por nosotros y su deseo de que seamos salvos?

II. REDENCIÓN COSTOSA, PERDÓN GENEROSO

El pecado había sido una fuerza tenebrosa y dominante en la vida de la audiencia de Pablo. Pablo puede describirlos, en su existencia anterior, como muertos en vida: 
“Muertos en sus delitos y pecados” (Efesios 2:1), pero andando o “haciendo” como Satanás les ordenaba (Efesios 2:1-3). Esclavizados al pecado y a Satanás, no tenían la capacidad de liberarse. Necesitaban rescate. Dios así lo hizo mediante sus actos de gracia en Cristo, y Pablo celebra dos nuevas bendiciones de la gracia de Dios en la vida de los creyentes: la redención y el perdón.

"En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia". Efesios 1:7, 8.

“Redención” es una idea que se usa con frecuencia en el Nuevo Testamento. 

“En él tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia” (Efesios 1:7). ¿Cómo revela este versículo la realidad de la salvación solo por la fe y no por las obras de la Ley?

"El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados". Colosenses 1:13, 14. 
"Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras". Tito 2:13, 14. 

"Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna". Hebreos 9:15

¿Qué temas comparten estos pasajes en común con Efesios 1:7, 8?

La palabra griega traducida como “redención”, en Efesios 1:7, es apolutrōsis, que originalmente indicaba la compra de la libertad de un esclavo o pagar para liberar a un cautivo. Se escucha el eco de la voz del traficante de esclavos subastando su mercancía y el frío chirrido de las esposas de un esclavo. Cuando el Nuevo Testamento habla de la redención, destaca el costo de liberar a los esclavos.

Nuestra libertad tiene un costo extremo: “En él [Jesús] tenemos redención por su sangre” (Efesios 1:7). La idea de la redención también celebra la generosidad misericordiosa de Dios al pagar el alto precio de nuestra libertad. Dios nos da libertad y dignidad. ¡Ya no somos esclavos!

“Ser redimido es ser tratado como una persona, no como un objeto. Es llegar a ser ciudadano del Cielo, en lugar de un esclavo de la Tierra” (Alister E. McGrath, What Was God Doing on the Cross [Grand Rapids, MI: Zondervan, 1992], p. 78).

Ten en cuenta que la idea de que Dios paga a Satanás el precio de la redención es medieval, no bíblica. Dios no le debe nada a Satanás ni le paga nada. Los beneficios del Calvario también incluyen “el perdón de los pecados” (Efesios 1:7). En la Cruz, Cristo toma sobre sí el precio por nuestro pecado, tanto pasado como futuro, y así “canceló la nota de nuestra deuda, que consistía en ordenanzas desfavorables a nosotros” (Colosenses 2:14). Al hacer esta obra de redención y de perdón por medio de Cristo, Dios actúa como nuestro Padre generoso, con “la riqueza de su gracia, que nos prodigó abundantemente” (Efesios 1:7, 8).

¿Qué significa para ti ser perdonado y redimido mediante el sacrificio expiatorio de Cristo? ¿Y si sientes que no lo mereces? (Pista: no eres digno; ese es el centro neurálgico de la Cruz).

III. EL GRAN PLAN CRISTOCÉNTRICO DE DIOS

¿Cuál es el plan de Dios “llegado el tiempo” y cuán amplio es su alcance? 

"Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra". Efesios 1:9, 10.

Pablo utiliza tres etiquetas para el plan de Dios: 
(1) “el plan que había mantenido en secreto”, 
(2) lo “que había decidido realizar”, y 
(3) “su plan” para cuando “llegue el momento preciso” (DHH). 

¿Cuál es el plan supremo y final de Dios? Unir todo, en todas partes, en Jesús.

El término que Pablo utiliza para describir el plan es gráfico (griego, anakephalaiōsasthai): “reunir”, “restaurar” o “recuperar” todas las cosas en Cristo. En la práctica contable de la antigüedad, se “sumaba” una columna de números y se colocaba el total en la parte superior. Jesús encabeza el plan escatológico final de Dios. Este plan cristocéntrico se elaboró “antes de la creación del mundo” (Efesios 1:4) y es tan amplio que abarca todo el tiempo (“en el cumplimiento de los tiempos establecidos”, Efesios 1:10, RVR 95) y el espacio (“todo lo que está en el cielo y lo que está en la tierra”). Pablo anuncia la unidad en Cristo como la gran meta divina para el Universo.

Al analizar el “plan de Dios, que se cumplirá a su debido tiempo” (Efesios 1:10, PDT), Pablo comparte el tema que entretejerá a lo largo de la carta. Dios comienza su plan para unificar todas las cosas (cimentado en la muerte, la resurrección, la ascensión y la exaltación de Jesús [Efesios 1:15–2:10]), fundando la iglesia y unificando elementos dispares de la humanidad (judíos y gentiles) en ella (Efesios 2:11–3:13).

De esta manera, la iglesia advierte a los poderes malignos que el plan de Dios está en marcha y que el gobierno divisor de Satanás terminará (Efesios 3:10). Como dice la Biblia en otra parte: “ ‘Porque el diablo ha descendido a ustedes con gran furor al saber que le queda poco tiempo’ ” (Apocalipsis 12:12).

"Al brillar en torno del sepulcro la luz de los ángeles, más refulgente que el sol, los soldados de la guardia romana cayeron al suelo como muertos. Uno de los dos ángeles echó mano de la enorme losa y, empujándola a un lado de la entrada, sentóse encima. El otro ángel entró en la tumba y desenvolvió el lienzo que envolvía la cabeza de Jesús. Entonces, el ángel del cielo, con voz que hizo estremecer la tierra, exclamó: “Tú, Hijo de Dios, tu Padre te llama. ¡Sal!” La muerte no tuvo ya dominio sobre Jesús. Levantóse de entre los muertos, como triunfante vencedor. La hueste angélica contemplaba la escena con solemne admiración. Y al surgir Jesús del sepulcro, aquellos resplandecientes ángeles se postraron en tierra para adorarle, y le saludaron con cánticos triunfales de victoria.
Los ángeles de Satanás hubieron de huir ante la refulgente y penetrante luz de los ángeles celestiales, y amargamente se quejaron a su rey de que por violencia se les había arrebatado la presa, y Aquel a quien tanto odiaban había resucitado de entre los muertos. Satanás y sus huestes se habían ufanado de que su dominio sobre el hombre caído había hecho yacer en la tumba al Señor de la vida; pero su triunfo infernal duró poco, porque al resurgir Jesús de su cárcel como majestuoso vencedor, comprendió Satanás que después de un tiempo él mismo habría de morir y su reino pasaría al poder de su legítimo dueño". PE, 181. 

La segunda mitad de la carta de Pablo comienza con un apasionado llamado a la unidad (Efesios 4:1-16) y continúa con una larga exhortación a evitar conductas que dañen la unidad y, en vez de eso, a que fomenten la solidaridad con los hermanos en la fe (Efe. 4:17–6:9). Pablo concluye con la imagen conmovedora de la iglesia como un ejército unido, participando con vigor en la lucha por la paz en el nombre de Cristo (Efesios 6:10-20).

¿Cómo puedes reconocer y celebrar que la redención que vives en Cristo Jesús es parte de algo amplio y grandioso, una parte integral del plan final diseñado por Dios para unir todas las cosas en Cristo?

IV. VIVIR PARA ALABAR SU GLORIA

“En él hemos obtenido también una herencia, habiendo sido predestinados conforme al plan del que hace todo según el propósito de su voluntad, para que nosotros, que fuimos los primeros en Cristo, seamos para alabanza de su gloria” (Efesios 1:11, 12).

Los creyentes de Éfeso parecen haber perdido el sentido claro de quiénes son como cristianos, han “desmayado” (ver Efesios 3:13). En consonancia con lo que afirmó anteriormente (Efesios 1:3-5), Pablo desea volver a reforzar su identidad como cristianos. Los creyentes no son víctimas de decisiones fortuitas ni arbitrarias de diversas deidades o poderes astrales. Son hijos de Dios (Efesios 1:5) y tienen acceso a muchas bendiciones por medio de Cristo, basadas en los profundos consejos y en las eternas decisiones de Dios. Es el propósito, el consejo y la voluntad de Dios (Efesios 1:11) lo que se está llevando a cabo en su vida según el plan aún más amplio de Dios de unir todas las cosas en Cristo (Efesios 1:10). Pueden tener una confianza inquebrantable en su reputación ante Dios y en la eficacia de las bendiciones que él ofrece. Su vida debe exaltar el mensaje de Efesios 1:3 al 14: ¡Bendito sea Dios, nuestro Padre, y el Señor Jesucristo!

Compara los usos de la idea de “herencia” en Efesios 1:11, 14 y 18. ¿Por qué crees que esta idea es importante para Pablo?

V. EL ESPÍRITU SANTO: SELLO Y ANTICIPO

En Efesios 1:13 y 14, Pablo relata brevemente la historia de conversión de sus lectores. ¿Cuáles son los pasos en esa historia?

Al explorar la importancia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes, Pablo utiliza dos imágenes o metáforas para el Espíritu. 
La primera imagen, describe al Espíritu Santo como un “sello”, al identificar la presencia del Espíritu como un sellado que se efectúa desde el momento de la conversión. En la antigüedad, los sellos se usaban para una amplia variedad de funciones: para autenticar copias de leyes y acuerdos; para validar la excelencia o la cantidad del contenido de un recipiente (p. ej., Ezequiel 28:12); o para atestiguar transacciones (p. ej., Jeremías 32:10–14, 44), contratos, cartas (p. ej., 1 Reyes 21:8), testamentos y adopciones. Impreso en un objeto, un sello indicaba propiedad y protección. La presencia del Espíritu Santo en la vida marca a los creyentes como pertenecientes a Dios y transmite la promesa de Dios de protegerlos (comparar con Efesios 4:30). Han sido “sellados con el Espíritu Santo prometido” (Efesios 1:13).

“Pablo indica claramente que cuando alguien le da su vida a Jesús, y cree en él, el Espíritu Santo sella (verbo griego: sphragizō) a ese creyente en Cristo para el día de la Redención. ¡Qué verdad maravillosa, liberadora y tranquilizadora! El Espíritu de Dios marca a los seguidores de Cristo con el sello de la salvación cuando creen por primera vez” (Jiří Moskala, “Misinterpreted EndTime Issues: Five Myths in Adventism”, Journal of the Adventist Theological Society 28, No 1 [2017], p. 95).

La segunda imagen que utiliza Pablo para el Espíritu Santo es la de “garantía”. El Espíritu Santo es la garantía de nuestra herencia, que señala hacia el momento en que la herencia se entregará en su totalidad (comparar con 2 Corintios 1:22; 5:5).

La palabra que se traduce como “garantía” (arrabōn) era un préstamo hebreo que se usaba ampliamente en el griego común, o koiné, de los tiempos del Nuevo Testamento para indicar una “primera cuota”, “depósito”, “pago inicial” o “anticipo”, que requiere que el pagador realice pagos adicionales.

Ten en cuenta que los creyentes no hacen este pago inicial, sino que lo reciben de Dios. Dice Pablo que la entrañable presencia del Espíritu Santo en la vida de los creyentes es un anticipo de la herencia plena de salvación y redención que recibirán con la venida de Cristo. Nuestro trabajo es recibir con un corazón agradecido y sumiso lo que se nos ha ofrecido en Jesús.

CONCLUSIÓN

"Pablo rogó a los que habían conocido una vez el poder de Dios en sus vidas, a volver a su primer amor de la verdad evangélica. Con argumentos irrefutables les presentó su privilegio de llegar a ser hombres y mujeres libres en Cristo, por cuya gracia expiatoria todos los que se entregan plenamente son vestidos con el manto de su justicia. Sostuvo que toda alma que quiera ser salvada debe tener una experiencia genuina y personal en las cosas de Dios. Las fervientes palabras de ruego del apóstol no fueron estériles. El Espíritu Santo obró con gran poder, y muchos cuyos pies habían sido descarriados por caminos extraños, volvieron a su primera fe en el evangelio… El nombre de Dios fue glorificado, y muchos fueron agregados al grupo de creyentes por toda esa región (HAp, 311).

¿Qué argumentos agregarías a los expuestos arriba para apoyar la idea de que Dios no decide antes de crearnos quién se salvará ni quién se perderá? En última instancia, ¿quién toma la decisión de si una persona se salva en Jesús o no?

Efesios 1:3 al 14 ¿enseña que Dios predetermina el futuro de los seres humanos, predestinando a algunos para vida eterna y a otros para muerte eterna? Desgraciadamente, muchos creen esto. No obstante, considera estas ideas:

1. En el pasaje, la función de Cristo es determinante, ya que la decisión divina de adoptarnos se produce “por Jesucristo” (Efesios 1:5), o “en él” (Efesios 1:4, 11). Esto sugiere que la decisión y la predeterminación de Dios es para todos los que eligen la fe en Cristo; él no selecciona quién se salvará o se perderá caso por caso, incluso antes de que nazca la gente. La decisión de Dios es la respuesta divina, estudiada y predeterminada para quienes ejerzan fe en Cristo.

2. Efesios 1:3 al 14 también contiene un vívido lenguaje relacional acerca de la obra salvífica de Dios. Dios es “Padre”, y nosotros somos los hijos “adoptivos” (Efesios 1:3-5), que recibimos sus bendiciones en abundancia (Efesios 1:8). Debemos entender el lenguaje sobre la elección y la predeterminación de Dios a la luz de este rico lenguaje relacional. Dios no es un juez distante e insensible que emite decretos a la distancia, sino el Padre cariñoso para todos sus hijos (ver Efesios 3:15).

3. El hecho de que Dios honre la decisión humana se refleja en Efesios 1:3 al 14 (especialmente Efesios 1:13, donde “oír” y “creer” se consideran importantes), en otras partes de la carta (Efesios 2:8; 3:17; 4:1-6:20, todas ellas enfatizan o suponen el ejercicio de la decisión y la respuesta de fe), y en otros pasajes del Nuevo Testamento (p. ej., 1 Timoteo 2:4; Hechos 17:22–31). O, como lo expresó Elena de White: “En el don incomparable de su Hijo, Dios ha rodeado al mundo entero con una atmósfera de gracia tan real como el aire que circula alrededor del globo. Todos los que elijan respirar esa atmósfera vivificante vivirán y crecerán hasta la estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús” (CC, 58).

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