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Los Ritmos del descanso - El descanso

Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3). ¿Quién se puede imaginar cómo habrán sido las obras de la Creación: la luz en medio de la oscuridad, los océanos rebosantes de vida, las aves que de repente levantan vuelo? ¿Y la creación sobrenatural de Adán y de Eva? Ni siquiera podemos empezar a comprender cómo lo hizo Dios. Sin embargo, después de todo este proceso de creación activa, Dios centró su atención en algo más. A primera vista, no parecía tan espectacular como las ballenas saltarinas ni las deslumbrantes exhibiciones de plumas de las aves. La creación fue buena en gran manera. Dios simplemente creó un día, el séptimo día, y luego lo hizo especial. Aun antes de que la humanidad se auto impusiera una vida estresante, Dios estableció un mojón como una ayuda memoria vívida. Dios deseaba que este día fuera una ocasión para que nos detuviéramos deliberadamente a disfrutar de la vida; un día para ser,

Un lugar de refugio o un campo de batalla - Basta de Silencio

INTRODUCCIÓN Existe un proverbio chino que dice: “antes de comenzar el trabajo de cambiar el mundo, de tres vueltas dentro de su casa”. Una joven japonesa fue a pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo en la casa de una señora cristiana. Al final de esos días, al despedirse de la joven, la señora le preguntó si había apreciado la manera en la que ellos vivían en el mundo occidental. La joven respondió: “Me gustó mucho. Su casa es muy linda, pero hay algo que faltó y eso hizo que su casa me pareciera un poco extraña. Fui con usted a su iglesia y la vi adorar a su Dios, pero no vi a ese Dios en su casa”. Y la joven continuó diciendo: “Como usted sabe, en oriente tenemos un nicho para nuestros dioses en cada casa, y los dioses están siempre con nosotros. Usted, ¿no tiene la costumbre de adorar a su Dios en su hogar con su familia?”. En el mundo en que vivimos, los desafíos que enfrentamos en nuestras relaciones familiares y afectivas son grandes. La lucha diaria por la supervivencia y las

Libres para descansar - El Descanso

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmos 27:1). Muchos de los que se encontraron con Jesús en su ministerio terrenal eran enfermos, a veces incluso enfermos terminales. Acudían en masa a Jesús en busca de salud y descanso de sus sufrimientos. Y siempre los obtuvieron. A veces, Jesús solo decía una palabra, y se recuperaban por completo. A veces tocaba a los enfermos, y se sanaban milagrosamente. A veces los despedía, y la curación se producía yendo de camino. Jesús sanó a hombres, mujeres, niños, judíos, no judíos, ricos y pobres, y a gente sencilla. Los peores casos de lepra y ceguera no quedaban fuera de su alcance. Por cierto, incluso sanó a los que padecían la peor “enfermedad” de todas: la muerte.  A veces no apreciamos lo que recibimos. Es probablemente así con nuestra salud. A menudo consideramos de poco valor nuestro inteligentemente diseñado, hasta que nos enfermamos. Aunque hoy más que nunca

Victoria definitiva - Esperanza para un mundo en crisis

En las Olimpíadas de 1968, una hora después que el vencedor de la maratón cruzara la línea de llegada, el tanzano John Stephen Akhwari también cruzó la marca de la línea de llegada rengueando, lastimado por una caída al comienzo de la carrera. Cuando se le preguntó por qué no desistió, dijo: “Mi país no me envió a 7.000 millas de distancia para comenzar la carrera. Mi país me envió para terminarla”. No es difícil comenzar una maratón. La mayoría de las personas logra dar los primeros diez pasos, pero terminar es otra cosa. Pero todavía falta una conquista más: terminar teniendo fuerzas. Una de las decla- raciones más poderosas sobre esto está en las palabras finales del apóstol Pablo registradas en 2 Timoteo 4:6-8. Leamos para intentar entender el pequeño contexto de 2 Timoteo que nos ayudará a comprender el significado de este pasaje. “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la c