Ir al contenido principal

Entradas

Generaciones Bendecidas

"Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías". 2 Crónicas 29:1. ZACARÍAS - "EL RECORDADO DE DIOS" ABIAS - "MI PADRE ES DIOS" EZEQUÍAS - "MI FUERZA ES JEHOVÁ" "Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio". 2 Timoteo 1:5-7. "Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús". 2 Timoteo 3:15. "La madre y la abuela de Timoteo unieron sus esfuerzos para prepararlo para Dios. ¿Cuál fue su libro de texto? La Biblia. Pablo, su padre en el Ev

Los dos caminos - Jóvenes

"Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios. Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará". Salmos 1:1-3 "Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones, sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen" Salmos 1:1-3. ¿Quieres ser feliz?  Claro que sí. El verso de hoy nos da 2 consejos para asegurar la felicidad. Estos consejos te ayudarán a evitar problemas y a ser más feliz. "Bienaventurado" La dicha completa. Comprende bendiciones materiales y espirituale

Haciendo la Paz - Efesios

“Sobre todo, tomen el escudo de la fe, con que puedan apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomen el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:16, 17). En el clásico devocional de John Bunyan El progreso del peregrino, que escribió mientras estaba en la cárcel, Cristiano es escoltado a la armería de un palacio y se le muestra “toda clase de armaduras que su Señor tenía provistas para los peregrinos: espadas, escudos, yelmos, corazas y calzados que no se gastaban. Y eran en tanta abundancia, que bastaban para armar en el servicio de su Señor tantos hombres como estrellas hay en el firmamento”. Antes de que Cristiano se fuera, lo escoltan nuevamente a la armería, donde “ le armaron de pies a cabeza con armas a toda prueba para defenderse en el camino, caso de ser asaltado ”. La obra de Bunyan, de 1678 , nos recuerda un documento escrito unos 1.600 años antes por el apóstol Pablo, la Epístola a los Efesios, también redactada en prisi

El llamado a estar firmes - Efesios

"Por lo demás, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan estar firmes contra las artimañas del diablo” (Efesios 6:10, 11). Con ojos irritados, el siervo sale a los tropezones de su recámara y ve un espectáculo alarmante: un ejército grande, bien pertrechado y hostil, con “gente de a caballo y carros”. Al hablar al profeta Eliseo, balbucea la noticia, junto con una pregunta agobiante: “¡Señor mío! ¿Qué haremos?” Eliseo responde: “No temas; porque más están con nosotros que con ellos”; una respuesta que no hace eco en el rostro del siervo. Eliseo le pide que se acerque, y ora por él: “ ‘Te ruego, Señor, que abras sus ojos para que vea’ ”. La oración del profeta recibe una respuesta inmediata. El siervo vuelve a subir por la escalinata de la muralla, pero esta vez se descorre el velo entre lo visible y lo invisible . Ahora no ve un ejército, sino dos. “El Señor abrió los ojos del criado, y vio el monte l

Cónyuges, juntos ante la cruz - Efesios

“Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla y limpiarla en el lavado del agua, por la palabra, para presentarla para sí una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni cosa semejante; antes, que sea santa e inmaculada” (Efesios 5:25-27). En Efesios 5:21 al 33, Pablo se basa en la idea de la sumisión mutua de los creyentes (Efesios 5:21); luego ofrece consejo a las esposas cristianas (Efesios 5:22-24) y a los esposos (Efesios 5:25-32); y concluye con un extracto de la enseñanza para ambos cónyuges (Efesios 5:33). En estos consejos, los estudiosos de la Biblia en la actualidad pueden oír al Cristo resucitado hablando de nuestras relaciones . Estamos en condiciones de oír cuando entendemos Efesios 5:21 a 6:9 como la forma en que Pablo actualiza la gran temática de la carta, la unidad, pero ahora para el hogar cristiano.  Si bien hace una fuerte crítica de las estructuras sociales defectuosas de la vieja humanidad (ver E