Introducción Después de la creación de un mundo hermoso, Dios selló su obra maestra con la creación del hombre y la mujer, a su propia imagen: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). Desgraciadamente, toda esa magnífica belleza y el equilibrio se vieron afectados por el horror del pecado. Satanás también supo dejar su marca terrible incluyendo un asesinato dentro del hogar, ya en los primeros momentos de vida en la Tierra. “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató” (Génesis 4:8). A partir de ese momento, la violencia y la opresión comenzaron a formar parte de la historia de la humanidad. La destrucción de la familia continúa siendo uno de los blancos preferido de Satanás. Elena de White escribió: “La influencia de Satanás se ejerce constantemente sobre los hombres para enajenar los sentidos, dominar la mente para el mal
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.