Texto base: Éxodo 4:25 y 1 Timoteo 3:4-5
Introducción
"Antes de conquistar el mundo para Cristo, debemos conquistar nuestro hogar para Él".
Hoy veremos cómo el llamado de Dios no solo compromete al individuo, sino también a su familia. Moisés y los líderes cristianos son ejemplos claros.
I. Una familia comprometida
"Entonces Séfora tomó una piedra afilada, cortó el prepucio de su hijo y lo echó a los pies de Moisés, diciendo: Ciertamente tú me eres un esposo de sangre". Éxodo 4:25
Este versículo se encuentra en el capítulo donde Dios llama a Moisés para liberar a Israel de Egipto (Éxodo 3–4). Justo después de la comisión divina, Moisés regresa a Egipto con su familia. En el camino, ocurre un episodio extraño: Dios busca matar a Moisés (Éxodo 4:24).
Ilustración
Un barco no navega solo por el capitán; toda la tripulación debe remar en la misma dirección.
“El hogar debe ser el primer campo misionero.” (HC, 35).
Moisés debía liderar al pueblo de Dios y eso implicaba que su familia también se alineara con ese llamado.
¿Está tu familia alineada con tu llamado?
II. La obediencia familiar es requisito para la misión
"Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad; (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)". 1 Timoteo 3:4-5.
Este pasaje forma parte de la lista de requisitos para los obispos/pastores (1 Timoteo 3:1-7). Pablo instruye a Timoteo sobre el perfil del líder cristiano, destacando la integridad personal y familiar.
Moisés casi muere por no cumplir el pacto en su hogar.
Si no gobierna bien su casa, ¿cómo cuidará la iglesia?; es decir, si alguien falla en lo pequeño (su hogar), ¿cómo podrá cuidar lo grande (la iglesia)?
"No hay liderazgo público sin obediencia privada".
En el mundo grecorromano, la familia era la base de la sociedad. Un líder incapaz de gobernar su casa era visto como incompetente. El cuidado de la familia era un reflejo del carácter del líder.
“El liderazgo cristiano comienza en la esfera más íntima: el hogar". - John Stott.
Un árbol no puede dar sombra si sus raíces están enfermas.
Tome nota:
III. La familia es el primer ministerio
Antes de predicar, debemos pastorear nuestro hogar. Nuestro compromiso con la misión, también contempla nuestro compromiso familiar y nuestro compromiso familiar también debe contemplar nuestro compromiso con la misión. El ministerio debe velar por la familia y la familia también, debe velar por el ministerio.
Este pasaje nos muestra que la misión de Moisés involucró a Séfora y a su hijo. El llamado ministerial nunca es privado, afecta la vida familiar. Quiere decir que, "cuando Dios llama a uno, llama también a su familia".
“Yo y mi casa serviremos a Jehová". - Josué 24:15.
"El púlpito más poderoso está en la mesa del comedor".
"La influencia del hogar es más poderosa que cualquier sermón". (HC, 37).
IV. La misión exige sacrificio familiar
Séfora realizó un acto doloroso para salvar la vida de Moisés.
"La misión cuesta, y a veces cuesta en casa".
Como un atleta que entrena con su familia apoyándolo; de igual manera, el ministerio requiere renuncias compartidas.
¿Estamos como familia dispuestos a pagar el precio de la misión?
V. Una familia entregada glorifica a Dios y fortalece la iglesia
Aunque Moisés conocía las reglas, por influencia de su mujer, no las estaba cumpliendo.
La circuncisión no era una opción para los hebreos, era un requisito. Ahora, la misma Séfora tomó un pedernal y circuncidó a regañadientes a su hijo con el fin de salvar a su esposo.
Cuando el hogar está en orden, la iglesia florece.
“Bienaventurado el que teme a Jehová… tu mujer será como vid… tus hijos como plantas de olivo". Salmos 128:1-3.
"La iglesia fuerte nace de hogares fuertes".
"La comunidad cristiana comienza en la vida familiar". Dietrich Bonhoeffer.
"En el tiempo de angustia que vendrá inmediatamente antes de la venida de Cristo, los justos serán preservados por el ministerio de los santos ángeles; pero no habrá seguridad para el transgresor de la ley de Dios. Los ángeles no podrán entonces proteger a los que estén menospreciando uno de los preceptos divinos".
Si estorbamos la misión de Dios, estorbamos su protección y su bendición. Hagamos lo necesario para que la bendición nos acompañe en nuestro hogar, en el cumplimiento de la misión y en nuestro viaje a la patria celestial.
Conclusión
Imagina un puente colgante: cada cable representa un miembro de la familia. Si uno falla, el puente se debilita. Así es la misión: requiere unidad familiar.
¿Está tu familia incluida en tu llamado?
¿Gobiernas tu casa con dignidad?
¿Consideras tu hogar tu primer ministerio?
¿Están dispuestos a sacrificar por la misión?
¿Refleja tu familia la gloria de Dios?
Llamado
¿Quieres hoy entregar tu hogar a Dios para cumplir juntos la misión?
Oración sugerente:
“Señor, consagramos nuestro hogar a ti. Haznos una familia que viva para tu gloria y para tu misión. Que cada decisión, cada sacrificio y cada acto de amor refleje Tu pacto eterno. En el nombre de Jesús, amén.”
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