Introducción
Antes de que Jesús vuelva, los productores de cine ya nos habrán propuesto todos los escenarios posibles del fin del mundo: Extinción o resurgimiento de los dinosaurios, invasiones extraterrestres, caída meteoritos, terremotos y tsunamis devastadores, catástrofes nucleares y cibernéticas, cambio climático y pandemias ¿Pero será que las personas creen que va a haber un fin del mundo?
Mateo 24 forma parte del Discurso Escatológico de Jesús, donde responde a las preguntas sobre la destrucción del templo y su venida. Era su propósito: Advertir sobre la necesidad de vigilancia ante la venida del Hijo del Hombre.
Hoy vemos claramente estas tres cosas: Jesús lo ha prometido, las señales del fin se están cumpliendo, y los expertos confirman que este mundo avanza hacia su ruina.
Jesús compara su venida (parousía, llegada real y majestuosa) con los días de Noé.
El énfasis no es que la gente hiciera cosas malas, sino que en lo cotidiano —comer, beber, casarse— vivían sin discernimiento espiritual: “no entendieron” (ouk egnōsan)—no porque no supieran datos, sino porque no respondieron a la advertencia. Tenían falta de percepción. No ignorancia intelectual, sino ceguera espiritual.
El diluvio “se los llevó” (ēren, aoristo de airō), es una imagen de juicio repentino e irreversible.
Cada familia debe vigilar porque lo cotidiano puede anestesiar lo eterno; sin embargo, la fidelidad diaria despierta el hogar.
La venida de Cristo será inesperada para los desprevenidos, como el diluvio para la generación de Noé.
Hoy aprenderemos cómo preparar nuestros hogares para la venida de Cristo, evitando la distracción espiritual y viviendo con propósito, obediencia y discernimiento.
A la luz del texto, miremos tres llamados para nuestras familias:
I. Vivir con propósito: vencer la indiferencia cotidiana
(v. 38–39: ouk egnōsan)
En los días de Noé, la gente vivía la vida normal, pero sin leer los tiempos. El problema no es comer o casarse, sino no entender—no responder a Dios en medio de lo cotidiano.
La Palabra de Dios nos llama a despertar y no ser indiferentes con lo que Dios ya nos ha anticipado.
"No entendieron…" Mateo 24:39.
"Mirad, pues, con diligencia… redimiendo el tiempo" Efesios 5:15–16.
"Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora". Mateo 25:13.
En un ejemplo sencillo y muy común, podemos ver que nuestras fiestas y celebraciones dicen mucho de quienes somos, a quien servimos y hacia donde vamos. La Biblia nos anima a realizar un cambio:
Convertir mesas en altares: Una palabra breve, una muestra de gratitud, una reflexión espiritual.
Convertir aniversarios en renovación de pacto y propósito, no apenas fiesta.
Hacer de las rutinas (levantarse, transporte, cena) actos de discipulado.
Es decir, comer, trabajar, casarse... todo debe tener un propósito eterno.
“¿La Biblia en la sala o en el corazón?”
Cierta familia solía colocar la Biblia como tan solo un adorno. Pasaba el tiempo y nadie la abría. Una noche, la madre decidió leer un salmo antes de dormir. En un par de semanas, los hijos comenzaron a preguntar y el diálogo comenzó a fluir; el padre comenzó a compartir las bendiciones y milagros del trabajo, y la sala se convirtió en un refugio espiritual. La presencia de Dios transforma la atmósfera del hogar; nuestra rutina como familia debe tener el propósito de, junto a nuestra pareja e hijos, ser una descendencia piadosa que ame, busque y se deleite en conocer al Creador.
"El hogar es la primera escuela del carácter; allí se forjan hábitos que duran toda la vida".
"Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti". - Agustín de Hipona
Nuestra búsqueda del Señor debe ser intencional, planificada de tal manera que todos puedan participar y sentir que crecen diariamente en Cristo.
Si la indiferencia adormece, ¿qué despierta?
II. Vivir comprometidos: construir el arca en casa
(Veamos el paralelo con Noé, Génesis 6:22; Hebreos 11:7)
Noé asumió el liderazgo de su familia y los guió hacia la salvación. Noé respondió a Dios día tras día: “Hizo conforme a todo lo que Dios le mandó” (Génesis 6:22). La fe verdadera se vuelve carpintería espiritual: madera tras madera, hábito tras hábito. El texto nos muestra que en los días de Noé, la salvación fue familiar. (Génesis 7:1).
Algunos textos bíblicos pueden ayudarnos a comprender mejor este aspecto:
"Por la fe Noé… con temor preparó el arca". Hebreos 11:7.
"Si me amáis, guardad mis mandamientos". Juan 14:15
"Estas palabras… las repetirás a tus hijos". Deuteronomio 6:6, 7.
Conozcamos algunas prácticas que podríamos denominar la “carpintería” del hogar:
Arca de la Palabra: 15 minutos al día (leer, preguntar, aplicar).
Arca de la oración: Mañana y noche (intercesión por nombres).
Arca de la misión: Una acción semanal en familia (vecino, iglesia, necesidad).
Arca de hábitos: Descanso, alimentación, finanzas, tiempo sin pantallas.
Construir el arca fue un trabajo de gran envergadura. Tomó mucho tiempo y esfuerzo poder realizarla. Pero toda esta previsión valió la pena y dio el fruto esperado para todos los descendientes de Noé.
Como hijos de Dios no podemos delegar la tarea que nos ha sido encomendada. Nuestra preparación no puede ser ocasional, sino constante.
"Dos tablas al día".
Un matrimonio decidió comenzar dos prácticas diarias: La primera, realizar una oración de dos minutos al amanecer y gratitud antes de dormir. Al principio parecía muy poco; pero, en un mes, el tono de sus conversaciones había cambiado, los conflictos se redujeron, y se abrió un espacio para hablar de decisiones importantes. El arca no se levanta en un día, sino en constancia; así su familia precisa de su constancia para poder desarrollarse de acuerdo con la voluntad de Dios.
"La verdadera educación cultiva mente, cuerpo y espíritu en equilibrio; el hogar es su primer taller".
"No es tu amor el que sostiene el matrimonio; es el matrimonio el que sostiene tu amor". - Dietrich Bonhoeffer.
"Haz todo el bien que puedas… por todo el tiempo que puedas". - John Wesley:
La obediencia diaria es carpintería espiritual: tabla sobre tabla, Dios edifica salvación doméstica.
Recordemos: El arca se construye con obediencia, pero se navega con discernimiento. Por último: Vigilemos sin alarmarnos.
III. Vivir preparados: ser entendidos en la lectura de los tiempos
(Veamos: Parousía y el llamado a velar, Mateo 24:32, 33; 1 Pedro 4:7)
No basta con saber que Cristo viene, hay que vivir preparados. Sin embargo, Jesús no nos llama al pánico; pero, sí a la vigilancia. La familia cristiana interpreta el mundo con la Palabra y practica la esperanza viva.
Veamos algunos versículos al respecto.
"Aprended del higo… está cerca, a las puertas". Mateo 24:32, 33.
"Sed sobrios y velad en oración". 1 Pedro 4:7.
"Poder, amor y dominio propio". 2 Timoteo 1:7.
Posiblemente nuestros modos de abordar nuestros comportamientos necesiten algunos cambios:
Conversación intencional: Hablar de noticias y redes a la luz de la Biblia.
Límites digitales: Tiempos de silencio y contemplación (Salmos 46:10).
Hospitalidad: Una mesa a la semana abierta a alguien que necesita consuelo.
"Periódico y Biblia"
Por ejemplo, un hijo pregunta por guerras y crisis. El padre trae el evangelio de Mateo y un periódico: leen y estudian juntos Mateo 24 y luego una noticia; oran por una nación y planifican cómo realizar un proyecto misionero. Aprenden a no vivir alarmados, sino alertas y con esperanza.
"El tiempo es breve; lo que debe hacerse por las almas, hagámoslo con diligencia".
“Predicar con la Biblia en una mano y el periódico en la otra". - Karl Barth.
El hogar vigilante no se esconde del mundo; al contrario va a él y lo bendice con esperanza.
Hemos visto:
- Que nuestra Rutina, nuestro cotidiano o nuestro diario vivir deben tener un propósito
- Que nuestra obediencia perseverante debe avanzar cada día;
- Que debemos vigilar con esperanza.
Entonces:
Debemos vencer la indiferencia cotidiana.
Construir el arca en casa evitando las posibles distracciones que minan nuestro tiempo de crecimiento con Dios
Leer los tiempos en que vivimos, sin desesperarnos, y servir con fe.
¿Qué un hábito transformarás esta semana para Cristo? (Mesa con palabra, sobremesa con gratitud, oración breve al amanecer).
¿Qué dos prácticas diarias comenzarás hoy? (15 min de Biblia, 5 min de oración familiar).
¿Qué una acción misionera harán como familia antes del próximo sábado? (Visitar, llamar, compartir, invitar).
Así como las familias en los días de Noé se distrajeron en lo cotidiano y no se prepararon, hoy nuestras familias deben vivir con intención espiritual, obediencia diaria y vigilancia esperanzada para estar listas para la venida del Señor.
Al contrario de los antediluvianos, que no comprendieron, no recelaron nada, no indagaron acerca de la catástrofe que se avecinaba, nosotros deberíamos tomar en serio las palabras de Jesús que nos advierten de lo inesperado y repentino que puede ser el fin, en un mundo tan globalizado y fragilizado como el nuestro
No esperes a la lluvia para construir; no esperes que la cosas sucedan para empezar, no dejes que las distracciones sean tantas que no tengas tiempo de testificar. Empieza hoy.
Escribe enla tarjeta de decisión:
"Hoy es el primer día del resto de mi vida y como familia nos comprometemos a edificar el altar familiar:
- Orando diariamente por nuestra pareja e hijos
- Orando para cumplir la misión y el propósito que tenemos como hijos de Dios
- Realizando el culto matutino y vespertino
- Participando de un Grupo Pequeño donde otras familias puedan conocer a Cristo
- Anunciando el retorno de Jesús a mis amigos que quiero ver a salvo (Nombres_________)
"La puerta del arca".
Génesis 7:16 nos muestra que llegará el día en que Dios cerrará la puerta. La puerta de la gracia que estuvo abierta durante siglos, será cerrada. No porque Dios no nos ame, sino porque su plan de salvación debe consumarse. No perdamos esta gran oportunidad que el cielo nos otorga y avancemos con fe y la firme resolución de testificar a un mundo distraído y confundido que necesita conocer el día de su salvación.
Oremos:
Padre eterno, en los días de Noé nos llamas a despertar.
Lava nuestros corazones para que nuestro diario vivir te honre.
Fortalece nuestra comunión, que orar y estudiar tu Palabra sea nuestro respirar.
Afina nuestra vigilancia, para leer los tiempos con esperanza y servir con amor.
no permitas que me deje entretener tanto por las rutinas de la vida que tu venida me sorprenda
Haz de nuestro hogar un arca de gracia: refugio para nuestros hijos y luz para nuestros vecinos.
Deseo, junto a mi familia, estar listos para que nos lleves contigo, evngas cuando vengas, sea cuando sea.
En el nombre de Jesús, Amén.
Teología: No se condena lo cotidiano, sino la indiferencia; Dios salva familias mediante obediencia perseverante y esperanza vigilante.
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