Las ciudades están repletas de corazones rotos, ¿sabes?
Personas que están pasando por momentos difíciles que les han llenado la vida de una especie de oscuridad. En las ciudades, nos topamos con jóvenes que están atrapados en el mundo de las drogas, otros que se encuentran bajo el dominio de pandillas, y algunos que están luchando contra el abuso y el maltrato. Puedes ver a jóvenes y adultos que parecen completamente perdidos, sin tener idea de qué camino tomar.
Están rotos por dentro y están buscando desesperadamente una oportunidad para cambiar.
Hablemos del caso de María, una joven de veinticinco años que vivía en el corazón de la gran ciudad. Había crecido en un ambiente difícil, rodeada de problemas familiares y la influencia negativa de sus amigos. Comenzó a experimentar con las drogas a una edad temprana y pronto se encontró atrapada en una espiral descendente. Perdió su trabajo, sus relaciones se desmoronaron y su salud se deterioró rápidamente.
María estaba rota, física y emocionalmente.
DESARROLLO
Me gustaría comenzar esta reflexión con un versículo de la Biblia que siempre me ha llamado la atención:
"Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Mirad, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores". (Mateo 11:19).
Queridos jóvenes, ¿se han preguntado alguna vez cómo llamaban a Jesús? ¡Lo llamaban “amigo de pecadores”! ¿Puedes imaginarte a Jesús caminando por tu ciudad? ¿Con quién hablaría? ¿A quién mostraría más simpatía? Sin lugar a duda, creo que se acercaría a aquellos como María, aquellos que han caído y tienen el corazón roto.
Ahora, ¿qué significa realmente que Jesús sea amigo de pecadores?
Significa que él es nuestro amigo y está esperando que reconozcamos su presencia y disposición. El amor de Dios por nosotros va más allá de lo que podemos imaginar.
Es interesante que el título “amigo de pecadores” fuera otorgado a Jesús por los líderes religioso de su época. ¡Lo criticaban por pasar tiempo con los marginados y con personas “socialmente inaceptables”, y por eso lo llamaban “amigo de pecadores”!
Por ejemplo, en cierta ocasión, los escribas y fariseos murmuraron contra Jesús. ¿Sabes por qué?
“Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: ‘Este a los pecadores recibe, y con ellos come” (Lucas 15:1-2).
Ante estas críticas, Jesús no se defendió, sino que contó una parábola que ilustra cuánto ama Dios a aquellos que han caído:
“Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15:3-7).
Jesús habla de un pastor que tenía cien ovejas, pero una de ellas se perdió. Según la zoología, las ovejas son animales que se pierden con facilidad debido a su falta de sentido de dirección. Pero el pastor dejó las noventa y nueve y se esforzó al máximo para encontrar la oveja perdida, incluso enfrentando condiciones climáticas extremas.
Finalmente, con ternura y amor, encontró a la oveja y la llevó de regreso al rebaño. Al llegar a casa, celebró con alegría su hallazgo.
La escritora cristiana Elena de White dice que Dios: “Como un pastor terrenal conoce sus ovejas, así el divino Pastor conoce su rebaño, esparcido por el mundo”. “Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice el Señor Jehová”. Jesús dice: “Te puse nombre, mío eres tú”. “He aquí que en las palmas te tengo esculpida. Jesús nos conoce individualmente, y se conmueve por el sentimiento de nuestras flaquezas. Nos conoce a todos por nombre... Cada alma es tan plenamente conocida por Jesús como si fuera la única por la cual el Salvador murió. Las penas de cada uno conmueven su corazón”
Jesús, el divino pastor, recorre las ciudades en busca de los perdidos, los quebrantados y los caídos, aquellos con corazones rotos debido a los golpes y traumas de la vida. ¿Por qué creo que Jesús levanta a los caídos?
• Él levantó a la mujer adúltera (Juan 8:1-11): encontró a una mujer atrapada en adulterio y en lugar de condenarla, le dijo:
“El que esté sin pecado entre vosotros, que tire la primera piedra”. La multitud se retiró, y Jesús le dijo a la mujer que no la condenaba y que no pecara más.
• Él levantó al paralítico de Betesda (Juan 5:1-15): en otra ocasión, Jesús encontró a un hombre enfermo y postrado en cama durante 38 años. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu lecho y anda”, y el hombre fue sanado instantáneamente.
• Él levantó a Zaqueo, el recaudador de impuestos (Lucas 19:1-10): Zaqueo era despreciado por su trabajo y su reputación como pecador. Cuando Jesús lo visitó, Zaqueo se sintió conmovido y decidió dar la mitad de sus bienes a los pobres y restituir cuatro veces a quienes había defraudado.
En cada uno de estos ejemplos, Jesús demuestra su capacidad para levantar a los caídos y ofrecerles esperanza, sin importar sus circunstancias o pecados pasados.
Nos enseña que siempre hay una oportunidad para el perdón, la sanación y la transformación en su presencia.
CONCLUSIÓN
¿Recuerdas a María?
Un día, mientras luchaba con su adicción, se encontró con un grupo de voluntarios de la iglesia adventista que ayudaban a jóvenes en situación de vulnerabilidad. Uno de ellos, Pablo, se acercó a ella con amabilidad y apoyo. Le ofrecieron un refugio seguro y ayuda para enfrentar sus problemas. A pesar de su escepticismo inicial, María decidió darle una oportunidad a esta mano extendida.
A lo largo de los meses siguientes, María comenzó a reconstruir su vida. Recibió estudios bíblicos y apoyo emocional, asesoramiento y ayuda para superar su adicción. A medida que recuperaba su confianza y habilidades, también encontró trabajo y reconstruyó relaciones saludables con su familia y amigos.
Hoy, María es un testimonio viviente de cómo una segunda oportunidad y una mano amiga pueden cambiar la vida de alguien.
María es un ejemplo de que Jesús sigue levantando a los caídos en las ciudades. Querido joven, levántate y busca a los caídos en tu ciudad y preséntales a Jesús, el amigo de los pecadores.
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