Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2024

Milagros alrededor del lago

“Pero Jesús no le permitió, sino que le dijo: ‘Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales las grandes cosas que el Señor ha hecho contigo y cómo tuvo compasión de ti’ ” (Marcos 5:19). El ministerio de Jesús estuvo centrado mayormente en Galilea, especialmente en el lago, de aproximadamente 21 kilómetros de largo y 13 de ancho, y en sus alrededores. El lago de Galilea es el cuerpo de agua más grande de la zona y el centro de la vida de quienes habitaban cerca. Es la mayor masa de agua dulce de Palestina. Se halla 212 metros bajo el nivel del mar.  Desemboca en el mar muerto, el cual está a 400 metros bajo el nivel del mar. Marcos 4 termina con Jesús y sus discípulos cruzando el lago de Galilea. Se levanta entonces una tormenta que Jesús calma hablando al viento y a las olas. Marcos 6 termina con una escena similar, pero esta vez con Jesús caminando sobre el agua hacia sus discípulos, que estaban en el bote. Entre ambas escenas en el agua, hay numerosos milagros que Jesús hizo en tierra y

Levanta al caído en tu ciudad

Las ciudades están repletas de corazones rotos, ¿sabes? Personas que están pasando por momentos difíciles que les han llenado la vida de una especie de oscuridad. En las ciudades, nos topamos con jóvenes que están atrapados en el mundo de las drogas, otros que se encuentran bajo el dominio de pandillas, y algunos que están luchando contra el abuso y el maltrato. Puedes ver a jóvenes y adultos que parecen completamente perdidos, sin tener idea de qué camino tomar. Están rotos por dentro y están buscando desesperadamente una oportunidad para cambiar. Hablemos del caso de María, una joven de veinticinco años que vivía en el corazón de la gran ciudad. Había crecido en un ambiente difícil, rodeada de problemas familiares y la influencia negativa de sus amigos. Comenzó a experimentar con las drogas a una edad temprana y pronto se encontró atrapada en una espiral descendente. Perdió su trabajo, sus relaciones se desmoronaron y su salud se deterioró rápidamente. María estaba rota, física y emo

Enfrenta el miedo en tu ciudad

Cuando Franklin D. Roosevelt se convirtió en presidente de los Estados Unidos, el 4 de marzo de 1933, el país estaba hecho un desastre por la crisis, y había que darle una dosis de esperanza después de más de tres años de caídas. Ese día, Roosevelt dio un discurso que todavía se menciona por una frase que te llega en lo más profundo: “Lo único que debemos temer es el miedo en sí mismo”. Con esas palabras, Roosevelt dejó bien claro que el enemigo número uno no era la economía inestable, sino el miedo. El miedo, como dijo el psicólogo cubano Mira y López, es un monstruo que te da escalofríos. El miedo te roba los pensamientos y puede secuestrar tus sueños y tu fuerza de voluntad. Te hace olvidar lo que sabes y perder de vista quién eres. Te hace sentir que estás fuera de control y que nunca podrás recuperarlo. Te hace desconfiar de las personas en las que deberías confiar sin dudar. Te hace ser más demandante en lugar de ser humilde y servicial. Te hace pensar que Dios es insignificante

Enfrenta la desesperanza en tu ciudad

Imagina a Juan, un niño que creció en el centro de una gran ciudad. Desde pequeño, vivió los desafíos de la vida en una gran ciudad. Sus padres trabajaban duro para sobrevivir, pero a causa de sus exigentes empleos, no siempre pudieron estar presentes en su vida Con el tiempo, Juan entró a la adolescencia y comenzó a sentir la presión brutal de la ciudad. En su escuela, la competencia académica estaba al tope y la presión de sacar buenas calificaciones estaba en su punto máximo. Aunque se esforzaba estudiando, a veces sentía que se ahogaba entre tanta tarea y las expectativas de sus padres en casa. Se preguntaba si de verdad le esperaba un futuro en esa ciudad. En su comunidad, los problemas de seguridad eran el pan de cada día. Los robos y los grafitis eran cosa común, y Juan tenía que caminar por calles oscuras y medio destruidas cuando volvía de la escuela. No se sentía seguro ni conectado con su barrio, lo que lo hacía sentirse más solo y desanimado. A medida que Juan crecía, se di

Enfrenta las enfermedades de tu ciudad

INTRODUCCIÓN En el epicentro de una ciudad súper movida y famosa, la vida urbana nunca se ponía en pausa. Las calles estaban repletas de gente siempre a mil por hora, y los rascacielos parecían tocar el cielo como si fueran mega torres de ambición. Pero ojo, debajo de toda esa apariencia moderna y de lujo, se escondían peligros invisibles. Una mañana mega fría de invierno, empezaron a sonar los primeros rumores sobre una enfermedad que nadie entendía. La gente se sentía como si tuviera una gripe mortal, con fiebres altas, problemas para respirar y toses que no daban tregua. Al principio, nadie le dio mucha importancia porque, claro, los resfriados y las gripes son moneda corriente en una ciudad tan poblada, ¿verdad? Sin embargo, la enfermedad comenzó a propagarse de manera alarmante. Los hospitales se llenaron en un dos por tres, y los doctores estaban más saturados que los servidores de streaming. Las autoridades de salud mandaron una alerta roja y se pusieron a investigar qué pasaba

Enfrenta la depresión en tu ciudad

By Yeury Ferreira INTRODUCCIÓN Conozcamos a Ana, una joven que ha vivido toda su vida en la ciudad. Le encanta todo lo emocionante y vibrante que ofrece la vida urbana: la cultura, la comida y las oportunidades laborales. Pero últimamente, algo no está bien. Las actividades que solían emocionarla y las relaciones sociales gratificantes ahora le parecen cansadas y sin sentido. Hace aproximadamente un año, Ana comenzó a sentir una tristeza profunda que simplemente no se iba. Se despertaba por la mañana sintiéndose agotada, aunque había pasado toda la noche en la cama. El trabajo se volvió una carga insoportable, y luchaba por concentrarse en tareas que antes le gustaban. Sus amigos notaron que se alejaba y ya no tenía ganas de salir o socializar. La idea de enfrentar el tráfico de la ciudad para reunirse con amigos la llenaba de ansiedad. Además, Ana notó cambios en su apetito. A veces, comía en exceso para tratar de llenar un vacío emocional, mientras que en otros momentos, apenas tenía