TEXTO BÍBLICO: JUECES 6:12 (NVI) “Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: "Jehová está contigo, varón esforzado y valiente".
INTRODUCCIÓN
Buen día a todos los Conquistadores, líderes, padres y a todos nuestros hermanos y hermanas presentes. Es una alegría celebrar el 72º aniversario del Club de Conquistadores con más de dos millones de Conquistadores en el mundo, recibiendo el desafío de cambiar el mundo. Sin embargo, a veces podemos preguntarnos: ¿Cómo voy a cambiar el mundo si no sé qué hacer? Probablemente ustedes o sus padres ya oyeron la expresión “mi oración no pasa del techo”. El pastor Alejandro Bullón, que era Conquistador y sirvió como departamental para el Ministerio de los Jóvenes y Conquistadores por más de quince años, escribió en su libro “Conocer a Jesús es todo” que le preguntó a su profesor por qué sus oraciones no pasaban del techo. El profesor respondió que orara al aire libre. Parece una broma, ¿no? Inmediatamente el profesor le dijo que a veces oramos y vemos a Dios tan lejos, donde se pierde nuestra visión del Cielo, y es difícil para nosotros imaginarlo aquí cerca de nosotros. Por eso, quiero que me acompañen en el relato bíblico que se encuentra en el capítulo 6 del libro de Jueces.
Antes de entrar en la historia, tengo que decir que en un primer análisis la manera de actuar de Dios nos parece extraña. Lo maravilloso de todo, Conquistadores, es ser capaz de saber que Dios los conoce y sabe lo que pueden hacer a su lado. Usaré el ejemplo de lo que Dios vio e hizo por medio de Gedeón.
DESARROLLO
Durante siete años, los madianitas trataron a los israelitas como esclavos. Ese yugo de opresión era tan fuerte que los israelitas “hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados” (Jue. 6:2). Todo lo que sembraban los enemigos se lo llevaban. Para poder vivir, tenían que esconderse y esconder su comida. Entonces Dios estableció la liberación de su pueblo, pero decidió hacerlo de una manera muy peculiar. La Biblia dice que un día Gedeón estaba en secreto limpiando trigo, como de costumbre, para que los madianitas no se lo robaran (Jue. 6:11). Si se estaba escondiendo era porque tenía miedo de los madianitas. Lo curioso es que, cuando el ángel del Señor se le apareció, no lo llamó “miedoso”, aunque estaba escondido. No, el ángel le dijo: “varón esforzado y valiente” (v. 12) Llamarlo esforzado y valiente, parece una broma, ¿no? ¿Cuántas batallas había ganado Gedeón? ¿Acaso no estaba escondido? ¡Ni sabemos si ya había participado de alguna batalla! Y eso no es todo, Conquistadores. Más adelante el Señor le dijo: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas” (v. 14). ¿Qué fuerza? Hasta Gedeón no parecía saber dónde estaba esa fuerza, porque la respuesta que fue: “Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (v. 15).
Conquistadores, parece que Gedeón no tenía idea de que él era fuerte y valiente ni que podría liberar a su pueblo de sus enemigos. Pero Dios pensaba diferente.
Dios no vio a Gedeón como un cobarde que se escondía de miedo de los enemigos de su pueblo, lo veía por lo que podría llegar a hacer con el apoyo de Dios (Jue. 6:14).
En otras palabras, queridos conquistadores, líderes y padres presentes, el Señor vio en Gedeón lo que podría realizar si aprendía a confiar en Dios, si reconocía a Dios en todos sus caminos, si aceptaba la orden de ir y cambiar el mundo, si dejara de pensar que Dios está solo en el Cielo mirando nuestra historia como una película, comiendo palomitas de maíz en su silla. No, Dios envió a sus ángeles para estar con Gedeón y mostrarle su potencial total como un líder que Dios modelaría, de las cuevas, escondido, pero no derrotado, y con el apoyo del Dios Todopoderoso. Conquistadores, podemos hasta sentirnos pequeños, pero Dios está modelando nuestro carácter a través del Club de Conquistadores. Necesitamos aprender con la Biblia, con la historia de la Iglesia y con la naturaleza. Dios usa líderes llenos del Espíritu Santo para que desarrollemos todo nuestro potencial y para que podamos aprender a confiar en él y enfrentar la batalla que nos espera. Queridos líderes de la iglesia, no los vean más como niños corriendo por la iglesia, como a niños que solo les gusta escalar o ir a camporís. No los vean más por lo que son ahora, sino por lo que pueden llegar a ser con el apoyo de Dios y de ustedes.
Aunque no parezca, son conquistadores fuertes y valientes. Dios está con nosotros. Y con Dios a nuestro lado, no hay montaña que no podamos escalar, desafíos que no podamos enfrentar, corazones que no podamos tocar. Volvamos a la historia. Con gran dificultad, Gedeón logró reunir 32 mil hombres. Recuerden que Dios actúa de manera curiosa, ¿verdad? Esa fue una de las formas. Dios le dijo a Gedeón que eran muchas las personas que estaban con él y tuvo que reducir el ejército a trescientos soldados (Jue. 7:2, 7). ¿Se imaginan? ¡Gedeón quedó con casi el 1%! ¡Qué desafío sería enfrentarlos! Tendría que luchar contra 135 mil hombres con solo trescientos soldados (Jue. 8:10). Si eso ya es un desafío, imaginen no tener armas de verdad para la batalla, sino tener que usar trompetas, jarros vacíos y antorchas (Jue. 7:16).
CONCLUSIÓN
Conquistadores, ¿cuál fue el resultado de la batalla? La Biblia dice que Gedeón, con sus trescientos valientes y con el apoyo del Dios Todopoderoso que cambia el mundo, destruyó a los madianitas, incluyendo a sus reyes. ¿Qué lecciones podemos aprender de esa historia? Bien, por lo menos dos:
1. Aunque ahora les parezca que son o se sienten pequeños y se pregunten cómo cambiaremos el mundo, Dios tiene un plan para ustedes. No lo pueden ver ahora, pero permitan que Dios, por medio del Club de Conquistadores, continúe haciéndolos fuertes y valientes, como parte de los eventos y programas del Club, y permitan que sus padres, líderes y miembros de la iglesia los guíen, y cuando llegue el día, con la ayuda de Dios, ustedes cambiarán el mundo.
2. Padres, líderes y amigos, tal vez ustedes hayan fallado en confiar en Dios o en el Club de Conquistadores, pero les digo que Dios ha sido glorificado en estos 72 años del Club de Conquistadores y cientos de niños, adolescentes, y jóvenes de ayer sirven a Dios hoy en su iglesia gracias al poderoso trabajo del Club de Conquistadores. Por lo tanto, aunque son pequeños hoy, mañana serán los que continuarán la obra de Dios en esta Tierra. Dios está a nuestro lado. Aunque a veces Dios obre de manera extraña, confíen en él, porque “si Dios está con nosotros, quien podrá contra nosotros”.
Conquistadores, quiero cerrar contando la historia de un conquistador llamado Geuris, que se bautizó a los 10 años en una de nuestras escuelas adventistas e inmediatamente encontró un Club de Conquistadores en la ciudad de San Pedro de Macorís, al este de República Dominicana. Aunque sus padres no eran cristianos, en el Club él encontró a líderes que vieron cuán fuerte y valiente sería, vieron más allá de lo que era en ese momento y enfocaron en lo que él podría llegar a ser en el futuro. No se molestaron cuando saltaba y jugaba, y comenzaron a prepararlo en el Club enseñándole sobre la Biblia, la historia de la iglesia, en senderos y camporís. Fueron esa familia espiritual que lo ayudó a prepararse para el futuro que Dios tenía planeado para él. Con el paso del tiempo, comenzó a trabajar como capitán de la unidad, consejero, vicedirector, sin conocer las tareas que Dios todavía tenía reservadas para él. Cuando fue a la facultad, porque quería ser pastor, ayudó a liderar el Club de Conquistadores. Pero Dios, que actúa de manera especial, tenía más batallas para que luchara porque, eventualmente, fue elegido para liderar a los Conquistadores en la Asociación Dominicana Oriental, por diez años y después fue director de jóvenes de la Unión Dominicana por un corto período. Más adelante fue llamado para ser presidente de la Asociación Dominicana Oriental, donde comenzó su historia. Su padre, su madre y parte de su familia conocieron a Jesús a través de él. Geuris Paulino agradece a Dios y al Club de Conquistadores por los líderes que lo cuidaron, lo visitaron y lo apoyaron, porque vieron en él a un Gedeón; no vieron al que era en la época del club, sino lo que podría llegar a ser
LLAMADO
Queridos padres y líderes de Conquistadores, ahora la responsabilidad de ustedes es enseñar y preparar a los Gedeones o Geuris de esta iglesia, niños y adolescentes que hoy son solo eso, niños y adolescentes, pero que mañana serán los que liderarán las batallas finales del pueblo de Dios. Si ustedes aceptan este llamado, los invito a ponerse en pie en este momento. Además, me gustaría aprovechar esta oportunidad para hablar a los padres que todavía no tienen hijos en el Club de Conquistadores porque lo ven como una pérdida de tiempo o por tener dudas sobre la influencia del Club de Conquistadores. Dios puede ayudar a sus hijos a alcanzar todo su potencial. Puede llenarlos con su espíritu y hacer también de ellos Gedeones. Entonces, ahora les digo: levántense de sus asientos, escuchen la voz de Dios. Nunca es demasiado tarde para comenzar. Hoy es un día de victoria que cambiará el mundo y a esta iglesia. También quiero hablar con los que una vez fueron Conquistadores y hoy no están en el Club por diferentes razones. Quiero recordarles que “una vez conquistador, siempre conquistador”. Queremos contar con ustedes, con sus consejos, sus oraciones, sus recursos y su potencial. Les pido que se levanten de sus asientos y se unan a este gran ejército alrededor del mundo.
Finalmente, querido conquistador, ahora no son líderes, sino parte del rebaño Finalmente, querido conquistador, ahora no son líderes, sino parte del rebaño del Señor. Hoy somos el presente del pueblo de Dios y mañana, con su ayuda, venceremos el mal, el pecado y proclamaremos al mundo que Cristo vive para siempre. ¿Están dispuestos a formar parte del ejército de Dios y aceptar el desafío de cambiar el mundo? ¿Serán fuertes, fieles y valientes? Si lo desean, levántense, ocupen su lugar. Dios los creó para que tengan una vida victoriosa, y yo quiero orar por ustedes.
Oración
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