INTRODUCCIÓN
¿Sabes cómo le llamaba Martín Lutero a Satanás?
Lutero, que tenía un buen sentido del humor, se refería con frecuencia a Satanás como “El mono de Dios”. ¿Sabes por qué? ¡Porque Satanás siempre ha buscado imitar las obras de Dios! Por ejemplo, Dios siembra el trigo; Satanás siembra la cizaña (Mateo 13:24; 27-28). Dios invita a sus hijos a que tomen la puerta estrecha y el camino angosto; entonces Satanás insta a sus seguidores a tomar la puerta ancha y el camino espacioso (Mateo 5:13-14). Dios compara a su iglesia con una mujer pura; Satanás compara a sus seguidores con una mujer impura (Apocalipsis 12 y 17). Por último, Dios tiene un sello con el cual sellará a sus hijos, mientras Satanás tiene una marca con la que identifica a sus seguidores.
DESARROLLO
Estimados jóvenes, si hay un tema en el libro El Apocalipsis que ha sido objeto de malentendidos es el de la marca de la bestia; de hecho, si en este mismo instante tomas tu teléfono celular y buscas en Google el término “la marca de la bestia”, encontrarás como mínimo 15 millones de referencias. ¡Literalmente es imposible poder leer todo lo que hay en internet en relación con este tema!
¿Pero sabes qué es lo más interesante? Lo más interesante al respecto es que existen miles de interpretaciones de lo que es en realidad la marca de la bestia. ¡Unos dicen que es el código de barras que vemos en los productos que compramos en el supermercado! ¡Otros afirman que es un microchip insertado debajo de la piel, o algo aún más sofisticado!
No hay suficiente tiempo para enumerar todas las interpretaciones que se han dado con relación a ello; por esta razón, es de suma importancia que estudiemos este tema, pero no a la luz de Google, sino de la Palabra de Dios.
EL SELLO DE DIOS
Queridos jóvenes y señoritas, para poder entender qué es la marca de la bestia es necesario identificar primero el sello de Dios. Si descubrimos qué es el sello de Dios, será fácil para nosotros saber qué es la marca de la bestia, ya que esta tendrá que ser lo contrario.
La primera referencia directa que hace el Apocalipsis al sello de Dios la podemos leer en el capítulo 7, versículos 1-4:
Después de esto vi cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre árbol alguno.
Vi también otro ángel, que subía desde donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo. Clamó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo:
“No hagáis daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”.Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel."
Si observamos detenidamente estos versículos, podremos descubrir algunas verdades esenciales en relación con el sello de Dios.
• Primera verdad: El sello de Dios se coloca en la frente de los siervos de Dios.
• Segunda verdad: Los sellados son identificados como los ciento cuarenta y cuatro mil.
¿Recuerdas la regla de interpretación que hemos discutido en esta serie de mensajes?, pues permítanme repetirla: deja que la Biblia se interprete a sí misma.
Siguiendo esta regla de interpretación, me gustaría que leamos Apocalipsis, capítulo 14, versículo 1: “Después miré, y vi que el Cordero estaba de pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”.
En el capítulo 14 de Apocalipsis volvemos a ver el mismo grupo que fue sellado en el capítulo 7; sin embargo, aparece una diferencia: Mientras que en Apocalipsis 7 los ciento cuarenta y cuatro mil –símbolo del pueblo de Dios del tiempo del fin– tienen el sello de Dios en sus frentes, en Apocalipsis 14 los ciento cuarenta y cuatro mil tienen el nombre del cordero y de Dios escrito en la frente.
Aparentemente hay una contradicción, mas al comparar los dos pasajes bíblicos llegamos a la siguiente conclusión: el sello de Dios es el nombre de Dios escrito en la frente de sus fieles.
Se preguntarán… ¿Será que los hijos de Dios llevarán tatuado en sus frentes el nombre de su Padre? Ante todo, deben entender que El Apocalipsis es un libro que nos habla con símbolos. Cuando la Biblia, y especialmente El Apocalipsis, se refieren al nombre de Dios, hablan nada más y nada menos que del carácter de Dios (Éxodo 33:19; 34:6-7).
Por consiguiente, podemos concluir que el sello de Dios es el carácter de Jesucristo reproducido en la vida de sus seguidores fieles. ¡El sello de Dios es el reflejo de los principios divinos en tu vida y en mi vida! ¿Pero dónde encontramos revelados los principios de Dios para nuestras vidas?
Ya hemos argumentado que los Diez Mandamientos son los principios eternos de Dios. De la misma manera, es de suma importancia destacar que cuando el Antiguo Testamento habla del sello lo relaciona con un mandamiento específico. Si lees el libro de Ezequiel, te darás cuenta de cuál de los Diez Mandamientos está relacionado directamente con el sello de Dios :
• Y les di también mis sábados, para que fueran por señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehová que los santifico (Ezequiel 20:12).
• Santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios (Ezequiel 20:20).
¿Lo captaron? El sábado, cuarto mandamiento de la Ley de Dios, es identificado como un sello. ¿Por qué razón? Porque generalmente un sello sirve para identificar a alguien o algo; este contiene el nombre, los atributos, la autoridad y el carácter del dueño del sello. Por ejemplo, cada vez que observan en la televisión al presidente dirigiéndose al pueblo americano, si se fijan bien, notarán que adelante o detrás de él está el sello; el sello del presidente de los Estados Unidos. El sello identifica a quien está gobernando la nación.
Al leer el cuarto mandamiento, que nos habla de la observancia del sábado, notamos que este identifica a Dios como el gobernante absoluto de su creación:
Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó (Éxodo 20:8-11).
El sábado nos presenta a Dios como el creador que gobierna el cielo, la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay. El sábado es el sello que distingue a los fieles de Dios que reconocen su soberanía. En conclusión, podemos decir que el sello de Dios es el carácter de Dios reproducido en aquellos que lo reconocen como soberano del universo.
¡Al guardar el sábado reconocemos a Dios como nuestro creador y sustentador!
LA MARCA DE LA BESTIA
Siendo que el sello de Dios es el carácter de Dios manifestado en obediencia a sus mandamientos.
¿Entonces qué es la marca de la bestia?
Para dilucidarlo leamos Apocalipsis, capítulo 13, versículos 16-18:
"Y hacia que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente, y que ninguno pudiera comprar ni vender, sino el que tuviera la marca o el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis."
Para entender en qué consiste la marca de la bestia es necesario detenernos a analizar el versículo número 17. Notamos que este versículo parece hablarnos de tres cosas distintas:
• De la marca.
• Del nombre de la bestia.
• Del número de su nombre.
Sin embargo, cuando leemos estos versículos en otras versiones de la Biblia notamos que aquí no se habla de tres cosas distintas. Veamos cómo traduce este versículo la Nueva Biblia de las
Américas (NBLA): “Para que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, la cual es el nombre de la bestia o el número de su nombre”.
¿Se dieron cuenta? ¡La marca, el nombre y el número de la bestia son la misma cosa! ¡Estos tres elementos nos hablan del carácter de la bestia! Por consiguiente, la marca de la bestia no es a más que el carácter de la bestia o el anticristo reproducido en sus seguidores.
¿Recuerdan cómo se refleja el carácter de Dios en sus seguidores?
¡En obediencia a sus mandamientos!
¡Reconociendo que Él es el creador y dueño de todo! Pero entonces, ¿cómo se manifiesta el carácter de la bestia en sus seguidores? Sencillo: colocando mandamientos de los hombres por encima de los mandamientos de Dios.
Permítanme ilustrarles de qué manera.
Como hemos visto, Dios estableció el sábado como sello distintivo de su ley. El sábado fue guardado por Jesús y los apóstoles. No existe un versículo de la Biblia que enseñe que la solemnidad del sábado haya sido transferida a otro día de la semana, ¿pero saben qué han hecho la mayoría de las iglesias cristianas? Han dado la espalda a los Diez Mandamientos y han establecido otro día para rendir adoración al Señor.
The convert’s catechism of catholic doctrine, p. 50, dice lo siguiente:
Pregunta: ¿Cuál es el día de reposo?
Respuesta: El sábado es el día de reposo.
Pregunta: ¿Por qué observamos el domingo en lugar del sábado?
Respuesta: Observamos el domingo en lugar del sábado porque la Iglesia católica cambió la solemnidad del sábado para el domingo.
¿Lo ven? ¡Han cambiado el orden por lo que el hombre ha establecido! ¡Qué lamentable! Como ven, estimados jóvenes, el mundo se dividirá en dos grupos: por un lado, los que tengan el carácter de Dios y vivan en obediencia a sus mandamientos, y por otro, los que tengan el carácter de la bestia (el anticristo). La pregunta que les hago es: ¿En cuál de esos dos grupos estarán ustedes?
CONCLUSIÓN
Dios desea que el carácter de Jesucristo se reproduzca en sus vidas. ¡Dios desea que en sus vidas se manifiesten los frutos de una existencia de completa obediencia! Hace un tiempo conocí la historia de Brenda, una fiel jovencita que decidió vivir en obediencia a Dios sin importarle las consecuencias. Ella se encontraba planificando su graduación de maestría con sus compañeros de clase, la cual sería celebrada en unos tres meses.
Brenda estaba feliz ¡solo le faltaba una clase para terminar!, pero al registrar la clase se dio cuenta de que esta debía ser tomada un sábado; de inmediato se acercó a su maestro para pedirle que, por favor, le permitiera tomar la clase otro día. Le dio las explicaciones de rigor, pero el maestro le negó el permiso. Brenda no pudo tomar la clase y como resultado tuvo que esperar un año para poder graduarse. El día de la graduación, mientras sus compañeros desfilaron para obtener sus grados,
Brenda estaba asistiendo a una iglesia para predicar. ¿Pero sabes?, Brenda al contar su testimonio dijo: “Ese día muchos creyeron que estaría triste, pero fue todo lo contrario. Me sentí feliz por serle fiel a mi Dios. Perdí el día de mi graduación, pero recibí el gozo de vivir en obediencia”.
Brenda es un ejemplo de lo que significa reconocer a Dios como dueño y soberano de todo; ella es un ejemplo de lo que implica recibir el carácter de Jesucristo y vivir en obediencia. El día de hoy deseo invitarlos a que hagan el compromiso de serle fiel a Dios. ¡Pídanle a Dios que reproduzca en ustedes el carácter de Cristo y les ayude a vivir en una vida de completa obediencia!
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