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Paciencia

El Señor dice: “Permaneced en mí.” Estas palabras expresan una idea de descanso, estabilidad, confianza. También nos invita: “¡Venid a mí... y os daré descanso!” [13] Las palabras del salmista hacen resaltar el mismo pensamiento: “Confía calladamente en Jehová, y espérale con paciencia.” E Isaías asegura que “en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” [14] Este descanso no se obtiene en la inactividad; porque en la invitación del Salvador la promesa de descanso va unida con un llamamiento a trabajar: “Tomad mi yugo sobre vosotros, y... hallaréis descanso.” [15] El corazón que más plenamente descansa en Cristo es el más ardiente y activo en el trabajo para El."  CC, 71.

Aun Juan, el discípulo amado, el que más plenamente llegó a reflejar la imagen del Salvador, no poseía por naturaleza esa belleza de carácter. No sólo hacía valer sus derechos y ambicionaba honores, sino que era impetuoso y se resentía bajo las injurias. Sin embargo, cuando se le manifestó el carácter divino de Cristo, vió su propia deficiencia y este conocimiento le humilló. La fortaleza y la paciencia, el poder y la ternura, la majestad y la mansedumbre que vió en la vida diaria del Hijo de Dios, llenaron su alma de admiración y amor. De día en día su corazón era atraído hacia Cristo, hasta que en su amor por su Maestro perdió de vista su propio yo. Su genio rencoroso y ambicioso cedió al poder transformador de Cristo. La influencia regeneradora del Espíritu Santo renovó su corazón. El poder del amor de Cristo transformó su carácter. Tal es el seguro resultado de la unión con Jesús. Cuando Cristo mora en el corazón, la naturaleza entera se transforma. El Espíritu de Cristo y su amor enternecen el corazón, subyugan el alma y elevan los pensamientos y deseos a Dios y al cielo. – {CC 73.1}

Si recordamos siempre las acciones egoístas e injustas de otros, encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos amó; pero si nuestros pensamientos se espacian de continuo en el maravilloso amor y compasión de Cristo hacia nosotros, manifestaremos el mismo espíritu para con los demás. Debemos amarnos y respetarnos mutuamente, no obstante las faltas e imperfecciones que no podemos menos de observar. Debemos cultivar la humildad y la desconfianza para con nosotros mismos, y una paciencia llena de ternura hacia las faltas ajenas. Esto destruirá todo estrecho egoísmo y nos dará un corazón grande y generoso. – {CC 121.1}

Todos los que deseen tener una oportunidad de ejercer un verdadero ministerio, y que quieran entregarse sin reserva a Dios, hallarán en el colportaje oportunidades de hablar de las muchas cosas concernientes a la vida futura e inmortal. La experiencia así ganada será del mayor valor para los que se están preparando para el ministerio. Es el acompañamiento del Espíritu Santo de Dios lo que prepara a los obreros, sean hombres o mujeres, para apacentar la grey de Dios. Mientras alberguen el pensamiento de que Cristo es su compañero, sentirán una reverencia santa, un gozo sagrado en medio de los incidentes penosos y de todas las pruebas. Aprenderán a orar mientras trabajen. Serán educados en la paciencia, la bondad, la afabilidad y el espíritu servicial. Practicarán la verdadera cortesía cristiana, recordando que Cristo, su Compañero, no puede aprobar las palabras duras ni los sentimientos adustos. Sus palabras serán purificadas. Considerarán la facultad del habla como talento precioso, que les ha sido prestado para hacer una obra elevada y santa. El agente humano aprenderá a representar al Compañero divino con el cual está asociado. Manifestará respeto y reverencia hacia este Ser santo e invisible, porque lleva su yugo y aprende sus modales puros y santos. Los que tengan fe en este Acompañante divino se desarrollarán. Serán dotados de poder para revestir el mensaje de verdad con una belleza sagrada. CE, 35.

Entre el pueblo que profesa la verdad presente no existe un espíritu misionero que corresponda con nuestra fe. El temple de oro puro falta en el carácter. La vida cristiana es más de lo que ellos piensan. No consiste en mera gentileza, paciencia, mansedumbre y bondad. Esas virtudes son esenciales; pero hacen falta también el valor, la fuerza, la energía y la perseverancia. Muchos que hacen la obra del colportaje son débiles. No tienen valor, carecen de espíritu y se desaniman con facilidad. No tienen empuje. No poseen los rasgos positivos de carácter que infunden al hombre el poder de hacer algo: el espíritu y la energía que encienden el entusiasmo. La obra del colportor es una tarea honorable y no debiera actuar como si se avergonzara de ella. Si desea que sus esfuerzos tengan éxito, debe tener valor y confianza. CE, 65.

Cuando viven su fe—He descrito lo que los colportores deben ser; y quiera el Señor abrir sus mentes para que comprendan este tema en todas sus dimensiones, y que reconozcan su deber de representar el carácter de Cristo por medio de su paciencia, valor e integridad constantes. Que no olviden que pueden negarlo a través de un carácter débil e indeciso. Jóvenes, si llevan estos principios con ustedes al campo del colportaje, serán respetados; y muchos creerán la verdad que profesan, porque viven su fe, porque la vida cotidiana de ustedes es como una luz brillante puesta sobre un candelero, que alumbra a todos los que están en casa. Aun sus enemigos, por más que le hagan la guerra a sus doctrinas, los respetarán; y cuando hayan logrado todo esto, las palabras sencillas de ustedes tendrán poder y llevarán la convicción a los corazones.—Testimonios para la Iglesia 5:382, 383 (1885). – {CE 72.1}

El obrero cristiano debe esforzarse por ser lo que Cristo era cuando vivía en esta Tierra. Él es nuestro ejemplo, no sólo en su pureza sin mancha, sino también en su paciencia, amabilidad y disposición servicial. Su vida es una ilustración de la cortesía verdadera. Él tenía siempre una mirada bondadosa y una palabra de consuelo para los menesterosos y los oprimidos. Su presencia hacía más pura la atmósfera del hogar. Su vida era como levadura que obraba entre los elementos de la sociedad. Puro y sin mancha, andaba entre los irreflexivos, groseros y descorteses; entre injustos publicanos y samaritanos, soldados paganos, toscos campesinos y la muchedumbre... – {CE 76.1}

La religión de Jesús ablanda cuanto haya de duro y brusco en el genio, y suaviza lo tosco y violento de los modales. Hace amables las palabras y atrayente el porte. Aprendamos de Cristo a combinar un alto sentido de la pureza e integridad con una disposición alegre. Un cristiano bondadoso y cortés es el argumento más poderoso que se pueda presentar en favor del cristianismo. – {CE 76.2}

Se suscitarán dificultades que probarán vuestra fe y paciencia. Háganles frente valerosamente. Miren el lado brillante de las cosas. Si es estorbado el trabajo, asegúrense de que no sea por culpa de ustedes, y sigan adelante, regocijándose en el Señor.—Testimonios para la Iglesia 7:232 (1902). – {CE 121.2}

La educación que Moisés recibiera en Egipto le ayudó en muchos aspectos; pero la preparación más provechosa para su misión fue la que recibió mientras apacentaba el ganado. Moisés era de carácter impetuoso. En Egipto, en su calidad de afortunado caudillo militar y favorito del rey y de la nación, se había acostumbrado a recibir alabanza y adulación. Se había granjeado la simpatía del pueblo. Esperaba llevar a cabo con sus propias fuerzas la obra de libertar a Israel. Muy diferentes fueron las lecciones que hubo de aprender como representante de Dios. Al conducir sus ganados por los montes desiertos y por los verdes pastos de los valles, aprendió a tener fe, mansedumbre, paciencia, humildad y a olvidarse de sí mismo. Aprendió a cuidar a seres débiles y enfermos, a salir en busca de los descarriados, a ser paciente con los revoltosos, a proteger a los corderos y a nutrir a los miembros del rebaño ya viejos y enclenques. – {CE 192.3}

No nos conviene dejarnos llevar por el enojo con motivo de algún agravio real o supuesto que se nos haya hecho. El enemigo a quien más hemos de temer es el yo. Ninguna forma de vicio es tan funesta para el carácter como la pasión humana no refrenada por el Espíritu Santo. Ninguna victoria que podamos ganar es tan preciosa como la victoria sobre nosotros mismos. – {CE 202.1}

No debemos permitir que nuestros sentimientos sean quisquillosos. Hemos de vivir, no para proteger nuestros sentimientos o nuestra reputación, sino para salvar a las personas. Conforme nos interesamos en la salvación de los seres humanos, dejaremos de notar las leves diferencias que suelen surgir en nuestro trato con los demás. Piensen o hagan ellos lo que quieran con respecto a nosotros, nada debe turbar nuestra unión con Cristo, nuestra comunión con el Espíritu Santo. “Pues ¿qué mérito tiene el soportar que os abofeteen si habéis pecado? Pero si por hacer lo que es bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios”. 1 Pedro 2:20. – {CE 202.2}

No todos lo que dicen trabajar por Cristo son discípulos verdaderos. Entre los que llevan su nombre y se llaman sus obreros, hay quienes no le representan por su carácter. No se rigen por los principios de su Maestro. A menudo ocasionan perplejidades y desalientos a sus compañeros de trabajo, jóvenes aún en experiencia cristiana; pero no hay por qué dejarse extraviar. Cristo nos dio un ejemplo perfecto. Nos manda que le sigamos. – {CE 210.2}

Hasta la consumación de los siglos habrá cizaña entre el trigo. Cuando los siervos del padre de familia, en su celo por la honra de él, le pidieron permiso para arrancar la cizaña, él les dijo: “No, no sea que al arrancar la cizaña arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega”. Mateo 13:29, 30. – {CE 210.3}

En su misericordia y longanimidad, Dios tiene paciencia con el impío, y aun con el corazón falso. Entre los apóstoles escogidos por Cristo estaba Judas, el traidor. ¿Deberá ser causa de sorpresa o de desaliento el que haya hoy hipócritas entre los obreros de Cristo? Si Aquel que lee en los corazones pudo soportar al que, como él sabía, iba a entregarle, ¡con cuánta paciencia deberemos nosotros también soportar a los que yerran! – {CE 211.1}

Para que el sello deje en la cera una impresión clara y destacada, no lo aplican precipitadamente y con violencia, sino que con mucho cuidado lo ponen sobre la cera blanda, y pausadamente y con firmeza lo oprimen hasta que la cera se endurece. Así también traten con los seres humanos. El secreto del poder que tiene la influencia cristiana consiste en que ella es ejercida de continuo, y ello depende de la firmeza con que manifiesten el carácter de Cristo. Ayuden a los que han errado, hablándoles de lo que ustedes han experimentado. Muéstrenles cómo, cuando ustedes también cometieron faltas graves, la paciencia, la bondad y la ayuda de vuestros compañeros de trabajo les infundieron aliento y esperanza. – {CE 212.2}

La vida cristiana es más de lo que muchos se la representan. No consiste toda ella en dulzura, paciencia, mansedumbre y benevolencia. Estas virtudes son esenciales; pero también se necesitan valor, fuerza, energía y perseverancia. La senda que Cristo señala es estrecha y requiere abnegación. Para internarse en ella e ir al encuentro de dificultades y desalientos, se requieren hombres y no seres débiles. – {CE 214.1}

Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes. La impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana.


Como la gota que la peña horada,
Cayendo levemente noche y día,
Así consigue ver con alegría
La paciencia, su obra terminada.

Nadie le estorba ni arrebata nada,
Al perseguir su objeto con porfía;
Prosigue su labor, y en Dios confía
Hasta llegar al fin de la jornada.

Con gotas de agua formáronse los mares,
Con menudas arenas, el desierto,
Con minutos, períodos seculares.

Con la paciencia y derrotero cierto,
El peregrino llega a sus hogares
Y el navegante al suspirado puerto.

En el parque una mujer se sentó al lado de un hombre.

- Aquel que está allí es mi hijo, el de abrigo rojo que está en el tobogán - Dijo la mujer.
- Un lindo muchacho - respondió el hombre - y agregó: Aquella de vestido blanco que está pedaleando en la bicicleta es mi hija.

Entonces mirando a su reloj, el hombre llamó a su hija:
– Melissa ¿Qué te parece si ya nos vamos?
- Cinco minutos más, papá. Por favor. Solo cinco minutos más!

El hombre estuvo de acuerdo y Melissa continuó manejando su bicicleta, para alegría de su corazón.

Los minutos pasaron, el padre se levantó y nuevamente llamó a su hija: – Hora de irnos, ¿Nos vamos?

Sin embargo, Melissa pidió una vez más: – Solo cinco minutos más, papá. Solo cinco minutos más!

El hombre sonrió y dijo: ¡Está bien!

- Usted es un padre muy paciente - comentó la mujer a su lado. Sonriendo, el hombre le dijo:
- Mi hijo mayor murió el año pasado. Un conductor en estado de ebriedad lo atropelló mientras manejaba su bicicleta no muy lejos de aquí. Nunca pasé mucho tiempo con mi hijo y ahora yo haría cualquier cosa por pasar tan solo cinco minutos más con él. Prometí no cometer el mismo error con mi hija. Aunque ella piensa que tiene cinco minutos más para manejar su bicicleta; en realidad, soy yo quien tiene cinco minutos más para verla jugar.

En todo lo que hacemos establecemos prioridades ¿Cuáles son las suyas?

Recuerde: Ni todo lo que es importante es prioritario, y ni todo lo que es necesario es indispensable. Entregue hoy, a alguien que usted ama cinco minutos más de su tiempo.

“Aquele que procura un amigo sin defectos termina sin amigos.”

La paciencia está íntimamente vinculada a la fe en el Padre Celestial. La verdad, cuando somos indebidamente impacientes, estamos sugiriendo que sabemos qué es mejor, mas que Dios mismo. O que por lo menos, nuestro cronograma es mejor que el de él. (Neal A. Maxwell, “Patience”, Ensign, outubro de 1980, p. 28).

"El libro de Proverbios señala que "a través de la paciencia de un gobernante puede ser persuadido, y una lengua suave puede romper un hueso"; Eclesiastés 7:8 señala que "el FIN; de un asunto es mejor que su comienzo, y la paciencia es mejor que el orgullo", y 1 Tesalonicenses dice: "Sean pacientes con todos, que nadie vuelve mal por mal, sino que siempre buscan lo que es bueno para ellos y para todos".

En la Epístola de Santiago, la Biblia exhorta a los cristianos a ser pacientes, y "ver cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, hasta que reciba a principios y finales de las lluvias".

En Gálatas, la paciencia se muestra como parte del "fruto del Espíritu": "el amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo contra tales cosas no hay ley".

En Timoteo, la Biblia dice que "Jesús pudo mostrar su infinita bondad como un ejemplo para los que habrían de creer en él para vida eterna". (Wikipedia)

El árbol Muerto

Nunca cortes un árbol en invierno
Nunca tomes decisiones negativas en momentos de adversidad.
Nunca tomes decisiones importantes en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé Paciente. La tormenta Pasará.

"Mayor que el temor y más fuerte que el destino es el amor y la fe que pacientemente esperan" – Amós R. Welles.

"Cuán pobres son los que no tienen paciencia" Shakespeare

"La paciencia es la madre de todas las virtudes." Shakespeare


Um tirano pagano susurraba a un cristiano y le preguntaba: "¿Hay algo importante que tu Cristo haya hecho por ti?" "Exactamente eso mismo", respondió el cristiano, "Que yo te pueda perdonar a pesar de me tratar así tan cruelmente".

¿Te desespera esperar que te atiendan cuando tienes hambre?

¿Por qué mejor no aprovechas para leer un libro?

¿Cómo emplearemos el tiempo en la eternidad si no sabemos que hacer con media hora?

Para ser paciente es necesario tener la mente de Jesús.


"La lentitud es belleza"- Rodin el Escultor

El famoso científico genovés Abauzit, que en el siglo XVIII sorprendió a sus contemporáneos con la excelencia de sus conocimientos, también se caracterizó por su inmensa bondad.

El siguiente hecho muestra la medida de su inmensa paciencia. Un día, su criada arrojó al fuego, porque estaban amarillentos y sucios, los papeles en los que Abauzit había registrado 27 años de observaciones barométricas. El sabio, cruzándose de brazos, luchó por un momento contra su justa indignación, y dijo en tono muy tranquilo: "Destruiste 27 años de trabajo; de ahora en adelante, no tomes nada más de mi oficina".

"La perseverancia conquistará su meta. Con paciencia se ganará la carrera" Robert Bruce - (Los seis intentos de la araña)

El hecho de que no tengamos una solución a un problema en particular ¡no significa que no tenga respuesta!
El trabajo y la energía que invertimos para encontrar una solución a un problema difícil probablemente nos hará más bien que la solución misma.
En todo caso, hemos de enfrentar la dificultad con honestidad e integridad, reconociendo que el problema no tiene una respuesta satisfactoria. No evadamos ni ignoremos un problema, ni hemos de buscar «atajos» a la respuesta. La paciencia es fundamental. A veces tenemos que esperar por la respuesta y confiar en Dios a pesar de las preguntas persistentes. De esta manera, las dificultades bíblicas pueden ser una oportunidad para desarrollar un carácter que agrade a Dios.

Los pasajes claros deberían iluminar aquellos que son menos claros.

Te enojas con lo que no te cuesta. Y harás que se enoje al que le costó.

Hay que conectarse, no hay que pelearse.

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