“Dad a Jehová la honra debida a su nombre; traed ofrenda, y venid delante de él; postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad” (1 Crónicas 16:29).
"La adoración es la sumisión de toda nuestra naturaleza a Dios. Es el despertar de la conciencia por su santidad; el alimento de la mente con su verdad; la purificación de la imaginación por su belleza; la apertura del corazón a su amor; la entrega de la voluntad a su propósito; todo esto junto en adoración" (William Temple) ¿Cómo podemos experimentar cada uno de estos aspectos en el vivir cotidiano?
¿En qué lugares, horarios y métodos propicios podemos adorar?
¿Cómo puede el plan de salvación enriquecer y dirigir nuestra adoración personal?
La adoración es parte del ser humano; de la naturaleza humana caída, incluso. Fuimos creados como seres que, con la libertad que Dios nos dio, adoramos al Señor porque lo amamos y sabemos que es digno de adoración. Esa adoración debió haber sido muy fácil en el mundo anterior a la Caída, donde los seres humanos tenían acceso directo a Dios en una Creación no marcada por el pecado, la muerte ni la destrucción, una Creación que nosotros, que solo conocemos un mundo caído, apenas podemos imaginar.
Aunque todavía tenemos la necesidad innata de adorar, como todo lo demás en este mundo, esta ha sido tergiversada y distorsionada por el pecado. Es posible adorar algo falso, o adorar algo verdadero de manera equivocada. Por lo tanto, como adoradores, podemos terminar adorando cosas incorrectas, o incluso terminar no adorando al Señor de la manera en que se supone que debemos hacerlo (ver, p. ej., Marcos 7:1–13; Jeremías 7:4).
Aunque la adoración puede (y debe) ser extremadamente personal, no es inmune a las críticas.
Al saber que tenemos una necesidad ontológica fundamental de adorar, que está dimensión del espíritu ha sido afectada por el pecado y que la adoración puede ser un asunto de vida o muerte, deberíamos convencernos de que debe formar parte de nuestra Educación.
Por lo tanto, como la adoración es fundamental en la experiencia cristiana, la educación cristiana debe abordar la cuestión de la adoración, el tema de estudio de hoy.
I. TODOS ADORAMOS ALGO
Según Emile Durkeim, en primer lugar las sociedades desarrollan un conjunto de rasgos y valores que creen que asegurarán su sobrevivencia. En segundo lugar, simbolizan sus rasgos y valores con un animal. Ese animal se conoce como TOTEM, y el TOTEM es la representación de rasgos y valores de una tribu. Todos usamos el lenguaje totémico hasta cierto punto. En occidente, la gente dice cosas como: "fuerte como un buey", "sabio como búho" o "astuto como un zorro". La tercera etapa ocurre cuando, poco a poco, la tribu comienza a adorar al animal que es una representación simbólica de sus propios rasgos y valores. Ahora la cuestión queda clara: si las sociedades terminan adorando a una deidad que es simplemente una manifestación colectiva de sus propios rasgos y valores, entonces la religión no es más que una tribu de personas que se adoran a sí mismas. Puede haber mucha verdad en el adagio que "Dios puede habernos creado a su imagen, pero hemos decidido devolverle el favor" (George Bernard Shaw).
Hay algo en nosotros (indudablemente, algo que Dios entretejió originalmente en nosotros pero que, como con todo lo demás, quedó deformado por el pecado) que anhela adorar. Obviamente, en el principio habíamos de adorar al único digno de adoración, nuestro Señor y Creador. Pero, desde la Caída, todo esto ha cambiado sustancialmente.
Pero sí, todos adoramos algo, a alguien, lo que sea. Esto ayuda a explicar por qué a lo largo de la historia humana, e incluso hoy, los seres humanos practican la adoración.
En el antiguo Egipto, algunos adoraban al faraón; en otras ocasiones, en otras tierras, la gente adoraba estatuas de peces, dioses de varias cabezas y otras supuestas deidades. Algunos adoraban el Sol, la Luna, las estrellas.
En la actualidad, la mayoría es demasiado sofisticada para inclinarse ante una estatua de una rana (pero, aparentemente, no ante una estatua de María). Sin embargo, esto no significa que los seres humanos, incluso los secularizados, no adoren algo: el dinero, el poder, el sexo, a ellos mismos, a estrellas de rock, a actores, a políticos. Aquello que amamos más, donde centramos más nuestra atención, la razón por la que vivimos, eso es lo que adoramos.
El autor secular David Foster Wallace advirtió que si adoras algo incorrecto “te comerá vivo”.
¿Qué nos enseña la historia de Daniel 3 sobre la importancia de la verdadera adoración?
Los tres jóvenes judíos obviamente se tomaron el segundo Mandamiento (Éxodo 20:4-6) tan en serio como Dios lo indicó. A fin de cuentas, forma parte de los Diez Mandamientos, al mismo nivel que la prohibición de matar, de robar y demás.
¿Qué nos enseña Apocalipsis 14:6 al 12 sobre la importancia del tema de la adoración en la crisis final antes de que Cristo regrese?
La adoración (la adoración adecuada) es tan importante que, de hecho, pasa a ser fundamental para los asuntos de los últimos días, antes de la segunda venida de Cristo.
Por lo tanto, la educación cristiana debe incluir toda la cuestión de la adoración: ¿qué es, cómo se hace, por qué es importante, y a quién adoramos?
II. Y LO CUENTEN A SUS HIJOS
Los Salmos, en el Antiguo Testamento, con el tiempo llegaron a desempeñar un papel importante en la vida religiosa del antiguo Israel. Los recitaban, los cantaban, muchas veces con instrumentos musicales, durante los momentos de adoración, especialmente la adoración pública, que en el Antiguo Testamento era clave por la forma de adorar que tenía el pueblo en general. Israel funcionaba como una comunidad y, como tal, adoraban juntos.
Los Salmos son básicamente poemas, la letra de los cánticos. La palabra hebrea para Salmos, Tehillîm, significa “cantos de alabanza”.
Y, cuando entonamos alabanzas a Dios, estamos adorando al Señor.
¿Cuál es el mensaje esencial en Salmos 78:1-17 y qué lugar ocupa en el tema de la educación y la adoración?
Hay una innegable determinación en el mensaje del Salmo 78. En el versículo 2, Asaf menciona que compartiremos las “cosas escondidas desde tiempos antiguos” (énfasis añadido). Otras versiones de la Biblia en español prefieren usar términos como “enigmas” (LBLA, BLP), “cosas que han estado en secreto” (DHH), “misterios” (NVI, PDT, RVC, TLA), “arcanos” (RV 77) y “cosas reservadas” (RVA). En el idioma original, esta terminología no tiene una connotación negativa. Más bien denota cómo puede llegar a ser la historia cuando sus hechos fundamentales se retrotraen cada vez más en el tiempo.
Lo importante aquí es que la educación de Israel incluía enseñarles a los hijos las historias sobre las relaciones del Señor con la nación elegida.
En el Salmo 78:6 al 17. ¿Cuáles fueron las lecciones específicas que debían enseñarles a sus hijos? ¿Cuál era el objetivo final de esta educación?
Entre los objetivos de la educación, como vemos en estos versículos, está el que los hijos aprendan a confiar en Dios y a guardar sus mandamientos.
¿Cómo podría Apocalipsis 14:12 reflejar esa misma idea para nosotros hoy?
III. EN ESPÍRITU Y EN VERDAD
Uno de los relatos más maravillosos del Nuevo Testamento sobre cómo Jesús atendió las necesidades de las almas quebrantadas se encuentra en la historia de Jesús y la mujer en el pozo.
¿Qué le dice Jesús a la mujer en Juan 4:7-27 sobre la adoración? De hecho, ¿cómo es que llegan al tema de la adoración?
Aunque ella trató de cambiar el tema hablando de la adoración, Jesús utilizó su táctica para enseñarnos algunas verdades profundas acerca de la adoración y lo que esta implica. Quizá lo más importante para nuestros propósitos inmediatos sea lo que él dijo en Juan 4:24: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
El texto dice que hay "verdaderos adoradores"; que el "Padre...busca" una clase específica de adoradores "que le adoren"; y que quiénes lo adoran "es necesario que adoren" de una manera particular.
Estos argumentos deberían sacarnos de nuestro subjetivismo y de nuestra tendencia a confiar en la sinceridad como la única prueba de adoración aceptable. Tener intenciones sinceras es una condición necesaria para la "verdadera" adoración, pero no debe considerarse como la ÚNICA condición.
La verdadera adoración al Señor debe ser “en espíritu”; es decir, debe surgir de nuestro amor a Dios, de la experiencia de conocerlo personalmente.
“La religión que proviene de Dios es la única que conducirá a Dios. Con el fin de servirlo correctamente, debemos nacer del Espíritu divino. Eso purificará el corazón y renovará la mente, dándonos una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos dará una obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. Eso es culto verdadero. Es el fruto de la obra del Espíritu Santo” (DTG 159, 160).
Al mismo tiempo, la adoración debe ser “en verdad”. Debemos tener un conocimiento correcto de Dios, de quién es él y lo que requiere de nosotros.
En otras palabras, la doctrina también importa. (Cuán importante es, por ejemplo, saber que adoramos a un Dios que no quema a la gente en el infierno por la eternidad.) Éxodo y Levítico están llenos de instructivas. La gran cantidad de instrucciones, la especificidad de cómo deben llevarse a cabo y los fuertes castigos si se llevan a cabo de manera inadecuada respaldan la noción de que Dios realmente se preocupa por cómo debe ser adorado.
Por lo tanto, aquí vemos dos elementos en la adoración: la experiencia que resulta de conocer y obedecer a Dios, y las verdades objetivas reveladas acerca de Dios.
El espíritu sin verdad puede conducir a un sentimentalismo superficial que se basa más en la emoción antojadiza que en cualquier otra cosa. En contraste, la verdad sin espíritu puede conducir a un formalismo inerte. Por lo tanto, necesitamos ambas cosas.
¿Cómo intentarías enseñarle a alguien a adorar “en espíritu y en verdad”? ¿En qué casos alguien podría necesitar mayor énfasis en un aspecto que en el otro?
IV. LA HERMOSURA DE LA SANTIDAD
En 1 Crónicas 16:1 al 36. Intenta imaginar la escena. ¿La imaginas solemne y temible o festiva y alegre? ¿De qué manera podría ser una combinación de todas ellas? ¿Qué podemos aprender de esta escena sobre la adoración y cómo debemos enseñar, e incluso experimentar, la adoración?
El lugar de culto era el Tabernáculo, donde Dios había habitado con el antiguo Israel y donde se les había revelado el plan de salvación. Por
ende, Jesús y el plan de salvación deben ser el centro de la adoración y su enseñanza; todo esto fue prefigurado en el servicio del Tabernáculo.
Todo lo que Dios haya hecho por nosotros que merezca alabanza y adoración no significa nada sin la esperanza de vida eterna que nos ofrece su muerte sacrificial y sustitutiva en la Cruz.
Observa también el eje “evangelizador” del pasaje: todo el mundo debía aprender del Dios de Israel.
Analiza 1 Crónicas 16:29: “Dad a Jehová la honra debida a su nombre;
traed ofrenda, y venid delante de él; postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad”.
¿La hermosura de la santidad? ¿Qué podría significar eso?
En primer lugar, piensa en cuán espantoso, dañino y degradante es el pecado. Además, ahora nos resulta difícil imaginar cuán malvadas, terribles y degradantes eran las prácticas de adoración de las naciones vecinas de Israel, prácticas que incluían, entre otras cosas, sacrificios de niños.
Y, sin duda, estas cosas reflejaban cómo eran los pueblos que las practicaban.
En contraste, el antiguo Israel debía ser una nación santa, apartada de las malas costumbres que la rodeaban. Debían ser santos de corazón y mente; esto es lo que daba significado y belleza a su adoración delante de Dios. Vez tras vez, los profetas veterotestamentarios se opusieron a los que adoraban al Señor mientras que practicaban la corrupción y su corazón estaba lejos de él.
¿Existe la posibilidad de que lo que denominamos Dios cristiano, no sea el Dios de la Biblia, sino un dios de fabricación propia?
Quizás, adorar a Dios en "espíritu y en verdad" signifique estar seguros de que tenemos una verdadera imagen de Dios en nuestra mente.
V. LA IDOLATRÍA EN LA EDUCACIÓN
El antiguo Israel estaba rodeado de pueblos muy religiosos, tan dedicados a adorar y aplacar a sus dioses que sacrificaban incluso a sus propios hijos.
Eso es dedicación, ¿verdad?
Por lo tanto, la adoración, la verdadera adoración al Dios verdadero, era una parte importante para proteger a los hebreos de quedar atrapados en la idolatría y la adoración falsa que los rodeaba. Y, sin embargo, a pesar de todas las advertencias, aun así cayeron en las prácticas idólatras contra las que se les había advertido específicamente.
Y ¿qué sucede con nosotros hoy? ¿Por qué también es tan importante adorar al Dios verdadero y contar todo lo que ha hecho por nosotros, especialmente frente a los peligros de la idolatría moderna?
Lee Marcos 7:1 al 13.
¿Qué principio encontramos en Marcos 7:7-9 que podría aplicarse hoy en el contexto de la educación cristiana y el peligro de las falsas enseñanzas, tomadas del mundo, que podrían afectar negativamente la práctica de nuestra fe?
Muchas de las grandes ideas intelectuales del mundo actual se basan en una visión naturalista de la realidad. Muchas de las disciplinas de estudio se imparten hoy desde esa perspectiva. Esto a menudo significa que lo que se enseña es contrario a las Escrituras.
Podemos vernos tentados a adorar ideas que se han postulado, teorizado y puesto en práctica. También podemos deificar las mentes brillantes de filósofos, científicos y matemáticos que fomentaron estas ideas. El problema es que a menudo estas ideas pueden colisionar con las Escrituras, pero debido a que actualmente se enseñan y se cree que son ciertas la gente intenta integrarlas a la educación cristiana.
Sin embargo, la única manera de lograrlo es comprometer la fe, lo que a menudo significa torcer y distorsionar las Escrituras para intentar que estas encajen con las ideas actuales.
¿Cuáles son algunas de las creencias populares actuales contrarias a las Escrituras y cómo podemos, como iglesia, evitar incorporarlas en nuestro sistema educativo?
CONCLUSIÓN
El corazón es engañoso sobre todas las cosas, y muy perverso. Los religiosos profesos no están dispuestos a examinarse minuciosamente para ver si están dentro de la fe, y es cosa terrible ver que muchos se apoyan en una esperanza falsa. Algunos se apoyan en una antigua experiencia que
tuvieron hace años, pero cuando llegan a este tiempo que exige que se efectúe un examen de conciencia, cuando todos deberían tener una experiencia espiritual diaria, no tienen nada que referir. Al parecer creen que solamente por el hecho de profesar una fe serán salvos. Cuando abandonen los pecados que Dios detesta, Jesús vendrá y cenará con ellos y ellos con él. Entonces obtendrán poder divino de Jesús, y crecerán en él, y podrán decir con santo triunfo: ‘Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por
medio de nuestro Señor Jesucristo’ (1 Corintios 15:57). Le agradaría más al Señor si quienes profesan tibiamente la religión nunca hubieran mencionado su nombre. Son un lastre continuo para los que quieren ser fieles seguidores de Jesús. Son piedra de tropiezo para los incrédulos, y los ángeles malignos se regocijan por su conducta, y ellos se burlan de los ángeles de Dios mediante su conducta torcida. Tales personas son una maldición para la causa en este país y en el extranjero. Se aproximan a Dios solamente de labios, mientras su corazón se encuentra lejos de él” (2TI, 173, 174).
1. Con Marcos 7:1 al 13, aprendimos que la condición fundamental de la adoración falsa es un problema del corazón. Dios no repara en nuestra adoración de labios si esta adoración no brota del corazón.
¿Por qué el evangelio y la historia de la muerte de Jesús en nuestro favor es la forma más poderosa de abrir el corazón para amar verdaderamente a Dios?
2. Adorar a Dios en espíritu y en verdad ¿Es posible adorar de una manera y no la otra, o la verdadera adoración requiere ambas? ¿Por qué?
3. Sí, nuestro corazón debe ser justo para adorar verdaderamente a Dios, pero ¿qué significa eso? ¿Tienes que esperar hasta que estés totalmente conectado con el Señor, con tu vida en perfecto orden, antes de poder adorar? Por otro lado, la verdadera adoración, ¿cómo puede ayudar a alinear tu corazón con Dios?
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