¿Recuerda haber luchado intensamente contra alguna debilidad espiritual?
Todos tenemos nuestras luchas contra el pecado y las debilidades. El gran desafío del cristiano es reconocer sus puntos débiles y buscar en Jesús fuerza para vencer. Dios puede hacernos fuertes para vencer.
Leamos Salmos 51:10-12
1. ¿Qué estaba pasando con David para que hiciera esta oración? ¿Cuán grave fue su pecado?
2. ¿Por qué David pide un corazón nuevo? ¿Qué tiene que ver eso con un nuevo nacimiento?
David estaba muy preocupado, no conseguía tranquilizarse.
Seguramente sufría de insomnio. Podía ver su pecado escrito en el techo de su habitación. Lo veía escrito en las paredes, en el plato mientras intentaba tragar forzadamente los alimentos. Lo veía en el rostro de sus consejeros. Su alegría se había ido. Se sentía provocado, inferior e inseguro. Eso es lo que hace el pecado con nosotros. Esa es la parte de la paga que el pecado inevitablemente exige. Tenemos una naturaleza caída que nos arrastra siempre hacia el pecado. Solo la gracia de Jesús puede sacar nuestro corazón malo y crear un nuevo corazón.
1. ¿Cuál es la función del Espíritu Santo en la purificación de nuestro corazón? Salmos 51:11.
2. ¿Cómo puede el pecado sacar de nosotros la alegría de vivir? Salmos 51:12.
David no perdió de vista a Dios. Clamó al Señor pidiendo un nuevo corazón. Nuestro gran desafío es dejar que el Espíritu Santo nos guíe diariamente. Somos los únicos perjudicados cuando cedemos a las tentaciones del enemigo de Dios.
¿Cómo tener un corazón puro en el siglo XXI?
¿Qué puede hacer usted durante la semana para mantener el corazón puro, ser guiado por el Espíritu Santo y tener la alegría de la salvación?
David fue considerado un hombre según el corazón de Dios. ¿Qué significa eso? Es ser una persona cuya vida está en armonía con el Señor. Lo que es importante para Él es importante para usted. Cuando usted es profundamente espiritual, su corazón es sensible a las cosas de Dios. Es ser una persona accesible, sincera, auténtica y fiel en todo.
Si colocamos nuestras debilidades en las manos de Dios “Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
El secreto de David está en la manera como consagró su vida totalmente al Señor y en su capacidad de descender al polvo del arrepentimiento, de la humillación y pedir perdón a Dios.
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