Los smartphones en altavoz registraban todo. Dos sospechosos habían sido identificados por algunas personas como secuestradores de niños, y la policía intervino aproximadamente a las 15:30, debido a la agitación causada. Media hora después, más de 150 personas se agolpaban ante la comisaría. “¡Tenemos hijos!”, se oía el grito en medio de la multitud. Un hombre hacía una transmisión en vivo, en la que decía: “¡Vengan a apoyarnos! Créanme, ¡los secuestradores están aquí, ahora!” Sin autorización, alguien subió al techo del ayuntamiento de la pequeña ciudad y tocó la campana. Mientras tanto, otro recaudaba dinero para comprar combustible. A las 16, hombres furiosos golpeaban con barras de hierro los frágiles portones de la comisaría, hasta que lograron entrar. Agarraron a los dos hombres que estaban bajo el poder de la policía y los arrastraron hasta la escalera, delante del edificio, donde los golpearon violentamente. Sin dudarlo, alguien lanzó gasolina sobre ellos. Eran las 16:30. Alberto Flores Morales, de 53 años, y su sobrino Ricardo Flores Rodríguez, de 22, murieron en medio de las llamas. Alberto era un campesino. Ricardo era estudiante de Derecho y cultivaba la tierra –única propiedad de su familia–, mientras sus padres luchaban en Estados Unidos para enviar alguna ayuda financiera.
El caso ocurrió en agosto de 2018, en la ciudad de Acatlán de Osorio, en México. Todo fue registrado y ampliamente divulgado en las redes sociales. La ignorancia y la tecnología se combinaron de modo brutal contra los dos hombres, cuya inocencia fue declarada posteriormente en los medios de comunicación del país. La indignación popular no produjo justicia, y la voz del pueblo no fue la voz de Dios. En una de las últimas publicaciones que compartió en su perfil de Facebook, el joven Ricardo, a quien le gustaba apreciar la naturaleza y reflexionar, escribió: “Sus ojos no sirven de nada si su cerebro es ciego”. La ignorancia es escandalosa, tonta y sin verguenza. Y cuando pasa el escándalo, cesa la indignación colectiva.
Fake news
Este episodio de barbarie cuasi medieval revela los serios riesgos relacionados con las falsas noticias diseminadas en las redes. También conocidas como fake news, las noticias falsas hieren la dignidad de personas de cualquier clase social. Afectan tanto a niños que sufren bullying en Internet como a adultos que son calumniados en las redes. Las nuevas tecnologías, que posibilitaron una comunicación instantánea y globalizada, desgraciadamente han revelado su potencial destructivo para sembrar mentiras, engañar y extorsionar a la gente. Que se puedan registrar los hechos en imágenes y sonidos no garantiza imparcialidad y justicia. A veces, las imágenes terminan sirviendo para aumentar la confusión de la gente. Aunque siempre han existido, las noticias falsas están adquiriendo un volumen monstruoso en Internet. El peso de ellas ha cambiado el destino de países enteros. Su contenido sensacionalista ha sido el cebo que cobra cada vez más víctimas. Tal vez hayas oído hablar de los Veles Boys, chicos de una pequeña ciudad del interior de Macedonia. Estos jóvenes levantaron olas que tuvieron influencia en las elecciones presidenciales estadounidenses y en el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit). Ellos crearon cientos de sitios con noticias falsas, llamativas y muchas de ellas exóticas, para ganar más clics en publicidad y dinero en la cuenta bancaria. Además de los clics, varias de esas noticias falsas repercutieron en grandes redes de comunicación estadounidenses y extranjeras, e influyeron en la opinión pública. A decir verdad, todavía no se tiene una noción real del impacto de esas noticias falsas. Además de los resultados inmediatos que las noticias falsas generan, quedan algunos efectos a largo plazo que son tan dañinos como la mentira en sí.
En primer lugar, las fake news asumen un estatus de verdad. Al mismo tiempo, lo que es verdad pasa a considerarse mentira. La Alemania de los años 1930 reveló hasta qué punto pudo llegar un país gobernado por la propaganda nazi, que sembró mentiras, y cosechó campos de exterminio, guerras y destrucción. En la actualidad, los profesionales y las empresas que trabajan para brindar noticias acerca de los hechos y para verificar la información son etiquetados como agentes de fake news. Así, ¡los responsables de trabajar con la información necesitan gastar energía extra para probar que la verdad es verdad! Obviamente, también hay excesos y falsedades en los medios de comunicación. Sin embargo, en las fake news, la falsificación es indiscriminada y engaña descaradamente a la opinión pública.
En segundo lugar, las noticias falsas siempre agradan a alguien. Ellas están diseñadas para satisfacer a ciertas personas y grupos predispuestos a creer en ellas. Por más que intenten probar lo contrario, quienes las reciban van a estar decididos a defenderlas. Y, cuando la verdad incomoda, es catalogada como fake news. En el emblemático caso Pizzagate, en diversos sitios acusaban a una candidata estadounidense de comandar una red de pedofilia. Los abusos supuestamente ocurrían en el sótano de la pizzería Comet Ping Pong, en Washington, DC. Se creó toda una teoría conspirativa en torno a eso, que llevó a varios internautas a aventurarse como investigadores virtuales. El dueño del establecimiento y los vecinos recibieron amenazas de muerte, y el caso fue tan grave que llamó la atención del FBI. A fines de 2016, Edgar Welch, de 28 años, fue a dicha pizzería con un fusil AR-15 y otras armas para verificar por sí mismo si allí había una red de explotación sexual. Llegó a disparar tres tiros, sin herir nadie, pero vio que no había nada malo allí y terminaron arrestándolo. La pizzería ni siquiera tenía un sótano.
En tercer lugar, las fake news conducen a una indiferencia hacia la verdad. Vivimos en la era de la “posverdad”, elegida como palabra del año en 2016 por el Diccionario Oxford. 5 Michael Keyes utilizó el término por primera vez en 1992, y él mismo afirma en su libro The Post-Truth Era: Dishonesty and Deception in Contemporary Life [La era posverdad: Deshonestidad y engaño en la vida contemporánea] que “antes, la gente mentía con cierta vacilación, pero hoy se racionaliza la adulteración de la verdad, aparentando ausencia de toda culpa”. En la posverdad, lo que más importa no son los hechos en sí, sino lo que se piensa y se siente en relación con ellos. La posverdad se parece a la verdad, y se vuelve más atractiva y preferible que ella. Se trata de una mentira más verosímil y dulce al paladar de quien ya está dispuesto a creer en ella. El mismo prefijo “pos” indica que la verdad ya no tiene relevancia.
En cuarto lugar, las fake news son baratas. La comunicación de una noticia verdadera requiere capacitación, experiencia, verificación de los hechos, presencia en el lugar del evento, entrevistas, equipo; tiempo para redactar, editar, supervisar, salarios y pago de impuestos. Todo esto demanda una gran inversión. Por otro lado, una noticia falsa no tiene ningún compromiso con la veracidad de los hechos. No requiere formación, verificación ni supervisión o rendición de cuentas. Su única materia prima es la mente fértil y la opinión del agente escondido detrás de algún teclado, sin el más mínimo cargo de conciencia por lo que hace. Para uno de los Veles Boys, él solo está haciendo su trabajo y ganando dinero por eso. Según él, si la gente cree en cualquier cosa, es porque es demasiado crédula; por lo tanto, el problema es de los demás.
La desmitificación
Jesús habló sobre algunas fake news que involucrarían su nombre en el tiempo cercano a su regreso a la Tierra. “Entonces, si alguien les dice a ustedes: ‘¡Miren, aquí está el Cristo!’ o ‘¡Allí está!’, no lo crean. Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos” (Mateo 24:23, 24). Cerca del regreso de Jesús, como ya hemos visto, habrá grandes catástrofes, terremotos, hambrunas y guerras en varios lugares. También habrá un gran movimiento de fake news religiosas. Y, lo que hace que el engaño sea más convincente es su apariencia de verdad. Los engaños más sutiles y eficaces son los que parecen más verdaderos. Cristo dijo que los engaños de los últimos días vendrían acompañados de señales milagrosas, y que estas señales tendrían alguna relación con su regreso. Servirían, entre otras cosas, para convencer a la gente de que él vendría de una forma diferente de lo que la Biblia enseña, y ese detalle cambia todo. Según las Escrituras, Cristo no aparecerá aquí o allí. No vendrá secretamente a un grupo de escogidos, ni promoverá sanaciones y milagros en Nueva Delhi o en Jerusalén.
Las enseñanzas distorsionadas sobre el regreso de Jesús, propagadas ampliamente en las películas y en Internet, confunden y engañan a la gente, así como las fake news confunden y engañan en otros ámbitos. Jesús mismo nos aconseja que seamos cuidadosos: “Por eso, si les dicen: ‘¡Miren que está en el desierto!’, no salgan; o: ‘¡Miren que está en la casa!’, no lo crean. Porque así como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre. Donde esté el cadáver, allí se reunirán los buitres” (Mateo 24:26- 28). La venida de Cristo no será restringida geográficamente, ni será perceptible solo para una élite espiritual. Será visible mundialmente. En las palabras de Jesús, el engaño sobre su venida se compara con un cadáver que atrae buitres; es decir, las personas que se predisponen a creer en ese engaño. San Pablo afirma exactamente eso: “El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos” (2 Tesalonicenses 2:9, 10)
Fíjate que una de las estrategias del enemigo de Dios es presentar un falso regreso de Jesús, con gran estilo hollywoodiano, que incluirá milagros y otras cosas que convencerán a mucha gente. Jesús también nos advirtió con respecto al tiempo de su venida. En nuestros días, hemos visto muchos discursos sensacionalistas que anuncian fechas para la venida de Cristo. Aunque a menudo utilizan interpretaciones exóticas de la Biblia y cálculos extraños, estos predicadores hacen mucho ruido y cautivan a la gente desinformada. Lo cierto es que nadie sabe cuándo vendrá. Su Venida será tan sorprendente como la visita de un ladrón. Por eso, él dijo: “Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Marcos 13:32). El hecho de poner fechas siempre deja un rastro de frustración y escepticismo. Los repetidos “fracasos” en la venida de Jesús hacen que la gente dude y hasta se burle de la Venida verdadera: “Ante todo, deben saber que en los últimos días vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará. ‘¿Qué hubo de esa promesa de su venida?’ ” (2 Pedro 3:3, 4). Sin embargo, la gente solo será engañada si no tiene amor por la verdad, si no conoce la verdad que nos advierte sobre todos los errores. La Palabra de Dios es la verdad (Juan 17:17). Cristo mismo es la verdad (Juan 14:6), y él se revela en las páginas de las Escrituras (Lucas 24:27). Pero la Biblia también puede distorsionarse y malinterpretarse. Ante las tentaciones y los engaños del enemigo de Dios, Jesús se defendía con las Escrituras. Para cada tentación y prueba, Jesús recurría a un “escrito está” (Mateo 4:1-10). Él citaba versículos de la Biblia. La Biblia era su espada para defenderse de las acusaciones, las mentiras y las falsas enseñanzas. Cuando la luz brilla, no hay oscuridad que pueda esconderla. No necesitas ser engañado. Hay una luz en la oscuridad.
La belleza de la verdad
Como vimos, la venida de Jesús no estará limitada a un solo lugar ni será secreta, sino abierta y visible para todo el planeta Tierra. Jesús no volverá a andar por calles polvorientas. No hará milagros ni irá en contra de sus palabras, según están registradas en la Biblia. Él vendrá en las nubes de los cielos, con poder y gran gloria. Cubrirá el horizonte, vendrá con sus millones de ángeles brillantes y poderosos. Sin duda, será el mayor acontecimiento de la historia de la humanidad. “Verán entonces al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Y él enviará a sus ángeles para reunir de los cuatro vientos a los elegidos, desde los confines de la tierra hasta los confines del cielo” (Marcos 13:26, 27). Los ángeles vendrán “al sonido de la gran trompeta” (S. Mateo 24:31). Lo verán y lo oirán no solo los que lo aguardan. “¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra” (Apocalipsis 1:7). El acontecimiento será tanto visible como audible. El regreso de Jesús es el tan anunciado “Día del Señor” del Antiguo Testamento, el día del arreglo de cuentas para la corrupción, la maldad y la falsedad del mundo. “Porque el día del Señor de los ejércitos vendrá contra todos los soberbios y altivos; contra todos los que se enaltecen, los cuales serán humillados” (Isaías 2:12, RVC). Así como Dios actuó en el pasado con juicios sobre naciones violentas y corruptas, actuará en el futuro, a escala global. En la época de Malaquías, el último profeta del Antiguo Testamento, ese día aún estaba en el futuro (Malaquías 4:5). Este día se describe en tonos vivos, con emoción y certeza. “¡Ay de aquel día, el día del Señor, que ya se aproxima! Vendrá como devastación de parte del Todopoderoso” (Joel 1:15). “Ya se acerca el gran día del Señor; a toda prisa se acerca. El estruendo del día del Señor será amargo, y aun el más valiente gritará” (Sofonías 1:14).
El Día del Señor, o el regreso de Jesús, representará el inicio de un cambio de sistema. Lo antiguo tendrá que ser sustituido por lo nuevo. La Tierra pasará por un proceso de reversión de la Creación y volverá a quedar desolada como al principio, con la perspectiva de ser restaurada como una nueva Creación (ver el capítulo 7 de este libro). Según el apóstol Pedro, en la segunda venida de Cristo ninguna obra quedará en pie. “Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En aquel día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada” (2 Pedro 3:10). Es más, “ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán con el calor de las llamas. Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia” (2 Pedro 3:12, 13). La segunda venida de Cristo no representa el fin del mundo. Por otra parte, este concepto del “fin del mundo” es una falsa idea muy explotada en las películas, como vimos en el capítulo 1. En esas películas, lo que viene de afuera del planeta es un enemigo que debe ser combatido. En el caso de la Biblia, los seres que vienen de afuera del planeta llegarán para poner fin a toda miseria, maldad e injusticia, y no para terminar con el mundo. El regreso de Jesús es la “bendita esperanza” (Tito 2:13). Aunque debe haber destrucción, esta no será un fin en sí misma, y Dios garantiza plena seguridad para quien se refugie en él. Por eso, él nos llama hoy: “¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo” (Ezequiel 18:23). La segunda venida de Cristo es el gran finale del mensaje del evangelio, y el evangelio son buenas noticias. Estas buenas noticias contradicen y desmitifican todas las noticias falsas, sean agradables o no. Así como los ángeles anunciaron el nacimiento de Jesús y su resurrección, los seres angelicales también anunciaron su regreso al planeta mientras él ascendía al cielo.9 Dos mil años atrás, Jesús no vino para condenar al mundo, sino para salvarlo, y para plantar en los corazones la semilla del Reino de Dios (S. Juan 12:47). En la Segunda Venida, él vendrá para completar lo que comenzó, para llevar a cabo su último acto de salvación. ¡Y no puedes quedarte afuera de esto! Lee el siguiente capítulo, y descubre cómo.
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No todo está perdido, no todos son malos o falsos. Hay un Dios que ve todo, y está con sus santas manos extendidas sobre ti. Olvídate de lo que pasó, deja los prejuicios de lado, abre ahora mismo tu corazón, conversa con Jesús. Él va a oírte, va a restaurar tu vida y hacer de ti una nueva persona, con paz y esperanza en el corazón. Sabiendo que la verdad prevalecerá sobre toda mentira, me afirmo en Cristo y:
• No quiero caer en los errores espirituales de los últimos días.
• Quiero seguir al verdadero Cristo, en armonía con las Escrituras.
• Necesito sabiduría para no errar el camino.
• Quiero encontrar las respuestas en Dios y en su Palabra.
• Necesito renacer y comenzar una nueva vida.
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