La enfermedad entre los seres humanos es una triste realidad. ¿Jesús tiene poder para curar cualquier enfermedad? Es cierto que Él se preocupa por nuestra salvación, pero ¿y por nuestra salud física? INTRODUCCIÓN Tratándose de promesas divinas, el profeta Jeremías escribió con mucha propiedad: “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanare tus heridas dice Jehová” (Jeremías 30:17). Y el salmista David nos conforta: “Bienaventurado el que piensa en el pobre, en el día malo lo librará Jehová, Jehová lo guardará, y le dará vida, será bienaventurado en la tierra, y no le entregarás a la voluntad de sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás su cama en su enfermedad” (Salmos 41:1-3). El evangelista Juan en su tercera carta expresa el deseo de Dios: “Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 1:2). Leamos Salmos 103:1-3 “La religión de la Biblia no es perjudicial para la salud del cuerpo ni de la m
Un espacio con sermones que procuran fortalecer la fe y la esperanza en Jesús.