"Si renuncias hoy, renunciarás todos los días de tu vida".
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” Santiago 1:12.
Cuando era estudiante, ¿por qué no le gustaba rendir pruebas?
¿Recuerda alguna experiencia positiva relacionada con las pruebas?
¿Se da cuenta que es más fácil acordarse de las experiencias negativas
que de las positivas? Es porque las negativas nos marcan más.
INTRODUCCIÓN
¿Qué es una prueba? Es un examen por medio del cual el profesor
evalúa el nivel de conocimiento del alumno en una determinada
materia. La persona que desea conducir un automóvil tiene que tener
una libreta de conducir. Si usted tiene la suya, seguramente recuerda
las pruebas que tuvo que rendir. Las empresas de neumáticos y
frenos tienen “campos de prueba”, allí ellos examinan la calidad de
los productos. En otras palabras, la calidad de los neumáticos y frenos
son “probados”. Ellos son sometidos a situaciones de riesgo y agresión
extrema para ver hasta qué punto son capaces de soportar.
Este es el trabajo de los institutos de calidad industrial. Ellos “prueban”
los productos. Verifican si realmente son resistentes y hasta qué punto
son confiables.
Entonces, ¿qué sería una prueba personal? Una prueba personal
puede ser entendida como una gran prueba. O “la prueba” de la
acción. Esta es una idea interesante porque, de hecho, las pruebas
personales examinan las actitudes y el comportamiento.
El mensaje de este versículo no es un mensaje popular. Generalmente
a nadie le gusta sufrir pruebas.
Por eso es muy común oír que quien
acepta a Jesús queda libre de las pruebas. De hecho, para Dios nada es
imposible (Mateo 19:26). Pero, por otro lado, encontramos en la Biblia
la realidad de las pruebas y del sufrimiento (Juan 16:33).
¿Por qué Dios llama bienaventurados a aquellos que soportan las
pruebas?
Nuestro problema no son las pruebas, sino cómo reaccionamos ante
ellas. El texto habla de “soportar con perseverancia”. Esta es una reacción
positiva de sumisión a la voluntad y soberanía del Señor. El hijo de Dios
busca mirar más allá del sufrimiento, hacia la corona de la vida eterna
que el Señor prometió a aquellos que venzan las pruebas en el gran
“campo de pruebas” de este mundo. Jesús dijo “tened ánimo…” (Mateo
14:27). Santiago 1:2 sugiere que la persona reaccione a las pruebas con
alegría. Y en 1 Pedro 1:6 Dios prometió que las pruebas pasarán.
¿Usted cree que conocer al Señor ayuda a soportar con paciencia
las pruebas?
El sufrimiento nos prueba, examina nuestra fidelidad, nuestra confianza en Dios.
Revela si somos “oro” o “escoria”.
Pensemos en esto:
¿Conoce a alguien que se rebeló contra Dios por causa de los
sufrimientos?
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para soportar las
pruebas, para vencer como Dios quiere que sean vencidas?
¿Qué significa para usted poner sus ojos en Jesús? Hebreos 12: 1-3
podría ser la clave de la cuestión.
¿Y confiar en Dios? (Salmos 125:1 e Isaías 40:31) Es imposible
soportar las pruebas sin confianza.
CONCLUSIÓN
Romanos 8:28 dice que hasta las pruebas y los sufrimientos cooperan
para el bien de aquellos que aman a Dios. No se olvide: puede ser difícil,
pero todo es cuestión de confianza y de actitud.
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