Juan 2:12
Muchas veces recibimos invitaciones para casamientos. ¿Cuál fue la escena más graciosa que usted presenció en un casamiento?
casamiento: son lindas, románticas y con música especial. En Caná de Galilea se realizó una fiesta de casamiento donde la familia de Jesús y los discípulos estaban presentes. Jesús había sido invitado para ese momento especial. En los días de Jesús, los casamientos eran momentos muy importantes, y toda la familia, los amigos y las personas de la ciudad se reunían en la casa del novio para celebrar ese momento, que podía durar hasta una semana.
Con tanto tiempo celebrando era imprescindible que hubiera suficiente comida y bebida a disposición de los invitados. Quedar sin vino sería una vergüenza social muy grande. La madre de Jesús notó que estaba faltando el vino (Juan 2:3) y llevó esa información a Jesús. En ese casamiento, Jesús realizó su primer milagro que dio inicio a su ministerio.
El evangelio de Juan relata en estos versículos el primer milagro de Jesús.
Es muy probable que María hubiera notado la falta de vino, y se hubiera sentido responsable por suplir la falta, tratando de evitar que los novios pasaran vergüenza. Ella fue a Jesús y le presentó el problema. En el versículo 4, Jesús utilizó la expresión “mujer”, que en Oriente es una forma de trato común, digna y respetuosa. María esperaba que en ese momento Jesús se proclamara el Mesías, y tal vez en su pensamiento esa sería la oportunidad. “Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua”.
Las tinajas eran recipientes de agua, probablemente de cerámica, usadas para la purificación, y se estima que serían de 264 litros o 468 litros. ¡Debería haber un gran número de personas en ese casamiento!
Las personas estaban felices celebrando un momento muy especial. Y ahora, ante el problema, Jesús pidió que llenaran las vasijas con agua.
¿Por qué Jesús no realizó el milagro directo sin la necesidad de que las personas colocaran agua en las vasijas?
Permítame preguntarle: Cuando usted ora a Dios y le pide que realice algo en su vida, ¿está dispuesto a hacer lo que Él le pide o simplemente espera el milagro? ¿Será que es posible recibir un milagro de Dios antes que el problema suceda?
II. INTERPRETANDO EL TEXTO
El deseo de María era resolver el problema, pero en su corazón el deseo de que Jesús se proclamara como el Mesías era muy fuerte. Ese no era el momento, porque había un tiempo marcado para cada acontecimiento de su vida. Sólo al final de su ministerio Jesús afirmó públicamente que era el Mesías (Mateo 26:62-68). Los siervos hicieron todo lo que Jesús les indicó que hicieran. Fue una prueba de fe para ellos, pero obedecieron y vieron el milagro que Jesús realizó. El agua que Jesús transformó en vino era superior a cualquier otro vino que el maestresala (responsable de organizar los detalles de la fiesta) había probado. Los invitados también notaron la calidad del vino. Dios siempre reserva las mejores cosas para el final para dar a los que esperan pacientemente en el Señor.
Piense conmigo: El tiempo de Dios no está relacionado con el nuestro. Cuando buscamos al Señor, queremos una respuesta inmediata, como si le estuviéramos dando una orden a Dios, y le decimos qué es lo mejor para nosotros.
Necesitamos orar más y entender que Dios tiene el tiempo exacto para todo y que su voluntad debe manifestarse en nuestra vida.
En ese momento no se conocía a Jesús como alguien que realizaba milagros. Entonces, ¿por qué eligió ese evento para realizar su primer milagro? ¿Cuál fue el impacto en la vida de los discípulos el presenciar lo que Jesús había realizado?
Muchas personas todavía no entienden que Dios actúa en el tiempo exacto de nuestra vida. Él sabe lo que es mejor para cada uno. Cuando confiamos en Dios podemos tener la seguridad de que Él cuida de todas nuestras necesidades. Muchas veces sólo orar no es suficiente.
Necesitamos orar y hacer nuestra parte, porque Dios siempre actúa en las imposibilidades del hombre, pero nosotros debemos hacer lo que está a nuestro alcance. Dios no hará por nosotros lo que podemos hacer por nosotros mismos. Donde el Señor entra concede bendiciones.
Todas las personas y familias que invitan a Jesús para formar parte de su vida reciben sus bendiciones. Jesús manifestó su gloria en Caná de Galilea, y los que estaban allí y acompañaron los acontecimientos fueron fortalecidos en su fe. “Creyeron en él”.
Por eso, ¿Cómo está su vida? ¿Cómo está el nivel de vino (alegría, entusiasmo): bajo, mediano o lleno? ¿Qué podría hacer Jesús en este momento por usted?
La obediencia a Dios es fundamental en la vida del ser humano. ¿Por qué muchos quieren sólo los milagros de Dios, pero no quieren obedecerlo completamente?
CONCLUSIÓN
La verdad es que no estamos solos en las batallas de esta vida. Dios está con nosotros en todos los momentos, y especialmente en los más difíciles. Necesitamos entregarnos a Él con la plena confianza de que Él sabe el tiempo exacto y lo que es mejor para cada uno. Debemos esperar constantemente en el Señor, porque cuando Dios actúa, siempre nos da lo que es mejor. La obediencia es unos de los requisitos que Dios en su infinito amor nos pide a cada uno. ¡Él desea lo mejor para usted!
¿Será que usted está dispuesto a permitir que Dios realice un milagro en su vida? ¿Está listo para aceptar la voluntad de Dios y obedecerlo por encima de cualquier cosa?
Comentarios
Publicar un comentario