Daniel 6:1-5, 10
COMPRENSIÓN
¡Qué privilegio es conocer la historia de Daniel! ¡Qué inspiración!
Daniel vivía en un reino que no era el suyo, pero como siempre elegía ser fiel, Dios lo cuidaba y lo hacía prosperar.
Vean lo que dice el versículo 2
- Darío lo puso como uno de los tres presidentes del reino.
Y en el versículo 3 - El rey quería ponerlo sobre todo el reino, porque él tenía un espíritu excelente
En el versículo 10 - Daniel decide ser fiel y orar a su Dios, como hacía todas las mañanas, aun sabiendo que corría el riesgo de muerte.
Daniel era fiel a Dios y también pasó por pruebas, pero Dios estaba con él y lo libraba para que su nombre fuera conocido y exaltado en ese lugar donde no adoraban al Señor Dios del Cielo y de la tierra.
APLICACIÓN
Eso me hace tomar algunas decisiones para la vida:
1. Decido ser fiel a Dios en todas las situaciones.
2. Decido orar buscando sabiduría de Dios todas las mañanas, no importa la situación.
3. Decido aceptar a Jesús como mi Salvador y prepararme para el bautismo.
4. Decido ser cortés y amable y así mostrar el amor de Jesús.
5. Decido hablar de Jesús a otros
Sé que todavía hoy existen personas fieles y valientes como Daniel. Y encontré una linda historia actual que es una inspiración para todos nosotros.
HISTORIA TESTIMONIO
Les voy a contar la historia de Eliana, una maestra que vive en Brasilia, capital de Brasil.
Esta es una historia real, como la historia de Daniel que oraba fi elmente al Dios del cielo independientemente de las circunstancias del momento.
Eliana está casada con un militar.
Ella también deseaba ser militar, pero, sobre todo, su primera decisión siempre fue ser fiel a Jesús, porque él es el mejor amigo.
Cada día cuando se despertaba, ella oraba y pedía ayuda para hacer la voluntad de Dios en su vida.
Un día, Eliana tuvo la oportunidad de participar de una prueba de carrera selectiva para ingresar en el servicio militar. A la señal de partida, salió disparada y corrió mucho. El recorrido debía hacerse en 12 minutos, pero al pasar la línea de llegada vio que todavía restaban dos minutos para terminar la carrera.
En ese momento ella comenzó a llorar. No sabía si quería completar la carrera, pues si pasaba la línea de llegada, iría a una capacitación para ser Sargento del Ejército.
Eliana comenzó a pensar: Señor, ¿eso es lo que quieres para mi vida? Yo no quiero eso para mí si no es tu voluntad. Las personas en la línea de llegada creían que ella se sentía mal, pero en verdad ella estaba asustada y sorprendida.
Y así, Eliana fue clasificada para la capacitación militar básica en la cual sería Sargento del Ejército.
Un día, durante la capacitación, un capitán dijo que todos debían hacer una prueba el viernes y sábado y que no habría excepciones. Al oír sábado, Eliana se sinti ó muy triste, porque todos los sábados ella tiene un encuentro especial con Jesús y no faltaría. Entonces oró a Jesús y dijo que si era su voluntad que ella continuara en esa capacitación, necesitaba de un milagro.
El capitán dijo que sabía que había personas adventistas en ese grupo y quería conocerlos. Eliana y dos personas levantaron la mano. Los llamó a los tres y les preguntó sobre el sábado. Él, para respetar la creencia de ellos, les dejaría a los tres hacer las pruebas el viernes antes de la puesta de sol.
El capitán recomendó que ellos pidieran a Dios que les vaya bien, pues si no tendrían que repetir la prueba el sábado. ¿Y saben qué sucedió? Ninguno de los tres necesitó repetirla.
Los tres fueron aprobados. Ellos estaban muy felices, pero entonces el capitán los llamó y dijo que no podría excusarlos el sábado y preguntó si los perjudicaría en el caso que los dejara confinados en el cuartel.
¿Ustedes saben que significa estar confinados? Es estar en un lugar y no poder salir de allí. Les permitió que llevaran la Biblia y la lección de la Escuela Sabática. Los tres adventistas pasaron el sábado confinados, oraron, estudiaron juntos la lección y la Biblia.
Al finalizar la capacitación había una prueba de campo. Se trataba de cinco días de campamento, con entrenamiento militar en medio del campo. Una semana antes de partir, Eliana descubrió que estaba embarazada. Ella no podría dar continuidad, para no colocar la vida de su bebé en riesgo. Al leer la meditación de ese día, sintió una increíble experiencia con Dios. El versículo de Filipenses 4:13 dice:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Después de la lectura y de la oración tuvo la seguridad de que podría ir al entrenamiento, toda inseguridad quedó atrás. En medio de los árboles ellos tuvieron que armar el campamento improvisado con sus capas para la lluvia.
Un médico teniente descubrió su embarazo y se enojó con ella porque creyó que estaba poniendo al bebé en riesgo. El teniente no comprendía su amistad con Jesús, para él era locura. Dio la orden para que fuera a tomar un té que estaban sirviendo y volviera a su lado. Para su sorpresa, ese teniente enojado extendió la mano y tomó el té en su lugar.
Cada té que se servía, era probado por él, para saber si podía ser perjudicial para el bebé, y lo tomaba en su lugar.
Ese hombre la cuidó durante todo el campamento, absolviéndola de las actividades, cuidando de su alimentación y manteniendo en secreto su gestación. El día de su graduación, ella agradeció al teniente por todo el cuidado que tuvo y contó sobre su confianza en Dios.
Ahora Eliana se había graduado de Sargento del Ejército y fue a trabajar al Colegio Militar.
Todo militar necesita, a veces, quedar toda la noche en el cuartel para cuidar de la seguridad del lugar.
Para eso existía una lista y cuando la dieron a conocer, adivinen que pasó. Su nombre estaba puesto en su día de encuentro con Jesús.
A la hora del almuerzo ese mismo día una persona se acercó y le dijo que la lista cambiaría y Eliana quedaría el jueves.
Al leer la Biblia en el libro de Mateo, sus ojos pasaron por un versículo que decía “…concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel”, que significa: Dios con nosotros” (Mateo 1:23).
Ella tenía la seguridad de algo que la medicina todavía no había confirmado, pero Dios sabía y todavía eligió un lindo nombre para él: Emanuel.
Un día, el mayor responsable del Colegio Militar, llamó a Eliana, pues quería conversar un poco sobre la iglesia.
Los alumnos adventistas del colegio iban a reprobar porque una vez por bimestre había pruebas en sábado. El mayor quería saber cómo ayudar a los alumnos y pedir que alguien hallará una manera para que pudiesen ir al colegio a hacer la prueba. Una vez más, Eliana pudo hablar sobre el sábado a una persona de su trabajo. Él la miró asustado y preguntó si no había nada que pudiera hacerse.
Eliana sugirió que podrían hacer como en las pruebas de ingreso para la universidad, cuando ocurrían en sábado.
Los alumnos quedaban confinados en una sala durante el día hasta la puesta del sol y después hacían la prueba. El mayor movió la cabeza negativamente, y dijo que no había ningún voluntario que cuidase de los alumnos durante todo el sábado, y todavía esperar que ellos terminaran la prueba después de la puesta del sol.
Eliana entonces entendió por qué Dios quería que trabajara en ese lugar, y dijo al mayor: “Yo soy la voluntaria”.
LLAMADO Y CONCLUSIÓN
Qué lindo es ver que Dios actuó en la historia de Daniel y continúa actuando en la vida de los que toman la decisión de estar junto a él. El Dios de Daniel es el mismo de cada uno de nosotros. Dios ama a su pueblo. Él protege a cada uno que toma la decisión de estar a su lado. Cada día, al despertarnos, ustedes y yo tenemos que tomar una decisión: confiar en Jesús y ser fieles a él. Que podamos ser como Daniel y diariamente elegir a Dios en primer lugar.
Que cada uno de ustedes, niños y aventureros, tomen su primera decisión para ser de Jesús.
Jesús mismo dijo “el que creyere y fuere bautizado será salvo”.
¿Cuántos de ustedes quieren ser fi eles a Jesús y prepararse para ser bauti zados algún día?
Vamos a orar agradeciendo a Dios por su decisión de ser de Jesús y de ser fieles a Dios por toda su vida.
ORACIÓN FINAL
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